martes, 3 de abril de 2007

Una más sobre la alianza aprofujimorista...

Saludos,

en estos días, después de la moción en el congreso sobre la citación a Giampietri, después de la propuesta de formar una comisión investigadora sobre los indultos de los últimos años, después del nombramiento fallido de Pandolfi, se ha puesto nuevamente en debate el tema de la "alianza aprofujimorista". Por varios lados he leído alusiones y emplazamientos, así que hago un comentario adicional.

Empiezo con esto: no me creo para nada dueño de la verdad, y no tengo problema en reconocer que me equivoco cuando eso pasa (y pasa muchas veces, así que no es un drama); y no me incomoda para nada el intercambio de ideas, los acuerdos y discrepancias, de eso se trata el debate público. Y digo que yo también me siento preocupado por el rumbo que está siguiendo el gobierno en varios aspectos, como los arriba mencionados. Es muy preocupante que el gobierno y el fujimorismo coincidan, por decir lo menos, en debilitar los esfuerzos de lucha contra la corrupción y de defensa de los derechos humanos. En esto estamos todos de acuerdo. Veo con preocupación el peso que Giampietri y otros parecen estar ganado dentro del gobierno y las FFAA (recuerden el discurso del Comandante General del Ejército a favor de éste), así como la cada vez mayor iniciativa política que tiene el fujimorismo.

Concedo que tantas coincidencias y tanta familiaridad en cuanto a temas de derechos humanos y corrupción pueden llevar a una alianza en esta área, es decir, a una acción coordinada, con compromisos y transacciones, entre el gobierno y el fujimorismo. Así que mi discrepancia con los que afirman que sí existe alianza no es de fondo; es, considerando lo que está en juego, casi una sutileza.

Habiendo dicho esto, quiero decir que, aunque sé que a muchos les parecerá un exceso de terquedad de mi parte, sigo creyendo que no hay una alianza todavía. Déjenme decirles por qué, no me tiren piedras todavía.

Para empezar, revisemos con calma lo ocurrido en los últimos días. Me parece que el saldo final es que no ha habido mucha sustancia. Lo de Pandolfi no salió; lo de la censura e investigación a varias magistradas anticorrupción tampoco (felizmente); si bien la moción sobre Giampietri se aprobó, la ministra de justicia no lo respaldó, y el poder judicial y la OCMA (supuestamente controlados también por el APRA) tampoco. Lo de la comisión investigadora, está en veremos, y es una reverenda tontería. ¿Qué alianza es ésta que habría acordado cosas y al final no se llega a nada? (antes se decía que la prueba de la alianza era la propuesta de salir de la CIDH, y tampoco pasó nada).

En la votación sobre lo de Giampietri, y en la de la comisión investigadora sobre indultos, hubo votos también de Unidad Nacional, de la Alianza Parlamentaria (Andrade) y otros. En otras palabras: en el congreso hay un amplio consenso adverso a la causa de los derechos humanos (incluyo a varios de UPP y del PNP también), porque se considera que ella "le hace el juego al terrorismo", muchos piensan que no hay que "molestar" a quienes "defendieron al país del terrorismo, haciendo lo que había que hacer". Esto es lo que nos debe preocupar. No sólo son el APRA y los fujimoristas. Finalmente: Giampietri es el primer vicepresidente: ¿qué tiene de raro que tenga influencia en las decisiones del gobierno y que el APRA lo respalde? García lo puso allí para que sea un puente con los fujimoristas y los militares. Desde inicios del 2006, cuando el APRA inscribió su lista de candidatos a las vicepresidencias, García ya había decidido ganar la elección y gobernar con una lógica de centro-derecha, apoyado en los militares.

Me parece que la tesis de la alianza parte del supuesto de que el APRA no tendría por qué haber seguido este camino, de asumir que el APRA podría haber seguido un camino de lucha contra la corrupción y defensa de los DDHH (por ser un partido democrático que luchó contra el autoritarismo), por eso llamaría la atención el que no lo haga, que coincida con el fujimorismo; de allí que se apele a la idea de una alianza para explicar esta supuesta anomalía: como que tendría que haber "algo" que no se llega a saber qué es, para dar cuenta de este fenómeno. Creo que el supuesto de partida está equivocado: era una ingenuidad pensar que el APRA iba a actuar de otra manera. Otra forma de decirlo: el APRA se enemistó con la causa de los DDHH y de combate a la corrupción entre 1985 y 1990, antes de la existencia del fujimorismo. Actuaría de la misma manera aunque el fujimorismo no existiera. Es decir, al cuestionar la idea de la alianza no quiero decir que el APRA "estaría limpia".

A mí lo que me parece obvio es que el APRA no quiere llevarse mal ni con los fujimoristas ni con los militares más duros (por eso pusieron a Giampietri allí); me parece obvio que al APRA no le gusta la agenda de derechos humanos (¿cómo podría gustarle? Recordemos penales, Cayara, Comando Rodrigo Franco, etc., etc.); tampoco la de la lucha contra la corrupción (tiene un enorme rabo de paja al respecto). Tampoco le entusiasma la extradición de Fujimori (a Toledo tampoco le entusiasmó, por eso hizo el papelón del cuadernillo de extradición mal traducido ante Japón, por ejemplo).

Por todo esto es que puede coincidir con los fujimoristas. Así, el APRA gana con el apoyo que recibe de los fujimoristas a su propia agenda, sin dar nada a cambio, "sin quemarse". Por esto es que en otras áreas sigue habiendo conflicto: ver las críticas fujimontesinistas a los ministros Wagner y García Belaunde, por ejemplo.

Termino con esto: creo también que este es un gobierno mucho más complejo que lo que sugiere la idea de la alianza con el fujimorismo. Esto abre la posibilidad de que más adelante, si las circunstancias y la conveniencia del gobierno cambia, el acercamiento con los fujimoristas también puede terminar. Por ahora, comparto con mis críticos la misma preocupación por las coincidencias del gobierno con los fujimoristas, y la posibilidad de que, sobre la base de estas coincidencias, la alianza se de, en un plazo cercano.

Comentarios y críticas son bienvenidos, este es un blog de debate. Pero no me tiren piedras...

7 comentarios:

Fabber dijo...

Tu posición en este tema me sigue pareciendo más factible, pensada y además permeable a la crítica, que la de muchos que se adelantan a proclamar cosas solo con cuatro hechos.

Debido a presidentes mitómanos como Fujimori o Toledo nos hemos convertido en una sociedad más suspicaz, y a la vez menos rigurosa a la hora de achacar responsabilidades o analizar detenidamente los hechos.

Roberto dijo...

como te comentaba en otro post: el tema de la alianza quizá sea la más sencilla de entender (y se relaciona con el artículo de los complots de umberto eco que publiqué en mi blog).

¿hay oscuras y secretas reuniones entre los fujimoristas y apristas? ¿o es que en realidad lo que tenemos es una convergencia (más que coincidencia) de intereses?

a mi lo que me preocupa son las señales: la señal de rearticulación de los sectores más conservadores del poder militar, los fujimoristas rearticulándose y el aprismo (sin bases, ni aparato partidario) usandolos como apoyo.

¿fujimorismo con alan, alguien dijo?

Arcano de Manrique dijo...

Creo que hay muchas cosas en las que podemos debatir, pero todo se resume en la existencia de una alianza entre fujimoristas y apristas que está haciéndose cada vez más notoria.

Ustedes deben recordar más que yo los finales de los 80. Hay que recordar que existen indicios que los apristas apoyaron, además de sus votos, con dinero a la campaña de Fujimori en el 90.

Además, en todo el oncenio existieron fuertes vínculos entre ambos partidos políticos.

Si somos lógicos, podríamos inferir que esta situación se volverá a repetir. Y pruebas, hay: Pandolfi, Mantilla y Giampietri.

No creo que exista una especie de "amnesia" aprista, sino que están "quemando" dirigentes para distraer la opinión pública.

Esa excusa de "yo no sabía" es para chibolos de secundaria. Por favor, por algo son políticos - cof, cof-.

Por otro lado, la "escopeta de dos cañones" está volviendo con fuerza. Lo vemos en todos los medios, pero son pocos los que se atreven a ir más allá de lo evidente.

El modus operanti aprista sigue activo: soba por un lado y golpea por el otro. Dice que Mantilla no pertenece al partido, pero aparece en Trujillo con resguardo policial. Y si no les hacen caso o los critican, atacan.

Además, tenemos que recordar el discurso del pasado 28 de julio: "Recordemos, compañeros apristas, que hemos ganado con votos prestados, votos del terror a Humala".

Creo que ya es hora de comenzar a hacer presión: los apristas están volviendo a su versión 1985-1990. Y eso, señores, sí es preocupante.

ocraM dijo...

me parece que el párrafo final resume todo:

"Termino con esto: creo también que este es un gobierno mucho más complejo que lo que sugiere la idea de la alianza con el fujimorismo. Esto abre la posibilidad de que más adelante, si las circunstancias y la conveniencia del gobierno cambia, el acercamiento con los fujimoristas también puede terminar. Por ahora, comparto con mis críticos la misma preocupación por las coincidencias del gobierno con los fujimoristas, y la posibilidad de que, sobre la base de estas coincidencias, la alianza se de, en un plazo cercano."

el lío giampietri - del castillo por lo de pandolfi es una muestra de que las cosas son mucho más complejas que una simple alianza aprofujimorista a secas (y eso que no contamos a un tercer jugador: mantilla).

me parece relevante resaltar que, efectivamente, miembros de UN y Andrade (atentos a las votaciones de este señor, también miembro de la Comisión de Inteligencia) también han tenido votaciones "convergentes" (gracias, roberto) con los de la "alianza".

a ver. creo que "alianza aprofujimorista" es un término periodístico apropiado para definir una corriente manifiesta en ciertas "convergencias" (ibid). claro, es un término simplón y laxo para lo que define. por suerte, debates como el iniciado en este blog nos ayuda a todos a repensar frases hechas.

de todas formas, ante la ausencia de una denominación mejor, yo me quedo con lo alianza aprofujimorista, aunque eso no implique a todos los sectores del apra y exceda los límites de lo que se entiende como fujimorismo.

Anónimo dijo...

Mas que aprofujimorismo, lo cierto es que Garcia se siente mejor alrededor de los sectores conservadores.

Como lo mencionas en tu texto, seria iluso pensar que Alan tendría una política congruente con derechos humanos y lucha contra la corrupción. Ello no quiere decir que no denunciemos lo que pase, sino que tengamos presente que ese es el libreto de los proximos años.

Ciertamente, el APRA ayudo a combatir a la dictadura y todos los sabemos. Pero Alan no estuvo alli y, como bien lo mencionó Gustavo Gorriti hace unos días, el Presidente es un actor político que privilegia el cálculo político por sobre el bienestar general, en suma, es un pésimo estadista.

Lo más lamentable, es que el gobierno con todo esto deje de lado los temas de fondo y la agenda que salio en la elección pasada. Una lástima que el mal menor no se convierta en el bien mayor.

Politikha dijo...

Aquí un extracto de un post que acabo de hacer sobre el tema motivado por la posición de Martín y los comentarios que está generando:

"Una alianza es un acuerdo. Una coincidencia es algo que ocurre en un mismo tiempo, modo, oacsión o circusntancia, es decir, puede ser casual, no planeada, ni deseada. Una convergencia es concurrir a un mismo fin por cuerdas separadas.

En el caso del aprofujimorismo hay un doble juego de mutuo interés y beneficio. Estratégicamente ganan ambos, aunque tácticamente actúen separados.

Permítanme, entonces, auxiliarme de otras ciencias -en este caso la biología-, para explicar esta convivencia aprofujimorista.

Estamos ante una simbiosis política en la que un grupo vive del otro, sin que ambos se afecten. Cada cual tiene su propio espacio y cuota de poder que les permite realizar su juego propio, sin descuidar los vasos comunicantes que los unen; es una comunidad que se retroalimenta.

En este sentido, el gobierno es una alianza, claro, calculada, entre un partido que tiene tradición de pactar con sus perseguidores y que sabe que en política no existe enemigo eterno y otro que necesita sobrevivir.

Esta “alianza” es entonces una suma de intereses en la que existen “coincidencias” de forma y “convergencias” de fondo. A esto llamo yo una simbiosis aprofujimontesinista: una asociación de grupos donde ambos sacan provecho de la vida en común".

La versión completa la pueden encontrar en:

http://politikha.blogspot.com/2007/04/simbiosis-aprofujimontesinista.html

Polietileno dijo...

Tengo la sensación que todo esto le ha dado flexibilidad al APRA para hacer lo que le venga en gana. Creo que el fujimorismo esta jugando el papel de tonto, porque en cualquier momento la alianza se acaba. Considerando que Fujimori se escuda en culpar a los militares por las atrocidades en su gobierno, esto puede crear una brecha que Alan puede aprovechar para aliarse muy cercanamente con el partido más antiguo del Perú, los militares. Para eso está Guiampietri ahí. Los fujimoristas iban a plegarse porque como dices hay convergencia de ideas y politicas. Esto sin contar el APRA-Mantilla, que puede salir gran ganador este jueves.