Artículo publicado en La República, domingo 25 de octubre de 2010
Algunas impresiones rápidas de los resultados preliminares, sujetas a verificación, casi hipótesis de trabajo. ¿Qué balance general podría hacerse de los resultados de las últimas elecciones? Primero, es claro que a los partidos nacionales no les fue bien, tienen menos candidatos, votos y autoridades que en 2006. Habría también que decir que los partidos nacionales han en gran medida abandonado, tirado la toalla respecto al escenario regional y local. El partido principal, el APRA, ha sido especialmente golpeado, considerando los resultados de las elecciones regionales de 2002 y 2006, y que están actualmente en el gobierno. Lo llamativo es que, en gran medida, este ha sido el resultado buscado por Alan García. De otro lado, cada vez más los partidos nacionales actúan abiertamente como “vientres de alquiler” en las regiones y municipios.
Segundo, creo que los resultados reflejan en gran medida el crecimiento económico ocurrido en los últimos años. No solo ser autoridad regional y local es más atractivo para una carrera política que antes, dado el aumento del presupuesto de inversión, también hay más actores dispuestos a invertir dinero en campañas. Esto ayuda a entender el aumento del número de candidatos en regiones y provincias, también campañas más costosas, y una mayor presencia de empresarios o personalidades que acumulan capital económico y lo quieren convertir en capital político. El mayor costo de las campañas podría haberse constituido en una suerte de barrera de entrada práctica que, aparentemente, ha reducido el nivel de fragmentación política: el voto tendió a concentrarse en los candidatos grandes, y los ganadores en general han ganado con porcentajes mayores a los del 2006.
Tercero, “algo” podría estarse consolidando en algunas regiones. Tenemos más candidatos reelectos en 2010 que en 2006 en las regiones y aparentemente también en los municipios, y encontramos que en algunas regiones hay ya varios nombres que se repiten como los candidatos más votados en las últimas elecciones. Ojo, no se consolidan movimientos, sí liderazgos muy personalistas. Y esos liderazgos saltan de un movimiento o partido a otro de elección a elección con mucha facilidad. Más que transfuguismo, lo que tenemos es que los partidos y movimientos no son mucho más que una inscripción o etiqueta que permite postular personas.
Cuarto, la creciente personalización de la política explicaría un mayor voto cruzado en las últimas elecciones. Una cosa es votar por el presidente regional, otra por el consejero regional, otra por el alcalde provincial, otra por el alcalde distrital. Este efecto, elocuente en Lima, se habría dado en todo el país, y se habría profundizado por la elección de consejeros regionales en circunscipciones provinciales uninominales.
Quinto, si todo lo anterior es cierto, poco sería lo que se puede inferir de estos resultados para las elecciones del próximo año.
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