Artículo publicado en Perú21, martes 8 de enero de 2008
Disfruté la lectura de Rajes del oficio, de Pedro Salinas (Lima, Planeta, 2007). Salinas la pasa bien conversando con sus entrevistados, y lo que podría llamarse una suerte de empatía inteligente le permite lograr retratos espontáneos, sinceros, de diez reconocidos periodistas, figuras que intermedian, cada cual en su estilo, entre los acontecimientos y la difusa opinión pública. En tanto leemos, vemos y oímos a estos personajes tan seguido, resulta interesante saber más sobre ellos, qué piensan y cómo se definen: algunos como liberales (A. Vargas Llosa, Palacios, Mariátegui, Salazar), otros como socialistas o socialdemócratas (Vargas, Lauer, Vivas, Hildebrandt), y otros, simplemente, como descreídos (Ortiz, Bayly).
Llaman la atención las percepciones de los periodistas entrevistados sobre el medio periodístico; cuán diferentes son sus respectivas visiones, y cuán diferentes pueden ser de las que no son del medio, de los espectadores. Así, en el debate público, para algunos los medios estarían capturados por una suerte de "pensamiento único" neoliberal, mientras que para otros en realidad está copado por una suerte de establishment "políticamente correcto"; así, los entrevistados aparecen clasificados ya sea como parte del mainstream o como parte de una minoría. En cuanto a los periodistas mismos, cada uno tiende a pensarse a sí mismo como único, por supuesto, y en cierto sentido lo es, de allí lo interesante del libro.
Otro asunto relativo a las percepciones es cómo piensa cada uno su capacidad de influencia, aquello de ser "líder" o "formador de opinión". Algunos se muestran orgullosos de los resultados de algunas campañas en las que participaron, otros sienten que predican en el desierto. Lo que es un hecho es que, en el Perú, muy poca gente forma su opinión sobre la base de los medios escritos; un poco más, pero todavía una minoría, a través de los programas políticos de televisión y radio, mientras que la gran mayoría se informa de los noticieros de televisión y radio más sensacionalistas, en donde pesan mucho medios regionales y locales, con otros protagonistas y agendas.
Esto permite entender por qué los periodistas perciben que no pueden evitar que ocurran cosas que no quieren, o que no pueden lograr que suceda algo que quisieran. Sin embargo, sí tienen poder relativo para 'enmarcar' la noticia. Ellos participan del proceso de selección de lo que es noticioso y no lo es, imponen determinados énfasis desde los cuales enfocar los acontecimientos. Así, en general, si bien los periodistas entrevistados tienen mucho menos poder de lo que cree la gente que no es del medio, tienen mucho más de lo que ellos parecen percibir, aunque ciertamente por caminos que escapan a su control y a sus propósitos.
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