Artículo publicado en La República, domingo 16 de octubre de 2016
Los primeros dos meses del gobierno estuvieron marcados por definir los términos de la relación entre ejecutivo y legislativo y las medidas de política pública más urgentes, es decir, por el voto de confianza del Consejo de Ministros y la delegación de facultades legislativas por parte del Congreso. Pero en los últimos días se han agolpado en la agenda una serie de problemas asociados a cómo lidiar con algunas pesadas herencias dejadas por el gobierno anterior y al manejo de crisis específicas: y son estas contingencias, tanto o más que las grandes decisiones de Estado y de política pública, las que determinarán el rumbo del gobierno.
- Las herencias: en un contexto de menor crecimiento y de mucha suspicacia frente a la colusión entre Estado e intereses privados, es crucial evaluar la conveniencia de continuar proyectos como la realización en Lima de los juegos panamericanos, la modernización de la refinería de Talara, la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima, del gasoducto del sur o del Museo Nacional de Arqueología en Pachacamac. Estos costosos proyectos podrían ser motivo de orgullo y un gran logro para el gobierno, pero también causa de su ruina. Nada ata al gobierno actual con el anterior, así que una evaluación muy fría debe imponerse.
- En los últimos días, la escandalosa actuación de Carlos Moreno, ex asesor en temas de salud, ha puesto la atención sobre algunos personajes muy cercanos al presidente. Por ejemplo, ¿qué papel juega Jorge Villacorta en la prevención y control de conflictos sociales, ahora que está el muy competente Rolando Luque como Jefe de la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad? En la reciente negociación entre el Estado y las comunidades nativas del río Marañón afectadas por la contaminación petrolera, es claro que su participación no suma, sino que estorba. Lo mismo podría haberse dicho, antes del escándalo de los audios, del papel de Moreno respecto al de la muy competente Ministra de Salud, Patricia García. En los últimos días, también se ha cuestionado el papel desempeñado durante la campaña electoral por el ahora congresista Gilbert Violeta, con cargos que deben ser esclarecidos, y que podrían afectar a otro asesor presidencial, José Labán, asesor en temas regionales y municipales. El gran problema con todos estos asuntos no es que comprometan al gobierno, sino que apuntan directamente al Presidente de la República. Algunos han comparado la imagen del presidente Kuczynski con la del segundo gobierno del presidente Belaunde, llamando la atención sobre la proyección de una imagen paternal o de abuelo sobre los ciudadanos, o la de un presidente dedicado a tareas muy específicas, dejando el manejo general del gobierno al activismo de sus ministros. El riesgo ahora es que el presidente pueda empezar a ser percibido como fuente de problemas para el gobierno, por la intromisión de asesores y la cercanía de “amigos” que aprovechan el poder para buscar beneficios particulares.
- Finalmente, la semana termina con la pésima noticia del fallecimiento de uno de los manifestantes en una acción de protesta frente al proyecto minero Las Bambas en Apurímac, en circunstancias todavía poco claras. El Ministro del Interior, que tiene que lidiar con los serios problemas de la seguridad ciudadana y de la reorganización de la policía, puede terminar siendo complicado por un problema asociado con el manejo de conflictos. Este lamentable suceso debe servir para que el gobierno deje muy en claro cuál es su política de manejo de conflictos y de reestablecimiento del orden público en el marco de protestas sociales.
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