Artículo publicado en Perú21, martes 6 de marzo de 2007
Gracias a mi colega María Isabel Remy llegó a mis manos el libro Pandillas y pandilleros. Juventud, violencia y cultura, de Abilio Vergara y Carlos Condori, coordinadores, de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, 2007. En nuestro país, las facultades de Ciencias Sociales de nuestras universidades, en general, casi no investigan, y publican muy poco, más allá de un pequeño grupo de ellas, mayormente en Lima. Por ello, la aparición de una publicación de calidad, fruto de una investigación en la que participaron profesores y estudiantes de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, es un esfuerzo que merece resaltarse.
El libro analiza un fenómeno tremendamente preocupante de la realidad actual ayacuchana que, por supuesto, se registra también en la capital y en otras ciudades del país: el de la violencia asociada a las pandillas juveniles. En el libro podemos ver cómo la violencia juvenil organizada tiene un trasfondo de desestructuración familiar, autoritarismo en las escuelas y corrupción y abuso en las instituciones públicas, a lo que se suma una cultura política que legitima el uso de la violencia, así como el desarrollo desordenado de una ciudad que permite la proliferación de espacios desatendidos en los que, alrededor del consumo de alcohol y drogas, los jóvenes pueden integrarse a las pandillas, a sus jerarquías y rituales. Estos les proporcionan momentáneamente seguridad, autoestima, sentido de pertenencia, aunque de una manera terriblemente autodestructiva y violenta.
¿Qué hacer con este problema? Lo complejo del asunto requiere de un enfoque integral: empezando por combatir la existencia de espacios urbanos desatendidos en los que pasa de todo con total impunidad (tarea de los municipios, de los ministerios del Interior y de Salud); luego, combatir los factores que 'empujan' a los jóvenes a buscar las pandillas, principalmente la desintegración familiar (M. de la Mujer); el autoritarismo y violencia en las escuelas (M. de Educación); finalmente, combatir aquellos aspectos que deslegitiman el orden institucional (corrupción en todas partes, empezando por el Poder Judicial y la propia Policía) y abrir oportunidades laborales (M. de Trabajo) y de estudio para los jóvenes.
Cuando se debate sobre la reforma del Estado, podríamos pensar en tomar un territorio como Ayacucho como región piloto, en el que se implemente un conjunto coordinado de iniciativas de los diversos sectores que combatan los problemas principales que deslegitiman el Estado ante la población (y que dan lugar a fenómenos como las pandillas); iniciativas estrechamente supervisadas por una comisión de reforma, con metas bien definidas y evaluables en tiempos razonables. Así las personas de carne y hueso, empezando por los más vulnerables, sentirán que la reforma del Estado tiene un significado concreto para sus vidas. Una sugerencia para la comisión encabezada por la ministra Verónica Zavala.
ACTUALIZACION: Leí el libro de Vergara y Condori porque María Isabel Remy lo donó a la biblioteca del IEP, y me recomendó su lectura. Ella lo consiguió porque presentó el libro hace poco en el club Huanta, y se lo donaron. Nuestra bibliotecaria y nuestra librería están tratando de contactar a los autores para conseguir más ejemplares (el libro es editado por la UNSCH). Una muestra más de la precariedad de nuestro sistema universitario: se publica poco, y cuando se publica, es difícil conseguir el libro, no hay una buena distribución... espero que en unas semanas podamos tener ejemplares en la librería del instituto.
ACTUALIZACIÓN, 22 de marzo 2007. Me llegó a la oficina la revista Justicia para crecer. Revista especializada en justicia juvenil restaurativa. La recomiendo. Pueden verla en: www.justiciaparacrecer.org
La liberación de los espectros
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Acerca de la exposición “Distorsiones: El canto de los espectros”,
individual del artista Renato Rosado.
Hace 5 horas.
4 comentarios:
sobre pandillas, he colgado unos vídeos grabados por las mismas barras bravas realmene impresionantes. como un comentarista hizo notar, "exudan un infantilismo que sorprende" (exclamaciones tipo "¡a la carga!" "¡no se rindan"). es como si estuvieran jugando a la guerrilla, sin conciencia de lo que realmente está sucediendo.
algunos comentaristas mencionan "la frontera" o "la construcción de carreteras en la selva" como el destino que el Estado debería darles a los pandilleros. lo que demuestra la necesidad no sólo de más investigaciones como la que comentas, sino, sobre todo, de su difusión.
Martin:
Al igual que con los presos, la política que tiene el Estado frente a las pandillas o barras bravas solo se basa en la mera represión.
La mirada que algunos de los comentaristas del blog de Marco Sifuentes dan, basada solo en la mera represión o el trabajo forzado, da cuenta del poco valor que tiene para un grupo de personas la vida humana, sin posibilidad de redención para estas personas internadas en una problemática social.
Lamentablemente, parece que esta es la política estatal frente a la delincuencia. El hecho que ante el relevo anterior en el INPE se haya elegido a un policía para dirigirlo da muestras claras de por donde va la disposición mental del gobierno sobre esta materia. Ahora, que se tiene que afrontar un nuevo cambio en dicha institución, por razones ya por todos conocidas, no se vislumbra una política sobre esta materia.
Una mirada como la que propone el estudio que comentas - doblemente valioso, por pertenecer a una universidad de provincia - es, a mi modo de ver, la que forjaría una verdadera política pública.
Saludos.
PD: ¿Se puede conseguir este libro en Lima?
Martin:
La violencia siempre viene del gobierno y es 100% represiva. Te paso a detallar respuestas de integrantes de pandillas, universitarios, trabajadores o simplemente barristas:
1. Para que voy a ir a la universidad si mi papá es economista y se recursea en un taxi (obrero de 20 años)
2. Yo no acabe el colegio porque en mi casa soy el mayor de los hermanos y tengo que trabajar porque mi papá abandonó a mi mamá cuando era niño (trabajador infantil)
3. Causa, con mis amigos no vamos al colegio porque nos recurseamos jalando cosas en el aeropuerto (barrista de 15 años)
4. No entiendo como Alan Garcia es presidente si todavia no tenemos el tren electrico? (universitario de la UNMSM)
La juventud no es ciega Martin, nosotros nos damos cuenta de lo que pasa y a nuestra manera tratamos de llamar la atención de una manera equivocada y nos refugiamos en la barra o la pandilla. Pero el gobierno nos escucha? o nos da un futuro digno? por favor, si Alan es presidente, ese el ejemplo de nuestra sociedad? antes fue Fujimori y su corrupción y todavia nos queda aquello de coimear y que tal ves sea mejor ser corrupto, eso es el Peru? o es el PerU de una generación que no nos dejó nada brother.
Para entender este problema deberiamos mirarnos cada uno a la cara y dejar de ser hipocritas y exigir al gobierno una mejor educación para la nueva generación, que se deje de excluir a los peruanos de la provincia, que el PerU sea una nación ecologista y no se permita la tala ilegal o la explotación de nuestros recursos naturales en la selva (el petroleo contamina y las leyes son tan permisibles), puedo seguir diciendote tantas cosas que los jovenes pensamos PERO NADIE NOS ESCUCHA!
Entonces que nadie se queje de las pandillas o la violencia porque todos crecimos en ella. Acaso no es violencia que el gobierno este pre-pagando la deuda externa como si fueramos un pais rico? quien es el genio? no seria mejor utilizar ese dinero en una cosa tan simple como un tren electrico o a gas? o en modernizar la justicia?
Ante todo somos peruanos y estamos orgullosos de serlo.
Un barra brava pensante.
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