Artículo publicado en La República, domingo 25 de marzo de 2012
La semana pasada comenté que tanto desde la derecha como desde la izquierda se denuncia la “captura del Estado” como explicación de los males del país. Ambos enfoques coinciden en mirar el Estado partiendo de los intereses de los grupos sociales: ellos tratarán siempre de sacar beneficios particularistas e intentarán controlar el Estado, la diferencia está en que para la primera la solución es más competencia y más mercado, mientras que para la segunda el fortalecimiento de la autoridad pública. Puesto el debate en estos términos, ideológicos y abstractos, no tiene solución. La pregunta es qué modelo es más pertinente para entender la realidad peruana actual y luego, qué es lo que necesita el país en estos momentos.
Responder estas preguntas requiere a mi juicio entender una cuestión fundamental: que precisamente porque el Estado sufre de déficits crónicos de legitimidad, tiende a desarrollar en lo interno retóricas, discursos, y a aprobar normas, regulaciones que buscan satisfacer las demandas de todos los grupos sociales; y en lo externo, a asumir como propios los consensos internacionales referidos a las “mejores prácticas” existentes. Esto tiene como consecuencia, en lo interno, que el Estado intente quedar bien con cualquier grupo que lo presione, hasta el punto en que no contravenga otros compromisos o no choque contra algún otro grupo de interés. Esto ayuda a entender por qué nuestro Estado no tiene ningún espíritu reformista, y por qué tiende a primar la inercia. Así, se aprueban los decretos de Bagua o se promueve Tía María, pero si la oposición es mucha, a ambos se les deja caer. En lo externo, esto explica que el Estado esté dispuesto a aceptar tanto la lógica liberal del libre comercio y de la promoción de la inversión, como el Convenio 169 y la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas, como la jurisdicción de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una consecuencia de todo esto es que formalidad legal resulta una herramienta muy útil de negociación política, no es para nada “letra muerta”.
En el Perú actual, diría que tenemos un Estado que si bien ha promovido una reforma de mercado, todavía tiene a darse una concentración monopólica y subsiste una cultura empresarial que busca desarrollarse mediante favores estatales. Segundo, ha quedado pendiente la reforma del Estado: esto hace que los funcionarios y la burocracia, en vez de seguir políticas de Estado, tomen decisiones en función de “no meterse en problemas”: esto, dependiendo de los casos, favorece a diversos grupos de interés, desde el gran poder económico, hasta pequeñas mafias que pululan por doquier. Afortunamente, tanto izquierdistas como liberales podrían estar de acuerdo en limitar las prácticas rentistas mediante el estímulo de la competencia y mayores capacidades de regulación. Y también en la necesidad de una reforma del Estado que construya un cuerpo de funcionarios autónomos y profesionales. En realidad, si no se avanza no es por culpa ni de la izquierda ni de la derecha, sino por la persistencia de lógicas populistas.
VER TAMBIÉN:
Ollanta: ¿metamorfosis o captura?
Sinesio López
http://www.larepublica.pe/columnistas/el-zorro-de-abajo/ollanta-metamorfosis-o-captura-25-03-2012
Continuidad I
Eduardo Dargent
http://diario16.pe/columnista/18/eduardo-dargent/1632/continuidad-i
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Hace 14 horas.
3 comentarios:
¿Qué entiende por lógica populista? Es crucial que defina eso para entender el "ethos" de su artículo.
Ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2012/03/populismo-y-personalismo-en-la-region.html
Buen Post. Me parece importante resaltar que si bien el personalismo y los programas ideológicos jugaron un papel importante en las ultimas elecciones, actualmente es mucho mas importante para el gobierno brindar beneficios directos e inmediatos y evitar confrontarse con cualquier grupo que pueda ejercer presión. Este accionar se debe a que la búsqueda de efectividad para obtener legitimidad constituye la verdadera guía de acción del gobierno. Y si bien esta lógica populista no se quiebra entre muchas razones por la debilidad de los partidos políticos, me parece que el gran problema es que aún los partidos no consiguen integrar en sus filas a "social Brokers" inmersos en diversas regiones que tienen un papel importante y decisivo en la formación de redes políticas. Por eso no me animaría a decir que Humala fue capturado por la derecha. Por lo contrario, Humala se entrego al pragmatismo dada su incapacidad para capturar estos "social brokers" y la ausencia de un partido político que lo respalde
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