miércoles, 29 de abril de 2009

Seminario de Ponciano del Pino en Ayacucho

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Felicitaciones a los organizadores por esta iniciativa, que se ve tan interesante.

Seminario “Momentos de silencio y memoria: comunidad, política e identidad”, con el historiador Ponciano del Pino (Universidad de Wisconsin, Estados Unidos)

Lugar: Paraninfo Universitario (La Higuera)
Sesiones: viernes 8, lunes 11, miércoles 13, viernes 15 y lunes 18 de mayo, 2009
Horario: 6:00 a 9:00 p.m.

Organiza: Centro de Estudios Históricos Regionales de Ayacucho y Facultad de Ciencias Sociales - UNSCH

Informes e inscripciones al cel. 066-966689579 o al e-mail roberthist@hotmail.com

Nota: Se entregará materiales de lectura y certificado
VACANTES LIMITADAS

Syllabus de Seminario Ponciano del Pino Syllabus de Seminario Ponciano del Pino Martin Tanaka CONTENIDO. El Seminario ofrece una aproximación a los estudios de memoria pensado en articular los procesos de producción cultural imbricados en la historicidad de los procesos sociales y políticos. Se busca trabajar con conceptos de memoria, silencio, historia y política, para explorar la complejidad de los procesos de recordar, las políticas de representación e identidad. Esta reflexión marco sirve como introducción para discutir la experiencia concreta de Ayacucho, donde los temas de comunidad, violencia y estado son ineludibles al análisis. Me interesa problematizar los estudios de memoria y violencia, que al limitarse a una temporalidad fijada, deshistorizan los procesos políticos en los cuales se inscribe la violencia. Se busca resaltar como la memoria inmediata de la violencia se yuxtapone y/o traslapa con procesos, memorias, temporalidades múltiples que vienen del pasado como del presente. Para ejemplificar esta discusión, se tiene como invitados a “cabecillas” –líderes e intelectuales de las “comunidades de indígenas”- que tuvieron un papel destacado en las luchas por la tierra y el reconocimiento como comunidad desde los años 30s.

Sobre la calidad de los congresistas

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A partir de "affair" Correo-Supa, algunas personas se preguntan si en el fondo no habrá una preocupación legítima por las capacidades necesarias para ser congresista. Más allá del caso específico, ¿un analfabeto puede ser congresista, por ejemplo? ¿Debería haber requisitos más exigentes para poder postular al congreso?

Creo que hay muchos malos entendidos en las maneras en las que se suelen abordar estas cuestiones. ¿Qué es un buen congresista? A mi juicio, simplificando, uno que expresa, defiende, promueve, bien las propuestas de su bancada. En las campañas electorales los partidos presentan listas de candidatos, con un programa político nacional general y con programas regionales específicos. Cualquier congresista individual llegará con algunas capacidades y conocimientos para algunas cosas, y con una gran ignorancia e incapacidad en otras. Un congresista puede ser bueno en derecho penal, pero saber nada de políticas de salud; bueno para la técnica legislativa, pero malo para las tareas de representación, de relación con los electores; otros serán muy buenos explicando, difundiendo, canalizando y dando forma a las demandas y necesidades de los ciudadanos, concertando con otros grupos legislativos, pero serán malos en conocimientos profesionales, etc.

¿Cómo se superan estas limitaciones? No individualmente. El congresista llega como parte de una bancada que presentó un programa, que elaboró un partido con la ayuda de expertos en consulta con mucha gente, y que propuso en la campaña. La calidad del trabajo congresal dependerá de una buena conducción política y de una buena y profesional asesoría parlamentaria del grupo político. En este marco, puedes perfectamente ser analfabeto y un buen congresista. Al mismo tiempo, puedes tener todos los títulos profesionales posibles, y ser un pésimo congresista.

¿Qué es para mí un buen congresista? Uno que es fiel al programa político del partido gracias al cual fue electo, que defiende, promueve, con criterio las propuestas que dieron lugar a los votos que lo eligieron. Que actúa con sentido colectivo dentro de su bancada y aporta desde sus competencias particulares; que es capaz de relacionarse con los ciudadanos de su circunscripcíón, y con congresistas de otros grupos, de manera constructiva. ¿Qué sería un mal congresista? Uno que llega al Congreso, y se olvida del programa político del partido lo llevó allí; que actúa individualista, personalistamente, que busca cámara, atención personal, por encima de las propuestas de su grupo; que usa su cargo para intereses personales; esos hacen mucho daño. Hay otros malos, pero menos dañinos, digamos: los que cobran y no hacen nada.

Finalmente; como decía, viendo las cosas así, ser analfabeto o no manejar bien el español no predice que serás un mal congresista; como ser un académico de la lengua española y un profesional con mil pergaminos no predice que serás bueno. ¿Es necesario poner requisitos? Yo creo que sí, pero para mí el requisito es la trayectoria política. Me parece muy mal que una persona desconocida, oportunista, improvisada en asuntos políticos, de pronto llegue a altos cargos de representación (los peores congresistas son casi siempre de ese tipo). Llegar al congreso debería ser la culminación una carrera política o trayectoria pública, donde previamente demostraste tus méritos y capacidades siendo regidor, alcalde, ministro, funcionario, líder sindical o de opinión, dirigente social, etc., etc. Los congresistas serán mejores en tanto sepamos quienes son, y los elijamos siendo concientes de a quienes estamos eligiendo, serán peores en tanto sean desconocidos e imprevisibles. Para esto algunos filtros son p.e. elecciones internas en los partidos, que a su vez pueden tener requisitos, como años de militancia, experiencia política o pública, etc. De otro lado, todo aquello que apunte a fortalecer a las bancadas y a combatir el transfuguismo y el individualismo me parece muy bien.

Simplificando mucho, por ahí me parece que va la cosa.

VER TAMBIÉN:
http://utero.pe/2009/04/29/que-es-ser-un-buen-congresista/

martes, 28 de abril de 2009

El español andino en primera plana

Artículo publicado en La República, martes 28 de abril de 2009

Miguel Rodríguez Mondoñedo, lingüista, Universidad de Indiana

Uno de los acontecimientos claves para la creación de la lingüística moderna fue el descubrimiento de que todos hablamos según las inexorables reglas que hemos construido al adquirir nuestra lengua, y que por tanto no existen lenguas ni dialectos mejores o peores que otros. Por esa razón, nadie se puede atribuir la versión correcta del español: simplemente no existe tal versión. A veces esto es fácil de aceptar: nadie cree que sea mejor decir aguacate que palta, o papa que patata. Como estamos acostumbrados a crear nuevas palabras, toleramos las diferencias léxicas. Otras propiedades gramaticales, en cambio, son más estables y la variación genera resistencia. Y ante variedades adquisicionales, es decir, ante gramáticas formadas durante la adquisición de una segunda lengua, el rechazo es realmente feroz, aunque éstas sean también un producto regular de la facultad lingüística.

Y si el usuario de una variedad adquisicional pertenece a un grupo marginado, el rechazo lingüístico se convierte en perfecto vehículo para encubrir la discriminación. Escuchar Del cóndor su pata impulsa a algunos a denunciar una imaginaria falta de inteligencia. Así utilizan un discurso cuya premisa básica es socialmente aceptable (el rechazo a la diferencia lingüística) para propagar formas de discriminación que serían intolerables sin camuflaje. Eso hizo el diario Correo al ridiculizar a Hilaria Supa porque escribe en español andino, variedad adquisicional fruto del contacto entre el español y las lenguas andinas: con la excusa de denunciar errores ortográficos y gramaticales, dio rienda suelta a sus prejuicios.

Es tan absurdo negarle a alguien hablar en quechua como negarle hablar en una variedad de contacto. No se trata de que cada uno escriba como quiera, pero no tiene sentido quejarse porque la escritura refleje las propiedades de la lengua del usuario. Denunciar la ortografía de Supa equivale a negarle al español andino el derecho a ser escrito. Eso es inaceptable.

Si rechazamos la premisa de que los usuarios de esa variedad están "hablando mal", podemos resignificar la portada de Correo. En verdad representa un hito: después de 500 años, el español andino está finalmente en primera plana. Es cierto, su presencia viene acompañada de una interpretación negativa. Denunciemos el prejuicio, pero conservemos la noticia real: el español andino ha sacado la cabeza de los nichos de segregación a los que el discurso prescriptivo lo condenó, y ha puesto un pie en el Congreso de la República. No es Supa quien no sabe; es Correo quien ignora por completo el verdadero significado de la notica que reporta: la escena oficial ya no puede seguir embalsando las variedades lingüísticas y éstas reclaman su derecho a ser formas legítimas de expresión en todos los contextos. Quizá sea el signo de un tiempo nuevo, en el que se diluya para siempre la absurda dicotomía entre Perú “profundo” y Perú “contemporáneo”.

AMPLIACIÓN

Este excelente artículo de Miguel tiene un contexto que vale la pena contar. Lo primero es que leí el instructivo post "Me tiemblan mis labios" de su blog "La peña lingüística":

http://lapenalinguistica.blogspot.com/2009/04/me-tiemblan-mis-labios.html

Me gustó mucho, y me pareció importante divulgarlo más allá del limitado (en lectoría) mundo de los blogs. Pensé en glosarlo para mi artículo en La República, pero después me dí cuenta de que nunca podría decir lo que dice Miguel mejor que él mismo, así que le propuse ser "columnista invitado". Algo no muy ortodoxo, pero que Mirko Lauer hace de vez en cuando. El diario aceptó publicar el artículo, aunque no la figura de "columnista invitado"; no importa, lo central es que el texto se difunda.

A propósito de una versión preliminar del texto publicado, intercambiamos con Miguel algunos correos electrónicos, que a mí francamente me han "desasnado". Pensé por ello que publicar este intercambio podría también ser instructivo para más personas. Lo publico con autorización de Miguel, con mínimas ediciones. Saludos.

-----Original Message-----
From: Martín Tanaka
Sent: Saturday, April 25, 2009 12:27 AM
To: Rodriguez-Mondonedo, Miguel
Subject: corrección

Miguel,

(...) El artículo me parece muy bueno. Aprovecho para hacerte una consulta como lego, que puede como no llevar a alguna modificación del texto, lo dejo a tu criterio. Evidentemente, en las escuelas se enseña y corrige ortografía y gramática. Y hay correctores de estilo en las editoriales. ¿Qué significa esto? ¿Que hay ámbitos, espacios, donde vale la "norma oficial de la RAE" y el problema es generalizar lo que es válido en esos espacios a otros de la vida cotidiana? ¿O el punto es que es válido tener como referencia esa "norma oficial", y el problema es discriminar por un manejo no "ortodoxo" o no eficiente de la misma? Digamos, si yo me pongo a estudiar mañana alemán, idioma del que no sé nada, por supuesto que tengo que esforzarme en aprender el léxico y la gramática. Es claro que cometeré errores al inicio. Más adelante, al dominar el idioma, puede ser que hable un alemán "como latino", y pueda reivindicarlo. Y podré exigir que no me discriminen por ello, salvo está, claro, que postule al puesto de corrector de estilo de alguna editorial alemana.

Respecto al artículo, tal vez sería bueno, es una sugerencia, aclarar cuál es el problema con lo de Correo: ¿aplicar la norma de la RAE a un espacio como el Congreso, donde lo que vale es el principio de la representación? ¿O satanizar y discriminar a alguien por un manejo no ortodoxo de la norma? ¿O estás diciendo que no importan los errores de ortografía y gramática? Me imagino que algunos lectores se harán estas preguntas. Recuerda que el lector del diario no es un lector universitario, y hay que ser claro, y evitar críticas fruto de un error de interpretación de lo que dices.

Bueno, me salió largo, pero creo que valió la pena. Saludos,

Martín

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RE: corrección
From: Rodriguez-Mondonedo, Miguel
Sent: Saturday, April 25, 2009 6:36 PM
To: Tanaka, Martín

Gracias por los comentarios.

Para contestar tu pregunta, lo que estoy diciendo es que "un error gramatical" es una entidad imaginaria, como lo podría ser "un metal equivocado" o "una estrella incorrecta". La razón de ser del discurso prescriptivo es la neutralización de las diferencias lingüísticas, por razones esencialmente políticas. La noción de "error gramatical" es un mecanismo ideológico para homogenizar una población, en otras palabras, es parte del discurso mítico, no del discurso científico.

Por supuesto que alguien que no sabe "alemán como latino" no podrá ser corrector de estilo de una editorial que publica libros en "alemán no latino". Pero podrá ser corrector en una que publica libros en "alemán como latino". De la misma manera, alguien que solo sabe inglés no podrá corregir textos en español. La pregunta que deberíamos hacernos no es si el "alemán como latino" es más o menos correcto que el "alemán no latino". O si el inglés es mejor que el español. Eso es como preguntarse si Venus es un planeta más correcto que Mercurio. La pregunta relevante es por qué no hay editoriales que publiquen libros en "alemán como latino" o incluso mejor por qué no hay libros en "alemán como latino". O en piro, o en asháninca...o en español andino. Y la respuesta es bastante clara: escribir y publicar libros es, por desgracia, un lujo que muchas comunidades no pueden darse; y eso no tienen nada que ver con su gramática sino con circunstancias políticas y socioeconómicas bien conocidas. En este sentido, la noción de "error gramatical" contribuye muy eficazmente a la legitimación de estas condiciones de marginación; esa es justamente una de las funciones del discurso mítico: contribuir a la afirmación de las relaciones de poder. Después de todo, TODA asimetría de poder es artificial, y solo puede justificarse con un mito, sea este el Partido, la Revolución, la Nación, la Raza, la Mano Invisible del Mercado...la Pureza Gramatical.

Yo reconozco que esta es un idea compleja, pero nada controversial en la comunidad de lingüistas (no confundir con la comunidad de los que "hablan como lingüistas")----excepto quizá por la asimilación de cosas como "la Revolución" o " la Mano Invisible del Mercado" a esta lista, que ya es de mi cosecha, jeje. Por esa misma razón, es un poco difícil de explicar sin dar la impresión de un relativismo sin control. Pero es todo lo contrario. Esto no tiene nada que ver con la corrección política. Es más, uno podría ser un racista a ultranza (algo que es condenable independientemente de cualquier discusión gramatical) y todavía no tener manera racional de justificar por qué "La pata del cóndor" es mejor que "Del cóndor su pata". En otras palabras, es una verdad ABSOLUTA que no existe la diferencia entre "correcto" e "incorrecto" con respecto a la gramática, de la misma manera que es una verdad ABSOLUTA que no existe tal diferencia con respecto a los planetas.

Ahora bien, hay un sentido en el cual Mercurio es "incorrecto" y, por ejemplo, la Tierra es "correcta", a saber, solamente podemos vivir en la Tierra. Es decir, que la Tierra es "correcta" es una verdad RELATIVA a nuestro punto de vista, no relativo a su carácter de planeta. Es un hecho enteramente accidental que sus propiedades permitan nuestra existencia. De igual manera, es un hecho enteramente accidental que se escriban libros diciendo "La pata del cóndor" pero no "Del cóndor su pata".

Saludos,
Miguel

-----Original Message-----
From: Martín Tanaka
Sent: Saturday, April 25, 2009 7:35 PM
To: Rodriguez-Mondonedo, Miguel
Subject: RE: corrección

Miguel,

Sigo con mis preguntas y comentarios de lego, que espero te sirvan para aclarar, si acaso, las ideas de tu artículo.

A ver, la idea central, que a mí me gustó, y que me parece importante publicar en el diario, es que en la base de la discusión de la corrección gramatical y ortográfica hay una forma de discriminación; de parte de una sociedad criolla letrada oficial, por así decirlo, que usa el argumento de la corrección para subordinar a quienes tienen ciertas formas de usar el idioma que deberían considerarse algo así como variedades, antes que como incorrecciones. Decir "del cóndor su pata" es una variedad regional, no una incorrección. Bien. El incidente con Correo debería servir para buscar una mejor representación del Perú, que no puede reducirse al Perú criollo letrado oficial, más todavía en un país tan diverso como el nuestro.

De otro lado, siendo politólogo entiendo perfectamente que la corrección gramatical y ortográfica es una convención social, producto de hegemonías y poderes. Lo entiendo perfectamente porque, en efecto, cosas parecidas se pueden decir de ideas como nación, Estado, representación, pacto social, etc. Esta convención requiere construir su legitimidad, y enfrenta procesos de cuestionamiento, la cosa es siempre fluida.

Ahora bien, me pregunto si llevar este argumento al extremo no nos hace llegar a un anarquismo desaconsejable. Si bien es cierto que la nación y el Estado son construcciones que reflejan correlaciones de poder y hegemonías, estarás de acuerdo conmigo en que muchos aspectos de esas convenciones son útiles para la convivencia. El tema es que ellas no se conviertan en fuente de discriminación. Digamos que acepto la autoridad de la policía y el pago de impuesto, considerando que eso mejorará la convivencia. Acepto las reglas de ortografía para evitar que cada quien escriba a su manera, lo que dificultaría la comunicación. Es una cosa de "economía comunicacional".

En otras palabras: si mi hija escribe "pono" en vez de "Puno" yo la corregiré; al mismo tiempo entendería que si su lengua materna es quechua o aymara será un "error" muy frecuente. Al mismo tiempo, pensaría que ese niño es tan capaz o inteligente que otro limeño que sí escribe bien "Puno".

¿Cómo ves todo esto? Este intercambio está siendo muy instructivo para mí.

Saludos,

Martín

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RE: corrección
From: Rodriguez-Mondonedo, Miguel
Sent: Saturday, April 25, 2009 11:45 PM
To: Martín Tanaka

Para mí también este intercambio es muy instructivo. Tengo el proyecto de preparar un libro sobre estos temas, que, para mi sorpresa, convocan tanto el interés de todo el mundo, así que un interlocutor que cuestiona las ideas inteligentemente es siempre bienvenido.

Es interesante que el caso que se compare a los impuestos o la policía sea la regla ortográfica. Porque efectivamente la ortografía constituye un sistema completamente ajeno a la gramática: ha habido lenguaje durante los últimos 100.000 o 50.000 años, pero la escritura no empezó sino hasta hace cinco o siete mil. Y sin ir tan lejos, hoy mismo 5 de cada 6 lenguas del mundo no tiene un sistema de escritura. Se puede hacer cualquier concesión a la unidad ortográfica sin riesgo, siempre y cuando se mantenga la conciencia de su carácter convencional, y que efectivamente no se emplee para discriminar. Y eso no significa solamente que no nos burlemos de los que cometen errores sino que ofrezcamos a todos las herramientas para adecuarse a la convención. Eso significa una educación eficiente para todos. Pero nota otra vez que eficiente no significa uniforme. No podemos relativizar la eficiencia a una sola lengua o a una sola variedad de lengua. Si los estudiantes tienen lenguas diferentes, las estrategias para entrenar en la convención ortográfica tienen que ser diferentes.

Me permito un ejemplo. En inglés, la parte final de las sílabas es bastante estable. Por ejemplo, en la palabra STOP la p final siempre se pronuncia de manera nítida. En español eso no es así. La D final de la palabra LIBERTAD, digamos, se transforma en T o simplemente no se pronuncia: libertad > libertat > libertá. A los niños que son hablantes nativos de inglés se les puede enseñar a escribir diciendo cosas como: escriban “p” como en "stop" (el ejemplo no es inventado, yo lo he visto en un libro de Phonics, como se llama aquí a la enseñanza de la escritura). Ahora bien, imagina que alguien les enseña a los niños monolingües de español algo como "escriban “d” como en libertat". ¿Qué clase de ortografía adquirirían? Sería pésima, sin duda. Suena ridículo que a alguien se le ocurriera proponer eso, pero es exactamente lo que Correo propone cuando dice "Coquito para Congresista Supa". Coquito es un libro para enseñar a hablantes monolingües de español. No para hablantes nativos de Quechua. Esa es la tragedia de la educación en el Perú. Y se hace en nombre de la "economía comunicacional", porque se supone que todos debemos evitar que cada quien escriba a su manera, no porque eso dificultaría la comunicación (aunque eso se diga), sino porque eso dificultaría la tarea uniformizadora del Estado.

Por otro lado, es completamente falso que la diversidad dificulte la comunicación. Quizá convenga recordar que el Quechua no fue prohibido en el Perú sino hasta después de la revolución de Túpac Amaru. Pero 100 años después de fundada Lima, ya nadie hablaba Quechua allí. Una hipótesis posible es que no desapareció porque fuera activamente perseguido en Lima, sino porque era más conveniente para los locales hablar castellano, dado el alto grado de intercambio que se estableció allí (pero nótese que todavía hay una asimetría: fue el castellano, la lengua del poder, la que se impuso; esto no es trivial, y merece una discusión independiente). La necesidad de comunicación crea mecanismos comunes para el intercambio. La diversidad lingüística es precisamente la evidencia de que no hay comunicación suficiente. No es la causa de la falta de comunicación, es su resultado. En ese sentido, no hay ninguna necesidad de atacar la diversidad lingüística, ni de lamentarse porque alguien no hable castellano. Tampoco es imposible, por supuesto, que las diferencias vayan desapareciendo en la medida que la comunicación entre grupos diversos se haga más y más fluida. Lo crucial aquí es que no desaparezca solamente en una dirección, es decir, si acaso es cierto que un país más integrado necesita una lengua común, eso no significa que esta tenga que ser el castellano de Martha Hildebrandt. ¿Qué habría de malo en que fuera el castellano de Hilaria Supa? La intervención relevante no es tratar de uniformar la lengua. La intervención relevante consiste en asegurar apropiados mecanismos de integración, de comunicación. La lengua común vendrá (o no) después de ese proceso, y tendrá los rasgos que los hablantes creen en ese intercambio, y no será necesariamente lo que ahora podamos anticipar. De hecho, no nos debería preocupar en absoluto cuál será esa lengua, porque cualquiera que creen los hablantes será igualmente eficaz. El castellano no lo inventó Cervantes. Adicionalmente, los hablantes podrían decidir conservar sus lenguas, y si eso hacen no tenemos derecho a intervenir (Martha Hildebrandt tiene derecho conservar su castellano, siempre y cuando no afecte el derecho de otros a hablar su propia lengua).

Nada de eso desautoriza a los correctores de estilo ni debe uno sentirse culpable de corregir la ortografía de los niños (y adultos). La escritura es una herramienta indispensable que hay que conservar devotamente. Ningún error ortográfico hay sin embargo en "Del cóndor su pata". Y tampoco puede haber un error ortográfico en "Pono" si eso se escribe en castellano andino---en el quechua del sur, la U se hace O después de consonantes glotalizadas, y la P es glotalizada en Quechua, es decir, "Pono" es el mismo "error" que "fútbol". La razón por la que corregimos a "Puno" es porque así hablamos en español estándar. De la misma manera, si escribimos "fútbol" en inglés debemos escribir "football" (en realidad "soccer", pero pasemos eso por alto). La pregunta aquí es: si nosotros nos permitimos escribir "fútbol" cuando escribimos en castellano estándar, ¿por qué no le permitimos a otros escribir "Pono" en castellano andino y lo dejamos de llamar un "error frecuente"? ¿Es "fútbol" un error frecuente?

Yo no abogo por un caos ortográfico. De hecho, es todo lo contrario. Exigir a secas que un hablante de castellano andino escriba "Puno" es lo que puede contribuir a SU caos ortográfico. Yo abogo por la versión más conservadora imaginable de la defensa ortográfica: aquella que le permite al usuario conservar a toda costa las propiedades de SU lengua.

Saludos,

Miguel

VER TAMBIÉN:

Jorge Perez sobre el castellano andino
http://blog.pucp.edu.pe/item/7062

Hilaria Supa was right
http://utero.pe/2009/04/27/hilaria-supa-was-right/

sábado, 25 de abril de 2009

Adiós a los padres

Siempre es recomendable leer la revista mexicana Nexos, está disponible el número de abril. Quedé muy conmovido al leer los textos de Héctor Aguilar Camín y Rafael Pérez Gay. Léanlos, pero preparénse antes de hacerlo. No serán los mismos al terminarlos.

Reencuentro
Héctor Aguilar Camín
http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=309

El último capítulo
Rafael Pérez Gay
http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=297

Lentos adioses, largas agonías. Quiere la medicina moderna que los padres mueran viejos y que sus hijos se despidan de ellos en interminables jornadas de enfermedad y deterioro. Como nunca, ante la mirada que envejece de los hijos, los padres son anticipación del muro de sombras del fin de la vida y el espejo radiante de la vida vivida.

Ofrecemos el recíproco adiós a los padres de Héctor Aguilar Camín y Rafael Pérez Gay, dos memorias admirables, dispares y gemelas, a la vez celebración y elegía.

"Reencuentro" es el primer capítulo de la memoria que Aguilar Camín escribe sobre sus padres, a quienes la enfermedad reúne en un hospital, luego de medio siglo de no verse.

"El último capítulo" reúne pasajes de la novela homónima de Rafael Pérez Gay, que verá la luz este año. Es el registro de los días terminales de dos sombras sin sosiego, tocadas por la soledad, el hospital y el tiempo.

http://www.nexos.com.mx/?P=principal

miércoles, 22 de abril de 2009

Entre el crecimiento económico y la insatisfacción social

Este es un post de descarado autobombo, me disculparán los lectores. Estoy muy contento porque en los dos últimos meses han aparecido tres libros míos: en uno soy coautor, en otro soy editor, ver:

http://martintanaka.blogspot.com/2009/03/salio-mineria-y-conflicto-social.html

http://martintanaka.blogspot.com/2009/04/la-nueva-coyuntura-critica-en-los.html

El libro que acaba de salir, también por el Instituto de Estudios Peruanos, es "Entre el crecimiento económico y la insatisfacción social. Las protestas sociales en el Perú actual", libro del cual coautor y coeditor con Romeo Grompone. A continuación el índice:

Introducción

Los movimientos sociales en el Perú y sus marcos explicativos
Romeo Grompone

I. Las protestas en el Perú entre 1995 y el 2006
Carolina Garay y Martín Tanaka

II. Alcaldes sin poder. El permanente conflicto por la Municipalidad de Asillo
Elisa Wiener Bravo

III. Treinta y cinco años después. Conflicto y magisterio en Ayacucho
Julio Vargas

IV. “Aquí están los cocaleros”. Un acercamiento a las protestas cocaleras en el valle del río Apurímac
Anahí Durand Guevara

V. Movilización sin movimientos. El caso de los conflictos entre comunidades y la empresa minera Yanacocha en Cajamarca
Carlos Meléndez Guerrero

Conclusiones

Las nuevas relaciones entre protestas sociales y política
Romeo Grompone y Martín Tanaka

Ver:
http://www.iep.org.pe/publicacion/003448/entre-el-crecimiento-economico-y-la-insatisfaccion-social-las-protestas-sociales-en-el-peru-actual/

martes, 21 de abril de 2009

Perú en Ecosocial

Vista desde la ventana de mi oficina en el Kellogg... la primavera llegó...

Artículo publicado en La República, martes 21 de abril de 2009

http://www.larepublica.pe/files/edicionimpresa/larepublica/2009/04/21/20090421_1_1634_18_2.jpg

La semana pasada participé en la conferencia “Cohesión social en América Latina”, realizada en el instituto Kellogg de la Universidad de Notre Dame, en los Estados Unidos. En ella se presentaron ponencias basadas en la encuesta “Ecosocial”, aplicada en los primeros meses de 2007, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, México y Perú, representativa del ámbito urbano de todos los países.

Perú aparece en esta encuesta como uno de los países con más alta participación en organizaciones; sin embargo, ella no está acompañada de mayores niveles de cohesión social. Perú es también un país con bajos niveles de confianza interpersonal (los más bajos, junto con Brasil); con bajos niveles de tolerancia; con altos niveles de discriminación; con los niveles más altos de inseguridad y victimización en los barrios. Pasando al ámbito político, destacamos por tener los más bajos niveles de confianza en las instituciones y la más alta percepción de arbitrariedad y distancia frente a las autoridades. A pesar de ello, hay también actitudes e iniciativas dinámicas: mostramos altos niveles de nacionalismo, relativo optimismo en cuanto a nuestras posibilidades de progreso individual; pensamos más que en otros países que la pobreza es resultado de la falta de iniciativa, y confiamos más que en otros países en el trabajo y el esfuerzo individual para salir adelante. Finalmente, ante la pregunta “teniendo en cuenta todos los aspectos de su vida, ¿usted se siente muy feliz o bastante feliz?”, en nuestro país un 48% se ubica en estas categorías, el nivel más bajo de los siete países.

Es interesante registrar que estos datos se dan en el marco de un alto crecimiento económico, de una disminución de la pobreza (considerando el periodo 1997-2007), e incluso de una reducción de los niveles de desigualdad y una mejora en la distribución del ingreso (tomando en cuenta el periodo 2002-2006), según varias ponencias presentadas en la conferencia. Según Carol Graham, es relativamente común encontrar que los niveles de insatisfacción e infelicidad aumentan en contextos de crecimiento y desarrollo económico, aunque suene inicialmente contraintuitivo. En realidad, no es tan raro: como comentaba Patricia del Río en su última columna en Perú 21, la frustración y molestia ante las tragedias que ocurren en el país es mayor precisamente porque se dan en un contexto de crecimiento, no de escasez.

Es interesante contrastar estos datos y evidencia con el discurso ideológico según el cual en Perú el malestar social es consecuencia del aumento de la pobreza y de la desigualdad generada por las políticas aplicadas en los últimos años. Es un argumento que suena persuasivo, y es excelente para la acción política; el problema es que la evidencia disponible apunta en la dirección contraria. Por supuesto, es claro también que los avances de los últimos años podrían haber sido sustancialmente mayores, de haber habido más voluntad y un fortalecimiento en las capacidades institucionales del Estado.

VER TAMBIÉN:

El programa de la conferencia:


Social+Cohesion+Conference+Program


Social+Cohesion+Conference+Program Martin Tanaka Conferencia Cohesión social, 16-17 de abril 2009, The Kellogg Institute y CIEPLAN





La encuesta ecosocial,

http://www.ecosocialsurvey.org/archivos/presentacion_ecosocial_general_ecosocialsutvey.pdf

Y más información sobre ese proyecto. Atención, que las bases de datos se pueden conseguir también aquí:

http://www.ecosocialsurvey.org/inicio/index.php

El texto de Patricia del Río:
http://peru21.pe/impresa/noticia/peruavanza/2009-04-17/244149

Sobre "el discurso ideológico" al que hice referencia, ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2009/04/asesinatos-golpe-neoliberalismo.html

Y también:
http://www.larepublica.pe/disidencias/18/04/2009/el-fujimorismo-recargado

domingo, 19 de abril de 2009

Entrevista a Guillermo O'Donnell

No perdérsela, está buenísima.

Política. Entrevista a Guillermo O’Donnell

“En los 70 hubo un criminal maniqueísmo. Creí que había concluido con la democracia, pero ahora está reapareciendo "

Es el académico argentino en ciencias políticas más reconocido en el exterior y vuelve a vivir a su patria tras treinta años de enseñar en las principales universidades del mundo. Sin compromisos con el aquí y ahora, dice que al kirchnerismo “le conviene resucitar fantasmas y polarizar en un execrable odio todo aquello que se le opone”. Y que el primer Perón “no fue democrático”. Desde hace más de quince años su especialidad es el cesarismo, las democracias delegativas y decisionistas. Vino al lugar justo para su estudio.

—¿Qué hace uno de los mayores politólogos del mundo, premio de la Asociación Internacional de Ciencia Política, ex presidente de esa asociación, uno de los intelectuales argentinos más respetados en el exterior, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Yale, miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, profesor e investigador de universidades como las de California, Stanford, Oxford, Cambridge y Notre Dame, entre varias otras, qué hace –repito– una persona así, volviendo a los 73 años a vivir a la Argentina después de décadas viviendo en el exterior?

—Mi mujer y yo hemos estado volviendo a la Argentina, desde hace 15 años, dos meses por año. Mantuvimos el contacto con la familia, amigos, colegas, y siempre muy prendidos con la Argentina. Pero a los 73 años hay cosas más imprescindibles, como la familia y los amigos, y uno se pregunta dónde prefiere morirse. De manera que estamos de vuelta (...)

Ver:
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0357/articulo.php?art=13980&ed=0357

sábado, 18 de abril de 2009

Mayer Zald en Notre Dame


Tuve la suerte de estar ayer en el homenaje que se le rindió a Mayer Zald, por parte del Center for the Study of Social Movements and Social Change de la Universidad de Notre Dame. Zald recibió el "John D. McCarthy Award for Lifetime Achievement in the Scholarship of Social Movements and Collective Behavior". En el homenaje estuvo John McCarthy, primer ganador del premio, al inicio discípulo de Zald, y después uno de sus colaboradores principales. Fue una ceremonia sencilla pero emotiva, en la que Zald pasó revista a su carrera académica y habló de sus proyectos actuales, porque sigue muy activo. Ver:

http://www.nd.edu/~cssm/

¿Quién es Mayer Zald, para quienes no lo conocen? Pues diría simplemente que es una de las personas que más ha hecho, desde el punto de vista teórico y de la investigación empírica, para entender la dinámica de los movimientos sociales y de las protestas sociales. Si ustedes son estudiantes de ciencias sociales, están interesados en esos temas, y no lo han leído, pues deberían protestar ante sus profesores. Zald es quien forjó la teoría de movilización de recursos, junto a John McCarthy (ver el clásico "Resource Mobilization and Social Movements: A Partial Theory," en American Journal of Sociology, 82, 6, mayo 1977).

Puedo decir que me precio de ser un difusor de las ideas de Zald en nuestro medio. Pienso que en Perú y en América Latina en general el estudio de los movimientos sociales tiene un sesgo muy exagerado, en donde una versión vulgar y distorsionada de las ideas de Alain Touraine (por un voluntarismo político y una politización mal entendidas) aparece como el único enfoque posible cuando simplemente no lo es. Comenté sobre eso en un viejo texto, "Jóvenes: actores sociales y cambio generacional. De la acción colectiva al protagonismo individual" (en: Julio Cotler, ed., Perú: 1964-1994. Economía, sociedad y política. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1995 (p. 149-165).

Desarrollé un poco más la justificación de la importancia de estas ideas en el texto "Individualismo metodológico, elección racional, movilización de recursos y movimientos sociales: elementos para el análisis", que salió publicado en las revistas Debates en Sociología (nº 19, Revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1994) y con el título "Elementos para un análisis de los movimientos sociales. Individualismo metodológico, elección racional y movilización de recursos" en la revista colombiana Análisis Político, nº 25, mayo-agosto 1995 (Revista del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia). Y son ideas que he seguido usando, de una manera o de otra, cada vez que he escrito sobre movimientos sociales, participación y protestas sociales. En este último texto, citaba a Zald cuando resumía las ideas centrales de la teoría de movilización de recursos:

"Primero, la conducta (colectiva) implica costos; por tanto, los sufrimientos o deprivaciones no se traducen fácil o automáticamente en la actividad de los movimientos sociales, especialmente en la actividad de movimientos sociales de alto riesgo. El cálculo de costos y beneficios, no importa cuán elemental, implica elección y racionalidad, a algún nivel. La movilización, fuera de las rutinas de la vida social y familiar, fuera del trabajo y el ocio, es problemática. Segundo, la movilización de recursos puede ocurrir desde dentro del grupo afectado como por fuera de éste; tercero, los recursos son movilizados y organizados, por tanto, el proceso de la organización es crucial. Cuarto, los costos de la participación pueden ser aumentados o disminuidos por el Estado, por respaldos sociales o por represión. Y quinto, en tanto la movilización es en mucho problemática, también lo son los resultados de los movimientos. No hay correspondencia directa o unívoca entre el nivel de la movilización y el éxito de la misma".

Son ideas que me siguen pareciendo muy potentes analíticamente. En los últimos años las ideas de Zald son parte central de lo que yo llamaría el canon de la teoría de los movimientos sociales, que ha evolucionado hacia la construcción de una sola teoría que ha integrado lo que antes se veían como enfoques alternativos. Lástima que no se le lea y no se le tome en cuenta lo suficiente en nuestro medio: entenderíamos más y mejor los conflictos, las protestas y los movimientos sociales.

(John McCarthy en el homenaje a Zald)

Sobre Zald, ver su CV e impresionante lista de publicaciones. Yo recomiendo especialmente:

John D. McCarthy and Mayer Zald, “Resource Mobilization and Social Movements: A Partial Theory,” American Journal of Sociology, 82, 6, May 1977.

“Looking Backward to Look Forward: Reflections on the Past and Future of the Resource Mobilization Research Program,” pp. 326-50 in A. D. Morris and C. M. Mueller, editors, Frontiers of Social Movement Theory, New Haven, CT: Yale University Press, 1992.

“The Continuing Vitality of Resource Mobilization Theory: Response to Herbert Kitschelt's Critique,” pp. 348-54 in Dieter Rucht, editor, Research on Social Movements: The State of the Art in Western Europe and the USA. Campus Verlag/Westview, 1992.

Doug McAdam, John D. McCarthy and Mayer Zald, editors, Political Opportunities, Mobilization and Framing: Comparative Studies in Social Movement Dynamics. New York: Cambridge University Press, 1996.

J. D. McCarthy and Mayer Zald, “The Enduring Vitality of the Resource Mobilization Theory of Social Movements,” pp. 535-65 in Jonathan Turner, editor, Handbook of Sociological Theory. Kluwer Academic/Plenum Publishing. 2002.

http://www.lsa.umich.edu/soc/directories/dl/faculty/mayerz.pdf

Ver también la excelente entrevista de Daniel Little (completa en You Tube en ocho partes), en donde Zald habla de sus ideas principales:

http://www.youtube.com/watch?v=15fltLoUa4Y&feature=PlayList&p=7568178AA5D8E237&index=0&playnext=1

VER TAMBIÉN:
http://jorobadonotredame.blogspot.com/2009/04/mayer-zald-en-mi-barrio.html

miércoles, 15 de abril de 2009

Nueva Sociedad 220: México

El último número está buenísimo.

Todas las crisis de México
Nueva Sociedad 220 Marzo / Abril 2009

México gravita entre el pesimismo económico y el miedo a la violencia, el desgaste del proceso democratizador, con una política que genera más rechazo que afecto y que parece girar sobre sí misma, en una inercia autorreferencial estéril. A pesar de que la crisis parece un signo común de la realidad mexicana, todavía existen unos (pocos) destellos de optimismo para un México castigado.

Coyuntura

El cambio frágil de Paraguay. La esperanza y las dificultades de Fernando Lugo
José Carlos Rodríguez

La victoria de Fernando Lugo en las elecciones de agosto de 2008 marcó un quiebre en la historia de Paraguay: constituye la primera derrota electoral del Partido Colorado, la primera alternancia pacífica en el poder y el ascenso, también inédito, de un gobierno de centroizquierda. A pocos meses de la asunción de Lugo, sin embargo, los problemas son graves: la resistencia de los empresarios agropecuarios a pagar más impuestos, las tensiones con Brasil por la renegociación del contrato de la hidroeléctrica Itaipú y el bloqueo parlamentario, que dificulta la aprobación de medidas de emergencia para paliar la crisis económica, son algunos de los obstáculos que enfrenta el nuevo gobierno.

El impacto de la crisis en América Central
Alejandro Aráuz L.

La crisis que estalló en Estados Unidos en 2008 afecta de manera directa a Centroamérica. La economía de la región, muy dependiente de la estadounidense, se ve afectada por diferentes vías: un menor crecimiento de las exportaciones, una disminución de los flujos de inversión extranjera directa y de remesas y una baja del turismo. En este marco, se estima que Centroamérica crecerá apenas 2,6% en 2009. El artículo sostiene que, para enfrentar el vendaval, los gobiernos de la región podrían desarrollar políticas monetarias más expansivas que inyecten liquidez, además de encarar acciones estructurales, como la eliminación de los obstáculos al comercio intrarregional para ofrecer alternativas cercanas a los productores.

Aportes
Nuevas formas de representación y proyecto político
Eolo Díaz Tendero E.

Nuevas dinámicas políticas recorren América Latina. Tanto las alternativas nacional-populares como las de corte más socialdemócrata constituyen intentos por recoger estas nuevas dinámicas y transformarlas en formas de acción, más o menos estructuradas e institucionalizadas según los casos. El artículo argumenta que estos nuevos liderazgos de cercanía, de Michelle Bachelet a Hugo Chávez, no deben interpretarse solo según las características personales, sino que deben ser vistos como potenciales nuevos proyectos políticos que, de acuerdo con las particularidades de cada país, buscan revincular a la ciudadanía con las instituciones y la autoridad de la democracia.

Tema Central
México en 2009: la crisis, el narcotráfico, la derecha medieval, el retorno del PRI feudal, la nación globalizada
Carlos Monsivais

México es un país jaqueado por el narcotráfico, escandalizado por las muertes cotidianas, con un Estado copado por el poder del crimen organizado, una sociedad que desconfía de los políticos y los partidos y una economía en crisis. País fundado sobre la desigualdad y la discriminación, en México convive el impulso modernizador y democrático con los resabios de feudalismo, machismo y racismo; son los indígenas y las mujeres quienes más sufren estas condiciones. El artículo sostiene que el gobierno, nacido de un escandaloso proceso electoral, no duda en apelar a los valores medievales y –frente a un pri que parece resucitar– sigue puntualmente los designios del Vaticano.

La economía mexicana frente a la crisis internacional
Juan Carlos Moreno-Brid

Dada su estrecha relación con Estados Unidos, la de México será una de las economías latinoamericanas más afectadas por la crisis mundial. Según estimaciones oficiales, el pib podría caer entre 1% y 2% en 2009 –aunque, según otras fuentes, como J.P. Morgan, la contracción será de 4%–, con una importante pérdida de empleos. El artículo sostiene que, en vez de especular sobre los posibles efectos cuantitativos de la crisis –inevitablemente inciertos pues todavía no se ha tocado fondo y se desconoce el alcance real de los diversos programas de compensación del gobierno mexicano–, tiene más sentido evaluar su impacto sobre el patrón de desarrollo construido en México tras las reformas estructurales de los 90. El control del déficit fiscal y la inflación, por ejemplo, da cierto margen para implementar políticas anticíclicas, pero la debilidad del crecimiento basado en las exportaciones y la fragilidad del sistema bancario crean problemas serios para enfrentar la crisis.

¿Puede México ser Colombia? Violencia, narcotráfico y Estado
Fernando Escalante Gonzalbo

El fantasma de la colombianización recorre México. Se teme un escenario en el que el crimen organizado, el negocio de la droga y las guerrillas y autodefensas se articulan y socavan el poder del Estado. Algunos informes hablan incluso de México como un futuro «Estado fallido». El artículo discute estos argumentos. Aunque la violencia y el narcotráfico son un problema grave, constituyen un fenómeno muy diferente del colombiano: urbano más que rural, sin contenido político y asociado sobre todo al tráfico por la frontera con Estados Unidos. En suma, una violencia que se explica más por la globalización, la integración con eeuu y la descomposición del antiguo régimen que por una deriva a la colombiana.

México de cara a las elecciones
José Woldenberg

El proceso democratizador que experimentó México en los últimos años, que por primera vez permitió la presencia de la pluralidad política en sus instituciones, se encuentra desgastado. Las dificultades para solucionar los persistentes problemas de desigualdad, pobreza e inseguridad, sumadas a una perspectiva económica pesimista, les ponen un marco complejo a las elecciones de este año, en las que se renovará la Cámara de Diputados y se elegirán seis gobernadores, además de ayuntamientos y congresos locales. El artículo repasa los antecedentes de los comicios, plantea escenarios a partir de los posibles resultados y analiza críticamente el rol de la izquierda mexicana ante este nuevo desafío electoral.

El aparato productivo mexicano. Entre la crisis global y el caos de la política nacional
Enrique Dussel Peters

El sector productivo mexicano, y especialmente el manufacturero, atraviesa una situación gravísima, que comenzó a principios de siglo y que se ha profundizado a partir del estallido de la crisis mundial. La caída de su participación en el pib, la pérdida de empleos y las dificultades para incorporar innovación y valor agregado demuestran que se trata de una crisis de competitividad sistémica y no de un problema coyuntural. A pesar de ello, las políticas públicas se encuentran en una fase caótica debido a la falta de un diagnóstico claro y los cambios de los funcionarios encargados de implementarlas. El artículo argumenta que es necesario partir de un estudio sistémico y global del sector para, a partir de allí, elaborar políticas activas que contemplen la complejidad de la actual situación.

México tras el triunfo de Obama: nuevas oportunidades de cooperación
Andrew Selee

Aunque América Latina ocupa un lugar secundario para el nuevo gobierno de Barack Obama, México constituye una excepción. Y no porque se trate de una prioridad en la política exterior estadounidense, sino porque todos los temas que integran la agenda bilateral generan efectos directos en la política interna de Estados Unidos. El artículo analiza tres cuestiones claves –el crimen organizado, la integración económica y la migración, y la cooperación en la frontera– y concluye que, aunque seguramente no habrá cambios espectaculares en el corto plazo, sí es posible esperar una mejora en la cooperación en estas áreas. Pero para que ello se concrete es necesario que ambos gobiernos dejen de lado los enfoques nacionales y avancen hacia una verdadera asociación estratégica.

El mito de la energía en México
Macario Schettino

En 2008, tras una aparatosa discusión,el Congreso mexicano aprobó la reforma petrolera. La cuestión es crucial: el petróleo ha sido el soporte de la economía mexicana en los últimos 30 años y hoy cubre buena parte del desequilibrio comercial y aporta entre 30% y 40% de las finanzas públicas. Pero el petróleo es mucho más que una fuente de ingresos: es el gran mito de la Revolución y uno de los pilares en que descansa la comunidad imaginaria. Por eso, la declinación en la producción y la evidente ineficiencia de Pemex no son cuestiones técnicas sino asuntos complejos y sensibles que articulan política, economía e ideología.

La despenalización del aborto en México
Marta Lamas

Aunque la sociedad es mayoritariamente católica y pese a que la Iglesia conserva un rol político importante, México ha dado pasos notables en la liberalización de las leyes de aborto. De hecho, en abril de 2007 la Ciudad de México aprobó la despenalización y comenzó a ofrecer el servicio en hospitales públicos e instituciones de salud. El artículo argumenta que esto fue posible gracias al impulso de los grupos feministas, la polarización electoral y el triunfo del Partido de la Revolución Democrática (prd) en el df. Este logro es parte de un largo camino que ubica a México a la vanguardia de América Latina en el tratamiento humanitario del aborto.

La crisis de seguridad en México
Raúl Benítez Manaut

La inseguridad constituye uno de los grandes problemas de México. Se manifiesta en dos formas: la inseguridad que vive la población, afectada por el aumento de los delitos, y el auge del narcotráfico, que se explica por la incorporación de México a la ruta de la cocaína proveniente de Colombia con destino a Estados Unidos. Esto se manifiesta diariamente en una creciente violencia, concentrada en los enfrentamientos entre organizaciones criminales y entre estas y las fuerzas de seguridad. El artículo argumenta que, aunque no puede hablarse de México como un «Estado fallido», las estructuras de seguridad, inteligencia y justicia se encuentran sobrepasadas y corrompidas, y es necesario encarar prontamente su reforma si se quiere enfrentar el problema.

Desigualdad y política social en México
Clara Jusidman

México es uno de los países más desiguales de América Latina. Aunque en los últimos años se registraron algunas mejoras en la distribución del ingreso, relacionadas sobre todo con las remesas y la diversificación de actividades en el medio rural, la situación sigue siendo crítica. La desigualdad en México es un fenómeno complejo y multifuncional, que se relaciona y se retroalimenta con la discriminación ética, de género y de lugar de residencia. Tras elaborar un diagnóstico del estado de la desigualdad, el artículo analiza las diferentes generaciones de programas sociales, desde los intentos de construcción de un Estado de Bienestar hasta los nuevos programas de transferencia de renta, y concluye que, para enfrentar el problema, es necesario avanzar hacia la universalidad de los derechos sociales.

La canción del pirata
Antonio Ortuño

Libros
Cuando las izquierdas gobiernan: una perspectiva comparada. Reseña de El sueño de Bolivar, de Marc Saint-Upéry
Franklin Ramírez Gallegos

La revista completa en línea:
http://www.nuso.org/revista.php?n=220

martes, 14 de abril de 2009

La condena a Fujimori (La República)

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Artículo publicado en La República, martes 14 de abril de 2009

http://www.larepublica.pe/files/edicionimpresa/larepublica/2009/04/14/20090414_1_1634_18_2.jpg

Después de leer la sentencia que declaró culpable al expresidente Fujimori y los debates sobre esta, me parece importante intentar no caer ni en una lógica de defensa a rajatabla ni en un intento de desacreditarla, al margen de su contenido.

Si uno busca en la sentencia “pruebas sólidas” (como lo hacen Federico Salazar o José Luis Sardón en sus últimas columnas), de que Fujimori creó y dirigió el grupo Colina, o que ordenó personalmente las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, en efecto, no las va a encontrar. Si uno lee el fallo buscando vínculos directos entre Fujimori y estos crímenes, encontrará, me parece, un documento con lagunas e inferencias arriesgadas.

Sin embargo, lo central de la justificación de la sentencia no sigue ese camino. Ella se muestra muy sólida si es que uno sigue su lógica de razonamiento, que simplificándola, sería algo así: Fujimori gobernó concentrando autoritariamente el poder; la estrategia contrasubversiva era una de sus preocupaciones centrales; su estrategia dio desmedido protagonismo a los aparatos de inteligencia, y a Montesinos y Hermoza, en particular; Montesinos diseñó una estrategia con un componente “público” (“soldado amigo”, respeto a los DDHH), y uno clandestino, de asesinatos selectivos, a cargo del grupo Colina. El funcionamiento de este grupo requirió un gran despliegue organizativo dentro de las estructuras del Ejército, que no podía ser ajeno al conocimiento del presidente. Además, este grupo funcionó entre agosto de 1991 y finales de 1992, y llevó a cabo once acciones, asesinando a cuando menos 49 personas. Todos esos casos fueron de conocimiento público, y la actitud de Fujimori fue siempre la de defender a los responsables, ocultar, distorsionar los hechos. Su actitud es la de quien avala estas acciones, que no podrían haber ocurrido en contra de su voluntad, lo que muestra que eran parte de una estrategia aprobada por él en su calidad de Jefe. En otras palabras, no es que Fujimori haya ordenado matar a las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta, es que esos asesinatos se dieron en el marco de una estrategia aprobada, avalada, defendida por él.

Para que el alegato de inocencia de Fujimori tuviera alguna credibilidad, por lo menos debió descargar la responsabilidad en Montesinos, Hermoza o Salazar Monroe. No siguió ese camino, ya sea porque César Nakazaki era también abogado de los dos últimos (como han señalado Ricardo Vásquez y Enrique Zileri), o porque no le convenía “ventilar los trapos sucios” e iniciar una guerra de acusaciones recíprocas. Otra estrategia hubiera sido, como lo ha sugerido con gran cinismo (compartido por muchos fujimoristas) en más de una ocasión Uri Ben Schmuel desde el diario La Razón, “... en vez de hacer sumas y restas sobre meses o años más o menos en prisión, Fujimori debería decir lo que todos saben pero callan hipócritamente: para lograr la paz se tenía que pagar una cuota de sangre”. Sin embargo, este intento de justificación política implicaba reconocer abiertamente su responsabilidad penal.

ACTUALIZACIÓN:

El director del diario La Razón, Uri Ben Schmuel cita sin mencionar este artículo, en su columna de hoy:

http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LRColDirector01&td=15&tm=04&ta=2009

Repito un comentario que hice hace algún tiempo, a propósito de estas alusiones indirectas:

Dos comentarios. Primero, siempre me molesta ese estilo de muchos de hacer alusiones indirectas: "alguien dijo...". Ocurre incluso en el ámbito académico, donde se trata de una práctica inaceptable. ¿Por qué no se cita a la gente con nombre y apellido? Creo que nos falta más cultura de debate. Debemos polemizar, discutir, con personas y posiciones concretas, si no se termina debatiendo con adversarios imaginados, construidos a medida. Y no debemos molestarnos ni tomar las cosas personalmente, cuando discutimos sobre las ideas, posiciones, de las personas. El tema son las ideas, pero ellas no existen en abstracto al margen de quienes las formulan.

Hay algo de un mal entendido comedimiento, según el cual no sería "propio" hacer alusiones directas. Gran error. Por el contrario, a mí me parece que las alusiones indirectas esconden muchas veces una suerte de "ninguneo" al interlocutor (...)


http://martintanaka.blogspot.com/2007/08/sobre-alusiones-chipoco-y-amartya-sen.html

lunes, 13 de abril de 2009

Sugerencias para las misas católicas (post semana santa)

Este post debió salir el domingo en la noche, pero no tuve tiempo de terminarlo. Me atrevo a hacer algunas sugerencias para mis amigos católicos practicantes.

Como saben los lectores de este blog, durante este semestre estoy en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, en los Estados Unidos. Es una excelente universidad, y una de sus peculiaridades es que es una universidad católica. Ser católico en un entorno mayoritariamente protestante hace que los católicos tiendan a ser verdaderamente practicantes, más todavía en un país muy religioso como este; a diferencia de un país como el nuestro, donde la mayoría es católica, pero tiene una concepción muy "relajada" respecto a la religión.

Yo, si bien, me considero agnóstico, me formé en un colegio católico, así que me defino como de "oposición leal". De vez en cuando me da por ir a misa, y lo difruto mucho. Estando en Notre Dame he asistido a varias, y es una hermosa experiencia; no pude dejar de notar importantes diferencias entre las misas peruanas y las de aquí, siendo ambas católicas. Las de aquí las siento más cálidas, participativas, emotivas, mientras que en Perú las siento rituales, frías, apáticas. Menciono algunos detalles, que tal vez sirvan para que los católicos practicantes traten de tomarlas en cuenta para que las misas nuestras tengan más sentido.

Para empezar, las misas centrales domingueras aquí son hermosas: coro, órgano, instrumentos, que alternan estilos y composiciones diversas, que van de lo barroco a lo folklórico. La música es importantísima para hacer más trascendente y a la vez cercana la experiencia. Finalmente, la misa debe ser festiva, se celebra la comunión con jesucristo. La misa empieza, y el o los sacerdotes, con acólitos y demás, salen de sacristía, y caminan hacia la entrada, y luego regresan al altar. En el camino saludan a los asistentes, dándoles la mano o bendiciéndolos. Básico para sentirse bienvenido.

A lo largo de la misa, varios detalles importantes: primero, las lecturas y la homilía deben poder escucharse bien. Básico un buen equipo de sonido. Y la homilía debe contener un discurso con algún sentido, evidentemente. Luego, en Perú siempre me ha molestado que el recojo de limosna se extienda y coincida muchas veces con la consagración. Me parece el colmo que el momento más sagrado se de en medio del sonido de las monedas. Muy mercantilista. Acá esperan a que termine el recojo de limosnas, para que empiece el rito de la consagración. Excelente ocasión para que la música y los cantos ocupen el espacio vacío entre que termina la presentación de la ofrendas y empieza el prefacio de la consagración.

Luego, con la comunión. En Perú he visto que en general son muy pocos los que comulgan. Todo muy frío. Acá, todos se acercan al altar: los que quieren comulgar, comulgan; los que no, lo indican con la señal de brazos cruzados, y reciben una bendición. Lo importante es que todos participan, nadie se queda sentado conversando.

Al final de la misa, el o los sacerdotes, con los acólitos y demás, no regresan a la sacristía y chau, sino que son los primeros en salir del templo: se paran en la puerta, y despiden a los asistentes a la misa. Dan la mano, dan bendiciones, se toman fotos, etc.

Detalles muy simples, fácilmente copiables para nosotros, y que hacen mucha diferencia: la diferencia entre una misa apática y aburrida, y otra cálida y participativa.

Ver también:
http://en.wikipedia.org/wiki/Basilica_of_the_Sacred_Heart,_Notre_Dame

sábado, 11 de abril de 2009

La condena a Fujimori

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En estos días, como era mi obligación, he leído completa la sentencia condenatoria a Alberto Fujimori. La condena completa la leí aquí:

http://blog.dhperu.org/?p=2896

Diría que el núcleo de la argumentación está en el capítulo XV, "La intervención de Alberto Fujimori Fujimori":

http://blog.dhperu.org/wp-content/2009/fujimoriculpable/sentencia/P2C15_Intervencion.pdf

¿Qué decir, tratando de ser lo más frío y objetivo posible? Opino como ciudadano, no como abogado, que no lo soy, por supuesto. Mi opinión personal es que el razonamiento que lleva a la condena, si bien se basa en indicios, no en pruebas directas (no las hay precisamente porque estamos ante una estrategia clandestina de asesinatos selectivos) es bastante convincente. Poniéndolo en términos simples, el razonamiento es algo así: Fujimori gobernó concentrando el poder; en cuanto a la estrategia contrasubversiva, concentró el poder en el servicio de inteligencia nacional y en inteligencia del ejército, en Vladimiro Montesinos y Hermoza Ríos en particular; Montesinos diseñó una estrategia que contemplaba una estrategia "pública" ("soldado amigo", respeto a los DDHH), y una clandestina, de asesinatos selectivos, a cargo del grupo Colina.

El funcionamiento de este grupo requirió un gran despliegue organizativo dentro de las estructuras del ejército, que no podía ser ajeno al conocimiento del presidente. Además, este grupo funcionó entre agosto de 1991 y finales de 1992, y llevó a cabo once acciones, asesinando a cuando menos 49 personas. Todos esos casos fueron de conocimiento público, y la actitud del condenado fue defender a los responsables, minimizar, ocultar, distorsionar los hechos. Es decir, no es creíble la versión de que él no sabía nada y que su estrategia velaba por el respeto a los DDHH. Su actitud es la de quien avala las acciones llevadas a cabo, en tanto eran parte de una estrategia. En otras palabras, no es que Fujimori haya ordenado matar a las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta, es que esos asesinatos se dieron en el marco de una estrategia aprobada, avalada, defendida por éste.

¿Podrían las cosas haber sido diferentes? Para que la defensa de Fujimori tuviera alguna credibilidad (no sabía nada, todo lo hicieron otros a mis espaldas), por lo menos debió mostrar horror ante los crímenes y desgargar la responsabilidad en Montesinos o Hermoza. Pero no siguió ese camino. Me parece por ello muy cuerdo lo que dice hoy Vásquez Kunze:

"Dejando de lado los tecnicismos legales, estoy seguro de que el eje central de la defensa de Fujimori tenía que ser el de echarles la bosta a otros. Es decir, señalar a otros culpables. Y no, por supuesto, a una banda criminal de 'pichiruchis’ como Martin Rivas y compañía, sino a unos capos de verdad. ¿Quiénes? Pues, aquellos que dirigían los servicios de Inteligencia y el Ejército a la hora de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta. ¿Sus nombres? Julio Salazar Monroe, jefe nominal del SIN; Vladimiro Montesinos Torres, jefe real del SIN, y Nicolás Hermoza Ríos, comandante general del Ejército. El gran problema es que estos “señores” generales, tan bambas como “el emperador”, eran y son también los defendidos de Nakazaki. ¿Cómo podía, pues, Fujimori despacharse contra los clientes de su mismo abogado? ¿Cómo podía señalar en juicio a Montesinos como culpable sin que Montesinos lo señalara a él?

Muchos respetables periodistas se sorprenden de que el tribunal no haya considerado los atenuantes de haber recibido aquel un país en llamas. Pero fue el mismo Fujimori, asesorado por Nakazaki, quien mató esa posibilidad. Cuando dijo que no se arrepentía “de nada”, ni de haberle dado poderes omnímodos a Montesinos, ni de haber mantenido, pese a todas las denuncias, a Hermoza; ni de haber cogobernado con ellos, principales responsables de las matanzas, selló su suerte. Cualquier atenuante palideció ante estos agravantes".

http://peru21.pe/impresa/noticia/nakazaki-mon-amour/2009-04-11/243575

Ahora, esto no significa que el fallo sea impoluto, que no se le hayan pasado cosas. Por ejemplo, me parece muy aventurado afirmar lo siguiente:

650º. Lo glosado en los párrafos anteriores establece, más allá de toda duda razonable, la participación de Montesinos Torres en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, quien a su vez reportó, antes y después, tales hechos al acusado.

Me parece clara la participación de Montesinos, pero no me parece evidente que Montesinos haya informado a Fujimori de estos crímenes "antes y después". Sin embargo, es un tema menor: repito, no es que Fujimori haya ordenado o aprobado realizar los operativos de matanza en Barrios Altos y La Cantuta, lo que sí aprobó fue que se hicieran ese tipo de operaciones que, una vez realizadas, fueron apoyadas, avaladas, defendidas, encubiertas por él.

Finalmente, me parece que este razonamiento marca diferencias importantes respecto a la responsabilidad de Jefes de Estado como Fernando Belaunde o Alan García, durante cuyos gobiernos no puede hablarse de una centralización del poder equivalente, o del diseño de una estrategia deliberada de asesinatos. Sí hay, por supuesto, una responsabilidad política. Claro que este tema da para mucha discusión.

Algunos extractos que me parecen reveladores del razonamiento de la condena:

637°. Los lazos especialmente intensos entre el acusado como presidente de la República y Montesinos Torres como jefe de facto del SIN –la necesaria dación en cuenta de lo que se hacía–, y la amplitud de tareas que asumió, controlando las FFAA, el SINA y las políticas de seguridad pública y antisubversiva, permiten advertir no sólo un ineludible conocimiento de los sucesos más importantes referidos a esos ámbitos sino una toma de posición sobre ellos, su curso, sentido, ámbito y corrección en su caso. De igual modo puede decirse del papel desempeñado por el general EP Hermoza Ríos, a quien colocó y mantuvo en el máximo cargo de la institución más relevante en el enfrentamiento armado contra la subversión terrorista, como fue el Ejército, y lo designó presidente del CCFFAA y jefe del COFI –organismos encargados de la realización de las operaciones contrasubversivas de todas las FFAA y PNP–. El citado general EP no sólo intervino directivamente en el golpe de Estado, alentó al Destacamento Especial de Inteligencia Colina, permitió la incursión de sus integrantes a la Universidad La Cantuta, amenazó al Congreso cuando investigaba el crimen de La Cantuta, negó las diversas informaciones acerca de la actuación de un grupo delictivo en la institución, persiguió a los militares opositores y, entre otras acciones, protegió a los miembros del citado Destacamento. Ese rol, desde luego, no puede entenderse como expresión de una decisión autónoma, al margen y, menos, contra la voluntad presidencial.

641°. Uno de los nuevos procedimientos de lucha militar contra la subversión terrorista, como se expuso en la Parte Segunda, Capítulo VIII, del presente fallo, se llevó a cabo a través de Operaciones Especiales de Inteligencia. Así lo han reconocido los propios AIO integrantes del destacamento Especial de Inteligencia Colina, y en especial el mayor EP Martin Rivas, quien hizo mención al cambio que se suscitó en la dirección y ejecución de las mismas. Al respecto, es de advertir lo siguiente:

1. Desde un plano normativo, las OEI en el año mil novecientos noventa se realizaban en el curso de las operaciones militares y las dirigía el CCFFAA, tal como estaba dispuesto por la Directiva número 017–CCFFAA–PE–DI917.
2. Otro documento relevante, que precisa cómo se actuaba en el campo de la inteligencia operativa del Ejército, es el Manual de Operaciones Especiales de Inteligencia ME–38–20, de abril de mil novecientos noventa y uno. Dicho Manual –que define la doctrina oficial del Ejército en la materia– establecía que el planeamiento y ejecución de las OEI estaban a cargo del SIN –organismo que constituiría el máximo nivel de planeamiento y de decisión–, y que el órgano central o patrocinador para las OEI era la DINTE y su órgano ejecutivo el SIE. Este Manual representaba una circunstancia relevante a la luz de la Directiva número 017–CCFFAA–PE–DI, al consolidar el redireccionamiento y control de las OEI.
3. La virtualidad de lo anterior se consolida con lo establecido en la DUFSIDE, cuya vigencia se ha analizado en la Parte Segunda, Capítulo VIII, § 1. Este documento normativo establece que el SIE es el único órgano autorizado para planear y ejecutar las OEI, para cuya ejecución se requiere la aprobación de la DINTE.

En consecuencia, los cambios residenciados en las OEI no se produjeron por una decisión e interés singular del general EP Hermoza Ríos, ni se circunscribieron al sector castrense. No sólo estaban enlazados a una estrategia militar que entregó a sus órganos de inteligencia la posibilidad de eliminar personas como consecuencia de su quehacer funcional, sino que tal decisión, vista su trascendencia o gravedad, no podía quedarse en ese nivel, más aún si luego el SIN pasó a dirigir el planeamiento y ejecución de las OEI. Las bases y el pase a su realización, por consiguiente, vista la lógica jerarquizada y descentralizada del poder –la forma como éste se expresaba– tenían que partir de la instancia política más alta, la que finalmente decidía el curso de los acontecimientos.

655°. La inicial declaración de culpabilidad judicial militar sólo se circunscribió a los ejecutores materiales y, escandalosamente, se negó o clausuró la imputación a los Altos Mandos y otras instancias del Estado. La jurisdicción castrense, además, ocultó sus actuaciones e impidió que los implicados comparezcan ante la justicia penal ordinaria y el Congreso para de este modo evitar el necesario esclarecimiento objetivo y público de los hechos, con el concurso en sede política de la oposición y la fiscalización de la prensa. El SIN y las FFAA elaboraron documentos para responder y desmerecer los primeros indicios procedimentales –cuestionaban, de inicio, la credibilidad de los denunciantes y descartaban de plano las fuentes de información, cuando desbordaban su poder de control–. Las investigaciones internas fueron nulas y las indagaciones parlamentarias fracasaron en los dos casos [el caso Barrios Altos por el sorpresivo cierre del Congreso a raíz del golpe de Estado del cinco de abril de mil novecientos noventa y dos, y el caso La Cantuta por la desaprobación de la mayoría oficialista del Informe en mayoría emitido por la respectiva Comisión de investigación –que, entre otros puntos, atribuyó responsabilidad en los hechos al general EP Hermoza Ríos– y la aprobación del Informe en minoría que no encontraba participación alguna en los hechos de elementos de la FFAA]. No existió, por consiguiente, una voluntad institucional de esclarecimiento seria, profunda y transparente de los dos crímenes contra los derechos humanos. El papel de la justicia militar en el caso Barrios Altos, fue lamentable y obviamente encubridor. Los ministros del Interior y de Defensa, desde un primer momento, cuando el Congreso pidió explicaciones jugaron un rol marcadamente obstaculizador, no ayudaron a esclarecer nada de lo que preocupaba a la opinión pública, fueron absolutamente funcionales al objetivo de negar los hechos y no contribuir a una investigación objetiva y categórica. En todo el curso de los acontecimientos funcionó, como a estas alturas del análisis probatorio resulta clarísimo, la maquinaria oficial del Estado, perfectamente coordinada desde el SIN, bajo la conducción de Montesinos Torres, para impedir el debido esclarecimiento de los hechos, obstruir el curso de la justicia, liberar de cargos a los sospechosos, y aislar a quienes desde el Estado y la sociedad civil procuraban averiguar con objetividad y firmeza lo realmente sucedido. Tan impresionante mecanismo encubridor, que cruzó las más importantes instancias estatales y se mantuvo firmemente en el tiempo –durante los momentos más álgidos de este auténtico escándalo nacional– no pudo expresarse y consolidarse sin el apoyo del Jefe de Estado, eje fundamental de la articulación de un plan de esos alcances.

633. (...) Es de destacar, como consecuencia de la operación de
aproximación de los indicios, primero, que los delitos se cometieron durante la gestión presidencial del acusado Fujimori Fujimori y por agentes de inteligencia contra víctimas previamente seleccionadas por ellos bajo un patrón determinado y en un contexto marcado por el autoritarismo creciente en el ejercicio del poder, en el que pieza clave de su funcionamiento era el SIN; segundo, que todas las actividades de inteligencia estatal se centralizaron en el SIN, que ejercía un poder efectivo e incontrolado, pero quien lo dirigía, Vladimiro Montesinos Torres, rendía cuenta personal de sus actividades al Jefe de Estado; y, tercero, que bajo ese mismo lineamiento se colocó en los sectores de inteligencia, militar, policial, Defensa e Interior a personas funcionales a su propósito de dominio y que en todo momento siguieron sus disposiciones, incluso –cuando correspondía profundizar el control de todos los resortes del Estado– se adhirieron al golpe de Estado y participaron en las acciones que se emprendieron con esa finalidad. Ello determinó un contexto institucional y político que posibilitó una estrategia, en un sector concreto de la lucha contra la subversión
terrorista, de eliminación física de presuntos terroristas –que es el caso de los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta– y de represión de quienes podían ser considerados eventuales opositores o personas incómodas al poder –que es el caso de los secuestros de Gorriti Ellenbogen y Dyer Ampudia–.

Por otro lado, la constitución del Destacamento Especial de Inteligencia Colina y su funcionamiento obedeció a una estrategia impuesta desde las más altas instancias militares y del SIN. Frente a las acciones terroristas del PCP–SL y del MRTA, y al desplazamiento del primero a las ciudades, en especial a Lima, se estableció como una de las modalidades de respuesta represiva la realización de operaciones especiales de inteligencia para eliminar físicamente a presuntos terroristas calificados como objetivos de inteligencia. Las actividades del Destacamento Especial de Inteligencia Colina, básicamente en el departamento de Lima, fueron de tal dimensión –con un resultado aproximado de cincuenta muertos– y vigencia temporal –aproximadamente quince meses– que comprometió el funcionamiento de los servicios secretos del Estado y del Ejército, lo que ratifica la necesaria implementación de una estrategia específica de contención de la actividad terrorista.

El acusado Fujimori Fujimori no fue ajeno al conjunto de hechos evidenciados. Por el contrario, por su posición de poder, por los hechos acontecidos, por la protección que dispensó a los personajes más comprometidos: Montesinos Torres y Hermoza Ríos, y por el ataque personal a quienes objetaron lo ocurrido, cabe inferir razonablemente que participó centralmente en su comisión. Se está, en consecuencia, ante indicios múltiples que explican el contexto, la comisión de los cuatro delitos y las acciones de encubrimiento ulteriores que, en línea común, apuntan derechamente a la culpabilidad del acusado Fujimori Fujimori.

664°. Si se trata de sostener el carácter concluyente de la inferencia, en tanto comprensión razonable de la realidad normalmente vivida y apreciada conforme a los criterios colectivos vigentes, es de reiterar que todo lo realizado pudo concretarse porque detrás de los delitos juzgados estaba la intervención directiva del acusado Fujimori Fujimori. Ello es así, primero, porque el citado imputado ostentaba el máximo cargo o nivel jerárquico dentro del Estado y que, en un contexto progresivamente autoritario, a partir de lo anterior, decidió constituir un aparatos organizado de poder desde el SIN y definir una política específica, en los arcos de la lucha contra la subversión terrorista, para eliminar físicamente a presuntos terroristas; segundo, porque centralizó la inteligencia del Estado en el SIN y en la persona de Montesinos Torres, así como porque integrantes de los servicios secretos fueron los que material o directamente perpetraron los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta, y los secuestros de Gorriti Ellenbogen y Dyer Ampudia; tercero, porque Montesinos Torres le rendía cuenta de lo sucedido y, a partir de la extensión de las actividades del SIN y su fortalecimiento institucional, lo mantenía informado de todo lo ocurrido; y, cuarto, porque sus potestades de mando y dirección no fueron simbólicas, ni mediatizadas por una previa actuación de órganos colectivos, sino efectivas y directas, de suerte que las ejerció cotidianamente: él era el único que, en esas condiciones, podía hacerlo, y lo hizo.

En estas condiciones, frente a la gravedad objetiva de los sucesos y su fundada alarma social, la extensión en el tiempo de las actividades del Destacamento Especial de Inteligencia Colina y el número de muertos que ocasionó, la grave entidad del compromiso a los que se vieron sometidos los
sectores de inteligencia y castrense, la estructura jerárquizada del conjunto de los organismos públicos comprometidos –su funcionamiento organizado, en especial del SINA en su conjunto, con las relaciones superior subordinado altamente formalizadas–, la política que necesariamente debió dictarse –y, de hecho, fue así– en el ámbito de la lucha contra el terrorismo, y los actos de encubrimiento que dominó, todos ellos vinculados inmediatamente a los crímenes de lesa humanidad en debate, es razonable inferir que tan vasto plan criminal, y el compromiso institucional que importó –es de insistir–, sólo pudo llevarse a cabo con la decidida participación del Jefe de Estado en funciones –más aún en un contexto de concentración del poder y por la posición que ocupaba–. La culpabilidad del acusado Fujimori Fujimori está, pues, acreditada más allá de toda duda razonable.


Todo esto respecto a la sentencia judicial. Sobre la evaluación política, comentaré después.

Asesinatos, golpe, neoliberalismo

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Hace algunas semanas comentaba sobre algunos de los desafíos del liberalismo en el Perú:

http://martintanaka.blogspot.com/2009/03/desafios-del-liberalismo-en-el-peru.html

A raíz de algunas reacciones de personajes de la derecha en el país frente al fallo en el juicio a Fujimori, pidiendo indultos o criticando a la mala la sentencia, uno se queda con un mal sabor. Descorazonador, como dice Mirko Lauer:

No escapará a la mirada del lector cuántos de los críticos de la sentencia contra Fujimori acompañaron con displicencia desde diversos lugares del espacio público (medios, cargos políticos, islas de excelencia económica) el avasallamiento delincuencial del sistema judicial peruano. De modo que ahora están mostrando consecuencia.
Que los capituleros del fujimorismo protesten es comprensible, y están en su derecho. Pero que figuras que ya parecían reconciliadas con el orden institucional encharcado en los años 90 hayan vuelto a acompañar maniobras de corte psicosocial es descorazonador. Pareciera que el indulto que reclaman en el fondo fuera para ellos.


http://www.larepublica.pe/observador/11/04/2009/la-regresion

En un sentido similar, Roberto Bustamante lamenta que quienes promueven la economía de mercado no deslinden claramente con el autoritarismo:

A la izquierda (o a un sector de ella) se le reclama periodicamente un deslinde con la violencia, con “la revolución por la vía armada”. Es un reclamo legítimo, creo, y que además incide en la necesidad por una apuesta por la democracia como sistema de valores, como sistema político.
(...) La misma crítica es extensible a buena parte de la derecha peruana, sobre todo en la semana de la sentencia a Alberto Fujimori, por crímenes de lesa humanidad. ¿No se debería reclamar también un deslinde con el autoritarismo como forma de gobierno? ¿Crecimiento económico -en entredicho, además, teniendo en cuenta la enorme corrupción, justamente económica- sin derechos humanos? ¿Los costos sociales de la reinserción del Perú al sistema financiero mundial? ¿Las cuotas de sangre para la revolución capitalista en el Perú?


http://www.elmorsa.com/2009/04/11/derecha-sale-del-closet/

En el mismo sentido ver también:
http://gonzalogamio.blogspot.com/2009/04/la-prensa-conservadora-y-la-opcion-por.html

Felizmente no todos están en la misma tesitura. Ver por ejemplo a Alvaro Vargas Llosa:
http://peru21.pe/impresa/noticia/crimenes-estado/2009-04-11/243584

Totalmente de acuerdo. Dentro de la derecha parece muy grande el sector que no es capaz de diferenciar economía de mercado de autoritarismo político, cuando no tiene por qué ser así; es más, hasta debería hacerse el argumento contrario, el autoritarismo debilita a la larga las reformas de mercado. El asunto es que no solo la derecha asociado mercado y autoritarismo, también la izquierda. Así, según Nicolás Lynch,

¿Podemos desligar estos escuadrones de la muerte del golpe de Estado del cinco de abril y del modelo económico neoliberal? No, de ninguna manera. El golpe, que es el mayor crimen que un gobernante puede cometer contra el Estado democrático, fue indispensable para encubrir y continuar la “guerra sucia” en curso. Y no sólo se trató, como quieren hacernos creer algunos incautos del período abiertamente dictatorial entre abril y diciembre de 1992, no nos olvidemos de todas las patrañas del CCD, Parlamento títere de la dictadura, para encubrir los crímenes que justamente acaban de ser sentenciados. Pero el terror de Estado que tuvo en los crímenes juzgados sus acciones más conocidas, fue también indispensable para aplicar el ajuste económico o la terapia de shock, esa forma de terror colectivo como señala Naomí Klein. ¿Cómo fue posible que se produjera esa expropiación masiva de los derechos sociales a la mayoría ciudadana, así como la privatización de los recursos públicos a través de procesos amañados a favor de una pequeñísima minoría de empresas principalmente extranjeras? Porque existía un Estado que aplicaba el terror, selectiva y colectivamente, y porque los que nos oponíamos sabíamos que nos jugábamos el trabajo e incluso la vida. En otras palabras, el Fondo Monetario Internacional y los tecnócratas y empresarios que lo apoyaban necesitaban su Fujimori y su Montesinos, su Cantuta y su Barrios Altos.

http://www.larepublica.pe/delito-de-opinion/09/04/2009/quien-necesitaba-barrios-altos-y-cantuta

Me parece que Lynch y los autoritarios de derecha están equivocados. En términos teóricos y de principios, la asociación no es necesaria. Y empíricamente, la asociación me parece débil. Basta considerar que en toda la región se aplicaron políticas neoliberales en los últimos años, pero no en todas partes hubo escuadrones de la muerte ni golpes de Estado. Brasil durante Cardoso es un excelente ejemplo de cómo se cambió de modelo económico consolidando las instituciones (allá también hubo hiperinflación). Hay que reconocer sin embargo que hay varios casos en los que el cambio de modelo estuvo asociado a altos niveles de conflicto social y de conductas autoritarias (piénsese en las "democracias delegativas" de las que hablaba O'Donnell pensando en Menem, en las reformas con Paz Estensoro en Bolivia, y antes en Chile con Pinochet), pero no se llegó a los extremos en los que cayó Fujimori. Y como decía, también hay contraejemplos: Brasil con Cardoso, Colombia con Gaviria... de hecho, si pensamos en Perú mismo, uno puede perfectamente imaginarse a Vargas Llosa haciendo una profunda reforma neoliberal sin golpe de Estado o asesinatos selectivos.