miércoles, 14 de febrero de 2007

Ahora Marx y Engels sobre Bill Gates...


Willy Rochabrún sigue con sus andadas... y ha involucrado también a Héctor Maletta... léanlo con calma, son una excelentes clases de marxismo aplicado, por dos de los académicos que mejor conocen a Marx en nuestro medio. Las letras entre paréntesis en la carta de Engels (a), (b), etc., sirven de guía para leer las respuestas de Marx más abajo.


* Una inmediata misiva de respuesta de Engels, desde su fábrica textil de Manchester, encontrada por el Prof. Héctor Maletta, arroja un renovado interés a las anteriores reflexiones de Marx. (Guillermo Rochabrún S.)

Manchester, 14 de febrero de 2007*

Querido Moro,

Como siempre tu mente sigue alerta a los nuevos desarrollos, con ideas que se adelantan a los tiempos. Como recordarás, ya hemos hablado de este tema en ocasiones anteriores. En general concuerdo contigo en que el desarrollo de la informática plantea problemas a las relaciones de propiedad que se desarrollaron durante la fase industrial del capitalismo a partir de la Revolución Industrial. Tengo sin embargo algunas dudas sobre las conclusiones o hipótesis que tú adelantas en tu carta. Si tienes tiempo me gustaría que me las aclares.

1. El hecho de que Bill Gates y sus secuaces inventen maneras de hacer valer sus derechos de propiedad sobre los bienes informáticos no es ninguna novedad (a). Desde que sus antecesores cercaban los campos comunales en Escocia en el siglo XVIII, o hacían que la policía persiguiese a quienes robaban cualquier cosa en los mercados, siempre ha sido así. Las relaciones de propiedad capitalistas, antiguas o nuevas, siempre han restrin­gido el acceso de las masas a los medios de producción, y siempre han exigido un pago para acceder a los bienes y servicios que ellas producen. El monopolio de los medios de producción por la clase capitalista (incluyendo los conocimientos patentados) impide que otros reproduzcan los mismos productos, empezando por los simples trabajadores carentes de medios de producción, y continuando con la temida competencia de los otros capitalistas (amigos y adversarios a la vez). Tú mismo has hecho notar en tus escritos sobre la tasa de ganancia que los capitalistas introducen adelantos técnicos porque temporalmente gozan de un monopolio sobre la nueva técnica, y que ello les produce una super-ganancia, hasta tanto otros capitalistas los imitan, generalizando la nueva técnica de modo tal que se abarata el precio de las mercancías y así se pierden esas super-ganancias temporarias (tú además dices que de ese modo, al ir bajando los precios de todas las mercancías mientras aumenta el capital invertido para producirlas, se establece una nueva tasa general de ganancia que tiene tendencia a ser cada vez más baja, pero últimamente he leído algunas demostraciones matemáticas de que esto no es necesariamente así, porque también se abaratan los medios de producción; esto, sin embargo, es otra historia).

2. El punto que me parece discutible es que esto marque el inicio de una abolición de la división del trabajo y el inicio de la producción directa por los consumidores. Bajar­se una película de la Web es consumir gratis, pero no es producir. Producir sería poder hacer esa película en casa, lo cual por ahora no es posible.(b) Sólo es posible su repro­duc­ción o copia, y es sobre ese aspecto que los capitalistas están perdiendo el control. El desarrollo de las fuerzas productivas ha llegado a un punto en que resulta difícil asegurar el cobro por cada unidad de esa mercancía, y por lo tanto se le hace difícil a las empresas recuperar las inversiones realizadas para crear el producto original (la película) y obtener además una ganancia.

3. Lo que debemos analizar es si esta situación implica que las relaciones de pro­piedad capitalistas realmente han dejado de ser un sostén para el desarrollo de las fuerzas productivas y se han convertido en cambio en un obstáculo (como tú lo expre­saste tan brillantemente en el Prefacio de tu Contributición de 1859). Si esto fuera así, efectiva­mente se desarrollarían formas alternativas de propiedad capaces de desarrollar las fuer­zas productivas en forma más rápida, más potente, más "competitiva" como se dice aho­ra. Si esto no fuese así, entonces las formas capitalistas de propiedad seguirían siendo por ahora la forma más eficiente de desarrollar las fuerzas productivas, y habría que esperar que choquen con su límite histórico. Ya sabemos lo que pasó cuando nuestros camaradas de 1917 quisieron apresurar las cosas: los tiempos no estaban maduros, y el capitalismo (lejos de estar en su etapa parasitaria y en sus estertores finales, como Lenin decía en 1916) siguió desarrollando las fuerzas productivas de manera más dinámica y creadora que el llamado "socialismo" durante todo el siglo XX, hasta dar por tierra con nuestros apresurados camaradas rusos y chinos que confundieron voluntad con realidad.

4. Hasta el momento yo no percibo que el problema de la imposibilidad de evitar las copias pirata de los productos informáticos pueda hacer sucumbir el capitalismo (c). De hecho, el archi-rival de Bill Gates, es decir Steven Jobs de Apple, acaba de abogar por la abolición del esquema DRM, alegando que de hecho no es efectivo (menos del 3% del total de música que albergan los iPods de Apple es efectivamente comprada legalmente, a pesar de todas las precauciones que tratan de evitarlo); el director del New York Times acaba de predecir que en cinco años ese periódico dejará de imprimirse y pasará a ser úni­camente publicado en la Web. Este malhadado sistema económico tiene una asom­bro­sa capacidad de adaptación, que le permite absorber más y más desafíos, y sobreponerse a todas las dificultades que su propio desarrollo le plantea, desde el empobrecimiento de los trabajadores en el siglo XIX hasta las guerras inter-imperialistas de la primera mitad del siglo XX, hasta la tendencia al creciente desempleo en la segunda mitad, hasta esta cuestión de la informática y otras cuestiones paralelas como el envejecimiento demo­grá­fico y las migraciones hacia países ricos que lo están acosando en el siglo XXI. Cada una de estas dificultades lo obliga a encarar transformaciones, y todas esas transformaciones son dialécticas y contradictorias: por un lado profundizan la centralización capitalista, y por otro acentúan el carácter social del sistema y hacen avanzar los derechos de los trabajadores (al menos en los países capitalistas avanzados).

5. Si quieres un tema más jugoso para tus reflexiones, ¿por qué no examinas el tema de los fondos de pensiones? (d) En todos los países capitalistas, el sistema de pensiones está pasando del sistema retributivo o de reparto al sistema contributivo o acumulativo. Los fondos de pensión invierten los ahorros forzosos de los trabajadores en títulos de la deuda pública o acciones de la bolsa, con lo cual los trabajadores de todos los niveles se van convirtiendo en propietarios de una fracción creciente de la riqueza nacional. En Estados Unidos, los fondos poseen alrededor del 25% de la capitalización bursátil, sin contar los ahorros privados de los hogares no incorporados en fondos de pensión. Y esta participación va aumentando rápidamente.

Más aún, del total de utilidades netas de las empresas, la parte destinada al con­su­mo de los capitalistas es cada vez menor, desti­nán­dose la mayor parte a la reinversión (real o financiera, es decir en la propia empresa o indirectamente en otras). Si bien esos capitalistas llevan todavía vidas lujosísimas debido al alto nivel de ingresos de que gozan, lo consiguen con una fracción infinitesimal de sus ingresos (Bill Gates consume por año menos del uno por mil de sus ingresos, y si se atri­bu­ye ese consumo a sus ingresos sa­la­ria­les como gerente de Microsoft, podría decirse que no gasta en consumo nada de su ingreso como capitalista). (Esto no incluye la donación filantrópica de una parte de su riqueza, ni tampoco sus eventuales inversiones en bienes durables como inmuebles, aviones o cosas similares, que son meros cambios de forma de su riqueza (e)).

Todo esto implicaría que se está pasando gradualmente a un sistema donde la pro­piedad de las empresas y de la riqueza va pasando a los trabajadores (individualmente o bien organizados en fondos de pensión), donde los capitalistas y sus familias consumen sólo una parte in­fi­ni­te­si­mal de sus ingresos (que generalmente corresponde al precio de mercado de su fuerza la­bo­ral como gerentes), y el Estado mismo deja de ser un comité de administración de la al­ta burguesía para convertirse en una democracia representativa muy sensible a la opinión pública que se expresa en el voto universal, que no existía en el siglo XIX (f).

La globalización, por otro lado, está llevando ya las instituciones capitalistas (eco­nó­micas y políticas) a todos los rincones del globo, y las antiguas naciones coloniales com­piten entre sí para establecer instituciones confiables y business friendly que atraigan inverso­res (nacionales o foráneos) hacia sus territorios. A propósito, te he mandado va­rios artículos recientes sobre China, Vietnam y la India, que espero te hayan interesado (hay que leerlos en paralelo con nuestro Manifiesto de 1848, y con tus artículos de 1853 sobre la revuelta de los cipayos en la India).

A es­tas alturas ya ambos hemos abandonado hace tiempo nuestras ideas juveniles y volun­ta­ris­tas sobre la violencia como partera de la historia (g), y creemos más bien que "ninguna formación social desaparece hasta tanto se hayan desarrollado plenamente todas las fuerzas productivas que caben en su seno", para usar tus brillantes palabras de 1859, nunca tan vigentes como ahora. Creo que el capitalismo puro y duro de nuestra juventud hace rato que fue superado (h), y que se ha abierto "una época de transformación social" que nos llevará hacia una organización social diferente. No se originará en los derechos de autor sobre la música rock, sino en la propiedad de los trabajadores sobre los medios de producción de la sociedad. No surgirá por la acción de una vanguardia iluminada, ni por una revuelta de desarrapados (¿cuántos desarrapados quedan en Silicon Valley?) sino por el desarrollo mismo del sistema capitalista de acuerdo a sus "leyes de movimiento," o como yo lo puse en uno de mis párrafos a tu obra, "como resultante ciega de un inmenso paralelogramo de múltiples fuerzas opuestas." ¿Acaso estoy soñando despierto, o me estoy volviendo demasiado viejo?

Afectuosamente,

Fred




Londres, 14 de Febrero de 2007

Querido Fred:

No contaba con tu astucia, digo, con tu rapidez. Me he permitido resaltar algunas frases sobre las que quiero hacer algunos comentarios. Gracias por muchos de los datos que incluyes. Como siempre, tú andas mucho más atento que yo a la coyuntura. Si tú te estás volviendo viejo, ¿qué podré decir yo, aún si los adelantos de la ciencia me libraron de mis forúnculos hace ya un tiempo?

(a) Es claro que si un sistema se rige por ciertas leyes de propiedad, sus clases dominantes, pero en general todos, van a estar más o menos interesados en que ellas se respeten. Si a un asaltante le roban su casa mientras “trabaja” no debería tener reparos en hacer la denuncia a la policía. Pero ese no es mi punto, sino las restricciones al acceso a “bienes” que forman parte de las mercancías, pero que no se venden con ellas. Es lo que se expresa en las patentes, y que dan lugar a sistemas de licencias para usar marcas, etc.

(b) ¿Producir una película en casa? Espérate un poco. Fíjate como va avanzando la animación virtual en 3 dimensiones. ¿No tienes en lo que era un antiguo galpón de tu fábrica, ahora que necesitas menos espacio de almacenamiento, tu biohuerto hidropónico? Siempre he dicho que tus lechugas son deliciosas. Y por otra parte, deja volar mi imaginación. Ya lo hice en los Grundrisse, aunque ese manuscrito no lo llegaste a ver hasta la edición de Dietz Verlag. (¡Buena sorpresa te llevaste!)

(c) Yo tampoco creo que la piratería haga sucumbir al capitalismo. Si vuelves a leer mi carta verás que yo considero a los piratas como la nueva vanguardia del capitalismo. Hernando[1] va a querer subirse al carro –con sus ambulantes, que son el último eslabón de la cadena-, pero yo no me refiero a los piratas de medio pelo, sino a los verdaderamente grandes.

(d) Muy buena tu referencia a los fondos de pensiones. Hace unos años lo hizo el viejo Druker en Post-Capitalist Society, quien pensaba de manera muy parecida a la mía, aunque al otro lado de la barricada. Si pues, nuestros obreros y nuestros burgueses se desvanecen, las personificaciones de las categorías son otras, pero el capitalismo ahí sigue.

(e) Esto me recuerda una historieta del Pato Donald que mi bisnieto Siegfried me trajo hace un tiempo. El tío millonario, Rico MacPato, amenazado por los impuestos, decide hacer un viaje con su sobrino y gastar plata a manos llenas, para así reducir sus ganancias y pagar una tasa mucho menor. Al regresar recibe un inmenso cargamento de dinero, con lo que vuelve al punto inicial: era el dinero que había gastado en el viaje, pues lo había estado haciendo en sus propias empresas. Ese comic es muy bueno para hacer entender a la gente la importancia de analizar la reproducción, y no sólo la producción.

(f) Hasta ahora me cuesta entender cómo pude haber sido tan miope –y eso va para ti también-, al no haber considerado que el capitalismo podía ser institucionalmente flexible. Pero en gran parte eso ha sido por la eficacia de la lucha de los trabajadores. Teniendo la razón, el gradualismo nos ganó por tercos.

(g) Ocurre que no todas las violencias dan algo a luz. Eso de la partera, tú lo sabes querido Fred, es una metáfora: la partera ayuda al parto, pero no se confunde con la madre. El problema es que eso no lo notaron muchos de nuestros discípulos (y discípulas), como si no hubieran tenido hijos. Se dedicaron a ser comadronas, cuando no había embarazo de por medio.

(h) Aquí sólo tendría que repetir mi comentario (f). Pero no nos descuidemos: hay muchos desarrollos institucionales, eso que ahora llaman “civil society” (¡cómo ha cambiado el significado del término, desde el viejo Hegel!), pero hay evidencias de que el capitalismo sigue manteniendo la misma entraña. Una cosa es que no pueda, otra es que no quiera. ¿Has visto África, las formas casi esclavistas en muchas partes? Por otra parte el miedo –en realidad los miedos- se va a ir expandiendo, y es muy mal consejero.

Tuyo,

Karl


[1] Marx se refiere a Hernando de Soto, abogado peruano que funge de economista, conocido por haber “transformado” a los pobres urbanos en prósperos empresarios populares.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Dear Charly, and dear Freddy,

En mi tierra, mi Escocia querida, somos mucho más lacónicos que ustedes los continentales. ¿Qué tanto lio con Bill y Hernando y qué tanto entuerto con el capitalismo? Después de tantos años, ahí está el sistema al que yo modestamente contribuí a erigir. Los fundamentos de mi obra siguen en pie esperando impugnador (claro que no en el papel ni en la pantalla, sino en la vida real, un sistema mejor). Efectivamente, un sistema basado en la libertad de los individuos tiene una gran capacidad de adaptación a las nuevas situaciones. Todavía no la manyan, ¿no? ("Still don't get it" en el original).

Con todo el cariño de mis sentimientos morales,

Adam

Post Scriptum: Estoy muy sorprendido de lo populares que son en ciertos ambientes intelectuales del Perú. Quedé tan frustrado cuando perdimos en Argentina 78 que borré a ese país de mi mente. Le prestaré más atención de ahora en adelante.

Anónimo dijo...

Efectivamente, un sistema basado en la libertad de los individuos tiene una gran capacidad de adaptación a las nuevas situaciones. Todavía no la manyan, ¿no? ("Still don't get it" en el original).

Querido Aldito Smith,

Justamente estamos diciendo que el capitalismo, en su autofagia, restringe la liberta de producción y consumo de los usuarios. You got it?

Lo que Karl y Fred hacen en simplemente describir el proceso que ha rebasado tus útiles y lúcidas teorias.

Te recomiendo leer nuevamente el texto. Y por favor, interven solo si vas a contribuir al hilo y no a hacerte el interesante.

Afectuosamente,

Tu abuelito Jose Carlos.

Anónimo dijo...

Dear abuelito,

Vuestras reflexiones sobre el capitalismo son muy lógicas y muy bien argumentadas. El capitalismo es un sistema que restringe las libertades, se basa en la explotación y está condenado al derrumbe (¿he leído bien?). Sólo me hago una preguntita. ¿Por qué este sistema viene durando tanto y no surge un sistema mejor?

Take care,

Adam

Anónimo dijo...

Dear Aldito Smith,

No es que el capitalismo esté "condenado", ese dramatismo no lo tomes a pecho. Simplemente, el capitalismo dará lugar a otro sistema.

La respuesta a tu pregunta es muy sencilla y la puedes encontrar en el mismo texto de Fred y Charly, es decir el texto que evidentemente no has leido:

"Ninguna formación social desaparece hasta tanto se hayan desarrollado plenamente todas las fuerzas productivas que caben en su seno".

El capitalismo vive su primavera, como la vivieron el esclavismo y el feudalismo. No tengas una visión tan inmediatista de la historia, deshonras mi apellido. Falta mucho rato para que el capitalismo se desarrolle completamente. Este asunto de los copyrights (de los cuales, por cierto, no has dicho ni una palabra en tus comments, a pesar de que son el tema central, lo cual dice mucho de tu razonamiento) son solo uno de los tantos frentes en los que el capitalismo se rebasará a sí mismo.

Otra cosa, te voy a ayudar a leer bien el texto de Freddy y Charly, porque se nota que no lo has entendido o no lo quieres entender:

En todos los países capitalistas, el sistema de pensiones está pasando del sistema retributivo o de reparto al sistema contributivo o acumulativo. Los fondos de pensión invierten los ahorros forzosos de los trabajadores en títulos de la deuda pública o acciones de la bolsa, con lo cual los trabajadores de todos los niveles se van convirtiendo en propietarios de una fracción creciente de la riqueza nacional.

Esto es algo que Charly y Fred, si bien no habian previsto de esta manera, celebran porque encaja con su idea de desarrollo del capitalismo. Y ese sistema no es puramente capitalista, es una nueva forma de distribución de riqueza que surje precisamente dentro del capitalismo. Es decir, es parte del proceso.

Nosotros, los socialistas, somos pacientes, tenemos visión historica, a diferencia de tus bienamados herederos liberaloides que ya se dieron el lujo de proclamar "el fin de la historia". ¡Fijate que sinverguenzura, caray!

Así que, paciencia, Aldito Smith. Sistemas distintos y mejores que el capitalismo estan surgiendo, solo hay que ser conciente y tener vision crítica. Podrias ir ensayando mientras te descargas la última pelicula de Ken Loach o el ultimo disco de Bjork.

Te quiere mucho mucho,

Tu abuelito Jose Carlos.

Anónimo dijo...

Dear abuelito (no mío, por cierto),

Gracias por la aclaración. Me pareció leer que Charly y Freddy ya habían proclamado la sepultura y hasta los sepultureros del capitalismo, pero gracias a ti descubro que leí mal, que era un dramatismo para no tomárselo a pecho, que falta mucho todavía. Pues que tengan mucha paciencia y a ver si hacen algo mientras tanto, que hace mucho que no se los ve en acción.

Y a ti, te deseo que disfrutes de la "fracción creciente de la riqueza nacional" durante tu jubilación, obviamente en tus momentos oníricos...

Take care,

Adam

P.S.: Observo que los "socialistas", como te autodenominas en plural, están muy obsesionados con cierto personaje del mundo de los tabloides, como les llamamos aquí en Escocia. Tendrías que arreglar tus cuentas pendientes con él directamente en vez de confundirlo con cuanto interlocutor te sale al frente.

Martín Tanaka dijo...

Ok,

este diálogo entre "Adam" y "José Carlos" hasta acá ha estado bien, pero tal vez deba ser seguido entre los dos protagonistas directamente, pero no acá... salvo que se tenga algo más que decir sobre el post. Saludos.

Martín Tanaka dijo...

Willy R. me acaba de enviar comentarios que ha recibido personalmente:


Absolutamente brillante, Willy. Si al Viejo se le ocurre escribir sobre las rentas de monopolio y sus diferencias con las sobreganancias (que también
hay), así como la perfecta viabilidad de un capitalismo que se apoye en tecnología freeware (sin derechos de autor), que por analogía con la renta de
la tierra eliminaría la renta absoluta (la que deriva de la monopolización que se crea sobre el suelo con la propiedad), dejando en pie la relativa (la que
sale de la localización y la productividad de la tierra, o, en este caso, de la productividad y de la marca) podrías ir juntando materiales para un folleto muy educativo.

El Viejo sigue siendo una fuente de sorpresas, no?

Un gran abrazo,

Nelson Manrique

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Parte de la revolución en economía generada por los institucionalistas
proviene de una nueva mirada sobre los derechos de propiedad; yo creo que todo eso estaba anticipado en espejo en el artículo sobre el robo de leña (¿así se llamaba?), el primero publicado por Marx, si la memoria no me falla.

Saludos,

Walter (Twanama)

Anónimo dijo...

Válgame Dios! El alma piadosa de un amigo mío me cuenta del gran lío que se ha armado entre dos alemanes sobre algo que se llaman copyright, el Internet y otras maravillas. Vivir en la eternidad se hace, amigo mío, a veces una pesadilla. Aunque nunca falta quienes piensen que la pasamos pipa, la verdad es que yo hubiera preferido contar con todas esas excelencias en la tierra y no aquí en donde ya no hay a quién pasarle las cuentas. Una vez me encontré, mientras meditaba, con un alemán muy entendido que decía llamarse Edmundo y a quien tuvieron por hombre muy docto y perito en las artes y la filosofía. “Antes (me dijo) hablaba del mundo de la vida. Sospecho que ahora escribiré sobre el mundo de la muerte”. Oh tiempos idos! Oh vida y memoria que se fueron!
Si hubiera existido el copyright cuando di a luz mi Quijote! Le hubiera quitado hasta el último maravedí al tal Avellaneda que hizo de mis personajes monigotes. Y no hubiera parado hasta cobrar todos los reales por las versiones teatrales, musicales y merchandising. Más rico que Spielberg sería. Más rico sería que toda la fortuna que habría podido juntar si Su Majestad me hubiera permitido hacerme un indiano.
Yo, que viví cautivo entre moros, que fui a prisión acusado de meter mano a los impuestos, no habría dejado de pasar una sola ocasión para llenarme los bolsillos y no morirme en la miseria, como fue el caso. Yo fui el primero en decir que mis personajes habían nacido solo para mí. Me faltó ponerle la etiqueta, me faltó una ley que me protegiera de tanto pillo. Ay de aquellos tiempos en donde no se conocía ni lo mío ni lo tuyo, sino que todo era de todos!
Leído he también que muchos hombres sabios juzgan que la novela es también invención mía y sólo mía. De haberlo tenido en cuenta y con esas leyes que ahora tienen los mortales, yo le hubiera cobrado derechos míos a ese irlandés o a ese francés que se precian de haber escrito lo que yo escribí primero. Otra habría sido mi vida; otra habría sido mi muerte. Vale. (No se pierdan la segunda parte de mi Galatea, que – ahora sí – estoy escribiendo con velocidad de rayo en mi nuevo Windows Vista. ¿Alguien me puede explicar por qué el corrector me marca con rojo “pardiez” “rompido”?)

Anónimo dijo...

Nuestro querido profe "Willy" Rochabrún nos hace ver que la lucha de clases no se debe tomar en el sentido más literal de la palabra (mecha violenta entre obreros y capitalistas). Vemos, en el ejemplo que le sucede al ejemplo del tío McPato, que la lucha de clases se hace en el campo jurídico-político y/o ideológico. Saludos
PD: Grande Willy, te AMAMOS