lunes, 16 de junio de 2008

¿Qué debe hacer la izquierda?

Publicar este post se me ha ido pasando por falta de tiempo.

En las últimas semanas ha habido un conato de debate sobre qué debe hacer la izquierda para retomar el paso. Hay un texto de Antonio Zapata:

http://www.larepublica.com.pe/content/view/171965/481/

El asunto es seguido por Alberto Adrianzén:

http://www.larepublica.com.pe/component/option,com_contentant/task,view/id,221068/Itemid,0/

Luego está el debate a propósito de la cumbre de los pueblos, ver lo señalado por Javier Diez Canseco:

http://www.larepublica.com.pe/content/view/221583/481/

Estos comentrios son continuados en la entrevista de Ocram a Javier Diez Canseco (donde me cae una "chiquita"):

http://www.utero.tv/2008/05/21/javier-diez-canseco-la-anticumbre-la-izquierda-humala-hugo-chavez/

Ver también de Enrique Fernández:

http://www.larepublica.com.pe/content/view/223789/481/

Y más recientemente, Pedro Francke:

http://elclosetdelvaron.blogspot.com/2008/05/reflexiones-sobre-la-izquierda-raiz-de.html

Ver también la crítica de Carlos Meléndez:

http://jorobadonotredame.blogspot.com/2008/05/qu-no-hacer-anti-propuestas-partir-de.html

Zapata y Adrianzén (también Francke) privilegian en el análisis la necesidad de una renovación de liderazgos. Diez Canseco enfatiza un proceso organizativo, de unir segmentos ahora dispersos, detrás de banderas comunes, de carácter "antineoliberal". Fernández considera que de lo que se trata es de "retomar la dimensión utópica", anticapitalista. Francke tiene varias propuestas, todas encaminadas a buscar superar el aislamiento en el que se encuentra actualmente la izquierda.

Pienso que Francke está en la dirección correcta. La izquierda es pequeña, está aislada, el problema es que no parece ser conciente de ello, y se muestra altanera y soberbia, excluyente (tratando de mantener la "pureza" de los principios revolucionarios), antes que incluyente. Es el viejo dilema de la izquierda: el doctrinarismo revolucionario (pocos, pero puros) o la evolución hacia un centro-izquierda social-demócrata (más, pero haciendo concesiones). Uno pensaría que después de la debacle de los últimos años se estaría más dispuesto que antes a abandonar los viejos dogmas, pero más bien parece que estos se han reforzado, alentados por los éxitos de las izquierdas en otras partes (no aquí) y por la posibilidad de reengancharse detrás de un caudillo como Ollanta Humala.

Mientras ese dilema no se resuelva, no creo que las otras propuestas avancen. Puede haber renovación generacional, pero si no hay un nuevo discurso y nuevas actitudes, tenemos "chiquiviejos". O tenemos gente joven administrando el terreno de los viejos, cosa mejor para ellos: mantienen el poder, pero se ahorran la chamba. Recordemos que Susel Paredes fue electa secretaria general del partido socialista, pero no parece haber logrado cambiar radicalmente su funcionamiento e imponer otra tónica. Si no se amplía la convocatoria, lo más que hará la izquierda es fortalecer las convicciones de los convencidos: activistas sociales y políticos anticapitalistas y utópicos, antineoliberales, pero los mismos de siempre.

De otro lado, ¿cómo definir la relación de la izquierda doctrinal con Ollanta Humala? Es un tema fundamental en el momento actual. La debilidad y el aislamiento incentiva a subirse a ese carro, pero corren el riesgo de ocupar posiciones subordinadas, y tener que tragarse sapos ajenos. Acaso sería mejor persistir en construir un espacio propio, pero no en los términos de siempre.

Termino con una idea. Algo que me parece urgente es que las fuerzas de izquierda le digan con claridad, concretamente, al país qué es lo que proponen, más allá de oponerse al "modelo actual". Antes se decía que la unidad se da en la acción, no en discusiones ideológicas y doctrinarias. Un primer paso, me parece, debería ser ese. Y esa plataforma debería ser amplia, viable, incluyente, abierta. Una modesta opinión.

Foto:

http://josetalavera.blogspot.com/2008/05/esa-otra-cumbre.html

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