domingo, 31 de enero de 2010

“La transición inconclusa” y Humala .

Artículo publicado en La República, domingo 31 de enero de 2010

La semana pasada comenté el reciente libro de Alberto Adrianzén, La transición inconclusa, y terminaba diciendo que es inevitable relacionar los planteamientos del mismo con el reciente respaldo del autor, junto a otros profesionales de izquierda, a la candidatura presidencial de Ollanta Humala.

Si el diagnóstico es que de lo que se trata en el Perú de hoy es de romper con la continuidad neoliberal y de refundar la política mediante una asamblea constituyente plenamente soberana; si es que se piensa que la candidatura de Humala es la única opción “realmente existente” y viable después del fracaso de las candidaturas de izquierda en 2006; y si es que se confía en que esta vez se superarán los problemas de una candidatura improvisada, entonces ese respaldo parece lógico.

Lo que suena extraño para mí es que muchos de quienes apoyan hoy a Humala antes trabajaran en los gobiernos de Valentín Paniagua y de Alejandro Toledo (haciéndolo muy bien, dicho sea de paso). ¿Cómo se entiende esto? En su libro Adrianzén señala que con Paniagua habríamos vivido la posibilidad de una "refundación republicana", un pacto antiautoritario que expresara la "nueva mayoría política" forjada en el combate al fujimorismo; mientras que con Toledo habríamos tenido la continuidad tanto del modelo económico como de viejas prácticas políticas (p. 187-189). Así, de las potencialidades de la transición se justifica el apoyo a Paniagua o Toledo, y de las limitaciones aparecidas conforme avanzó el gobierno de Toledo se justifica el alejamiento de este y el actual apoyo a Humala.

Sin embargo, ¿no suena ingenuo el haber pensado que Toledo haría el tipo de cambios que ahora plantea Ollanta Humala? No me parece justo acusar a Toledo de “traicionar” un programa radical que nunca fue suyo; esto solo es posible mediante la construcción, un tanto artificiosa, de un “programa de la transición”, respaldada por una “mayoría política” que me parece solo existió como proyecto en la cabeza de algunos, pero no en la realidad ni en las intenciones de Paniagua o Toledo. En realidad, me parece que el respaldo a Humala no se deduce de la “transición inconclusa”, sino de la radicalización que han experimentado algunos en los últimos años, al calor de la oposición al actual gobierno de García.

El problema con esto es que parece confirmar un patrón según el cual la izquierda, incapaz de crear partidos propios mínimamente viables, según las coyunturas ingresan y tratan de controlar e imponer sus agendas a liderazgos y grupos ajenos, pero los abandonan cuando se debilitan, para buscar nuevos. ¿No sería mejor para la izquierda apostar por un proyecto propio, aunque fuera de largo plazo? Y si no, ¿no habría sido más consecuente integrarse y apostar por fortalecer el Partido Nacionalista? Respaldar una candidatura, pero no un partido, no contribuye a reducir el caudillismo ni a fortalecer nuestras precarias instituciones.

VER TAMBIÉN:

Sáb. 30 ene '10
Descifrando una adhesión
Santiago Pedraglio
http://peru21.pe/impresa/noticia/descifrando-adhesion/2010-01-30/266866

Una explicación necesaria Sáb, 30/01/2010
Alberto Adrianzén
http://www.larepublica.pe/disidencias/30/01/2010/una-explicacion-necesaria

sábado, 30 de enero de 2010

Revisando la democracia delegativa

No perderse este texto de Guillermo O'Donnell.

REVISANDO LA DEMOCRACIA DELEGATIVA
Guillermo O’Donnell
Enero 2010

Nota: El presente texto es primera versión de un capítulo en un futuro libro colectivo que discutirá diversos aspectos de lo que he denominado “democracia delegativa.” Hay por lo tanto varios aspectos relevantes al tema que serán tratados por los futuros coautores. A pesar, por lo tanto, del carácter preliminar e incompleto de este texto, debido a que aborda temas que creo no son sólo de interés académico (con las demoras típicas de este tipo de publicación) sino también de fuerte actualidad, me he acogido a la hospitalidad de la página web de nuestro Club para que llegue sin demora a la consideración (y, espero, discusión) de Uds. Agradezco los valiosos comentarios de G. Rozenwurcel a la presente versión.

I.INTRODUCCIÓN

Publiqué mis reflexiones sobre la “democracia delegativa” (en adelante DD) por primera vez en portugués, en 1991.[1] Tenía entonces en consideración los gobiernos de Menem (Argentina), Collor (Brasil) y la primera presidencia de Alan García (Perú). Tracé algunas características que aún me parecen válidas de lo que llamé en esos textos “un nuevo animal” que estaba surgiendo en nuestra región; pero otras características del tipo propuesto y de su posible dinámica estaban en esa época vinculadas a las políticas (llamadas) neoliberales que se impusieron en esa época, que determinaron que esos gobiernos (así como algunos que lo sucedieron poco después, especialmente Fujimori) aplicaran políticas que afectaron duramente su popularidad. Actualmente, ya en el siglo XXI, han emergido los que a mi entender son nuevos casos de DD —los gobiernos Kirchner en la Argentina, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, García en su nuevo mandato en Perú, Chávez en Venezuela (aunque ver abajo acerca de deslizamientos hacia el autoritarismo) y Uribe en Colombia. En contraste con los casos de décadas precedentes, los gobiernos recién listados han gozado de dos ventajas: una, la gran expansión de la economía internacional que favoreció notoriamente las exportaciones latinoamericanas; otra, el debilitamiento de las ideas neoliberales y de las instituciones que las propiciaban (y a veces imponían).

Ambos factores hicieron posible que en los casos recientes se adoptaran, en contraste con los anteriores, políticas económicas y sociales fuertemente expansivas –del aparato del estado incluido--, que dieron un fuerte respaldo inicial a los respectivos gobiernos, aunque cabe agregar que esa bonanza ocurrió con independencia de que se tratare o no de un caso de DD. Pero, como sabemos, la crisis económico-financiera desatada a partir de la segunda mitad de 2007 disminuyó el “viento de cola” de la economía internacional y presenta actualmente (comienzos de 2010) varios interrogantes acerca de su continuidad respecto de los productos exportables de estos países y sus futuros precios. A la consiguiente crisis de estas DD, o al menos una difundida puesta en duda acerca de los expansionistas “modelos de desarrollo” precedentes, se han sumado importantes factores más propiamente políticos y domésticos que hacen a características propias de las DD y sus modalidades de funcionamiento, a las que me refiero abajo. Esta conjunción de factores ha llevado actualmente a situaciones que han alimentado vigorosamente tendencias autoritarias ya existentes en el comienzo de algunos de estos casos (Venezuela y Colombia) o a una creciente sensación de crisis e incertidumbre, acompañada de preocupantes transgresiones legales e institucionales (Argentina y Ecuador).

En parte por la espectacularidad que han tenido en el pasado no pocas decisiones de estos gobiernos, y en parte por la sensación de crisis que los afecta actualmente, se despertó recientemente un renovado interés, no sólo en círculos académicos, por el concepto de la DD. Fue así como Osvaldo IazzettaI, con la valiosa cooperación de sus colegas de la Universidad Nacional de Rosario organizaron en esta ciudad, en Octubre 2009, una jornada de discusión sobre el tema. Esa jornada mostró la complejidad del mismo y el acuerdo de los participantes continuar en su indagación desde sus áreas de conocimiento teórico y empírico. Este es el origen del futuro volumen, del que el presente texto es un anticipo para el CPA.

II.UNA CARACTERIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA DELEGATIVA.

Comienzo con una caracterización de la DD; aquí enuncio aspectos básicamente estáticos, dejando para la sección IV los dinámicos...

Texto completo en:

http://clubpoliticoargentino.blogspot.com/2010/01/revisando-la-democracia-delegativa.html

ACTUALIZACIÓN, 1 de febrero de 2010

Ver también:

1 de febrero de 2010
Las democracias delegativas en la mirada (profana) de un economista
Breves reflexiones inspiradas en el análisis de G. O’Donnell
Guillermo Rozenwurcel
Enero de 2010
http://clubpoliticoargentino.blogspot.com/2010/02/las-democracias-delegativas-en-la.html

Y TAMBIÉN:

Entrevista con Guillermo O´Donnell
"Debemos pedir un armisticio en la política"
El prestigioso politólogo considera que los "exabruptos e insultos" del Poder Ejecutivo contra otros poderes del Estado "orillan la crisis institucional", dice que "líderes como Kirchner son víctimas de su éxito" y advierte que "hay un riesgo autoritario" en la Argentina
Por Ricardo Carpena
Domingo 31 de enero de 2010
Enfoques - La Nación
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1227521

jueves, 28 de enero de 2010

Manifiesto ¡Por la gran transformación del Perú! (2)

Sigo con el tema del post anterior:

http://martintanaka.blogspot.com/2010/01/manifiesto-por-la-gran-transformacion.html

¿Cómo entender que quienes tuvieron una importante y positiva participación en los gobiernos de Paniagua y Toledo ahora digan que están en contra de la continuidad neoliberal en lo económico y de un modelo excluyente en lo político, y que es por eso que apoyan hoy a Humala?

Me parece que la única manera de hacerlo coherente es que se pueda sostener un argumento como este: "siempre estuve en contra del neoliberalismo y de la exclusión política, apoyé a Paniagua / Toledo en nombre de eso, pero ellos traicionaron esas banderas, que ahora levanta Humala".

Veamos este razonamiento con más detenimiento. En su libro La transición inconclusa, Adrianzén habla de una transición frustrada por culpa de Toledo; con Paniagua habríamos vivido la posibilidad de una "refundación republicana", un pacto antifujimorista, antiautoritario, que expresara la "nueva mayoría política" forjada en el combate al fujimorismo; mientras que con Toledo habríamos tenido la continuidad tanto del modelo económico como de viejas prácticas políticas (p. 187-189). En su libro El argumento democrático sobre América Latina, Lynch dice que Toledo encarnó la posibilidad de hacer las grandes reformas que Paniagua no estuvo en condiciones de hacer, pero que fue abandonando progresivamente ese camino: partiendo por el gabinete de Roberto Dañino, "que ensaya una transición entendida como transacción", hasta el de Kuczynski, "que significa la vuelta al gobierno de los ricos sin mayores intermediarios" (p. 128-129). Sobre ambos libros he comentado antes acá:

http://martintanaka.blogspot.com/2010/01/la-transicion-inconclusa.html

http://martintanaka.blogspot.com/2009/12/elites-o-neoliberalismo.html

Otra argumentación interesante es la del economista Félix Jiménez. Según éste, con Toledo sí se habría roto con el modelo neoliberal; las limitaciones estarían por las continuidades en lo político, expresadas emblemáticamente, en eso coincide con Lynch, en la presencia de Kuczynski como Presidente del Consejo de Ministros (agosto 2005 - julio 2006). Ver por ejemplo:

28/12/05: Perú: ¿el fin de la hegemonía neoliberal? (I)
"El patrón de crecimiento actual, lo hemos dicho, es distinto al neoliberal porque está creando mercados internos; está incorporando al mercado a la población pobre y provinciana del país; está avanzando hacia adentro sin cerrarse al mundo y sin crear déficit externos ni presiones inflacionarias; ya no es adicta al dólar; y, su financiamiento no depende de los flujos de capitales extranjeros. Pero, debido al corto período de crecimiento (52 meses) no han aumentado significativamente los puestos de trabajo ni ha mejorado la calidad del empleo; tampoco han aumentado los ingresos. La calidad de vida de la mayoría de la población no ha mejorado, el sistema educativo está en crisis...".
http://blog.pucp.edu.pe/item/22126

29/12/05: Perú: ¿el fin de la hegemonía neoliberal? (final)
"Pero para que no se trunque esta nueva oportunidad de desarrollo nacional integrador, hay que culminar la transición política hacia la democracia, practicando la decencia y combatiendo la indecencia. La transición política a la democracia se pervirtió durante el gobierno de Toledo. Este alimentó la práctica del cinismo como forma de negación de su fujimorismo en todos aquellos que apoyaron al dictador o actuaron como sus cómplices. El país necesitaba de una cura moral, de la práctica de la decencia como el "supremo valor moral en toda clase de relación –personal, social, política y profesional". Sin embargo, nada de esto ocurrió, pues en el propio seno del gobierno de Toledo se ubicaron aquellos que colaboraron con el sátrapa, que practicaron la hipocresía o afectaron sin pudor los intereses nacionales. El típico operador del fujimorismo económico y político es el primer ministro actual".
http://blog.pucp.edu.pe/item/22127

Como puede verse, en estos tres casos el diagnóstico de "la transición" y sus potencialidades justifica la participación en los gobiernos de Paniagua o Toledo, y la evaluación de sus limitaciones, achacadas a la evolución ulterior del gobierno de Toledo, justifica el alejamiento de este y el actual apoyo a Humala. Recordemos que Adrianzén fue asesor de Paniagua, Lynch fue Ministro de Educación de Toledo (julio 2001-julio 2002) y luego asesor del presidente (aparentemente hasta octubre del mismo año); Jiménez ocupó diversos cargos durante el gobierno de Toledo, en el viceministerio de hacienda, el MEF, y el Banco de la Nación hasta 2005. Sinesio López fue director de la Biblioteca Nacional hasta el final del gobierno de Toledo, y es más, en algún momento pareció que continuaría en el cargo durante García, antes del nombramiento de Hugo Neira. Es importante mencionar que todos tuvieron actuaciones destacadas. Sobre este tema ver "Liderazgos en transición. Trayectorias de liderazgo político en el Perú", de Carlos Vargas:

http://www.pucp.edu.pe/departamento/ciencias_sociales/images/documentos/Liderazgo_en_Peru.pdf

La pregunta, habiendo llegado a este punto es, ¿no suena ingenuo el haber pensado que Toledo haría el tipo de cambios que ahora plantea Ollanta Humala? ¿No suena exagerado criticarlo por no haber hecho "la gran transformación" del Perú? En realidad, más razonable es pensar que ni Paniagua ni Toledo tenían metas "fundacionales", al menos no en el sentido en que las plantea Humala, y más bien los "Ciudadanos por el cambio" critican ahora la transición (cuando antes la apoyaron) porque se han radicalizado en los últimos años, y esa radicalización los ha acercado a Humala.

Paniagua planteó, correctamente metas modestas: llevar a cabo una transición exitosa, y sentar algunas bases para diversas reformas institucionales. Fácil de decir, difícil de hacer, considerando que no tenía fuerza propia. Y Toledo nunca se planteó ni cambiar radicalmente el modelo económico, ni refundar el orden político. En todo caso, el manejo económico empezó a mostrar más flexibilidad y apertura, como apunta Jiménez, y en lo político se planteó una reforma integral a la Constitución de 1993 (sin alterar nada de manera dramática), en medio de un gran consenso inicial, pero que quedó trunco por el debilitamiento de su gobierno. Hizo también importantes reformas políticas, la más destacada la constitución de gobiernos regionales con presidentes electos. En ese marco, muchos de los "Ciudadanos por el cambio" hicieron contribuciones valiosas, que ahora desmerecen un tanto al resaltar el carácter trunco, la frustración o la traición del "programa de la transición".

No me parece que se pueda acusar a Toledo de "traicionar" un programa radical, que nunca fue suyo (el gobierno de Toledo tuvo muchas limitaciones y podría ser calificado de decepcionante, pero por otras razones; básicamente, porque pudiendo hacer más hizo menos). Esto solo es posible mediante la construcción, un tanto artificiosa, de un "programa de la transición", respaldada por una "mayoría política" que me parece solo existió como proyecto en la cabeza de algunos, pero no en la realidad ni en las intenciones de Paniagua o Toledo. Como decía, más bien me parece que los "Ciudadanos por el cambio" se han radicalizado durante el actual gobierno de García, de modo que lo que antes les parecía bien, o aceptable, ahora parece malo, y se identifican ahora con posturas que proponen romper con la continuidad económica y política. Resulta curioso registrar que Lynch, Adrianzén y López fueron del grupo más centrista dentro de la izquierda durante el primer gobierno de García (el grupo "Zorro", que siguió a Barrantes -junto a Dammert, Murrugarra, Tapia-, que buscó alguna forma de entendimiento con el APRA y un Acuerdo nacional), mientras que ahora en su segundo gobierno se han radicalizado. A diferencia de Raúl Wiener ("Libio", o "antizorro" en el pasado), quien estuvo en posiciones radicales tanto en el pasado como ahora.

El problema es que las dudas y cuestionamientos que dejan estos cambios difíciles de entender generan una impresión que es muy extendida actualmente en los círculos políticos: en la gente de izquierda no se puede confiar. Según esta visión, los izquierdistas militan en pequeños grupos informales, a falta de partidos capaces de concitar un mínimo respaldo; según las coyunturas, ingresan y tratan de controlar e imponer sus agendas a liderazgos y grupos con respaldo electoral y con influencia política; pero los abandonan cuando se debilitan, y buscan nuevos grupos. Tendríamos así diversos grupos que armaron partidos sin éxito, y que por ello se colgaron del liderazgo de Barrantes en la década de los años ochenta, luego estuvieron en UPP con Pérez de Cuéllar, luego con Paniagua o Toledo, y ahora con Ollanta Humala, por mencionar solo algunos liderazgos medianamente exitosos (porque también se sumaron a experimentos fracasados). Por eso me imagino que Humala debe ver con algo de recelo a quienes por ahora lo apoyan, porque intuye que cuando su estrella empiece a menguar, podrían dejarlo de lado. Por ahora, ambos se necesitan mutuamente.

¿No sería mejor para la izquierda apostar por un proyecto propio, aunque fuera de largo plazo, en vez de sumarse una y otra vez a proyectos ajenos, y luego lamentarse por sus limitaciones (y asumir el costo político de esos errores)?

Termino con un último punto, que ameritaría otro post: frente a la imagen de izquierdistas que son parte de redes informales que saltan de un grupo a otro en busca de influencia, ¿cómo se percibe a sus pares en la derecha? Parecería que tenemos una red de tecnócratas liberales vinculados al Estado que continúan en posiciones importantes a pesar de los cambios de gobierno; no es que cambien de grupo político, más bien se mantienen en el Estado y son los grupos políticos los que cambian en el gobierno. Pero estos asuntos debería ser tema de otro comentario.

martes, 26 de enero de 2010

Manifiesto ¡Por la gran transformación del Perú!


El 17 de enero pasado, salió publicado en el diario La República el manifiesto ¡Por la gran transformación del Perú! El 20 de enero se realizó una conferencia de prensa, con la presencia de Ollanta Humala. Ver:

http://albertoadrianzen.lamula.pe/2010/01/18/intelectuales-peruanos-apoyan-candidatura-presidencial-de-ollanta-humala/

El apoyo de los profesionales que firman el manifiesto ha generado ya cierto debate. Ver por ejemplo:

http://elcomercio.pe/impresa/notas/lealtad-politica-no-existe/20100119/400325

http://e.elcomercio.pe/66/impresa/pdf/2010/01/19/ECES190110a3.pdf

http://www.otramirada.pe/el-decano-de-las-calumnias

Este manifiesto suscita muchos temas de discusión. Uno de ellos es el de la relación entre intelectuales y política, que interesa mucho a este blog. Sobre esto, algunas reflexiones.

Creo que debemos partir por reconocer que el mundo de la academia y el de la política son esencialmente diferentes, aunque se trate de académicos interesados en temas políticos, o de políticos dados a la reflexión académica. En la academia debemos ser humildes, lo más "objetivos" que podamos, reconocer que nuestro conocimiento es siempre provisional, sometible a críticas, hay que estar siempre abierto a reformulaciones, correcciones, actualizaciones, según se presente más evidencia, aparezcan nuevas metodologías, enfoques teóricos, etc. Por el contrario, los políticos deben moverse transmitiendo certeza, pasión, deben convencernos de que ellos tienen la razón y son los demás los que están equivocados. Un académico no suele ser buen político porque suele ser demasiado alambicado y atento a los matices, no suele transmitir bien convicciones partidistas; el político no suele ser buen académico porque suele acomodar la evidencia según su conveniencia, de modo de justificar sus posiciones. Al mismo tiempo, un académico o intelectual es más principista, mientras que los políticos son más pragmáticos. Los primeros no se mueven bien en el mundo de las inevitables transacciones políticas, los segundos a veces se olvidan de lo que verdaderamente importa en su búsqueda del poder. La excepción a esto se da en aquellos contextos en los que están en juego valores esenciales, en los que los académicos e intelectuales sí pueden actuar de manera apasionada en torno a un programa claro, y la acción de los políticos se justifica en nombre de los valores supremos que defienden; por ejemplo, cuando se combate a gobiernos autoritarios.

Ahora bien, el que sea difícil para un académico o intelectual hacer política no significa que no pueda o deba hacerla, en tanto es un ciudadano como cualquier otro. Es más, en un país como el Perú, con un nocivo discurso antipolítico tan fuerte, es bueno que los ciudadanos asuman compromisos políticos. El asunto es saber que se trata de un paso muy problemático, tanto para ser eficaz en lo político como riguroso en lo académico; y si es que esa incursión en la política se hace debilitando la construcción de un sistema político, o fortaleciéndola. Es claro que conductas oportunistas debilitan organizaciones; mientras que conductas principistas y la lealtad política las fortalecen. Apoyar esfuerzos serios de construcción de propuestas es bueno; apoyar liderazgos personalistas sería malo.

A la luz de estas consideraciones, ¿qué decir de los "Ciudadanos por el cambio"? Algunos ven en el apoyo a Humala una suerte de inconsecuencia con valores de izquierda y democráticos: Ver por ejemplo:

Por una izquierda civilizada
Alberto Vergara Paniagua, 16 de noviembre de 2009
http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=3027

Las dos caras del deseo / PAREDES OPORTO, Martín
http://www.desco.org.pe/apc-aa-files/6172746963756c6f735f5f5f5f5f5f5f/04_Paredes_176.pdf

“Las élites subordinan su compromiso democrático a sus intereses de corto plazo”
Entrevista/Eduardo Dargent
http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20091122/12/node/233954/todos/1558

Si bien simpatizo con este punto de vista, reconozco que se trata de un tema opinable. Depende de cómo se entiende lo central en una propuesta de izquierda, y de cuánta confianza despierta el liderazgo de Humala. Para unos, juzgando por sus antecedentes, Humala no sería ni de izquierda ni democrático, para otros sería la izquierda "realmente existente" y habría que creer en diversas declaraciones en las que se muestra contrario a la reelección y respetuoso del pluralismo político. Recientemente, además, la Corte Suprema desistió de acusar a Humala por violaciones a los DD.HH.

Hay otro ángulo, que es el resaltado en el video de Frecuencia Latina y la nota de El Comercio de arriba: es el cuestionamiento a que personajes que tuvieron diversas responsabilidades en los gobiernos de Toledo y Paniagua apoyen ahora a Humala, no a AP ni a PP, lo que sería una forma de "transfuguismo". Mi opinión es que no necesariamente. Como han señalado los "Ciudadanos por el cambio", ellos siempre se definieron como izquierdistas independientes, y no asumieron militancia, como Henry Pease, por ejemplo, quien sí se integró a Perú Posible (y allí sigue). Digamos que ni a Victor Andrés García Belaunde ni a Alejandro Toledo debe haberles sorprendido la lectura del comunicado.

¿No hay problema, entonces? Sí creo que hay un problema, poco discutido, y que tiene que ver, nuevamente, con la relación entre intelectuales y política. Lo que a mí me resulta difícil de entender es cómo quienes participaron en los gobiernos de Paniagua y Toledo (y lo hicieron muy bien, es importante destacarlo), ahora digan que apoyan a Huamala porque cuestionan la continuidad del modelo neoliberal y de un orden político excluyente. Esto nos lleva a una discusión sobre el carácter de los gobiernos de Paniagua y Toledo, sus limitaciones, y el tipo de cambios que sería necesario impulsar en el Perú desde el 2010-2011. Seguiré sobre el tema.

domingo, 24 de enero de 2010

La “transición inconclusa”

Artículo publicado en La República, domingo 24 de enero de 2009

Apareció recientemente el libro La transición inconclusa. De la década autoritaria al nacimiento del pueblo, de Alberto Adrianzén (Lima, Otra Mirada, 2009). Libro complejo y valioso que abre muchos temas de discusión.

Difícil resumir el planteamiento central del libro, que parte de una discusión sobre las relaciones entre democracia, autoritarismo y capitalismo, analiza luego el gobierno militar 1968-1980, la transición, la década de los años ochenta, el fujimorismo y su colapso, la transición con Paniagua y Toledo, y la situación actual. Al inicio el autor plantea que existiría una suerte de incompatibilidad, o cuando menos una fuerte tensión, entre el capitalismo, basado en una dominación de clase, y el principio de igualdad esencial a la democracia. Los Estados populistas habrían buscado superar esa incompatibilidad con políticas de integración “desde arriba”, que quedaron truncas, como las del velasquismo en nuestro país; más adelante, en las transiciones y en las democracias establecidas en nuestros países veríamos de un lado estilos “delegativos”, plebiscitarios de ejercer el poder y, del otro, la aplicación de duras políticas de ajuste neoliberal, con altos costos sociales. En nuestro país, el fujimorismo sería la máxima expresión de esta incompatibilidad entre economía de mercado y democracia, que llevó a la constitución de un gobierno autoritario neoliberal y corrupto, legitimado de manera clientelística. Con Paniagua y Toledo se abrió la posibilidad de un gran cambio, de una “refundación republicana”, que conciliara liberalismo con democracia, pero quedó trunca.

¿Qué se deduce de esto? Que consolidar la democracia, llevar a buen puerto la transición inconclusa, requiere cuestionar tanto el modelo económico como formas elitistas de democracia; desde este ángulo, lo que sucede en Venezuela, Ecuador o Bolivia serían diferentes formas de cumplir con esta meta, de recuperar la soberanía y satisfacer demandas nacionalistas. Estaríamos viviendo un “momento constitucional” en el que mediante “poderes constituyentes originarios” (no “derivados”, propios de un constitucionalismo liberal), se puede dar lugar a un “nacimiento del pueblo”, liberado de ataduras que lo oprimen.

Hay muchos temas de debate, me concentro en uno que me parece central, referido a la conciliación entre democracia y liberalismo. El autor los plantea como incompatibles, cuando en el mundo en general han demostrado ser una conjunción hegemónica, vía las políticas socialdemócratas; el autor rescata esa posibilidad solamente para ensalzar al gobierno de Paniagua, pero luego la descarta al entusiasmarse un tanto acríticamente con lo que sucede en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Es inevitable relacionar los planteamientos del libro con el reciente respaldo del autor, junto a otros profesionales, a la candidatura presidencial de Ollanta Humala. Seguiré con el tema la próxima semana.

domingo, 17 de enero de 2010

Reformas electorales


Artículo publicado en La República, domingo 16 de enero de 2009

http://www.larepublica.pe/pagina_impreso.php?pub=larepublica&anho=2010&mes=01&dia=17&pid=1&sec=1634&pag=17

Alguna vez Óscar Dancourt dijo que la macroeconomía era importante no tanto porque buenas políticas, por sí mismas, pudieran llevarnos al desarrollo; sino porque malas políticas podían originar verdaderas catástrofes. Lo mismo se podría decir de las reformas electorales: un buen diseño dará buenos resultados solo si se acompaña de muchas otras cosas; pero un mal diseño tendrá rápidamente efectos desestructurantes. El debate sobre estos temas se ha concentrado en las propuestas gubernamentales de establecer el voto voluntario y el recorte del mandato parlamentario a dos años y medio. No simpatizo con ninguna de las dos: la primera por sí sola no resolverá ningún problema (y podría crear otros), y la segunda no resolverá los problemas de representación, y además creará mucha inestabilidad política (la elección a mitad de periodo será una suerte de plebiscito a favor o en contra del gobierno, y el desempeño de los parlamentarios individuales será tema secundario). A pesar de ello, estas iniciativas no me preocupan mucho, porque es poco probable que se concreten, así como la amenaza de cierre del Congreso.

El verdadero problema está en que en las últimas semanas se han aprobado otras reformas electorales sin mayor debate, que pueden tener efectos muy preocupantes. Así, se acaba de promulgar la ley 29490, que modifica la ley de partidos políticos: en general, esta ley establece disposiciones más exigentes para los partidos nacionales y los movimientos regionales y organizaciones locales, y equipara las exigencias de los dos últimos con los primeros, a través de la elevación del número de firmas necesarias para la inscripción, exigencias de democracia interna y transparencia, entre otros asuntos. Me parece que es una buena ley, porque creo que la manera de fortalecer nuestro sistema de partidos es a través de mecanismos que hagan que los fuertes sobrevivan, y queden en el camino los débiles e improvisados.

También se ha promulgado la ley 29470, que modifica la ley 27683, de elecciones regionales. Se introduce la segunda vuelta y se cambia la forma de elección de los consejeros regionales (estableciendo a la provincia como una suerte de distrito uninominal), entre otras cosas. Supuestamente la segunda vuelta daría más legitimidad al presidente regional, y el cambio en la elección del consejo regional lo haría más representativo. En realidad, no creo que ninguno de esos objetivos se cumpla, porque la segunda vuelta creará una mayoría artificial, y en el consejo regional se perderá la proporcionalidad del voto. Peor todavía, estos dos elementos juntos pueden crear serios problemas de gobernabilidad, ya que puede ocurrir que el presidente regional ganador sea uno que tuvo un muy bajo respaldo en primera vuelta, y pocos o ningún consejero de su lista, entre otros problemas. Una reforma de este tipo debió discutirse mucho más, y debemos estar atentos a los efectos que producirá.


VER TAMBIÉN:

Ley 29470, que modifica la ley 27683, ley de elecciones regionales. Perú, diciembre 2009
http://www.scribd.com/doc/25321537/Ley-29470

Ley 29490, que modifica ley de partidos políticos, diciembre 2009, Perú
http://www.scribd.com/doc/25321444/Ley-29490

Fragmentación, mujeres y centralismo
Sáb, 16/01/2010
Alberto Adrianzén
http://www.larepublica.pe/disidencias/16/01/2010/fragmentacion-mujeres-y-centralismo

Cuestiones de la polis
07/ene/2010: Oficialismo descarta su propuesta de 'renovación por mitades' y propone recortar mandato parlamentario a dos años y medio
http://blog.pucp.edu.pe/item/83945

"La propuesta del Apra no mejora el Congreso"
Publicado el 08 de Enero, 2010 por tuesta
(Agenciaperu.tv) LIMA.- El especialista en Sistemas electorales y sistemas de Partidos, Fernando Tuesta Soldevilla, analizó la propuesta del APRA para que el Congreso tenga mejores legisladores estableciendo la posibilidad de sacarlos del cargo, según la opinión de los ciudadanos en elecciones, a mitad del mandato. Tuesta argumenta la debilidad de esta iniciativa. Fue entrevistado este jueves por la tarde, en su casa San Isidro.
http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/quotla-propuesta-del-apra-no-mejora-el-congresoquot

domingo, 10 de enero de 2010

Después del informe de la Comisión Bagua

Artículo publicado en La República, domingo 10 de enero de 2009

El informe final de la comisión especial para investigar y analizar los sucesos de Bagua ha generado mucha controversia, y las posiciones se han alineado según la cercanía con posiciones gubernamentales o de oposición, como era esperable. La única manera de defender una posición sobre bases mínimamente firmes debe sustentarse lo más posible en hechos verificables, y el informe deja la impresión de basarse más en prenociones e interpretaciones que en evidencia.

¿Estamos a tiempo de sacar lecciones provechosas de los trágicos sucesos de Bagua? Recordemos que están también las comisiones especiales que trabajan sobre los mecanismos de consulta previa con los pueblos indígenas amazónicos, sobre estrategias de desarrollo para esta población y sobre los decretos legislativos cuestionados por sus organizaciones. Está también la comisión investigadora del Congreso presidida por Güido Lombardi. Ojalá que las recomendaciones de las comisiones especiales sean parte de un amplio debate, en el Congreso, en el espacio público, y en las campañas electorales regionales y nacional, y que puedan expresarse en medidas concretas en el corto plazo.

En cuanto a la comisión del Congreso, ella deberá superar las limitaciones del informe de la comisión especial: señalo algunos aspectos que me parecen claves para ello. En primer lugar, sabemos que los decretos legislativos expedidos en el marco de la implementación del TLC con los EE.UU. eran inconstitucionales por no haber sido consultados; si eran buenos o no, y el análisis de sus implicancias es parte de un debate político legítimo, por lo que no cabe acusar a sectores opositores al gobierno de manipulación. Habría que profundizar en el pésimo e irresponsable manejo político de la negociación que siguió al inicio de las protestas. Una débil Presidencia del Consejo de Ministros dio lugar a mensajes contradictorios y hasta provocadores por parte del poder ejecutivo, y un Congreso sin posición clara hizo que el Ministerio del Interior terminara teniendo un protagonismo desmedido, peor aún, la policía terminó siendo el principal interlocutor (y víctima) de los actores de la protesta.

Sobre el operativo de desalojo, mal planificado e implementado, hay mucho pan que rebanar. Hay múltiples denuncias sobre excesos policiales; no olvidar que hay diez muertos y 82 heridos por arma de fuego, no solo en la carretera Fernando Belaunde, también en las ciudades de Bagua y Bagua grande. En su momento hubo múltiples denuncias de un número mayor de muertos, y las diligencias realizadas para investigarlas deben hacerse públicas. Finalmente, está la respuesta de los actores de la protesta; deben estar muy presentes en el análisis los 23 policías asesinados, y 14 heridos por armas de fuego. Ninguna acción de protesta puede llegar a esto, y sus culpables deben ser sancionados. Este nivel de violencia debe ser explicado, y la tesis de la manipulación no es satisfactoria.


VER TAMBIÉN:

- Informe Final de la Comisión Especial para Investigar y Analizar los Sucesos de Bagua
- Propuesta Nacional de Desarrollo Económico
- Aportes Técnicos para mejorar la normatividad forestal
- Grupo Nacional de Coordinaciòn para el desarrollo de los Pueblos Amazónicos
http://www.pcm.gob.pe/Prensa/ActividadesPCM/2009/Diciembre/29-12-09-D.htm

Post Bagua. Ritmo, tambor y dudas
Patricia Wiesse
http://www.revistaideele.com/node/635

Notas desde Lenovo:

Otras tareas pendientes más allá de la investigación de Bagua
http://notasdesdelenovo.wordpress.com/2010/01/06/otras-tareas-pendientes-mas-alla-de-la-investigacion-de-bagua/

Comisión investigadora de Bagua licuó información y testimonios
http://notasdesdelenovo.wordpress.com/2010/01/02/comision-investigadora-de-bagua-licuo-informacion-y-testimonios/

Ideelemail nº 625, 15 de diciembre del 2009
COMISIÓN BAGUA: UN INFORME QUE CON RAZÓN NADIE SE ATREVE A DEFENDER
Ernesto de la Jara
http://www.justiciaviva.org.pe/webpanel/doc_int/doc17122009-202902.pdf

BAGUA: UN INFORME FALLIDO E INCOMPLETO
Jose Alejandro Godoy
http://www.desdeeltercerpiso.com/2010/01/bagua-un-informe-fallido-e-incompleto/

miércoles, 6 de enero de 2010

Bolivia: tensiones irresueltas

Recomiendo vivamente la lectura de este libro a todos los interesados en la actualidad boliviana. Un libro muy variado, plural, equilibrado, con muy buenos textos, con muchos temas de debate. Disponible completo en línea.

Tensiones irresueltas. Bolivia, pasado y presente.
John Crabtree, George Gray Molina y Laurence Whitehead, editores. La Paz, Informe Nacional sobre Desarrollo Humano en Bolivia - Plural eds., 2009.

Introducción

Una historia de tensiones no resueltas
John Crabtree

Parte I. Etnicidades

Larga memoria de lo étnico en Bolivia, con temporales oscilaciones
Xavier Albó

Visibilizar a los mestizos en Bolivia
Carlos Toranzo

Sobresimplificando identidades: el debate sobre lo indígena y lo mestizo
Diego Zavaleta

Parte II. Regionalismo

Regionalismo, revisitado
José Luis Roca

De hegemonías y ejemonías: una perspectiva histórica sobre los recursos del Estado
Rossana Barragán

Parte III. Relaciones Estado-sociedad

Relaciones Estado/sociedad en Bolivia: la fuerza de la debilidad
George Gray Molina

La debilidad del exceso: democracia desbordada y Estado boliviano
Franz Xavier Barrios Suvelza

Parte IV. Constitucionalismo

La maduración del poder constituyente en Bolivia
Eduardo Rodríguez Veltzé

La constitución del país y las reformas a la Constitución Política
Luis Tapia

Parte V. Estrategias de desarrollo económico

La importancia del gas en la economía boliviana
Carlos Miranda

Más allá del gas: entre la base estrecha y la base ancha
Fernanda Wanderley

Parte VI. Bolivia y la globalización

Bolivia en el mundo: sus relaciones económicas internacionales
Juan Antonio Morales

Los efectos perversos de la globalización neoliberal en Bolivia
Carlos Arze Vargas

Conclusión

La “refundación” más reciente de Bolivia: ¿qué tan original?
Laurence Whitehead

http://www.revistadesarrollohumano.org/boletin/enero_10/tenirresueltas.pdf

domingo, 3 de enero de 2010

2009-2010

Artículo publicado en el diario La República, domingo 3 de enero de 2009

http://www.larepublica.pe/pagina_impreso.php?pub=larepublica&anho=2010&mes=01&dia=03&pid=1&sec=1634&pag=17

Al hacer un balance de los acontecimientos más importantes del 2009, sin duda el más relevante es la contundente condena del expresidente Alberto Fujimori en abril, como autor mediato de los delitos de homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado. Esta sentencia ha sido considerada ejemplar y un referente para la justicia en el mundo. Sin embargo, para el 2010 quedan dudas respecto a si esta sentencia será definitiva: es inminente el fallo en segunda instancia de la Corte Suprema, y el reciente indulto presidencial a José Enrique Crousillat ha llevado a algunos a pensar que el gobierno maniobra para liberar al condenado como parte de la tan mentada “alianza apro-fujimorista”.

El otro gran acontecimiento del 2009 fueron los luctuosos sucesos de junio en Bagua, con un saldo de 33 personas fallecidas (23 efectivos policiales, cinco pobladores de Bagua y cinco indígenas), un desaparecido (el mayor Bazán) y más de 200 heridos. Para el 2010 quedan también dudas de que saquemos lecciones provechosas de esta terrible experiencia: la reciente entrega del informe final de la comisión especial para investigar y analizar los sucesos de Bagua muestra que las controversias no se han superado, de allí la negativa de los comisionados Jesús Manacés y Carmen Gómez a firmar el informe.

A la luz de este escueto balance, ¿cómo se perfilan las cosas para el 2010, que estará marcado por las elecciones regionales y municipales? Una manera de verlo es pensar que el gobierno continuaría con una política agresiva de promoción a las inversiones sin tomar en cuenta a las comunidades, o que habrá retrocesos en materia de lucha contra la corrupción o violaciones a los derechos humanos, lo que prefiguraría un año de mayor conflictividad. Mi hipótesis sería que no.

Pienso que conforme avancen los meses la atención del país y de los operadores políticos y sociales estará cada vez más concentrada en las elecciones del 2010 y del 2011, y habrá cada vez menos expectativas en autoridades que estarán de salida, con cada vez menor capacidad para tomar decisiones importantes. En este sentido, se ahondará un rasgo que ha sido característico del gobierno de García: el no haber tenido ningún programa claro de reformas. De allí que algo que lo ha caracterizado ha sido lanzar sucesivamente iniciativas que luego quedaron en nada, lo que revela que se mueve por consideraciones pragmáticas, no por grandes proyectos o convicciones.

Los puntos políticos se ganan por saber correr la ola de la economía internacional y por un manejo efectista del corto plazo. Así se entiende que después de los sucesos de Bagua se hayan derogado sin mayor problema los decretos 1090 y 1064; también la lógica que explica la actitud del gobierno frente a la condena a Fujimori como ante el indulto a Crousillat: la conveniencia de García de sacarse del camino a un rival político y presionar a la prensa opositora, respectivamente.

VER TAMBIÉN:

¿Pudo ser de otro modo?
Carlos Basombrío, Mar. 29 dic '09
http://peru21.pe/impresa/noticia/pudo-otro-modo/2009-12-29/264346

Ene 03 2010
Corte Suprema ratifica histórica sentencia de 25 años de prisión a Fujimori por crímenes de lesa humanidad
http://blog.dhperu.org/?p=6004

SE RATIFICA CONDENA A FUJIMORI A 25 AÑOS DE PRISION
Escrito por: Jose Alejandro Godoy
http://www.desdeeltercerpiso.com/2010/01/se-ratifica-condena-a-fujimori-a-25-anos-de-prision/

Sentencia de Segunda Instancia: 2 de enero de 2010
http://www.pj.gob.pe/CorteSuprema/SalasSupremas/SPT/documentos/R.N.%20N%C2%BA%2019-01-2009-A.V..pdf

Informe final de la comisión especial para investigar y analizar los sucesos de Bagua
http://martintanaka.blogspot.com/2010/01/informe-final-de-la-comision-especial.html