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Tomado del blog del antropólogo mexicano Roger Bartra:
"Una joven zapoteca, Eufrosina Cruz, está encabezando la lucha contra lo que ella llama "los abusos y las costumbres". Ella quiso ser presidenta municipal de Santa María Quiegolani, pero las leyes electorales le impidieron, por ser mujer, votar y participar como candidata. Por "usos y costumbres", las mujeres tienen prohibida la participación en la asamblea del pueblo. Recientemente el corresponsal en México del diario El País, Francesc Relea, publicó una interesante entrevista con esta mujer.
Sin duda la lucha de Eufrosina Cruz avivará las discusiones sobre el problema indígena en México, que se han concentrado en el fenómeno guerrillero neozapatista. La fascinación por el subcomandante Marcos y el estallido de retórica revolucionaria ha ocultado algunos procesos extraños.
(...) David Recondo, a partir de su estudio de Oaxaca, introduce una idea clave. Descubre que los espectaculares cambios en la legislación, que aceptan las costumbres electorales tradicionales de las comunidades indígenas y legalizan un sistema electoral dual, forman parte de una estrategia gatopardista: si queremos que todo permanezca como es, necesitamos que todo cambie. Esta estrategia fue creciendo en el seno de la cultura gubernamental durante muchos años hasta que afloró claramente en el último decenio del siglo pasado. Podríamos decir que esta estrategia se ramificó y creció dentro de la cultura política mexicana. Una parte, de corte populista y campesinista, se desenvolvió en las esferas marginales del radicalismo izquierdista y asomó la cabeza en Chiapas en 1994. Pero la parte más extensa y poderosa de esta ramificación estratégica creció dentro del sistema oficial, en los corredores del poder autoritario, en las estructuras políticas mediadoras de los gobiernos y en la base social del priísmo. Esta es la historia que nos cuenta Recondo: un muy complejo y contradictorio proceso de cambio, que formó parte de la crisis del sistema político, tuvo lugar en Oaxaca e impulsó importantes que legalizaron procesos no democráticos tradicionales en la elección de cargos en más de cuatrocientos municipios. Esto explica en parte el "misterio" de las negociaciones de 1994 en Chiapas: las dos partes compartían una misma cultura política.
(...) Sin duda hay afinidades electivas entre democracia y gobierno por usos y costumbres. Pero temo que las relaciones que entablan lleguen a un resultado desastroso, a un final trágico. Entre los tatamandones y la democracia hay afinidades electivas, pero su relación difícilmente puede tener un final feliz. A lo sumo pueden constituir un matrimonio de conveniencia. Y el libro de Recondo explica exhaustivamente las contradicciones, las incoherencias, las amenazas y los absurdos de este matrimonio. Su optimismo no se desboca y siempre aterriza en la realidad que ha estudiado tan bien. Siempre matiza, siempre examina los diversos ángulos y los claroscuros.
En cierta forma el libro de Recondo es la anatomía de una cultura política –el multiculturalismo– que creció dentro de la burocracia autoritaria y de los círculos oficiales, fue ilustrada por académicos y antropólogos, fue alimentada por las tradiciones anglosajonas que manipularon la diversidad étnica, nació del fracaso del indigenismo integracionista y de las frustraciones que imprimió en la intelectualidad nacionalista y en las nuevas generaciones de dirigentes y maestros indígenas".
Texto completo en:
http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?blog=11&title=abusos_y_costumbres_en_oaxaca&more=1&c=1&tb=1&pb=1
Juan José Saer - Mañana
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Es la misma mañana. Hacecuarenta años, el verano, a esode las diez,
brillaba también,como ahora, en las hojas. Lo que cambia,lo más oscuro, es
decir, el es...
Hace 4 horas.
2 comentarios:
El priismo tuvo mucho que ver al formar los caciquismos actuales que son los que están detrás de muchos de los abusos que ahora se le achacan a la “cultura indígena”. En muchos casos de la intolerancia religiosa y la agresión contra organizaciones de mujeres o enfrentamientos entre ejidos en Chiapas y Oaxaca, fue mas una lucha por mantener el poder por grupos afines al PRI/PRD que la defensa de inmemoriales tradicionales. Claro que el Estado y académicos afines a legitimar la represión del Estado rápidamente apuntaron estos hechos como prueba de la inviabilidad de formas de autogobierno indígena. Me parece risible como Bartra iguale a las partes que se sentaron en las negociaciones de San Andrés cuando cualquier persona medianamente enterada sobre el conflicto, sabe que los zapatistas no compartían la tradición clientelista de los caciques priistas, es mas sufrieron muchas bajas por el enfrentamiento con estos últimos (recuerde la masacre de Acteal) armados y azuzados por el gobierno estatal y federal.
Es cierto que muchos “usos y costumbres” tienen que ser superados en nuestros paises como por ejemplos aquellos que impiden que una mujer sea socia del Club Regatas o presidenta de la Asociación de Ganaderos de Comitan, pero eso no tiene que ver con los movimientos sociales que buscar reinvindicar los derechos indígenas. Al menos ponga diferentes puntos de vista como es su costumbre y no solo aquellos cuyas afinidades politicas son claramente pro-gobierno y anti-zapatistas.
Saludos
Amazilia Alba
lo que se expuso son hechos claros y ya, de nada sirve desviar el tema con embudos
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