El martes pasado falleció el sociólogo Daniel Bell, autor de El fin de las ideologías (1960) y Las contradicciones culturales del capitalismo (1978), entre muchos otros libros. Estos dos fueron considerados parte de la lista de los "100 most influential books since World War II", del Times Literary Supplement. La lista completa, a la que he aludido antes, puede verse acá:
http://martintanaka.blogspot.com/2007/10/falleci-norman-cohn.html
Han aparecido varios obituarios, ver:
http://www.nytimes.com/2011/01/26/arts/26bell.html
http://www.guardian.co.uk/education/2011/jan/26/daniel-bell-obituary
http://www.dissentmagazine.org/online.php?id=439
Ver también el de Letras Libres, que incluye links a sus artículos publicados en esa revista:
http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=in_memoriam_daniel_bell&more=1&c=1&tb=1&pb=1
Sobre Bell he comentado antes en este blog, en particular sobre su peculiar definición política, que siempre me sedujo por su originalidad y carácter "no ideológico" (muy propio de quien hablara tempranamente del "fin de las ideologías"), entendiendo por ideología un conjunto coherente y sistemático de ideas, nociones, que constituyen "atajos cognitivos" y nos orientan para conocer y actuar políticamente en el mundo. Precisamente en estos tiempos, en los que las cosas rara vez resultan como parecen ser, necesitamos desconfiar de esos atajos dogmáticos y tomarnos el tiempo de informarnos y evaluar las cosas en sí mismas (disponemos ahora de medios informativos que nos facilitan esa tarea), de ser muy concientes de lo precario de nuestro conocimiento, de la necesidad de considerar y aceptar puntos de vista diferentes al de uno, y de arriesgarnos, por qué no, a ser incoherentes, a buscar nuestras propias síntesis.
"I have always thought myself a socialist in economics, in that I have argued the principle that the resources of the community, as a first lien, need to be used to satisfy the "basic needs" of all (and the concept of "basic needs" is not that ambiguous it is that which is below the "discretionary income of the middle-class purse). And because I cherish deeply the cords of continuity that a tradition can provide, as against the syncretism which indiscriminately jumbles all cultures, I am a conservative in culture. And as for politics: if there is any lesson to be learned from this dreadful century, it is that ideological politics, politics a outrance--the politics shouted in the name of the people which, as Groucho Marx once observed, seeks power for those who shout "power to the people"--destroys the people and often those who shout as well. The ethic of responsibility, the politics of civility, the fear of the zealot and the fanatic--and of the moral man willing to sacrifice his morality in the egoistic delusion of total despair--are the maxims that have ruled my intellectual life"
http://martintanaka.blogspot.com/2006/12/sobre-definiciones-polticas.html
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