viernes, 23 de febrero de 2007

Más sobre las fotocopias y la industria editorial

Hola, ha seguido la discusión iniciada por la "Oda a la fotocopia" de Rocío Silva. Ver mi post, luego el de Roberto, luego el de Silvio.

http://martintanaka.blogspot.com/2007/02/sobre-la-oda-la-fotocopia.html

http://elmorsa.blogspot.com/2007/02/derechos-de-autor-fotocopiar-o-no.html

http://grancomboclub.blogspot.com/2007/02/cultura-fotocopia.html

Carlos Contreras responde a continuación los comentarios de Silvio en esta comunicación personal.


Amigos:

Me parece muy interesante el comentario de Silvio Rendón. Lo que me he preguntado muchas veces es por qué, por ejemplo, existiendo tantos cursos de Introducción a la economía peruana o similares en las Universidades del Perú, no existe un texto universitario al respecto. Igual, sobre cursos de Realidad nacional o Sociología del Perú. ¿Por qué no existen esos libros de texto? Mi respuesta es porque, aunque no lo parezca, escribirlos es complicado ya que no resulta sólo del trabajo de uno o varios autores, sino que hay que meterle mucho trabajo de edición.

De ahí voy al siguiente punto. Lo más costoso de hacer un libro (una vez que ya esté escrito, claro, porque ese es otro cantar), no es imprimirlo, en lo que, por si acaso, la fotocopiadora no es más barata que el offset, sino adecuar el texto, corregirlo, diagramarlo; en suma, convertir el manuscrito en un libro. Ese es el trabajo que el pirata se ahorra, además de todos los impuestos, claro, y de la traducción, si la hay.

A veces he pensado en lo que propone Silvio: sacar productos editoriales para los sectores C y D, como se dice ahora. Es decir, libros baratos, sin tanto trabajo de edición. Después de todo, ¿qué importa más? ¿que el libro pueda costar la mitad, o que la ortografía y las sintaxis sea correcta, que la bibliografía sea completa, que contenga los cuadros que debe contener, que considere los matices y ángulos de cada idea que sostiene? Puede ser que en nuestro medio importe más lo primero y entonces los manuscritos se vayan defrente a la imprenta, o a la fotocopiadora, sin ningún trabajo editorial. Habría que probar a ver qué pasa. De hecho, algo de esto ya sucede con el internet y los artículos que sin ninguna edición ya circulan por el cíber espacio. De hecho, los correctores automáticos de ortografía y las facilidades para que uno mismo diagrama su texto han aumentado en los últimos años.

Y, por supuesto, si los tirajes que hacemos en el IEP fueran como los de los años setenta, de diez mil ejemplares, evidentemente un libro que hoy se vende a cuarenta soles podría venderse a la mitad, cuando menos. Y la distancia entre el precio del fotocopiado anillado con la edición offset encuadernada sería ya pequeña.

El problema para las ediciones baratas, he constatado con mi experiencia, solemos ser los propios autores: queremos que la carátula sea a todo color, que cada capítulo comience en una página derecha, que la letra sea grande, los márgenes amplios, que no haya ninguna errata (para lo cual habrá que revisar las pruebas como cinco veces y cada revisión cuesta). Claro, también queremos que el libro sea barato, pero con todo eso, imposible. Bueno, basta de cháchara, que ya está larga.

Saludos,

Carlos

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