domingo, 22 de noviembre de 2009

¡Usted fue aprista! de Nelson Manrique

Artículo publicado en La República, domingo 22 de noviembre de 2009

http://www.larepublica.pe/pagina_impreso.php?pub=larepublica&anho=2009&mes=11&dia=22&pid=1&sec=1634&pag=17

Apareció el libro “¡Usted fue aprista!” Bases para una historia crítica del APRA (Fondo ed. PUCP – CLACSO, 2009) de Nelson Manrique. Se trata de un libro sólido, de lectura imprescindible, y sin duda será una referencia obligada para cualquiera interesado en el APRA y en la historia del siglo XX peruano.

¿Cómo abordar una historia del APRA evitando caer en la hagiografía o la diatriba? se pregunta el autor, que se propone tener “una actitud reflexiva, alejada de las descalificaciones fáciles. Siempre la mejor opción es tratar de entender a los protagonistas dentro de la trama de relaciones sociales que les preexistían y que fueron el marco –y el límite- dentro del cual podían actuar” (p. 7-8). Para Manrique esa “trama de relaciones” estaría compuesta por un entrecruzamiento de elementos oligárquicos, imperialistas y capitalistas frente a los cuales Haya insurgió legítimamente en los años veinte. Sin embargo, desde tan temprano como 1931 el fundador del APRA habría iniciado un proceso de “derechización” que alejaría al partido de la representación de los sectores populares, impidiendo la modernización del país, y generando una creciente brecha entre sociedad y Estado que padeceríamos hasta nuestros días.

Desde el título, Manrique parece reprocharle a Haya esa derechización, sin intentar entender su lógica. La sola sobrevivencia del APRA como el partido más importante del país, ¿no plantea que hubo cierta racionalidad en esas decisiones? No me parece que la línea de lectura del autor sea fiel al criterio de “tratar de entender a los protagonistas dentro de la trama de relaciones sociales ... dentro de [las cuales] podían actuar”. ¿Existe un mejor ángulo para evaluar el desempeño de Haya y del APRA? Yo pienso que el mejor es un enfoque comparado. El APRA es la manifestación peruana de un fenómeno latinoamericano, el populismo. Manrique se refiere en diversos momentos al peronismo, al MNR boliviano, al varguismo en Brasil, pero no explora comparaciones.

Comparativamente, lo que aparecen como indefiniciones y traiciones resultan manifestaciones típicas del populismo: como señalara recientemente Marcos Novaro refiréndose al peronismo, “se presenta como una barrera contra el comunismo y la radicalización gremial frente a las clases medias y el empresariado, y como el mejor canal para satisfacer los intereses del pueblo y de los trabajadores frente a sus bases populares... asediado por quienes le reclaman orden tanto como por los que le reclaman cambios más auténticos”. Al mismo tiempo, este “camaleonismo” es lo que explica la vitalidad y vigencia del populismo. Puede asumir una forma radical revolucionaria, como neoliberal y conservadora, según las circunstancias. En medio de esas transformaciones algunos se mantienen vigentes, como el APRA, el justicialismo o el PRI en México, y otros declinan, como el MNR o AD en Venezuela. Explicar esa diferencia es la clave.

VER MÁS:

La lucha de calles, por Marcos Novaro, 13 de Noviembre de 2009
http://www.politica.com.ar/blog/2009/11/13/la-lucha-de-calles/

ACTUALIZACIÓN: 24 de noviembre

Ver respuesta de Nelson Manrique:
¡Usted fue populista!
http://www.larepublica.pe/columna-en-construccion/24/11/2009/usted-fue-populista

Ver también:
Debate sobre "¡Usted fue aprista!" de Nelson Manrique
Jorge Luis Valdez
martes 24 de noviembre de 2009
http://labitacoradehobsbawm.blogspot.com/2009/11/debate-sobre-usted-fue-aprista-de.html

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Martín

Entre políticos y académicos de izquierda es todo un deporte recurrente analizar la trayectoria –sinuosa dicen los detractores y adversarios, táctica dicen los “compañeros”, zigzagueante o bizarra- del Apra. En esta discusión quisiera recordar dos apreciaciones. Una de ellas la de Delgado tomada del libro de Milla Batres, Cuándo se jodió el Perú y la otra de ATE tomada de Caretas.

“Si en 1931, cuando gozaba de todo su creador impulso juvenil y poseía un matiz socialista moderado, el Apra hubiera accedido al poder, la evolución política del Perú habría sido más dinámica. En 1945, el Apra perdió otra oportunidad de ser gobierno y, desde entonces, se perdió en una maraña de alianzas y pactos que enervaron su carácter reformista. Hubo también mucha confusión frente al fenómeno aprista; las derechas cometieron el error de marginarla y las izquierdas de menospreciarla, unos tildaban al Apra de comunista; los otros, de fascista; el Apra no era una ni otra cosa; era y es un partido de pequeña burguesía que, naturalmente, oscila entre posiciones conservadoras y revolucionarias. La historia zigzagueante del Apra puede difícilmente explicarse de una manera puntual, pero sus vaivenes hacia la derecha o la izquierda no se deben solamente a la voluntad de sus líderes sino también a la presión ejercida por sus opositores” Washington Delgado (1990: 61-62)

“Desde 1931, el Apra se insertó en los hechos en el centro del escenario político- aunque ello no lo convirtió en un partido de centro. Fue el ‘gran elector’ pero no podía ser elegido. Haya de la Torre fue impedido de candidatear en las elecciones de 1936, 1939, 1945, 1950 y 1956. Fue derrotado en 1931 (en elecciones ensombrecidas por un fraude de magnitud discutible) y 1963 (en elecciones ensombrecidas por la posibilidad de veto o anulación); triunfó en 1962 (en elecciones anuladas); estuvo ad portas de triunfar en las fallidas elecciones de 1969 y triunfó en 1978 para la Asamblea Constituyente. Gracias a sus votos triunfó Eguiguren en 1936 (elecciones anuladas), Bustamante (1945) y Prado (1956). Fue el poder moderador del precario sistema y cuando perdió la moderación el sistema colapsó: 1932, 1948, 1968 -y agregaríamos nosotros: 1987-1990- La presencia de un factor emocional y de fe ha diferenciado al aprismo desde sus inicios y se vio confirmada y afianzada por los azares de la lucha y del martirio. De allí que además de un partido, o más que un partido, sea el Apra una comunidad de creyentes, cuya fiesta solemne y multitudinaria es el día de la fraternidad. De allí también que el aprismo pueda experimentar, como ha experimentado, contrastes o derrotas como partido político; que en nada han mellado su fortaleza como movimiento espiritual. Hasta podría insinuarse una dicotomía: el partido como cuerpo político, sujeto a las contingencias, los errores, los aciertos o las eventualidades de todo grupo de esa índole y el partido como movimiento emocional, profundo, carismático y místico, que supera las crisis y se nutre no de estímulos o halagos externos, sino de una esencial vocación revolucionaria” Andrés Townsend (1968)

A propósito de frases. Me parece que la frase “ud. fue aprista. Ud también” no pertenece a J.G. Rose sino a Manuel Scorza. Me parece que figura en la breve autobiografía que publicó La República poco después de su muerte (1983). En fin. Es cuestión de verificar.

Siguiendo con los ex … podemos decir que Alan dejó de ser hayista, luego aprista y ahora solo es … alanista?

Javier Pérez

jose carlos orihuela dijo...

estimado martin,
no se a que te refieres con "manifestaciones tipicas del populismo": getulio vargas o el MNR boliviano tuvieron el tipo de derechizacion del que habla manrique? pues no, caminos muy muy distintos. y el "populismo chileno" (cual?)? creo que llamar populista a todo lo que ocurrio en america latina entre 1929 y 1982 es un abuso y un error. como decir que todo lo post-1982 es neoliberal. muy grueso. en todo caso, hay populismos y populismos, como hay neoliberalismos y neoliberalismos. el "populismo" de haya es bien sui generis, asi que nada mejor que una buena historia para entenderlo.
otrosi: por que con Sendero acentuas la "agencia", pero con el APRA acentuas las "estructuras"?

Jorge Luis Valdez Morgan dijo...

Martín, he reseñado tu debate y el que tiene Nelson con Valle Riestra aqui:

http://bit.ly/5r6Csw

Creo que en el fondo los sociólogos ven el populismo como un fenómeno continuo, mientras que los historiadores lo vemos más como momentos históricos concretos, por eso hablamos más de "populismos" y los identificamos con sus respectivos países y caudillos.

Por ejemplo a mis alumnos siempre les digo que hubo tres casos de populismo a carta cabal: Lázaro Cárdenas, Getulio Vargas y Juan Domingo Perón. Las condiciones y requisitos del populismo se pueden encontrar en los tres países en sus respectivas épocas, pero no tanto así en el Perú, ni en los ochentasm donde nuestra política de masas alcanza su máxima expresión luego de la reforma electoral.

¿No se confunde demagogia con populismo? ¿El estilo de gobierno de García 1985-1990 con una política y una ideología que se puede identificar como "populista"?

Saludos.

Anónimo dijo...

Me parece que todo el enfoque esta sesgado. La mejor manera de analizar este tema del apra y de la politica peruana en general es utilizando el marco conceptual tan util y riguroso que casi todos en la Universidad Catolica a excepcion de Martin utilizan.

Me refiero a las teorias posmodernas de la critica literaria francesa y el psicoanalisis lacaniano que se hace en lima.

Si no se usan los conceptos de "goce" "perverso" "transgresor" "transferencia" entonces eso no es ciencia social en serio. Me extraña que el profesor Tanaka aun no integre el "goce criollo perverso" en sus columnas de la republica.

Bueno, saludos.

Anónimo dijo...

Hola Jorge

Además del clásico de Knight, recomiendo un artículo de Weyland sobre populismo en que discute diferentes formas de conceptualizar el populismo:

Kurt Weyland, 'Clarifying a Contested Concept: Populism in the Study of Latin American. Politics,' Comparative Politics, vol. 34, no. 1 (Oct. 2001)

El concepto histórico es una opción rica descriptiva (Getulio, Perón, Cárdenas)pero hace que los casos se pierdan en el tiempo: ya no habrá incorporación obrera, ni grandes mítines en plazas, ni políticas industriales en LA. Quienes prefieren ver en el populista un tipo de líderazgo que se repite a través del tiempo preferirán un concepto político en el cual el contenido ideológico o el tipo de políticas desarrolladas por el líder son secundarias. Lo que importa es su relación no institucionalizada con la población. El populista, además, aparece como un animal político más estratégico: sus preferencias para lograr este apoyo son determinadas por el contexto.

Ambas "estrategias" conceptuales tienen costos. Creo que el artículo sirve para aclarar el debate.

A Martín: ¿te parece adecuada la justificación de Nelson para no analizar el APRA con un marco comparado?

Saludos,

Eduardo

Héctor Ponce dijo...

Hola Martín,

No tiene que ver ocn el tema, pero te pido me pases el link del artículo en el que tratas el tema de la Ley de Reforma Agraria de Velasco.

Saludos cordiales,

Héctor

Raul dijo...

Algunos niegan la dialéctica en politica, como si las ideologías fueran reservas, espacios intocables. Por eso la realidad termina por superarlas.
Raul

Martín Tanaka dijo...

Héctor,


supongo que te refieres a:

http://martintanaka.blogspot.com/2008/10/contrafcticos-velasquistas.html

Sobre los otros temas, apenas tenga tiempo escribiré un post... saludos

Anónimo dijo...

Al anónimo del goce: Algunos pensamos más bien que las ciencicas sociales se volverán más serias cuando saquen a Lacan y al psicoanalisis del camino.

Anónimo dijo...

Anonimo, que gusto que haya mas gente que piensa asi. Yo estaba siendo ironico porque me parece increible que en el Peru, en una universidad con presupuesto, se desperdicien los investigadores sociales y se cultive un marco teorico que fallo en la psicologia y termino en algunos departamentos de literatura o de "estudios culturales" en USA. Es obvio que esta critica contiene mi valoracion de lo que deberia hacer la ciencia social, pero creo que es una valoracion muy defendible, cosa que no ocurre con la otra parte.

saludos.

Pablo Antonio dijo...

Martin, me olvide de preguntarte.
Estas interesado en el aporte que puedan tener los enfoques neo-darwinistas a las ciencias sociales en general?

Hace poco estuve en un congreso por los 150 años de "El origen de las especias" fue un evento interdisciplinario pero una de las ponencias mas interesantes fue la de "Darwinismo y ciencias sociales", que dio una sociologa.

Te lo pregunto por esta idea del "adaptacion" de los partidos politicos.

Saludos cordiales.

CESAR PEIRANO dijo...

Estimado Martín:

En mi blog hay algunas respuestas desde el APRA al libro de Manrique y al debate:

http://cpeirano.blogspot.com/2009/11/perfidia-de-nelson-manrique-por-daniel.html

http://cpeirano.blogspot.com/2009/11/perfidia-de-nelson-manrique-por-daniel.html

Saludos.

CESAR PEIRANO

Hèctor Ponce dijo...

Martín,

Muchas gracias por el enlace. Concuerdo con varios puntos. Te paso un breve escrito mìo sobre el tema

Saludos cordiales,

Hèctor


Reforma Agraria de Velasco

La Ley de Reforma Agraria fue una de las medidas más controvertidas de la dictadura de Velasco al punto que continúa dividiendo en dos grupos a los peruanos. El primer grupo piensa que el deber del Estado es procurar el bienestar de todos los ciudadanos y el segundo grupo afirma que el deber estatal consiste en cuidar las libertades individuales. Para el sector de izquierda, la reforma agraria eliminó los sistemas de latifundio y planteó un régimen justo de tenencia de la tierra. Para el sector de derecha, en cambio, significó el atropello a la propiedad privada.

Velasco siguió el razonamiento de Mariátegui: la economía del campesino mejorará cuando se resuelva el problema agrario. ¿Cómo? Con la liquidación de la feudalidad en el Perú. Por eso Velasco propuso poner fin al dominio de las oligarquías y darle al país un instrumento para transformar la injusticia social. “Un sector campesino más próspero […] es la mejor garantía del desarrollo armónico.” La medida consistía en lo siguiente:

"limitar el derecho a la propiedad de la tierra para garantizar que ésta cumpla su función social dentro de un ordenamiento de justicia. […] La propiedad está garantizada, pero dentro de los límites que la hagan compatible con la irrenunciable función social que ella debe cumplir. Esta no es una ley de despojo, sino una ley de justicia.”

De esta manera, la Reforma Agraria buscaba desactivar el poder de una minoría poseedora de la mayor parte de tierras cultivables: el 76% de éstas correspondía a sólo el 0.5% de las unidades agrícolas . Sin embargo, la forma de realizarla no fue planeada con inteligencia. Las tierras expropiadas pasaron a las manos de trabajadores que no tenían experiencia empresarial para tomar decisiones a largo plazo y, asimismo, hubo graves descuidos en las tecnologías modernas.

En la actualidad, nos queda a nosotros examinar qué posición debe tomar el Estado: liberal o social. Según el liberalismo, como en el pasado las religiones quisieron imponer a los ciudadanos pautas de vida, el Estado debe proteger la libertad del individuo para que escoja su forma de vida sin restricciones. Pero, según el socialismo, como uno puede ser esclavo de ideología y escoger su mal, el Estado debe mostrar a los ciudadanos formas alternas para desarrollar criterios y escoger lo útil. Así pues diversas doctrinas nos dicen saber cómo deberíamos vivir y nosotros tenemos que discutir nuestros criterios de elección.


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Cf. MARIÁTEGUI, José Carlos. “El problema agrario y el problema del indio”, en: Siete ensayos de la realidad peruana.
“Mensaje a la Nación con motivo de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria. 24 de junio de 1969” en: Velasco. La voz de la revolución. Lima: Editorial Ausonia, 1972. p. 47.
Idem. Con tono triunfante, Velasco finaliza así su discurso: “Al hombre de la tierra ahora le podemos decir en la voz inmortal y libertaria de Túpac Amaru: “¡Campesino, el patrón ya no/comerá más de tu pobreza!”.
Cf. CONTRERAS, Carlos y Marcos Cueto. Historia del Perú Contemporáneo. p. 314. Cabe recordar que “los juicios públicos a los patronos, acusados por sus antiguos jornaleros delante de un tribunal del Estdo creado expresamente para el efecto, dieron un marco ‘revolucionario’ a la acción de la reforma agraria”. Idem. p. 315.

Anónimo dijo...

Velasco fue lo peor para el Perù.