martes, 25 de septiembre de 2007

¿Qué hemos aprendido? ¿Qué se viene?

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Artículo publicado en Perú21, martes 25 de setiembre de 2007

¿Qué nos dice la extradición del ex presidente respecto a las relaciones entre el Gobierno y el fujimorismo? ¿Qué pasará a partir de ahora? Según algunos, la extradición probaría que nunca existió una alianza entre ambos; para otros sí existe, solo que el Gobierno fracasó en el intento de impedir aquella. Así, a cambio del apoyo parlamentario del fujimorismo, el Gobierno no ejerció presión política sobre Chile (C. Basombrío, F. Rospigliosi, N. Manrique); si la extradición se logró, es por la contundencia de los indicios y las pruebas. El problema con este argumento es que asume que la presión política era mejor que el silencio para lograr la extradición. Cuando menos, José Rodríguez Elizondo y Alfredo Etcheberry discrepan de este enfoque y afirman que el bajo perfil gubernamental fue importante para el éxito.

Con todo, hay muchos que asumen que la alianza existe; por ello, ocurrida la extradición, vaticinan que el fujimorismo se sentirá no correspondido, lo que traerá dificultades. Para algunos, esos problemas podrían llevar a una ruptura (S. López); para otros, la unión es tan fuerte que seguirá, a través de presiones gubernamentales al Poder Judicial (F. Rospigliosi). Además, los que creen que podría haber una ruptura especulan sobre cuál podría ser el nuevo socio privilegiado del Gobierno: ¿Unidad Nacional? (J.C. Tafur, S. López). ¿UPP? (M. Lauer).

El problema con estas miradas es que parten de un supuesto débil: que el Apra y el fujimorismo tienen intereses divergentes, y que sus coincidencias solo pueden ser fruto de una transacción. Así, si uno no cumple, el otro se va a molestar, por lo que hay que buscar nuevos aliados. Yo encuentro más razonable partir de que las coincidencias son resultado de que comparten un mismo modelo de gobernabilidad conservadora, ciertas visiones del país y ciertos reflejos políticos; en cuanto a sus intereses inmediatos, a veces convergen, a veces no. Si bien a ambos probablemente les convenía que Fujimori se fuera a Japón, hoy al fujimorismo le conviene un mangoneo judicial, pero no al Gobierno. Al mismo tiempo, a este no le conviene llevarse mal con nadie, más aún en un Congreso fragmentado como el que tenemos; por su parte, si bien el fujimorismo presionará para conseguir favores, tampoco parece convenirle una ruptura. Y el Gobierno siempre podrá decir que no puede hacer mucho con los jueces que verán el caso, así como no pudo hacer mucho con los jueces en Santiago. Por lo tanto, me parece improbable que, al menos por ahora, ocurran cambios mayores en las relaciones entre los actores en el Parlamento de la República.

Eso sí, para que al final se haga justicia, es crucial que el Poder Judicial se maneje de acuerdo a derecho, sin interferencias. Afortunadamente, todo parece indicar que así será.


AMPLIACIÓN:

Aldo Mariátegui en su editorial de hoy da su receta sobre cómo desfujimorizar al gobierno, tomando como eje a UN: sugerencia similar a la de Sinesio López y Juan Carlos Tafur. Ver también artículo de Mauricio Mulder, con lo que creo será la respuesta estándar del gobierno... hoy Perú 21 titula "en pie de guerra" respecto a las relaciones entre el fujimorismo y el gobierno. Me parece que de acá a un par de semanas la impresión será otra. Más acertado me parece el titula de La República: chantaje. Habrá presión, pero no ruptura. Veremos...


VER TAMBIÉN:

http://desdeeltercerpiso.blogspot.com/2007/09/apra-vs-fujimorismo-hay-pelea.html

http://pepitaspuntocom.blogspot.com/2007/09/se-rompe-la-alianza-aprofujimorista.html

http://uterodemarita.com/2007/09/24/alan-no-habra-odio-ni-ensanamiento-ni-venganza/

http://josetalavera.blogspot.com/2007/09/y-despus-de-la-extradicin-qu-viene.html

http://contracultural1.blogspot.com/2007/09/la-sonrisa-de-carmen-lozada-de-gamboa.html

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Martín, me gusta tu blog, veo rigor en tu análisis. Un par de comentarios. Cómo explicar que en la hora nona, cuando presumiblemente ya conocía el tenor del fallo, García sí haya tomado posición a favor de la extradición? Ojo que Rodríguez Elizondo también comenta, respecto a un juicio como el del ministro Alvarez, que Fujimori "no ha provocado en el Perú señales decisivas para Chile". Ojo también que resulta improbable que Etcheverri, abogado del Estado peruano, vaya a cuestionar una estrategia diplomática de la que finalmente es un actor importante. Me parece que la extradición es un proceso político-judicial, en el que sin prejuzgar la responsabilidad penal del requerido sí cabe afirmar el interés nacional de justicia concernido. Eso constituye un acto político-diplomático consistente con la solicitud formal, que no tiene por qué caer en la politización de un proceso judicial. El gobierno de García prefirió no hacerlo, entiendo que porque hubiese preferido que no sea extraditado. Lo cual no sustenta la tesis del pacto con el fujimorismo pero sí su relativismo moral. Estoy de acuerdo en que ahí se producía una coincidencia de intereses entre el Apra y el fujimorismo. Pero a diferencia de ti creo que esa coincidencia se acabó. A partir de ahora el principal interés fujimorista -prácticamente excluyente- serán los juicios del jefe, lo cual es una autolimitación. El gobierno por su parte no tendrá mayores incentivos para interferir en el proceso ni para permitir el resurgimiento de un competidor que se debe percibir maltratado. Por el contrario, en la medida que los juicios funcionen el gobierno buscará capitalizar una imagen de institucionalidad democrática. En buena hora si fuera así. Con lo cual al fujimorismo le quedará el juego antisistema, cuya primera clarísima señal es el atentado contra el Ojo que llora.

Félix Reátegui dijo...

Hola Martín. Va una pregunta. Tú señalas que es un supuesto débil pensar "que el Apra y el fujimorismo tienen intereses divergentes, y que sus coincidencias solo pueden ser fruto de una transacción" y prefieres la tesis de la convergencia alrededor de "un mismo modelo de gobernabilidad conservadora". Me pregunto, sin embargo, si en esta tesis no hay un supuesto también débil: ¿tiene el fujimorismo una "agenda", un programa que no se pueda resumir en sus intereses inmediatos, algo que se pueda llamar "modelo de gobernabilidad"? No he encontrado nunca evidencia de ello. En el caso del PAP, es patente que tal agenda existe, si no como resultado de una deliberación ideológica, sí como parte de sus condiciones de gobernabilidad: su pacto con los poderes de facto. En el caso de la bancada de seguidores de Fujimori, no sé cómo se podría entender eso. Retóricamente, me provoca preguntar si Keiko Fujimori tiene una agenda que se relacione con la búsqueda de impunidad para Alberto Fujimori y que se haya expresado, por ejemplo, en proyectos de ley o algo de esa índole. Más allá de Keiko Fujimori, ¿qué podemos decir del resto de la bancada? ¿Existen en el Congreso como portadores de una visión de algo o al menos como sostenedores de algún interés corporativo que se exprese en preferencias sobre algún modelo de gobernabilidad? ¿Cómo lo ves?

Saludos.

Martín Tanaka dijo...

Para Seimor: García dijo que "la estaban haciendo larga", tampoco se pronunció al final por la extradición. Luego, yo creo que al gobierno no le entusiasmaba la idea de la venida de Fujimori, pero tampoco se iba a quemar boicoteando la extradición, así que simplemente no hizo nada, lo que al final fue bueno, y Fujimori está acá.
Lo del relativismo moral del APRA: estoy de acuerdo, pero no me parezca que se deduzca de este ejemplo.

Respecto al futuro: no creo que al fujimorismo le convenga convertirse en una especie de antaurismo conservador. No creo que eso le convenga a Keiko. Si siguen ese camino, me parece que se autoliquidan. Lo mejor que pueden esperar es lograr la menor condena para Fujimori, y colocar a Keiko como sufrida mártir. Pero si proyectan piconería, creo que pierden. Supongo que el gobierno seguirá como hasta ahora: siendo cordial con el fujimorismo, pero sin ceder nada sustantivo (no creo que puedan hacer mucho, aún si quisieran, además).

Félix: diría que el programa del fujimorismo es seguir con el modelo 1990-2000: políticas neoliberales, eficacia por encima de instituciones, salidas autoritarias, clientelismo político... en eso se encuentran mucho con el APRA. Y en torno a eso girará la campaña política futura de Keiko, ya que Fuji mismo no podrá ser. Al menos ese es el proyecto. Saludos...

Silvio Rendon dijo...

Hola Martín,
Aquí te comento
Saludos,
Sílvio

Anónimo dijo...

Es evidente que el Fujimorismo intentará politizar el proceso judicial, pero el pacto en el modelo de gobernabilidad es implicito, claro, no vamos a encontrar una "agenda" o un plan estratégico, pero es que ellos entienden por gobernabilidad sólo buenas condiciones macroeconómicas. El chorreo lo soluciona todo, nada de reforma tributaria o reforma del estado en general y menos descentralización en serio; ahí están los cuadros técnicos regionales no fortalecidos para luego culparlos por la lentitud en la ejecución o peor por la falta de ideas (¿y los patrulleros?)o se transfieren a las regiones funciones que nunca fueron ejercidas por los ministerios tales como el Plan Tolerancia Cero o el control de la Pequeña Minería.

Palabras de los protagonistas:

25.09.07 - (01:09 PM)RPP
"No creo que los congresistas o la mayoría de los congresistas de Alianza por el Futuro, o sea el fujimorismo, se supediten o se condicionen a un problema judicial personal y dejen de lado lo que siempre han dicho, que les interesaba la inversión, el avance del país. ...", afirmó García.

25.09.07 (14:02 PM)DPA
“Lo único que nos interesa es un manejo apropiado de la política económica que nosotros implantamos en la década del noventa. Mientras esa ortodoxia se mantenga nosotros seguiremos apoyando, no al gobierno aprista sino al pueblo peruano”, Santiago Fujimori.

Anónimo dijo...

Hola Martín.

El 25 de setiembre García declaró: "Sigo confiando en el sentido de la justicia y en el sentido legal de Chile, y estoy convencido de que la independencia de su Corte Suprema y de su Poder Judicial permitirán que el Perú tenga una resolución satisfactoria y así proceder al enjuiciamiento de esa persona en nuestro país". También dijo que el gobierno "no se cruzará de brazos" si el fallo es favorable a Fujimori. "Luego de una respuesta veremos qué camino tomar. No todo se acaba con una resolución, eso puedo garantizarlo". (http://www.larepublica.com.pe/content/view/176483/483/)

¿Por qué no habló con esa claridad antes? Creo que esa declaración responde a un hecho consumado que esperaba poder evitar. Si fuera así, sí sería posible deducir un nuevo ejemplo del relativismo moral aprista. Pues moralmente debió interesarle más la extradición que ahorrarse los problemas inmediatos de gobernabilidad; cuya gestión, por lo demás y como se está viendo, no debe ser tan compleja de solventar.

Ojo: que el asunto haya acabado bien no quiere decir que la acción (o inacción) del gobierno haya sido correcta. Una cosa es la persecución política y otra muy distinta es dar señales claras sobre cuáles son los intereses de un Estado. Si el fallo de Alvarez hubiese sido ratificado el Estado peruano no habría tenido la oportunidad que ahora tiene de darle un fin justo a la historia de Fujimori, lo cual sería lamentable para nuestra historia. (Y García, un líder tan preocupado por el juicio de la historia como dice ser, pensará en redimirse también de haber engendrado esa criatura?)

La estrategia pudo ser la de dejar que la sociedad civil internacional señale el imperativo de extraditar o juzgar. Eso sería verificable en el nivel de coordinación que puedan testimoniar los activistas de derechos humanos. Pero parece más probable la tesis que plantea que en realidad se cayó la estrategia conducente a un pragmático retorno a Japón atribuible a los jueces chilenos, precisamente porque no se calculó que el caso es histórico y se ha convertido en un asunto de interés mundial. Así, la Corte Suprema chilena -que ha dado la pauta de lo que sigue- no iba pues a convalidar un fallo tan burdo como el del ministro Alvarez.

Sobre el futuro, estoy de acuerdo en que lo más racional pare el fujimorismo es tratar de conseguir la menor condena y perfilar a Keiko. Pero hablamos de un movimiento muy dependiente de su líder, casi mesiánico, y por supuesto autoritario. De una hija con un notable complejo de Electra. Y de un personaje que ha priorizado su impunidad sobre la viabilidad de un proyecto político nacional, e incluso sobre la suerte de sus hijos. Recordar: fuga a Japón, renuncia por fax, nacionalidad japonesa, sometimiento a las autoridades chilenas, candidatura a la dieta japonesa. Un personaje en cuya racionalidad la pateada de tablero no sería necesariamente autoliquidarse sino sacrificar su limitado capital actual (la buena relación de sus congresistas con el gobierno) para volver a presentarse como el outsider antisistema, un papel en el que se sentiría mucho más cómodo que en el de su defensa judicial. Los Humala deben estar preocupados por esa posibilidad. Los fujimoristas más inteligentes, como se aprecia en las declaraciones de Santiago Fujimori, también.

Anónimo dijo...

Visto desde la lejanía del viejo continente, ¿no será que el APRA pacta con los Fujimoristas en el Parlamento porque por desgracia no hay partidos organizados ni a izquierda ni a derecha?.

Enhorabuena por su blog Profesor Tanaka, he tenido el placer de leerle pero nunca de comentarle.