Divide y vencerás

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Artículo publicado en La República, martes 27 de enero de 2009

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En el contexto regional, Perú destaca por tener mejores perspectivas para enfrentar la crisis internacional, por haber tenido avances en institucionalización democrática (mientras que otros retroceden), donde resalta especialmente la limpieza del juicio penal al ex presidente de la República Alberto Fujimori. Tenemos una comunidad política con importantes consensos en torno a temas fundamentales, en medio de las naturales diferencias que hay entre gobierno y oposición. Ciertamente no estamos tan bien como quisiera hacernos creer el gobierno, pero tampoco estamos ante la inminencia de una catástrofe económica o la implantación del fascismo, como parecen postular sectores de oposición.

A pesar de esto, tenemos a un Presidente con uno de los más bajos niveles de aprobación ciudadana de la región, conflictos sociales en aumento, diversos escándalos de corrupción y de actividades ilícitas en el sector privado; en las últimas semanas, tenemos también un enrarecido ambiente de controversia política. El asunto es que esto no es consecuencia del enfrentamiento entre actores sociales o políticos, o entre gobierno y oposición, sino entre diversos sectores de la prensa. La semana pasada comentaba cómo circulan diversas teorías conspirativas que marcan las relaciones entre gobierno, oposición y la prensa.

Ellas tienen algo verdad, en tanto existen redes mafiosas que defienden sus propios intereses. Sin embargo, esas redes explotan la competencia entre los medios, de modo que ya no tenemos un frente unido en contra de las mafias de todo tipo, sino diversos medios supuestamente alineados con mafias específicas. Así, quienes difundieron los "petroaudios" acusan a los que llamaron la atención sobre los "chuponeadores" de querer tapar la corrupción vinculada al gobierno, y denuncian operativos de amedrentamiento instigados por el gobierno y esos medios. Desde este ángulo, la corrupción afectaría el núcleo mismo del gobierno, y por lo tanto es lo que se debe privilegiar. De otro lado, los que insisten en sancionar el delito de interceptación telefónica acusan a los difusores de los "petroaudios" de querer tapar los delitos de los poderosos intereses privados detrás de ella, con vínculos con sectores "fujimontesinistas". Desde esta línea, es esencial combatir la influencia de sectores privados asociados a diversos “negociados”, que hacen prevalecer sus intereses por encima de los del país.

Mi opinión es que detrás de estas controversias no hay en realidad articulados complots o defensa de intereses dolosos, sino una lógica de competencia entre medios que se ha salido de control, lo que es aprovechado por las verdaderas mafias. Creo que deberíamos considerar seriamente esto y plantear un acuerdo sobre bases muy simples: perseguir todos los delitos, llegar al fondo de la verdad, dejar de hacer insinuaciones maledicientes “sin confirmar”, especular menos, solidarizarse con quienes sufren campañas de desprestigio (como Rosa María Palacios, recientemente). No perdamos de vista a los verdaderos enemigos.

Reacciones; ver:

http://mate-pastor.blogspot.com/2009/01/la-filosofia-corrupta-del-actual.html