Artículo publicado en La República, domingo 29 de noviembre de 2009
http://www.larepublica.pe/pagina_impreso.php?pub=larepublica&anho=2009&mes=11&dia=29&pid=1&sec=1634&pag=17
El martes pasado Nelson Manrique tuvo la generosidad de responder a mi última columna, dedicada a su importante libro, “¡Usted fue aprista!” Bases para una historia crítica del APRA, que será presentado en la Feria del Libro mañana lunes a las 7pm. Un libro como el de Manrique, así como su respuesta última plantea muchos temas de debate y conversación, imposibles de abordar aquí. Sí comento algunos asuntos que me parecen centrales y de interés para los lectores.
La respuesta de Manrique resalta, entre otras cosas, la tensión que enfrentó Haya al tener de un lado “bases radicales... que creían que el partido iba a hacer la revolución”, y del otro “una estrategia política basada en el juego electoral como el camino para llegar al poder, algo que se planteó tan tempranamente como en 1928...”. Esta apuesta por lo electoral, dice Manrique, se dio sistemáticamente, en 1945, 1956, 1962 y 1963. Haya trató de llegar al poder, y para ello creyó necesario pactar con la oligarquía. Esta estrategia, que dejó de lado los postulados previos a 1928, son vistos negativamente por Manrique, de allí que concluya haciendo un símil entre la relación de Haya con la oligarquía y la “sumisión” de García a la Constitución de 1993, “repudiando” la de 1979.
Estoy de acuerdo con Manrique cuando dice que lo interesante es tratar de entender las tensiones que enfrentó Haya y cómo las resolvió; la cuestión es, nuevamente, desde qué ángulo evaluamos las cosas. Manrique parece querer resaltar los problemas resultantes del abandono de los ideales revolucionarios originales y la opción por un camino electoral. Me pregunto que pasaría si pensamos lo mismo como un complejo, difícil y trunco proceso de desarrollo de una comunidad política democrática. Vistas las cosas así, a pesar de que Haya desde 1945 sostuvo que no quería “quitarle la riqueza al que la tiene sino crearla para el que no la tiene”, no logró superar el veto de la oligarquía y los militares. Cuando finalmente se logró tener una arena política sin exclusiones en 1962 y 1963, ya el APRA había perdido posiciones en su flanco izquierdo; y cuando Haya pudo ser presidente en 1969, nuevamente una intervención militar lo impidió, aunque esta vez una dictadura de izquierda.
Si miramos la conducta de Haya no desde la inconsecuencia revolucionaria, sino a la luz de los procesos truncos de aparición de una comunidad democrática, la estrategia del APRA, de abandono de estrategias insurreccionales por vías electorales y búsqueda de acuerdos políticos con sus adversarios no resulta negativa. Es más, la derechización del APRA permitió la aparición de otros partidos, como Acción Popular y las izquierdas. Los problemas aparecen en otras partes: en la apuesta autoritaria de la oligarquía, en la ausencia de partidos democráticos conservadores de masas, en la tradición militar golpista, en la falta de compromiso democrático en nuestras elites.
ACTUALIZACIÓN:
Ver réplica de Nelson Manrique en La República, martes 1 de diciembre
Haya, entre las balas y los votos
http://www.larepublica.pe/columna-en-construccion/01/12/2009/haya-entre-las-balas-y-los-votos
ACTUALIZACIÓN, 2 de diciembre
Ver también:
El APRA de Manrique
La República, 02/12/2009
Antonio Zapata
http://www.larepublica.pe/sucedio/02/12/2009/el-apra-de-manrique
Usted fue aprista. Impresiones y debate
Jose Alejandro Godoy
http://www.desdeeltercerpiso.com/2009/12/usted-fue-aprista-impresiones-y-debate/
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9 comentarios:
Discrepo, al final si bien ciertos acuerdos pueden ser inevitables como los necesarios al final del fujimorato, habla muy mal de Haya y del Apra la alianza parlamentaria que tuvo con Odria (el que lo persiguio) pues justamente esa oposicion irresponsable fue uno de los cimientos del golpe del 68.
En todo caso, para quienes hemos prestado atencion a la historia del Peru, sabemos la clase de precauciones que hay que tener con el comportamiento del Apra.... ya lo tienen en la sangre.
¿Pero no fue justamente su derechización lo que causó un vacio de "partidos democráticos conservadores de masas", que a su vez permitió que nada detuviera la "tradición militar golpista" ni que las élites se comprometieran con la demorcracia, en ambos casos por temor a una revolución?
Martín, ¿la inconsecuencia (sea respecto a una ideología revolucionaria o no) acaso no atenta contra la institucionalización de un partido? Es decir, ¿que el discurso se haga tan flexible no lo vuelve dependiente de la voluntad de un líder? Eso, por no mencionar el cinismo o la demagogia en la que fácilmente se cae a partir de un "camaleonismo".
Si el periplo del Apra puede verse desde "los procesos truncos de aparición de una comunidad democrática", también ha de tomarse en cuenta los efectos perversos que tuvo sobre la institucionalidad de los partidos.
Saludos,
Fernando Calderón
Aquí el tema de fondo es el antiaprismo. Esa enfermedad cultural de origen oligárquico que contaminó la política y sociedad peruana desde comienzos del siglo pasado. Leámos nosmás al aparentemente ponderado Ernesto al señalar (ya explicitamente racista) que los peligros que el APRA plantea...están en la sangre!! Imagínense.
En esa línea, y sin desmerecer el trabajo y esfuerzo intelectual de Nélson Manrique, su libro peca de antiaprismo. Como lo señaló bien Antonio Zapata - historiador socialista y persona íntegra- Manrique no realizó un trabajo de investigación pues ya conocía el final y las conslusiones antes de escribirlas. Una pena. El librito es una aparición fantasmal de las decenas de panfletos ideológicos disfrazados de trabajos académicos de los años 70 y 80 y ayuda poco a comprender la trayectoria del APRA, incluso desde una perspectiva crítica.
Hay sin embargo algunos hallazgos importantes que resultan del debate:
1. Gran parte del problema no fue del APRA sino de la incapacidad de las otras agrupaciones políticas en construir una institucionalidad política democrática. La ausencia que señala Martín, vacío llenado con autoritarismo, caudillismo, movimientismos aluvionales, etc.
2. La recostrucción de un sistema de partidos en el Perú es fundamental para una gobernanza democrática e inclusiva. Esto no se logrará con la pervivencia en medios y en la academia de una cultura antipolítica y específicamente antipartido.
Los trabajos de Martin Tanaka y de Carlos Melendez son un gran esfuerzo en sentar las bases de una verdadera politología.
JC
Veo que se me ha eliminado un comentario motivado por un anonimo, en todo caso yo si doy la cara tanto en mis comentarios como en mi blog, asi que no entiendo la decision de Martin.
Lo de "en la sangre" no tenia alusion racista, sino al hecho de que aun con cierto relevo generacional han persistido ciertas actitudes poco democraticas en el modo de operacion del Apra.
El Antiaprismo pudo haber sido (o ser) un problema, pero el Apra no mira en sus propios errores y actitudes ni se arrepiente de cosas como la alianza con sus perseguidores.
No borré ningún comentario en esta entrada. Por favor enviarlo nuevamente, saludos.
Lo he recuperado del cache de Google:
Ernesto dijo...
Discrepo, al final si bien ciertos acuerdos pueden ser inevitables como los necesarios al final del fujimorato, habla muy mal de Haya y del Apra la alianza parlamentaria que tuvo con Odria (el que lo persiguio) pues justamente esa oposicion irresponsable fue uno de los cimientos del golpe del 68.
En todo caso, para quienes hemos prestado atencion a la historia del Peru, sabemos la clase de precauciones que hay que tener con el comportamiento del Apra.... ya lo tienen en la sangre.
noviembre 29, 2009 1:08 PM
http://209.85.229.132/search?q=cache:PnbmjndPmaEJ:martintanaka.blogspot.com/2009/11/inconsecuencia-o-aprendizaje.html+/search%3Fhl%3Des%26client%3Dfirefox-a%26rls%3Dorg.mozilla:es-AR:official%26hs%3DFGi%26q%3D%2Bsite:martintanaka.blogspot.com%2BVirt%25C3%25B9%2Be%2BFortuna%2BErnesto&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=es
La alusiòn a la "sangre" y ahora a la nuevas "generaciones" no tiene tinte racista?! Se imaginan que dirian de una crìtica al comunismo y sus adlàteres si se señalara que lo llevan "en la sangre" hasta sus nuevas "generaciones"!!?.
El antiaprismo, como el anticomunismo, es una tara cultural y lamentablemente que vemos que pervive y sus rasgos racistoides no son aceptables. En fin, como decia mi abuelita, "que con su pan se lo coman"
Ahora, respecto a la alianza con nuestros perseguidores, cuando entenderan que no era un tema personal sino una decisiòn politica, y en una perspectiva de institucionalizaciòn de un sistema polìtico democrático..les es tan dificil entender eso?. Y a quienes corresponde evaluar si fue o no una grave "traiciòn" es a los apristas, no a los antiapristas!! la prueba es que en ningùn momento se debate la estrategia o acciòn polìtica versus haber logrado o no sus fines de consolidadciòn de la democracia (donde sí habría que discutir bastante)
Los apristas tenemos el honor de llevar nuestra historia incluso con sus errores...eso se llama capacidad de rendición de cuentas...no como las innumerables federaciones de independientes que cambian de camiseta en cada elección.
Saludos.
Jose Carlos (JC)
¿Inconsecuencia o aprendizaje democrático Sr. Tanaka?
¿Desde cuando la felonía, la traición, los crímenes desde las sombras, el engaño, etc. son valores?. ¿A esto llama Ud democracia?. Exijo una explicación.
Por lo visto usted no ha analizado la historia del aprismo.
Tío George
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