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El sábado pasado, Alberto Adrianzén se refirió a mi columna del martes pasado. Ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2008/07/fragmentacin-y-representacin-poltica.html
http://www.larepublica.com.pe/content/view/230344/481/
Una respuesta breve a Adrianzén. A ver, nuestra discrepancia está en si sería bueno o no para enfrentar los problemas de representación el permitir a los movimientos regionales que presenten candidatos al Congreso nacional. A Adríanzén le parece bien que sí, para acercan la representación regional a la nacional; a mí me parece que dejar las cosas como están está bien: los partidos nacionales pueden hacer alianzas con los movimientos regionales, y si los movimientos regionales quieren presentarse al congreso nacional, deben formar una alianza o formar un partido.
El asunto es que Adrianzén invoca, para refutar mi idea de la inconveniencia de permitir la participación directa de movimientos regionales al congreso, razones con las que estoy totalmente de acuerdo, y que, a mi parecer, no tienen nada que ver con el tema. Adrianzén se refiere a los límites del congreso, la debilidad de los partidos, sus problemas de disciplina, y otros. En general estoy de acuerdo con su diagnóstico, el tema es que de este no se deduce nada, necesariamente, referido a la participación de los movimientos regionales. De otro lado, Adrianzén dice que yo creo que en el país existe un sistema de partidos, cosa que no es cierta. Creo que he escrito bastante al respecto, en el Perú no hay partidos ni sistema de partidos, desde la llegada del fujimorismo (ver Democracia sin partidos. Perú, 2000-2005. Los problemas de representación y las propuestas de reforma política. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2005).
Un punto final. Adrianzén dice: "tenemos, pues, que pensar en un sistema de partidos donde los partidos regionales tengan un lugar desde el cual participen y compitan en iguales condiciones que los nacionales; es decir, un sistema que no excluya visiones o proyectos distintos, formas de organización e incluso formas distintas de hacer política. Porque el que existe actualmente está deslegitimado".
Lo que yo diría es que es cierto que el actual está deslegitimado; el problema es que la participación directa de los movimientos regionales no necesariamente superará el problema, es más, puede agravarlo, al hacer más localista, fragmentado e indisciplinado al Congreso. De otro lado, estoy totalmente de acuerdo con que los movimientos regionales deben participar en igualdad de condiciones que los partidos nacionales: si los movimientos regionales quieren participar en elecciones nacionales, deben cumplir con los mismos requisitos que les exigimos a los partidos nacionales. Si en las elecciones al Congreso los partidos nacionales tuvieran requisitos mucho más exigentes que los movimientos regionales, no estaríamos ante una competencia justa.
Consideremos que los partidos nacionales, para poder ser tales, tienen que, por ejemplo, "acreditar comités en cuando menos un tercio de las provincias del país y dos terceras partes de los departamentos", mientras que los movimientos regionales, solo tienen que hacerlo en "la mitad más uno del número de provincias que integren la región o el departamento correspondiente". Los partidos tienen que acreditar una relación de adherentes con no menos del 1% de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones de carácter nacional; mientras que los movimientos regionales, "el 1% de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones de carácter nacional, dentro de la circunscripción en la que el movimiento u organización política local desarrolle sus actividades y pretenda presentar candidatos". El que ambos presenten candidatos al congreso por igual, ¿es participar en igualdad de condiciones? Obviamente no.
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