Artículo publicado en Perú21, martes 1 de enero de 2008 En los interrogatorios al acusado expresidente Fujimori, este apela al recurso de la ignorancia y del olvido; no sabía o no recuerda las denuncias de violación a los derechos humanos, de la acción de grupos paramilitares, de los antecedentes de su asesor principal. A todos nos queda claro que se trata de una estrategia de defensa judicial, y que, políticamente, resulta deleznable. No puedo, en medio de esto, dejar de recordar que Fernando Belaunde, en su segundo gobierno, declaró que los informes de Amnistía Internacional "iban directamente al tacho de la basura"; más todavía ahora, que la justicia italiana ha ordenado la detención del ex presidente de facto Francisco Morales Bermúdez.
Fujimori, García, Belaunde y Morales han tenido que responder de maneras diversas por violaciones a los derechos humanos durante sus gobiernos. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? ¿Estamos en todos los casos ante presidentes que se rindieron a la lógica perversa según la cual era su deber no entorpecer la acción de las Fuerzas Armadas, pasara lo que pasara? Recordemos que en los años 80 se hablaba de "abdicación de la autoridad democrática".
Ciertamente hay diferencias: Belaunde y García fueron presidentes constitucionales, que funcionaron con poderes independientes. Es decir, sus responsabilidades penales, de existir, pudieron esclarecerse allí, mientras que Fujimori, desde abril de 1992, claramente concentró el poder en sus manos. Es el mismo caso del dictador Morales, con la diferencia de que se le acusa no de violar derechos de nacionales, sino de haber colaborado con violaciones a los derechos de ciudadanos argentinos. Pero, más allá de las responsabilidades penales, están las responsabilidades políticas. Nuevamente, ¿es lo mismo o hay diferencias?
La principal diferencia está en que durante los gobiernos de Belaunde y de García no era evidente qué estrategia seguir, por lo que estos dependían enteramente de la iniciativa militar; García incluso intentó un cambio de estrategia entre 1985 y 1986, que tampoco funcionó. El cambio de estrategia que permitió ganar la guerra interna, basado en las alianzas con el campesinado y en el trabajo de Inteligencia, ocurrió desde 1988 por iniciativa de las Fuerzas Armadas y policiales, antes que del liderazgo político. Nuevamente, la diferencia es que con Fujimori se mezclan el respaldo a la lógica perversa descrita con la construcción de un régimen personalista.
Mirar el pasado desde los criterios del presente puede sonar injusto para algunos; sin embargo, también es cierto que, con el tiempo, los estándares son más exigentes; lo que antes parecía tolerable hoy parece escandaloso, y está bien que así sea. Es por ello que está muy bien que Morales Bermúdez haya decidido responder ante la justicia.
(foto de Caretas)
2 comentarios:
De estos cuatro personajes -que usted menciona, señor Tanaka- comprometidos con graves violaciones a los DDHH, los que despiertan más repudios son Fujimori y García. Este último ya pretende "curarse en salud" saliendo en la defensa del ex dictadorzuelo Morales Bermudez, pero haga lo que haga, al final tiene que llegarle el momento que también se siente en el banquillo de los acusados. La historia no puede ser encubridora de crímenes y genocidios, sea cual fuere el motivo por los que se efectúan.
No olvidar que la prensa también juega un rol importante en la convivencia democrática: fiscalizando al poder político.
¿Lo hace..? ¿Lo ha hecho...? ¿Por qué no lo ha hecho...?
En los años turbulentos de Morales Bermúdez no hubo prensa libre, estaba estatizada y también en este aspecto MB tiene responsabilidad política porque la prensa evadió su responsabilidad.
Los dorados tiempos de Belaúnde los medios se convirtieron en agencias de publicidad: moviendo la cola unos mejor que otros vivieron el quinquenio.
Hasta que García no "chocó" con la banca y los "apóstoles" lo excomulgaron, la prensa vivió tórrido romance con el mozalbete. Dificl olvidar las cajas de cerveza que llegaban con frecuencia de palacio a las tertulias de los hombres de prensa.
La "era Fujimori" fue una juergaza con todo... de la que aún muchos periodistas exhiben los signos de la resaca.
A Toledo, jugando en pared con el APRA, los medios de comunicación por un pelo lo vacan. Ahora a regañadientes evitan criticarlo.
Los ciudadanos tenemos que ser más incisivos vigilando al poder político y a la prensa en general. A unos, castigánlos con nuestro voto en las elecciones, y a los otros con nuestra sintonía o preferencia.
Paloma
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