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Columna publicada en Perú21, martes 11 de setiembre de 2007
En el primer año de gestión, García optó estratégicamente por un modelo de gobernabilidad conservadora, que tuvo como ejes centrales el privilegiar las demandas de orden y autoridad y el asegurar el crecimiento económico mediante una política 'amigable' con los grandes capitales. Esto se expresó en la convocatoria a tecnócratas independientes para puestos clave para el manejo macroeconómico, lo que le permitió tener mayor presencia partidaria en áreas sociales. En la medida en que la oposición se desvaneció después de las elecciones de noviembre del año pasado, García se permitió abrir más espacio para un manejo partidista, siendo la expresión más clara de esto la presencia de un 'peso pesado' como Luis Alva en el Ministerio del Interior. Esto le permitía, además, administrar mejor el peso relativo de otros líderes dentro del partido de gobierno.
En el plano táctico, dada la inexistencia de oposición política, de lo que se trataba era de contener la protesta social. Para esto, funcionaban la ley de control a las ONG, a través de la APCI, y un ministro del Interior fuerte. Resultaba también útil la búsqueda de una partidarización del Tribunal Constitucional que buscara extender el control del Congreso a este organismo; así como consolidar la apuesta pro empresarial y conservadora del Gobierno a través de la designación de Julio Favre como coordinador de Forsur.
Estos movimientos tácticos han tenido desenlaces en los últimos días, todos contrarios a las apuestas de García. El TC se completó, pero no en los términos previstos inicialmente; fracasó el intento de aprobar una ley que permitía el hostigamiento a las ONG; Alva Castro fracasó en su intento de erigirse en un poder dentro del Consejo de Ministros; la designación de Favre ha tenido muchos cuestionamientos, el último de ellos expresado en los reclamos de los pobladores de Pisco el fin de semana. Queda pendiente saber cómo se resolverá el tema Fujimori en los próximos días.
Para el Gobierno, después de estos reveses tácticos, puede haber llegado el momento de evaluar la estrategia misma. Seguir avanzando por el mismo camino, después de esto, puede llevar rápidamente a callejones sin salida. Mucha atención a cómo se enfrentan los problemas en la sierra de Piura y en el proyecto Majaz, por ejemplo, que se convertirá en un caso emblemático. No parece viable apelar sin más a los beneficios de la inversión y a la satanización de los opositores. ¿Tiene alternativas el Gobierno? Creo que sí: seguir el camino del diálogo siempre le ha funcionado, con costos mínimos. Pero, para esto, necesita dar muestras de una convocatoria más amplia y de que no está enfeudado a intereses conservadores.
PS: Esta columna cumple un año. Agradezco la acogida de Perú.21 y de los lectores.
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Tomemos en serio la coyuntura que se presenta y vinculémonos, acogiendo
cualquier forma de hacerlo y demos la bienvenida a lo que el resto quiera
brindarnos
Hace 2 horas.
1 comentario:
Buenas Sr. Tanaka:
Considero que se olvido mencionar el fracaso que ha sido el shock de inversiones que intento aplicar el gobierno para las provincias. Asimismo la falta de un mayor compromiso para lograr una mejor estructuracion del Estado para que tengamos un aparato estatal menos burocratico y lento (lo cual vimos en el caso del terremoto de Pisco). Para rematar la idea de Sierra Exportadora que hasta ahora no se sabe ni pio del mismo.
Yo creo que mas que evaluar la estrategia, el gobierno de Alan jamas tuvo una cuando asumio el gobierno.
Saludos,
EL ADVERSARIO
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