domingo, 23 de agosto de 2009

Chungui, de Edilberto Jiménez

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(Se ha dado desde hoy una reestructuración en el diario La República, que incluye su sección de opinión. Mi columna pasa de los martes a los domingos. Saludos)

Artículo publicado en La República, domingo 22 de agosto de 2009

http://www.larepublica.pe/pagina_impreso.php?pub=larepublica&anho=2009&mes=08&dia=23&pid=1&sec=1634&pag=15

Acaba de aparecer el libro Chungui. Violencia y trazos de memoria (Lima, IEP-COMISEDH-DED), del antropólogo ayacuchano y extraordinario retablista Edilberto Jiménez. El texto reconstruye la historia de Chungui durante los años del conflicto armado interno sobre la base de testimonios recogidos e ilustrados por el autor; recorriendo sus páginas uno no puede sino emparentear a Jiménez con Guamán Poma de Ayala. Al valor etnográfico y artístico del libro se suman visiones más analíticas propuestas por el propio Jiménez, junto a las de Carlos Iván Degregori y Abilio Vergara.

Chungui es un distrito de la provincia de La Mar en Ayacucho; según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, fue el distrito donde la violencia fue más intensa y atroz. Se registraron 1384 víctimas entre muertos y desaparecidos, un 17% de la población total registrada en el censo de 1981. El informe de la CVR y otras publicaciones ya han dado cuenta de lo ocurrido en Chungui, pero concuerdo con Víctor Vich cuando dice en la contracarátula que este sea quiza el libro más contundente publicado sobre la violencia política hasta el momento. Aproximarse a este tema es muy complicado: las cifras y análisis son fríos, las imágenes y testimonios desgarradores. Este libro permite entrar partiendo del análisis antropológico para llegar al dolor de las personas de carne y hueso, a través del arte de los dibujos de Jiménez. Su trazo limpio nos permite acercarnos a horrores que de otra manera serían intolerables.

El relato de Jiménez da cuenta del surgimiento de Sendero utilizando la escuela pública como espacio de adoctrinamiento, de cómo se impone a sangre y fuego (literalmente) en las comunidades, de lo brutal y equivocada de la respuesta estatal a la insurgencia, de cómo luego surgen las rondas y comités de autodefensa que replican la lógica brutal e impositiva del ejército y los senderistas, de cómo en medio de esto la vida se degrada, al punto que diversos actores utilizan la guerra como pretexto para el pillaje, el robo de ganado, el despojo de tierras, delitos sexuales, e incluso formas de semiesclavitud. De cómo las imposiciones del senderismo se hacen intolerables, y la población se vuelca al apoyo de las fuerzas del orden. De cómo hubo también ronderos y militares “más humanos”. Nos habla de las terribles secuelas de la guerra, de la necesidad de atender hoy prioritariamente distritos como Chungui. Así, el libro permite, a partir de un caso emblemático, mirar todas las dimensiones de lo ocurrido. De necesaria lectura para quienes aún hoy tienen miradas simplistas y para los jóvenes que no tienen memoria de esos años.

Como dice Degregori en el prólogo, los peruanos tenemos una deuda con Chungui. Un primer paso sería atender a Daniel Juárez Huamán, su alcalde distrital; hoy que hablamos de inclusión, de aumentar el gasto público, deberíamos empezar por lugares como Chungui, como Putis.

VER TAMBIÉN:

Notas desde Lenovo. Alcalde de Chungui: en vez de trabajar por el desarrollo nos hemos tenido que convertir en pequeños ‘policías’
http://notasdesdelenovo.wordpress.com/2009/08/22/alcalde-de-chungui-en-vez-de-trabajar-por-el-desarrollo-nos-hemos-tenido-que-convertir-en-pequenos-policias/

La barbarie dibujada. Por Ghiovani Hinojosa, La República
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20090816/6/node/211959/todos/1558

Foto tomada de:
http://gestioncultural-mc.blogspot.com/2009/08/edilberto-jimenez-publica-chungui.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Discúlpenme por usar éste medio para denunciar la censura que sufrí en el diario La República a una opinión que tuve contra el artículo de Javier Diez Canseco http://www.larepublica.pe/node/213635
Pero creo que el mensaje también es pertinente para éste artículo.
por Jaime Kunigami
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Sr. Javier Diez Canseco aprovecho esta oportunidad para felicitarlo por su artículo pero a la vez quiero hacerle una modesta crítica.

LAS TRES ACTITUDES HUMANAS

Escena1
En abril de 1997, en la toma de los rehenes en la embajada de Japón, a la primera persona que liberó Cerpa Cartolini fué a usted. Y usted ¿qué hizo?, pues comunicar las exigencias del MRTA de que liberen a los emerretistas presos y denunciar el olvido de las autoridades para con los pobres del país. Pero ¿se preocupó acaso por el destino de los rehenes? ¿Se quedó acaso en la embajada para garantizar el respeto por sus derechos humanos? NO, simplemente se fué a su casa.

Escena2
Cerpa luego liberó a las mujeres y ancianas (entre ellas a la madre de Fujimori)
y momento más tarde Fernando Andrade vió que los terroristas estaban distraídos y pensó ¡éste es el momento para escapar! Y se deslizó por la ventana. La pregunta es: ¿pensó Fernando que con su huída podía los emerretistas tomar represalias con los rehenes?. La respuesta cae por sí misma, pero aún así, meses más tarde los miraflorinos lo eligieron su alcalde.

Escena3
Cerpa decide liberar al sacerdote jesuita Juan Julio Wicht pero éste viendo las necesidades espirituales de los rehenes se negó : “Es cierto que dudé, pero Dios me iluminó y decidí que mi lugar era junto a los rehenes”, dijo en una entrevista.

Confieso que soy agnóstico, sé que mucha gente tomaríamos cualquiera de las dos primeras opciones, pero la actitud del sacerdote Wicht, es inspiradora, y es una cachetada al egoísmo y a las ideologías humanas.

Un último mensaje del sacerdote Wicht:

“Espero que la juventud peruana aprenda que con la violencia no se consigue nada. ¡No dejemos de luchar por la justicia, pero sin violencia!”