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Artículo publicado en La República, martes 12 de mayo de 2009
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2009 es un año electoral intenso en la región; ya hemos tenido elecciones presidenciales en El Salvador, Ecuador y Panamá, así como referéndums sobre cambios constitucionales en Bolivia y Venezuela. Y sin duda el marco general de todas estas elecciones y las que vendrán estará marcado por los efectos de la crisis económica internacional. Desde cierto sentido común, la crisis afectará negativamente las posibilidades de reelección o continuidad en el poder de los líderes o partidos actualmente en el gobierno, y favorecerá el avance de las fuerzas de oposición. Sin embargo, ello no siempre es cierto: el cómo la economía afectará a la política está mediado decisivamente por factores políticos.
Una de las elecciones próximas son las legislativas en Argentina (finales de junio). Este es un caso en el cual la crisis afecta negativamente al gobierno; tanto así que las elecciones fueron adelantadas, porque debían realizarse originalmente en diciembre. Una aceptación abierta de que conviene apurarse antes de que los problemas sean más evidentes. Pero también hay casos contrarios, como en Chile, que tiene elección presidencial en diciembre: lo que parecía una elección con un favorito claro, el candidato de la oposición Sebastián Piñera, se ha convertido en una elección reñida, en tanto la crisis genera temores de perder la cobertura de protección social desarrollada durante los gobiernos de la Concertación.
Una variante interesante de esta suerte de lógica conservadora se registra en México (con elecciones legislativas en julio): la crisis y la incertidumbre golpean al gobierno del PAN, pero quien se beneficia no es la oposición del PRD sino el viejo PRI: más vale “malo conocido”, como que es mejor asegurarse y votar por quienes saben manejar las cosas con un mínimo de eficacia. En un sentido similar, Álvaro Uribe pretende cambiar la Constitución para poder reelegirse en 2010, apelando a instintos conservadores.
Otros países pasan por la crisis con efectos mínimos sobre los gobiernos continuistas: recientemente Venezuela (referéndum de febrero) y Ecuador (elección de Correa en abril). Aquí estamos en parte ante efectos que se vienen pero que todavía no se sienten: considérese por ejemplo que en Ecuador las reservas internacionales han caído en un 50% en los últimos seis meses, y que en Venezuela la pérdida ha sido de un 30% en lo que va del año. ¿Les habría ido a Chávez o a Correa igual si es que las elecciones se hubieran realizado a finales de año? Lo que nos lleva a Bolivia, que tiene elección presidencial en diciembre, precisamente. En este caso, a pesar de la crisis, la reelección de Morales parece descontada. ¿Por qué? Nuevamente hay que ver la política: tenemos que considerar la capacidad de juego tanto del partido de gobierno como de la oposición. En Bolivia (como en Venezuela y Ecuador) los líderes en el poder han sido capaces de armar coaliciones que les dan estabilidad, y enfrentan una oposición tan fragmentada y debilitada que por ahora no se percibe un posible recambio.
Quien busca encuentra
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Tomemos en serio la coyuntura que se presenta y vinculémonos, acogiendo
cualquier forma de hacerlo y demos la bienvenida a lo que el resto quiera
brindarnos
Hace 3 horas.
2 comentarios:
Martín, originalmente las elecciones legislativas en Argentina eran en octubre, no en diciembre.
saludos,
Gracias por la corrección...
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