Artículo publicado en Perú21, martes 30 de enero de 2007
Decía en artículos anteriores que el presidente recurría a iniciativas sin viabilidad ni efectos prácticos (pena de muerte, retiro de la Corte de San José) como maniobras distractivas, en tanto llegaran resultados sustantivos de política. El supuesto implícito es, naturalmente, que esos resultados llegarán como resultado de un manejo gubernativo mínimamente eficaz. El problema es que este supuesto está cada vez más en cuestión.
En estos primeros seis meses, el presidente formó un equipo de gobierno solvente en líneas generales, que se guió por un plan de emergencia, y conjuró los riesgos inmediatos de la acción de la oposición política y social, que se veía como el desafío principal del periodo que iba entre las elecciones de abril y las de noviembre del año pasado. Pero, pasados estos seis meses, se acabó el tiempo de la gestión de emergencia, y corresponde ahora desarrollar las grandes políticas cuyos frutos se verán en 2011. Lo que se siembre hoy se cosechará entonces; y hasta el momento, no se ven grandes iniciativas de reforma (con la excepción relativa del sector Educación). El manejo cortoplacista puede resultarle muy insuficiente al presidente en los cuatro años y medio de gestión que le quedan. Siendo así las cosas, más que recomendarle valeriana o vacaciones, lo que hace falta es que algunos le hagan el pare a García, le provean la orientación estratégica que le falta, le pongan en la agenda temas de mediano y largo plazo.
Viendo los errores y limitaciones de García, algunos pueden pensar que el problema está en el carácter presidencialista de nuestro régimen político. Considero esto un error: a mi juicio, el problema está en la debilidad de los partidos y en una cultura política que se allana muy fácilmente ante el poder. El problema está en que, de un lado, ni el presidente del Consejo de Ministros ni los ministros, individualmente, están ejerciendo plenamente las funciones de coordinación o asumiendo la corresponsabilidad por las decisiones de gobierno que establece la Constitución, y siguen demasiado fácilmente los ucases del presidente. Lo mismo respecto al partido de gobierno. ¿Qué dice la Comisión Política del Apra de la conducción presidencial? ¿Qué dicen los líderes de la bancada aprista del Congreso, además de reconocer que tienen que 'tragarse sapos' por el bien del país?
En cuanto a los grupos de oposición, tenemos que, en estos días, varios han hecho evaluaciones críticas sobre los primeros seis meses de gestión (Ollanta Humala, Lourdes Flores, Acción Popular); pero si quieren ser actores políticos efectivos, y marcar la agenda política, tienen que empezar por articular sus posiciones en el Congreso; si no, sus críticas no tendrán ningún efecto práctico. De otro lado, ¿dónde están Susana Villarán y Javier Diez Canseco? ¿Son solamente columnistas de opinión? ¿Renunciaron a encabezar propuestas políticas globales? Deberían ser mucho más claros en proponer rumbos alternativos y agendas diferentes.
Decía en artículos anteriores que el presidente recurría a iniciativas sin viabilidad ni efectos prácticos (pena de muerte, retiro de la Corte de San José) como maniobras distractivas, en tanto llegaran resultados sustantivos de política. El supuesto implícito es, naturalmente, que esos resultados llegarán como resultado de un manejo gubernativo mínimamente eficaz. El problema es que este supuesto está cada vez más en cuestión.
En estos primeros seis meses, el presidente formó un equipo de gobierno solvente en líneas generales, que se guió por un plan de emergencia, y conjuró los riesgos inmediatos de la acción de la oposición política y social, que se veía como el desafío principal del periodo que iba entre las elecciones de abril y las de noviembre del año pasado. Pero, pasados estos seis meses, se acabó el tiempo de la gestión de emergencia, y corresponde ahora desarrollar las grandes políticas cuyos frutos se verán en 2011. Lo que se siembre hoy se cosechará entonces; y hasta el momento, no se ven grandes iniciativas de reforma (con la excepción relativa del sector Educación). El manejo cortoplacista puede resultarle muy insuficiente al presidente en los cuatro años y medio de gestión que le quedan. Siendo así las cosas, más que recomendarle valeriana o vacaciones, lo que hace falta es que algunos le hagan el pare a García, le provean la orientación estratégica que le falta, le pongan en la agenda temas de mediano y largo plazo.
Viendo los errores y limitaciones de García, algunos pueden pensar que el problema está en el carácter presidencialista de nuestro régimen político. Considero esto un error: a mi juicio, el problema está en la debilidad de los partidos y en una cultura política que se allana muy fácilmente ante el poder. El problema está en que, de un lado, ni el presidente del Consejo de Ministros ni los ministros, individualmente, están ejerciendo plenamente las funciones de coordinación o asumiendo la corresponsabilidad por las decisiones de gobierno que establece la Constitución, y siguen demasiado fácilmente los ucases del presidente. Lo mismo respecto al partido de gobierno. ¿Qué dice la Comisión Política del Apra de la conducción presidencial? ¿Qué dicen los líderes de la bancada aprista del Congreso, además de reconocer que tienen que 'tragarse sapos' por el bien del país?
En cuanto a los grupos de oposición, tenemos que, en estos días, varios han hecho evaluaciones críticas sobre los primeros seis meses de gestión (Ollanta Humala, Lourdes Flores, Acción Popular); pero si quieren ser actores políticos efectivos, y marcar la agenda política, tienen que empezar por articular sus posiciones en el Congreso; si no, sus críticas no tendrán ningún efecto práctico. De otro lado, ¿dónde están Susana Villarán y Javier Diez Canseco? ¿Son solamente columnistas de opinión? ¿Renunciaron a encabezar propuestas políticas globales? Deberían ser mucho más claros en proponer rumbos alternativos y agendas diferentes.
3 comentarios:
Martin:
Suscribo plenamente lo dicho por tu comentario, en particular, tu "cuadrada" a SV y a JDC.
Se siente que tienen las ideas y ciertos cuadros para gerenciar bien el pais, pero exaspera que no hagan trabajo politico en bases ni salgan a tener mayor presencia mediatica mas alla de sus columnas.
¿A que crees que se debe eso?
Gracias por el comentario. ¿A qué se debe la ausencia de SV y JDC? Buena pregunta. A ver qué dicen ellos... yo los aludí en mi artículo porque creo que ellos asumieron, al igual que Humala, Flores, etc., un compromiso con sus votantes, muchos o pocos, y deben responder ante ellos, aunque no hayan ganado. ¿En qué quedó el proyecto que ofrecieron? El PS y el PDS, ¿se volverán a inscribir? ¿Qué están haciendo con sus gobiernos regionales y alcaldes amigos? ¿Cómo evalúan el momento político? Un líder se legitima orientando, educando a sus seguidores, haciendo pedagogía política. No se les ve. ¿Por qué?
No sé... supongo que varios en el PS están todavía en el dilema de optar por un pesado camino propio, o ser furgón de cola de Humala (qué tal dilema). Y varios en el PDS estarán entre el pesado camino propio o subirse al carro de algún partido "de centro", como antes hizo Gino Costa.
Hablando de Costa, un ejemplo de una pésima decisión, la de subirse al carro de Somos Perú, y perder soga y cabra. Si igual vas a perder, al menos construye organización, en el PDS, con tu gente. Al final, debilitó el PDS e igual perdió las elecciones, y de Somos Perú no obtuvo nada, así como ellos no obtuvieron nada de él. Todos perdieron: Costa, el PDS, Somos Perú...
Villarán y JDC son víctimas de un problema que la izquierda padece, y que es la carencia de un líder en un país donde las ideologías abstractas necesitan un rostro personificado para poder ser asumidas.
Como la única tentativa de liderazgo unido de izquierda se disolvió cuando se desbarrancó a ese conciliador y noble político que fue Barrantes finalizando los ochentas, la izquierda cae en su adicción a los ísmos, y dentro del mismo socialismo tanto los partidarios de Villarán como los de JDC se aferran a posiciones que impiden unir fuerzas en un proyecto mayor. Villarán encarnando mediáticamente un "socialismo revisitado" y JDC una posición algo más dura e inflexible del mismo socialismo (y tentando acercamientos con Humala), no han pasado el 3% estas elecciones. Si fusionan esfuerzos es posible que constituyan la próxima vez una alternativa interesante, aunque sea como bancada dirimente en el Congreso. Yendo cada uno por su camino, ya se ha visto su potencial, a pesar del apoyo de muchos líderes de opinión.
Con respecto a Alan, él mismo nos brinda un sucedáneo de oposición con esa novela dialéctica de los bandos enfrentados del APRA. Si no cambia el panorama en los siguientes cuatro años la única medida pragmática para dirimir entuertos será saber "con que ala del APRA estás".
Me parece bien que no se le atribuya esta situación a nuestro presidencialismo, que tampoco es tan fuerte como el mexicano. Es cierto que nuestra cultura política no es europea ni norteamericana, sino propia de esta región y aún en formación.
Por nuestra geografía difícil y la consecuente dispersión étnica y cultural, tanto en los imperios prehispánicos, el Virreinato y la República, la tendencia natural política es dar más poder al líder de turno para un manejo con menos estamentos y más rápido de las situaciones de emergencia que éstas características provocan.
Por nuestros principios occidentales y para evitar la tentación del autoritarismo, debemos aspirar a democratizar y rebajar la tendencia de darle más potestades a la figura en el mando, pero tampoco podemos plantear a nuestra peculiar evolución un sistema similar al que surgió en Europa y Estados Unidos. Compararnos con los cantones suizos siempre llevará a una innecesaria frustración en quienes quieran seguir el paradigma perfecto. Si somos realmente conscientes que no somos totalmente occidentales, sabremos como darle un sabor propio y popular a ese gran ideal universal político que es el sistema democrático, el sistema de partidos y el equilibrio de poderes.
Saludos y felicitaciones por este muy interesante blog.
Publicar un comentario