lunes, 28 de febrero de 2011

¡Alberto Flores Galindo responde a Martín Tanaka!

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Con este título llamativo mi amigo Ricardo Portocarrero expresa su desacuerdo con mis dos últimos artículos publicados en La República:

http://martintanaka.blogspot.com/2011/02/sobre-lo-andino.html

http://martintanaka.blogspot.com/2011/02/que-dificil-es-ser-dios-de-degregori.html

Ricardo publicó lo que sigue en su página de facebook, que entiendo no es de fácil acceso: intenté encontrar referencias a su página en google, pero no encontré nada. Así que, con su permiso, reproduzco su texto y un mensaje personal, que creo son de interés general, y llevan a una discusión sobre temas sustantivos. Saludos...

Estimado Martín:

No ha sido mi intención, como he insistido reiteradamente, hacer de esto un asunto personal y menos algo que afecte nuestra amistad. Es un tema de debate que viene de muy atrás y que hoy sigue vigente. No quise sino aportar material para el debate, presentando los argumentos que Tito aportó sobre este tema ya que él no podía hacerlo. Nada más. Sobre la nota en mi facebook, la publiqué de manera pública para que cualquiera pudiera consultarla, no restringido a los amigos. Basta hacer una búsqueda con el Google. Por lo tanto, puedes vincularlo a tu blog sin pedirme permiso ni mucho menos. Es abierto; además, es tu derecho. Lo del título era sólo una forma de llamar la atención sobre este tema. La verdad es que tampoco sé usar muy bien esto del facebook. Si requiere de algo que pueda ayudar al debate público, avísame. Sé que a veces me falta tacto. Si este es el caso, te pido las disculpas del caso. Un abrazo, Ricardo.

PS Si quieres también puedes citar este correo para evitar malentendidos con terceros.

Domingo, 27 de febrero de 2011 a las 15:20

Ricardo Portocarrero Grados

Martín Tanaka [nos quiere hacer creer]* nos da a entender en sus artículos del diario La República (20 y 27 de febrero de 2011), que el debate sobre lo andino y Sendero Luminoso se encuentra entre las viejas posturas y las recientes investigaciones sobre el tema. Se trata más bien de una vieja polémica que data de los años 80, donde los argumentos presentados por Tanaka no son nada nuevos. Más bien, se trata de repetir viejos prejuicios. A pesar de haber muerto hace casi 21 años, un 26 de marzo, Flores Galindo puede responder por sí mismo.
* Corrección.

Prólogo a Carlos Arroyo: Encuentros. Historia y movimientos sociales en el Perú. Lima, Memoriangosta, 1989, p. 9-21.

EL RESCATE DE LA TRADICIÓN

«En toda época deberá hacerse de nuevo el intento de rescatar la tradición frente, a un conformismo que está a punto de aplastarla... Sólo tendrá el don de avivar la chispa de la esperanza en el pasado el historiador que esté firmemente convencido que ni siquiera los muertos estarán seguros frente al enemigo si éste triunfa. Y este enemigo no ha dejado de ser vencedor.»
Walter Benjamín

EL PERÚ es un país en crisis. Nos encontramos en medio de una de esas encrucijadas históricas en las que se termina poniendo en juego todo el destino de una colectividad. Aunque ignoramos el resultado de la confrontación, sí estamos seguros de que a la vuelta de algunos años, este país, para bien o para mal, en beneficio de unos o a costa de otros, será muy distinto que lo que ahora es. En estas circunstancias, los intelectuales (y no sólo ellos), buscan afanosamente respuestas a sus interrogantes. A veces vuelven la mirada hacia el pasado pero evidentemente no puede esperarse que allá encuentren una imagen libre de las tensiones y angustias del presente. Todo lo contrario.

A lo largo de este libro, Carlos Arroyo entrevista a diversos historiadores peruanos. Específicamente diez historiadores, a los que se suman tres antropólogos y un periodista. Los temas tratados comprenden un amplio marco cronológico, desde el país de los incas hasta el Perú actual. Los entrevistados pertenecen a distintas generaciones y responden a diversas preocupaciones pero, a pesar de todo, hay a lo menos, dos temas en común: la cuestión de la identidad y el redescubrimiento del mundo andino.

Llama la atención la profusión de estudios recientes sobre el mundo andino. Una sucinta enumeración nos llevará a recordar los libros de Juan Ansión, María Rostworowski, Scarlett O'Phelan, los que siempre acostumbra publicar Luis Lumbreras, la obra de los hermanos Montoya, los prólogos de Pablo Macera, los artículos de Alfredo Torero, los estudios de Manuel Burga y Nelson Manrique, los ensayos míos, sin omitir a Víctor Domínguez, Wilfredo Kapsoli, Rosina Valcárcel o las revistas Tierra Adentro, Allpanchis o Márgenes. Todo esto incomoda a muchos. Lamentablemente no sólo a los intelectuales de derecha. Es así como se ha acuñado el término –con evidente connotación despectiva– de «neo-indigenismo» [1].

Se atribuye a la preocupación que algunos tenemos por lo andino un contenido, en el mejor de los casos, romántico, pasadista, resultado del afán de huir del presente y de buscar algo de que asirse en el pasado[2]; en el peor de los casos se trata de ingenuos que se han puesto al servicio del senderismo, si no son aliados conscientes del terrorismo. Esto se escribe a veces. Lo hizo, por ejemplo, José Tamayo en un libro sobre problemas regionales[3]. Pero, con más frecuencia se comenta, sugiere y desliza siguiendo los viejos mecanismos del chisme limeño o del correo de brujas. Para construir esta imagen del «neo-indigenismo» ha sido preciso hacer un bloque homogéneo de casi todos los preocupados por el mundo andino. Pero éste es un supuesto bastante fácil de desbaratar. Para ello sería suficiente leer con alguna atención –no mucha– los libros de Burga y míos, para descubrir que al lado de acuerdos, existen evidentes diferencias. Nelson Manrique ha discutido el ámbito espacial y temporal de la utopía andina[4]. Henrique Urbano, en la Revista Andina, hizo un agresivo comentario del libro de Ansión, obra en la que si bien se trabaja con material oral, se lo hace en una perspectiva bastante distinta de la utilizada por los hermanos Montoya. Creo que las entrevistas que aquí reúne Arroyo servirán para mostrar los acuerdos y las diferencias entre los supuestos «neo-indigenistas». La mayoría de los entrevistados son marxistas pero cada uno asume de manera peculiar este método.

Decía leer con alguna atención porque quien haya ido más allá de la carátula de mi libro podría haberse dado cuenta de que la tesis central no era precisamente seguir Buscando un Inca, sino dominando los recuerdos, utilizando la carga pasional de la utopía andina y recurriendo a elementos del pasado (como la tecnología tradicional), tratar de fundar un discurso nuevo, radicalmente diferente, que permita sustentar un proyecto socialista. Es decir, pensar la tradición desde el futuro. Sin embargo, ocurre que no se lee. ¿Por qué? Obviamente porque se suponen los contenidos[5]. Es lo que ocurre en un debate. Mejor dicho –porque todos los debates lo son casi por definición–, cuando el ambiente se carga de pasiones. La vida intelectual ha terminado arrastrada por cualquiera de los muchos remolinos que nos rodean ahora en el Perú.

Creo que esto es expresión de un ambiente de intolerancia que tiende a dominar la escena intelectual. Frente a un fenómeno como el senderismo no existe la posibilidad de estudiarlo o analizarlo; sólo cabe la condena más rotunda, hasta bordear en el reclamo de la pena de muerte. Con unos o con otros. No hay término medio. La lógica del terror o de las zonas de emergencia traspuesta al mundo universitario. Si un autor no muestra que a lo menos escribe desde el poder, razonando como si fuera un miembro de las fuerzas armadas o un sociólogo asimilado a la policía, se vuelve un sospechoso. Lo peor es que quienes comparten estas apreciaciones se consideran a sí mismos como demócratas. La democracia, en realidad, es una difícil práctica cotidiana que se debe ejercer en todos los espacios, incluida la cátedra universitaria o los cafés de las instituciones.

Pero el ejercicio de la democracia resulta muy difícil en un ambiente cercado por el miedo. El temor es, en realidad, el reverso de la intolerancia. La mejor manera de mostrar que uno no está apestado por el virus del senderismo, que no forma parte de esos nuevos leprosos, es acusar a otro de ser tal: la vieja lógica de los pogrom medioevales. Para entender esto hay que reparar en que el «senderismo» se ha terminado encontrando con otros fenómenos, como el incremento de la pobreza urbana, los cercos de miseria que rodean a las ciudades, el ascenso de la criminalidad y la delincuencia todo lo cual, ha resucitado a los «fantasmas de la clase media». «Una sensación de inseguridad invade el ánimo de los sectores medios. En los barrios residenciales las ventanas se enrejan, las casas se amurallan y las calles se pueblan de wachimanes»[6]. Este es el medio social en el que viven los intelectuales. Sus centros de trabajo –universidades o institutos de investigación– también deben rodearse de sistemas de vigilancia y protección...


Ver texto completo aquí:

http://martintanaka1.blogspot.com/2011/02/el-rescate-de-la-tradicion-de-alberto.html

También en:
http://librosyrecuerdos.blogspot.com/2011/02/alberto-flores-galindo-responde-martin.html

domingo, 27 de febrero de 2011

Sobre lo andino

Artículo publicado en La República, domingo 27 de febrero de 2011

La semana pasada, comentando el último libro de Carlos Iván Degregori, Qué difícil es ser dios... mencioné de pasada que este “polemiza (...) con los intelectuales que vieron en Sendero Luminoso la expresión de alguna forma de identidad andina o milenarista, y que tendieron a proyectar una imagen ‘esencialista’ de lo andino”; dije también que “los viejos textos de Degregori (...) muestran (...) cuánto han envejecido visiones alternativas (...) como las de Juan Ossio, Alberto Flores Galindo o Gonzalo Portocarrero”. Quiero aclarar que no pretendí en absoluto desmerecer el importante aporte que en su momento hicieron, y en el caso de Ossio y Portocarrero, siguen haciendo estos autores. Simplemente ocurre que el paso de los años obliga necesariamente a replantearse las cosas; comentar más sobre estos asuntos creo que podría resultar de interés.

En la década de los años ochenta, se discutía sobre las relaciones entre “lo andino” y Sendero Luminoso. Para algunos, Sendero expresaba de alguna manera lo primero, aunque fuera de manera retorcida y violenta: Flores Galindo hablaba de una “utopía andina”, de una identidad que habría resistido a lo largo de los siglos y que se expresaría en diversas formas de resistencia a un orden explotador. Portocarrero buscaba elementos que compartieran los dirigentes senderistas, más educados y mestizos, con la población campesina e indígena, que por momentos se dejó seducir por el discurso senderista, y creyó encontrar la respuesta en alguna forma de identidad andina. De otro lado, Ossio y otros en el Informe Uchuraccay planteaban la existencia de barreras que separaban el mundo andino y el mundo occidental, y que explicaban el malentendido que hizo posible el asesinato de los periodistas y su guía por parte de los comuneros.

Investigaciones más recientes sugieren, a mi juicio, un panorama muy diferente: las comunidades campesinas aparecen como muy complejas y diferentes según regiones, y muy cambiantes en el tiempo; se muestran con diferentes niveles, pero en general muy significativos, de articulación con espacios y territorios que incluyen las ciudades, a través de la migración, el comercio, y su relación con el Estado. En cuanto a la actuación de las comunidades durante el conflicto armado, se esboza una imagen en la cual las comunidades pueden llegar a ser muy pragmáticas y estratégicas, estableciendo alianzas e iniciativas muy diversas, que se terminaron expresando en la conformación de rondas y comités de autodefensa.

En el momento actual, como consecuencia de la dinámica de la migración, el crecimiento de las ciudades, la institucionalización de los municipios rurales, la politización de los espacios locales, la expansión de las actividades extractivas, la imagen de lo andino está en redefinición. Pero todavía no aparecen visiones articuladas capaces de superar del todo las visiones previas. La pregunta por la identidad andina sigue abierta.

VER MÁS:

Para los interesados en estos temas, ver:

- Informe de la comisión investigadora de los sucesos de Uchuraccay. Lima, 1983. Sobre el tema de Uchuraccay he comentado antes:

http://martintanaka.blogspot.com/2008/01/comisin-vargas-llosa-y-roco-silva.html
http://martintanaka.blogspot.com/2008/01/uchuraccay.html

- Flores Galindo, Alberto: Buscando un inca. Identidad y utopía en los andes (1986).
- Portocarrero, Gonzalo: Razones de sangre. Aproximaciones a la violencia política. Lima, PUCP, 1998.

Para los debates más recientes, ver, entre muchos otros:

- Castillo, Pedro, et.al., ¿Qué sabemos de las comunidades campesinas? Lima, Allpa, 2007. Ver especialmente Diez Alejandro, "Organización y poder en comunidades, rondas campesinas y municipios"; e "Identidad y comunidades campesinas: un ensayo de balance", de Pablo del Valle.

- Robin, Valérie, y Carmen Salazar-Soler, eds., El regreso de lo indígena. Retos, problemas y perspectivas. Lima, IFEA-CBC, 2009.

jueves, 24 de febrero de 2011

Wikileaks y la alianza entre fujimoristas y apristas

¿En qué medida los "wikileaks" recientemente revelados, que se refieren a las relaciones entre fujimoristas y apristas redefinen la discusión sobre este tema y las maneras en que lo hemos discutido en el pasado? Este tema lo he abordado muchas veces antes en este blog. Ver al respecto:

http://martintanaka.blogspot.com/2009/04/el-juicio-fujimori.html

http://martintanaka.blogspot.com/2008/11/volver-al-futuro.html

http://martintanaka.blogspot.com/2008/08/la-negociacin-entre-apristas-y.html

Mi opinión es que los "wikileaks" no nos dicen nada concluyente respecto a si hubo o no una alianza, o sobre los términos de la misma. Por ello, en los últimos días se ha especulado mucho sobre esos asuntos, en los mismos términos que en el pasado, así que me parece que no hay mucho nuevo que decir. Ver por ejemplo:

Wiki roches
Mar, 22/02/2011
Nelson Manrique
http://www.larepublica.pe/22-02-2011/wiki-roches

Vayamos por partes. Para empezar, hay que leer los dos documentos hechos públicos; el primero es del 11 de abril de 2006, donde se reseña una reunión ocurrida esa mismo día en la mañana, poco después de la primera vuelta del 9 de abril. En esa reunión Yoshiyama dice que están muy contentos con los resultados de la elección, que calculan ganar 15 representantes en el Congreso (en realidad fueron 13); Santiago Fujimori comenta que planea visitar a su hermano Alberto en Chile para conversar sobre estrategias de negociación con los dos contendientes de la segunda vuelta, principalmente con el APRA, aunque no cierran la posibilidad de un acuerdo con Humala. Ver:

http://e.elcomercio.pe/66/doc/0/0/2/9/6/296867.pdf

El segundo, acaso más "jugoso", es del 16 de junio de 2006, en el que se reseña una reunión del 12 de junio, poco después de la segunda vuelta, del 4 de junio, es decir, cuando ya se sabe que el nuevo presidente será Alan García. En esa reunión, Keiko y Santiago Fujimori afirman estar listos para "trabajar constructivamente" con el nuevo gobierno; se afirmó que apoyarían en general políticas de responsabilidad fiscal, aumento de la inversión privada, mercados y comercio libre, compensaciones a los sectores que resultan "perdedores" de esas políticas, aumento del gasto social, especialmente en áreas rurales. A cambio, esperarían que termine la "persecusión política" a los fujimoristas supuestamente desarrollada durante el gobierno de Toledo, e "imparcialidad" en el tratamiento legal del ex-presidente Fujimori en cuanto al proceso de extradición de Chile y en cuanto a las acusaciones criminales en su contra. Santiago Fujimori comenta que un acuerdo ideal sería que Alan García permita que Alberto Fujimori vuelva al país (¿?) para ayudar a quitarle votos a Humala en las elecciones municipales y regionales de noviembre. Keiko F. comenta que ve difícil que el ego de García pudiera soportar la presencia de su padre en el país, pero santiago F. se muestra confiado en que ese arreglo podría darse.

Yoshiyama comenta que García no es rencoroso, y que a pesar de haber sido perseguido judicialmente durante el fujimorismo, ha dejado saber a los fujimoristas que ellos no recibirán el mismo trato durante su gobierno. Se exalta el pragmatismo del APRA, su capacidad de negociar con otras fuerzas políticas. Keiko F. menciona que los fujimoristas están abiertos a conversaciones con los apristas, y Santiago F. y Yoshiyama mencionan que esas conversaciones ya se iniciaron, y que éste habría mencionado a funcionarios del gobierno de Fujimori que podrían ser ministros con García. Santiago F. comenta que García no tendría tiempo ni capacidad para impulsar políticas que influyan en los resultados de las elecciones regionales de noviembre, por lo que creía necesario que este empiece a construir una coalición desde ya, antes que esperar a que asuma el mandato. Luego hay comentarios sobre la preocupación que tenían de que los humalistas ganen las elecciones regionales en las 15 regiones donde Humala ganó en segunda vuelta. Y eso es todo.

http://e.elcomercio.pe/66/doc/0/0/2/9/6/296861.pdf

Yo no sé ustedes, pero a mí me parece que estamos casi en las mismas que antes de los "wikileaks". Qué sabemos: que fujimoristas y apristas tienen muchísimo en común, que tienen objetivos comunes, enemigos comunes, amigos comunes; que comparten la misma visión del país. Que votan juntos muy frecuentemente en el Congreso; que muchos exfuncionarios del gobierno de Fujimori han participado en el gobierno de García; que tienen relaciones, por decir lo menos, "muy amistosas". Qué sabemos también: que Fujimori no volvió al Perú a hacer campaña en contra de Humala antes de las elecciones regionales de noviembre de 2006; que Alberto Fujimori fue extraditado y encarcelado; que luego Alberto Fujimori fue condenado por homicidio calificado; que esa condena fue ratificada. Y que a lo largo de todo ese proceso, las relaciones entre fujimoristas y apristas nunca cambiaron en lo sustancial.

Esto nos plantea varias posibilidades. La primera, que hubo un acuerdo, pero "de baja intensidad": los fujimoristas apoyan al gobierno, a cambio de "terminar la persecución política" y de "imparcialidad en el juicio". Como que los fujimoristas dan mucho, pero reciben muy poco o nada a cambio. Una variante de acuerdo de baja intensidad es decir que los fujimoristas apoyan al gobierno a cambio de concesiones menores: impunidad para Raffo o Chacón, las vicepresidencias del Congreso, etc. Puede ser, pero recordemos que la tesis de la alianza siempre sostuvo que la transacción era apoyo a cambio de impunidad para el expresidente. Una segunda posibilidad es que, como dice Manrique en el artículo "linkeado" arriba, el acuerdo sí era por la impunidad, solo que "gracias a jueces probos, que no se sometieron a las presiones del gobierno" la extradición y la condena se dio al final. En ese caso, uno esperaría que la alianza se rompiera, porque su objetivo esencial no se cumplió; pero las relaciones entre fujimoristas y apristas nunca cambiaron, hasta ahora. Podría decirse entonces que esas relaciones se mantienen gracias a una promesa de indulto antes del 28 de julio de 2011; puede ser, pero otra vez me parece poco creíble. Es muy poco probable que el gobierno se atreva a desprestigiarse tanto haciendo algo así; ante iniciativas como el decreto 1097 el gobierno retrocedió, por ejemplo, lo que demuestra que es sensible al escándalo, y los fujimoristas deberían saberlo. ¿Siguen apoyando al gobierno a cambio de una promesa tan incierta? Podría argumentarse entonces que el fujimorismo apoya al APRA a cambio de que este "haga lo que pueda", en cuanto al expresidente, pero sin garantizar ningún resultado. Otra vez, puede ser, pero no suena creíble; nuevamente, los fujimoristas dan mucho, pero reciben poco.

Manrique menciona una variante de la tesis de la alianza: era para "cogobernar". No cuadra, si uno piensa en los enfrentamientos entre Jorge del Castillo y los fujimoristas, o la designación de Yehude Simon en la Presidencia del Consejo de Ministros. Como que la alianza, de haber existido, debió haber tenido propósitos más acotados y específicos.

Más creíble me sigue sonando a mí que los fujimoristas apoyan al gobierno, y el gobierno a los fujimoristas, simplemente, porque piensan igual y tienen iguales intereses en muchas cosas; y a los fujimoristas les conviene llevarse bien con los apristas, y a los apristas les conviene llevarse bien con los fujimoristas (y con Unidad Nacional y con UPP). Por eso nada cambia a pesar de la extradición, encarcelamiento, condena y ratificación de la condena del expresidente. Si la alianza girara en torno a la impunidad, habría habido cambios en la relación entre fujimoristas y apristas después de la extradición o la condena, por lo menos tensiones, recriminaciones, reclamos, pero no hubo nada. A menos que la alianza fuera de baja intensidad (que no incluyera el tema de la impunidad) o que, simplemente, los fujimoristas son pésimos negociadores, y hacen una alianza en la que dan mucho, pero no reciben nada, o reciben muy poco, o solo promesas inciertas a cambio.

En suma, creo que seguimos con las mismas dudas y preguntas de antes de los "wikileaks". Termino diciendo que en esta discusión me acerco o me alejo de las hipótesis posibles según me resultan más o menos creíbles, en otras palabras, no hablo de certezas. La hipótesis de la "alianza" no es descartable. Pero sigue siendo una hipótesis, me parece.

Foto tomada de:
http://www.larepublica.pe/20-02-2011/fujimorismo-ofrecio-apoyo-al-apra-cambio-de-impunidad

domingo, 20 de febrero de 2011

Qué difícil es ser dios, de Degregori

Artículo publicado en La República, domingo 19 de febrero de 2011

Acaba de ser publicado Qué difícil es ser dios. El Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso y el conflicto armado interno en el Perú: 1980-1999, editado por el Instituto de Estudios Peruanos y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, de Carlos Iván Degregori. Se trata de una compilación de textos publicados por el autor entre 1985 y 1996, acompañados de algunos textos inéditos más recientes y de una valiosa introducción, en donde el autor reflexiona sobre el contexto intelectual en el cual esos trabajos fueron producidos. Según Degregori, este libro condensa una etapa intelectual previa a su participación en la Comisión de la Verdad y Reconciliación, cuya experiencia, promete, dará lugar a una nueva reflexión, apenas esbozada en el epílogo de este libro.

Degregori se ha convertido en uno de los intelectuales más respetados e influyentes del país, posición que podría hacer que asuma una postura “por encima” de controversias, cayendo en el fácil recurso, tan común en nuestro medio intelectual, de criticar a otros sin mencionarlos, y así “ningunearlos”. Debemos felicitar a Degregori por no caer en ese lamentable defecto: el libro en general y la introducción en particular, tienen un filo polémico que no debería pasar desapercibido. Según el autor, sus trabajos pretenden “politizar” a Sendero Luminoso (no verlo como un fenómeno delincuencial), “peruanizarlo” (no verlo como fruto de influencias extranjeras, ajenas a nuestra historia), “desindianizarlo” (no verlo como proyecto andinista o milenarista, sino como moderno y marxista), “desproletarizarlo” (verlo como un proyecto intelectual basado en la universidad y la escuela, no de trabajadores empobrecidos), y desvincularlo de la izquierda (dejar de verlo como integrado por “compañeros equivocados” y denunciar su carácter totalitario).

Ubicado en esas coordenadas, Degregori se enfrenta no solo a la derecha militarista y reaccionaria, también a la izquierda tradicional; polemiza también con los intelectuales que vieron en Sendero Luminoso la expresión de alguna forma de identidad andina o milenarista, y que tendieron a proyectar una imagen “esencialista” de lo andino, negando o limitando la capacidad de acción propia de las comunidades y campesinos. Leer los viejos textos de Degregori hoy muestran lo acertado de sus intuiciones, y cuánto han envejecido visiones alternativas, en su momento muy influyentes, como las de Juan Ossio, Alberto Flores Galindo o Gonzalo Portocarrero, entre otros.

¿Cuál es la clave de la lucidez de Degregori? A mi juicio ella reside, como en otros intelectuales, en su capacidad para moverse entre mundos y registros diferentes: entre la academia y el compromiso político, entre el mundo universitario de San Cristóbal de Huamanga y San Marcos con el del IEP y la academia global, entre el norte y el sur. Un ejemplo y una inspiración para las nuevas generaciones de científicos sociales.


Ver también:

QUE DIFICIL ES SER DIOS. EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERU-SENDERO LUMINOSO Y EL CONFLICTO ARMADO INTERNO EN EL PERU:1980-1999
Autor(es): DEGREGORI, Carlos Iván

Reseña: Entre 1980 y 1999, el Perú vivió el episodio de violencia más intenso, extenso y prolongado de toda su historia republicana. De acuerdo con la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), la cifra de víctimas fatales de la violencia fue de casi 70.000 personas. Más que el total de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 183 años de vida independiente.

Con esta publicación, Carlos Iván Degregori nos permite repensar esa etapa oscura de nuestra historia, para lo que nos entrega una larga introducción que titula: "Sendero Luminoso: un objeto de estudio opaco y elusivo". El autor privilegia, a lo largo de los nueve trabajos aquí reunidos, los aspectos antropológicos, sociológicos e históricos más que, por ejemplo, la estrategia militar de SL.

Contenido:

SENDERO LUMINOSO: UN OBJETO DE ESTUDIO OPACO Y ELUSIVO

LA COMUNIDAD ACADÉMICA PERUANA. FRENTE AL CONFLICTO ARMADO INTERNO

SENDEROLOGÍA. EL "SUBCAMPO" DE ESTUDIOS SOBRE EL PCP-SL

Violencia en los Andes: ¿pachakuti o chaqwa?

ARQUEOLOGÍA DE UN [ESCASO] SABER. EL AUTOR Y SUS (CON)TEXTOS

RESEÑA DE LOS TEXTOS QUE CONFORMAN EL LIBRO

SECCIÓN I: LOS HECHOS

SECCIÓN II: LOS DESENCUENTROS

SECCIÓN III: LA REVOLUCIÓN DE LOS MANUALES

SECCIÓN IV: LA REBELIÓN DEL CORO

SECCIÓN V: QUÉ DIFÍCIL ES SER DIOS

BIBLIOGRAFÍA

ACERCA DE LOS CAPÍTULOS

http://www.iep.org.pe/publicacion/003818/que-dificil-es-ser-dios-el-partido-comunista-del-peru-sendero-luminoso-y-el-conflicto-armado-interno-en-el-peru/

martes, 15 de febrero de 2011

¿Cómo analizar la coyuntura política?

ACTUALIZADO, CON LA BIBLIOGRAFÍA (18 de febrero)

Los invito a participar en este curso que dictaré en el Instituto de Estudios Peruanos la próxima semana, creo que será interesante y divertido. Ojo que las inscripciones se cierran YA. Saludos.


¿Cómo analizar la 'coyuntura política'? ¿Qué herramientas nos ofrece la ciencia política?
Lunes 21, miércoles 23, viernes 25 y lunes 28 de febrero; y miércoles 2 de marzo, de 6 a 9 pm.

En estas sesiones se propondrá a los participantes algunas herramientas conceptuales y consideraciones metodológicas útiles para el análisis y comprensión de la “coyuntura política” en el Perú, tratando de ir más allá de evaluaciones impresionistas, voluntaristas o partidarizadas de la misma. En lo metodológico se tomará como punto de partida una perspectiva “realista” y comparada de análisis, y se distinguirá entre explicaciones funcionales y causales; en lo conceptual se considerará como elementos centrales el proceso de definición de las agendas políticas, la consideración de los actores individuales y colectivos relevantes, los problemas de la cooperación y de la acción colectiva; la racionalidad e irracionalidad de los actores políticos, las consecuencias intencionales y no intencionales de la acción social; las lógicas de las organizaciones y los intereses burocráticos del Estado; la influencia de las instituciones formales e informales; y el peso de las ideas, normas y actores transnacionales.

Primera sesión, lunes 21 de febrero de 2011

Introducción. El “análisis político de la coyuntura”: ¿arte o ciencia? Sentidos comunes y el aporte de la ciencia política. La tensión entre lo “normativo” y lo “positivo”. La filosofía política, las ideologías, el “realismo político”, y la perspectiva comparada. La coyuntura política, el corto plazo y los procesos de mediano y largo plazo; lo “coyuntural” y lo “estructural”. La coyuntura: explicaciones funcionales y causales, acciones intencionales y consecuencias no intencionales. Racionalidad, hiperracionalidad y razonamientos “conspirativos”. Actores unitarios y complejos, lógicas organizacionales e institucionales, actores internos y transnacionales.

Lecturas:

Vergara, Alberto, y Carlos Meléndez: “Introducción” (p. 11-32); y Tanaka, Martín, “Algunos temas de debate (a manera de conclusión)” (p. 423-432). En: Carlos Meléndez y Alberto Vergara, eds., La iniciación de la política. El Perú político en perspectiva comparada. Lima, Fondo Editorial PUCP.

Della Porta, Donatella, y Michael Keating, “How Many Approaches in the Social Sciences? An Epistemological Introduction”. En: Della Porta y Keating, Approaches and Methodologies in the Social Sciences. A Pluralist Perspective. Cambridge, Cambridge University Press, 2008, p. 19-39.

Pierson, Paul: “Chapter Three. Long-Term Processes”. En: Politics in Time. History, Institutions, and Social Analysis. Princeton, Princeton University Press, 2004, p. 79-102.

Segunda sesión, miércoles 23 de febrero

La coyuntura y la definición de las agendas políticas. Inercias y “ventanas de oportunidad”. Los actores políticos: políticos y partidos; autoridades electas, designadas, burócratas y Estado; poderes de facto (medios de comunicación, iglesia católica, Fuerza Armada, empresariado, organismos internacionales); grupos de interés y redes informales; “sociedad civil”; actores transnacionales. La relación entre actores políticos y actores sociales; coaliciones. La decisión política: el modelo del actor unitario-racional, los procesos organizacionales, y “la política palaciega”. Acción, consecuencias no intencionales, problemas de acción colectiva y movilización de recursos; el problema de los “no actores”.

Lecturas:

Kingdon, John: “Chapter 8. The Policy Window, and Joining the Streams”; Chapter 9. Wrapping Things Up”; y Chapter 10. Some Further Reflections”; en: Agendas, Alternatives, and Public Policies (1984). New York, Longman, Second Edition, 2003, p. 165-230.

Allison, Graham: “Modelos conceptuales y la crisis de los misiles cubanos” (1969). En: Luis Aguilar, ed., La hechura de las políticas (1992). México D.F., Miguel Angel Porrúa, 2ª reimpresión, p. 119-200.

Stein, Ernesto, et.al., coords.: La política de las políticas públicas. Progreso económico y social en América Latina. Informe 2006. Washington D.C., Banco Interamericano de Desarrollo, 2006. Capítulos 1-6 (p. 1-167).

Tercera sesión, viernes 25 de febrero

Actores, racionalidad y racionalidad estratégica. Acciones cooperativas y no cooperativas y sus consecuencias. Teoría de juegos, “el dilema del prisionero”, “juegos anidados” y otras interacciones. Racionalidad e irracionalidad: racionalidad, emociones, valores, ideología. Racionalidad y estrategias electorales y no electorales. Racionalidad e instituciones; el institucionalismo y sus variantes: racional, sociológico, histórico.

Lecturas:

Elster, Jon: “III. Action”; y “V. Interaction”. En: Explaining Social Behavior. More Nuts and Bolts for the Social Sciences. Cambridge, Cambridge University Press, 2007, p. 163-256 y p. 299-444.

Tsebelis, Geeorge: “Chapter Five. Why Do British Labour Party Activists Commit Political Suicide?”. En: Nested Games. Rational Choice in Comparative Politics. Berkeley, University of California Press, 1990, p. 119-158.

Schelling, Thomas: “Primera parte. Elementos de una teoría de la estrategia. I. La estrategia internacional. Una ciencia atrasada; II. Un ensayo sobre la negociación”; y “III. Negociación, comunicación y guerra limitada”. En: La estrategia del conflicto (1960). Madrid, Tecnos, 1964, p. 13-100).

Hall, Peter, y Rosemary Taylor: “Political Science and the Three New Institutionalisms”. MPIFG Discussion Paper, mayo 1996.

Cuarta sesión, lunes 28 de febrero

Instituciones, organizaciones y la toma de decisiones de política pública. Políticos, burócratas y ciudadanos. Instituciones formales e informales. Modelos de política pública; decisiones político-ideológicas, grupos de interés, poderes de facto y lógicas burocráticas: “la ciencia de salir del paso” y el modelo del “tacho de basura”; lógicas sistémicas e incrementales de cambio. La “fracasomanía”. Las coaliciones distributivas y los “equilibrios de bajo nivel”. La influencia de las ideas y de las normas globales.

Lecturas:

Lindblom, Charles: “La ciencia de ‘salir del paso’ ” (1959); y “Todavía tratando de salir del paso” (1979). En: Luis Aguilar, ed., La hechura de las políticas (1992). México D.F., Miguel Angel Porrúa, 2ª reimpresión, p. 201-254.

Forester, John: “La racionalidad limitada y la política de salir del paso” (1984). En: Luis Aguilar, ed., La hechura de las políticas (1992). México D.F., Miguel Angel Porrúa, 2ª reimpresión, p. 315-340.

Meltsner, Arnold: “La factibilidad política y el análisis de políticas” (1972). En: Luis Aguilar, ed., La hechura de las políticas (1992). México D.F., Miguel Angel Porrúa, 2ª reimpresión, p. 367-392.

Cotlear, Daniel: “¿Cómo mejorar la educación, la salud y los programas antipobreza? En: Cotlear, Daniel, ed.: Un nuevo contrato social para el Perú. ¿Cómo lograr un país más educado, saludable y solidario? Lima, Banco Mundial, 2006, p. 37-96.

Weyland, Kurt: “Institutional Change in Latin America: External Models and their Unintended Consequences”. En: Journal of Politics in Latin America, 1, 2009, p. 37-66.

Quinta sesión, miércoles 2 de marzo

Resumen y visión general. El caso peruano en perspectiva comparada: debilidad de los actores políticos y sociales, precariedad del Estado con islas de eficiencia, modelos de decisión “burocráticos”, importancia de redes informales de política. La influencia de los medios de comunicación en el establecimiento de la agenda pública. La “paradoja” del subdesarrollo político e institucional, con continuidad crecimiento macroeconómico. Otras experiencias latinoamericanas: la vuelta de la política como encarnación de grandes proyectos colectivos, y sus límites.

Lecturas:

Tanaka, Martín:

“Introducción. El Estado, viejo desconocido”. En: Tanaka, Martín, editor: El Estado, viejo desconocido. Visiones del Estado en el Perú. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2010 (p. 9-46).

“Think tanks y partidos políticos en el Perú: precariedad institucional y redes informales” (coautor con Sofía Vera y Rodrigo Barrenechea). En: Enrique Mendizabal y Kristen Sample, eds.: Dime a quien escuchas... think tanks y partidos políticos en América Latina. Lima, IDEA Internacional - ODI, 2009, p. 209-239.

“Las relaciones entre Estado y sociedad en el Perú: desestructuración sin reestructuración. Un ensayo bibliográfico”. En: América Latina Hoy, vol. 31, agosto 2002 (p. 189-218). Ediciones Universidad de Salamanca, España.


Más información e inscripciones aquí:
http://www.iep.org.pe/cursos/Cursos/Detalle/00000000002/como-analizar-la-coyuntura-politicaa-que-herramientas-nos-ofrece-la-ciencia-politicaa

lunes, 14 de febrero de 2011

¿2011, 1989, 1979? (predicciones y ciencia social)

Con la caída de Mubarak en Egipto se han abierto muchos debates, como es lógico. Uno de ellos se refiere a la incapacidad de los estudiosos de la región para preveer el rumbo de los acontecimientos. Se asume que algo tan grande, masivo, contundente, no puede haber salido de pronto de la nada, por lo tanto habría ya estado allí listo para irrumpir, lo que demostraría los límites de los científicos sociales que fueron incapaces de preveerlo, cuando debieron haberlo hecho. Cualquier explicación post-factum que se dé es considerada una tomadura de pelo.

Sin embargo, este razonamiento encubre una lógica determinista, según la cual ciertas condiciones determinan necesariamente un resultado, con lo cual bastaba registrarlas para anticipar lo que ocurriría. Sin embargo, las cosas no son así, ya antes hemos comentado aquí sobre estos temas.

http://martintanaka.blogspot.com/2009/09/ciencia-politica-y-predicciones.html
http://martintanaka.blogspot.com/2008/11/ms-sobre-la-eleccin-de-obama.html

En realidad, no creo que la calidad de las ciencias sociales debiera validarse por su capacidad de hacer predicciones, por dos razones fundamentales: en la determinación de los acontecimientos resulta fundamental la acción política y social, la voluntad, las decisiones de los actores; y segundo, porque el azar, la contingencia, el accidente, existen. Así, puede haber condiciones para que algo ocurra, y no ocurrir nunca; y pueden ocurrir cosas inesperadas en contextos poco probables. Respecto al futuro, lo único que se puede hacer es estimar probabilidades; y nuevamente, algo con un 60% de probabilidades puede no ocurrir, y algo con un 20% puede terminar ocurriendo. En este sentido, la ciencia política es como la meteorología o la sismología, comparación que le leí a Patricio Nava hace algún tiempo. Conocemos las los factores o variables que inciden en un determinado resultado, pero no podemos saber de antemano en qué sentido o en qué momento.

Prediciendo la elección presidencial
Los politólogos no podemos anticipar quién ganará la presidencial, pero sí podemos identificar los factores o variables que incidirán en esa definición.

Patricio Navia - Febrero 2009
http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=1324

Lo que sí es instructivo como ejercicio metodológico es confrontar previsiones que uno hace con los resultados efectivos, para saber qué factor explica las diferencias que uno pueda encontrar. Sobre esto he comentado antes, ver:

http://martintanaka.blogspot.com/2006/12/sobre-los-pronsticos-para-el-2006-y.html
http://martintanaka.blogspot.com/2008/11/volver-al-futuro.html

Revisando estos posts viejos, encontré la referencia a este artículo, de octubre de 2008, en el que Sinesio López se imagina cómo sería el momento actual, el de la campaña electoral de 2011. Interesante preguntarse qué supuestos son los que hacen que su hipótesis-predicción haya resultado desacertada.

HIPOTESIS SOBRE LO QUE VIENE
Sinesio López Jiménez
Publicado el 24/10/08
http://blog.pucp.edu.pe/item/34859

Pero volvamos a Egipto. Hace dos meses, digamos, había condiciones que hacían posible el desenlace que hoy conocemos: había hartazgo, crisis económica, disposición a movilizarse; lo que no había era una organización que encauzara el malestar existente, mientras que sí había aparatos represivos funcionando. En contextos así, un régimen autoritario puede funcionar indefinidamente, aunque se halle en una situación de vulnerabilidad. El cambio vino dado por un evento exógeno, los sucesos de Túnez, que abrieron una oportunidad para la movilización y le dieron nuevo sentido; lo interesante es que internet, las redes sociales, junto a los celulares y la televisión, permitieron cubrir las necesidades mínimas de organización para la protesta que los grupos de oposición no habían sido capaces de ofrecer, y así aparecieron, súbitamente, cientos de miles de personas en las calles, con un propósito común, la salida de Mubarak, que aprovecharon el desconcierto del gobierno. En otras palabras, tenemos la combinación de factores "estructurales" con otros propios del azar, de la contingencia. Al respecto ver el excelente artículo de Timothy Garton Ash:

Acertar con los pasos siguientes en Egipto
12/02/2011
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Acertar/pasos/siguientes/Egipto/elpepiopi/20110212elpepiopi_11/Tes

Los sucesos de Egipto han sido comparados con los de la caída del muro de Berlín en 1989, no solo por la esperanza de que sean el inicio de un proceso de democratización, también en el sentido de que en esa ocasión tampoco los científicos sociales anticiparon lo ocurrido. Nuevamente, la crítica a los científicos sociales tiene en su base una lógica determinista; sin embargo, al igual que en Egipto, lo imprevisible del momento específico de la caída del muro puede ser explicado por un elemento totalmente contingente: el error de un burócrata. Como puede verse en el artículo a continuación, el error de un funcionario, que no es desmentido o corregido a tiempo, abre de pronto una oportunidad que genera una movilización espontánea, individuos que, uno por uno, forman una multitud. Nuevamente, existen condiciones "estructurales" (desgaste y pérdida de legitimidad del poder), pero la movilización ciudadana, tan complicada en un régimen represivo, se hace posible por un suceso azaroso, de allí su imprevisibilidad. Ver:

REPORTAJE: EL DÍA QUE CAMBIÓ EL MUNDO
Una confusión abatió el muro
Ni conspiraciones, ni tramas policíacas... Su caída fue fruto de la casualidad y del hastío
J. M. MARTÍ FONT 08/11/2009
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/confusion/abatio/muro/elpepusocdmg/20091108elpdmgrep_5/Tes

Finalmente, ¿qué pasará en Egipto en adelante? ¿2011 será como Berlín 1989 o como Irán 1979? Siendo consecuentes con lo dicho anteriormente, respondería que cualquier cosa puede pasar, porque el futuro está abierto, depende de las decisiones de los actores en el contexto en el que se mueven.

ACTUALIZACIÓN, 15 de febrero

Linz y Stepan y Diamond sobre Egipto:

Alfred Stepan and Juan J. Linz are the authors of Problems of Democratic Transition and Consolidation. Their newest book, with Yogendra Yadav, is Crafting State Nations.
How Egypt Can Make Democracy Work
Feb 14 2011, 7:00 AM ET
Is the country better suited for a Parliamentary system than a U.S.-style presidency?
http://www.theatlantic.com/international/archive/2011/02/how-egypt-can-make-democracy-work/71125/

How Egypt can build lasting democracy in a post-Mubarak world
February 7, 2011 - CDDRL, FSI Stanford, Program on Arab Reform Op-ed
Appeared in The Washington Post, February 4, 2011
Larry Diamond - Stanford University
http://cddrl.stanford.edu/news/diamond_provides_recommendations_for_a_postmubarak_world_20110207/

Tomado de:
http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/el_blog_de_jess_silva_her/2011/02/stepan-y-linz-sobre-egipto.html

domingo, 13 de febrero de 2011

Propuesta de agenda 2011-2016

Artículo publicado en La República, domingo 13 de febrero de 2011

Cada elección presidencial se da en un contexto específico que le da un significado particular. 2006 planteó el tema de la exclusión social; 2001, la institucionalización democrática; 2000, la continuidad o caída del autoritarismo; 1990, la necesidad de estabilizar y hacer gobernable el país; 1985, el cambio social; 1980, la instauración de la democracia. 2011 no tiene tema obvio, como tampoco lo tuvo 1995, por una razón: es una elección que se da en un contexto de relativa estabilidad y prosperidad. En un momento así, la agenda no viene marcada por el contexto, sino que debe ser propuesta por los actores, alrededor de propuestas de futuro, y es precisamente de eso de lo que carecen nuestros candidatos. ¿De qué temas deberíamos estar discutiendo en esta campaña?

Un primer tema central es cómo aprovechar esta buena coyuntura para tomar las medidas necesarias para después no lamentarnos por lo efímero de este momento y por las oportunidades que dejamos pasar. Aquí surgen algunas discusiones necesarias: ¿qué cambios deberían promoverse en el modelo de crecimiento para hacerlo menos vulnerable y más inclusivo? La investigación e innovación tecnológica aplicadas a estos fines resultan claves, por ejemplo. De otro lado, ¿no debería ser un asunto central atender el desajuste existente entre nuestro desarrollo económico y nuestro subdesarrollo institucional y político? ¿Qué nuevo tipo de Estado y qué nuevo tipo de política necesitamos, y cómo llegamos a ellos?

Segundo, este momento de bonanza debería permitirnos afrontar una situación que deberíamos definir de escándalo y vergüenza nacional, vinculada a la pobreza extrema y sus efectos, como la mortalidad o desnutrición infantiles. La acción del Estado debe concentrarse en los territorios donde están los peruanos más vulnerables y necesitados. ¿Qué propuestas de desarrollo y política social tenemos para esa población? Esfuerzos en nuestro país como programas de transferencias condicionadas, bonos y pensiones para segmentos especiales de la población son minúsculos comparados a los que se implementan en países vecinos. ¿Nos atreveremos a ser audaces? ¿Se propone alguna otra cosa? Este es un tema no solo de política social, es un tema de identidad y solidaridad elemental entre peruanos.

Para terminar, al final del próximo gobierno estaremos en la víspera de la conmemoración del bicentenario de nuestra vida como república. Ocasión para poner a debate temas identitarios, culturales, valorativos. ¿Qué hemos sido, qué somos y qué queremos ser los peruanos? El país ha cambiado aceleradamente en las últimas décadas, viejas imágenes de nuestra peruanidad y de nosotros mismos envejecen pero no desaparecen, y surgen alternativas que todavía no se consolidan. Necesitamos de nuevos discursos sobre lo nacional, que nos permitan tener una relación constructiva con nuestra historia, que nos ayuden a afrontar las tareas del futuro.

lunes, 7 de febrero de 2011

Los no representados

Artículo publicado en La República, domingo 6 de febrero de 2011

Sobre el problema de representación política se ha llamado la atención sobre lo poco que entusiasman los candidatos, lo relativamente sosa que es la campaña, los insulsos debates que se generan. Esto es responsabilidad compartida entre los partidos, por los límites de su oferta política, y los medios, que cubren desmedidamente a los personajes más esperpénticos, desatendiendo relativamente a los más valiosos.

Cuando se debate respecto a cómo enfrentar este problema, se suele (solemos) atender el cómo lograr que las autoridades electas expresen mejor a la sociedad en términos de sus perfiles sociales y demográficos, y cómo ellas, una vez electas, se organicen para mejorar su desempeño. Las discusiones sobre las maneras en que deberíamos elegir a los congresistas (voto preferencial, tamaño de distritos electorales), y qué cambios hacer al reglamento del Congreso ilustran esta aproximación al asunto.

Sin embargo, hay otras maneras de abordar los problemas de representación, y una de ellas, fundamental, se refiere al contenido sustantivo de las políticas públicas, y en qué medida ellas reflejan lo que podríamos considerar las prioridades o intereses generales de la sociedad. Es casi un lugar común decir que los más pobres deberían ser la prioridad. En los últimos años se han incorporado plenamente a nuestro vocabulario político términos como inclusión social, combate a la pobreza, reducción de las desigualdades, equidad social, usados tanto por quienes plantean un “cambio de modelo” como por quienes buscan perfeccionarlo. Sin embargo, esa supuesta prioridad no se expresa en las ofertas y debates electorales.

Un aspecto poco atendido de los problemas de representación es que la mala calidad, la improvisación y falta de identidad programática de los grupos políticos hacen que los focos de atención de las propuestas de política sigan las mareas de la opinión pública de Lima y de las ciudades principales, con lo que la agenda tiende a poblarse de asuntos frívolos y sensacionalistas, como hemos visto en los últimos días. El debate debería centrarse en la supuesta prioridad declarada por todos, en cómo la acción del Estado se concentra en los ciudadanos más vulnerables y necesitados. La retórica “correcta” hace a los candidatos ofrecer más inversión en educación y salud, pero poco o nada se dice de cómo ese gasto mejorará efectivamente las condiciones de vida y las oportunidades de las niñas rurales en Huancavelica, por decirlo de manera ilustrativa. El que ello no ocurra nos lleva nuevamente a problemas de representación: los más pobres tienen escaso atractivo electoral para los candidatos: los bolsones electorales más apetitosos están en Lima y en las ciudades principales, no en las comunidades rurales dispersas, mal comunicadas, a las que es difícil llegar. ¿Cómo hacemos para que los no representados logren hacerse un espacio en la campaña, y en las políticas del próximo gobierno?