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Artículo publicado en Perú21, martes 1 de julio de 2008
En las últimas semanas hemos visto diversas disputas entre regiones: Tacna y Moquegua por la distribución del canon minero, pero también Ayacucho y Cusco por el canon gasífero. Antes hemos visto disputas entre Moquegua y Arequipa por el uso del agua; y entre Puno y Moquegua y entre Lima Provincias e Ica por demarcaciones territoriales con impacto sobre la distribución de recursos. El domingo, en este diario, Santiago Pedraglio se preguntó si estamos ante un proceso de regionalización o ante la proliferación de tribalismos. Aquí quiero explorar las implicancias de esta fragmentación sobre la representación política.
Que existe un serio problema de representación, es evidente; no lo es qué hacer frente a esto. Algunos llaman la atención sobre las limitaciones de los partidos políticos nacionales, que se evidencian elocuentemente al estudiar el desempeño del Congreso, y piensan en los movimientos regionales como alternativa. En este momento, solamente los primeros pueden presentar candidatos al Congreso; algunos dicen que la ausencia de los segundos, de los que hacen la política en las regiones, explica sus problemas de representatividad (Alberto Adrianzén, por ejemplo). Así, una salida sería permitir que los movimientos regionales puedan también presentar candidatos al Congreso.
Sin embargo, lo que demuestran los sucesos descritos en el primer párrafo, así como la dinámica de la protesta vista recientemente en Moquegua, es que los movimientos regionales levantan demandas estrictamente locales, que no proponen políticas nacionales y que no gozan necesariamente de una mayor representatividad que los partidos nacionales. Siendo las cosas así, abrir la política nacional a los movimientos regionales hará que el Congreso asuma un funcionamiento más faccional y particularista. Recientemente, el politólogo Jorge Valladares ha demostrado que una de las razones principales que explica la falta de disciplina de las bancadas en el Congreso es la heterogeneidad regional de sus representantes.
La labor de articulación corresponde a los partidos nacionales. El problema es que no están cumpliendo bien esta tarea; pero de ello no se deduce que haya que sacarlos del camino y optar por una representación regionalizada. De lo que se trata es de fortalecerlos, y propiciar un encuentro entre los partidos nacionales y las fuerzas regionales. La legislación actual no está mal: hace que los partidos nacionales necesiten acercarse a los liderazgos regionales, y estos a los partidos nacionales, y que tengan que ponerse de acuerdo en plataformas comunes. Y si los movimientos regionales quieren saltar a la política nacional deben unirse, como recientemente lo ha hecho Fuerza Social. El asunto es cómo fortalecer esas iniciativas.
La Pestilencia se pone teológica
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En la tarde de este jueves 21, (entre la 1:15 p.m. y la 1:30 p.m.), para
mayor precisión, una docena de miembros de ‘La Pestilencia’ se apostó
frente al lo...
Hace 7 horas.
3 comentarios:
Hola estimado Martín,
Aprovechando el romántico encuentro entre Montesinos y Fujimori, luego de ocho años, he iniciado una serie de artículos revisando la literatura más destacada existente que pretende explicar las causas del colapso del régimen autoritario de Fujimori, y he empezado analizando tus tesis.
En tal sentido, he posteado en mi blog un artículo titulado: "Montesinos y Fujimori ocho años después. Revisando las explicaciones sobre el colapso de un régimen autoritario (I): la tesis de Martín Tanaka". El enlace es el siguiente:
http://blog.pucp.edu.pe/item/25464
Te invito a visitarlo.
Un abrazo.
Estimado Martín:
De acuerdo que los movimientos regionales deben re-pensar su mirada polìtica. En en ese sentido, que una de las reformas deben apuntar hacia a ello (bicameralidad), una de ciudadanos y otra territorial, pero acompañada de democracia partidaria para su fortalecimiento y tener la mirada nacional, sino seguimos en círculo vicioso no sólo a nivel de competencia de los actores sino de las reglas de juego también creo que no est´na mal, pero no vienen funcionando.
abrazos
Román Aller
htpp://romanaller.blogspot.com
Saludos Martin. tu post me motiva a reflexionar que significa realmente "fortalecer"?
Es una palabra que usamos para expresar todo evento social que miramos "debil" o incipiente. Asumimos que los activistas de la regionalizacion requieren ser "mas" escuchados, "mas" apoyados.
Pero tambien debemos mirar que no son solo ellos los "debiles" en realidad tambien las instituciones, sus marcos legales, sus cupulas academicas, tambien son incipientes.
Se hace camino al andar.... las regiones se van "forjando" en el ejercicio constante de las demandas, lo cual tras marchas y contramarchas va labrando el marco legal e institucional para que la participacion sea algo vivo, no algo que es relativo al proceso electoral.
El politico honesto actua en favor de un largo proceso, en canalizar con inteligencia la participacion civil. La participacion civil "no partidaria" es el contrapeso al sectarismo politico.
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