Artículo publicado en La República, domingo 9 de octubre de 2016
Se usa la expresión “tocar fondo” para indicar que estamos muy mal, pero que afortunadamente en lo que viene solo queda mejorar. El Fondo Monetario Internacional acaba de publicar su boletín de perspectivas económicas para las américas, y sugiere que 2016 será el año más bajo, después de lo cual habrá mejoras; modestas, pero al menos no seguiríamos cayendo. Los precios de las materias primas que exportamos, por ejemplo, habrían detenido su caída, aunque no volveremos a los “super precios” del pasado reciente. Los países que peor la están pasado parece que, cuando menos, no se seguirán deteriorando; Brasil está empezando a ordenar sus finanzas, y en lo político el gobierno de Temer se ha estabilizado, pese a los cuestionamientos iniciales a su legitimidad. Acaba de realizarse la primera vuelta de las elecciones municipales, y tanto el PMDB como el PSDB, miembros de la actual coalición de gobierno, han obtenido más votos que hace cuatro años, en medio del desplome de la votación del PT, que perdió casi el 60% de los votos.
Venezuela sigue siendo un desastre económico, aunque en lo político las cosas sugieren que la “revolución bolivariana” está ya de salida, aunque seguirá siendo tortuosa. Si el referéndum revocatorio logra realizarse antes de enero de 2017, y como es previsible gana la oposición, podría haber nuevas elecciones; pero si ocurre después, y gana la oposición, el vicepresidente (Aristóbulo Istúriz) terminaría el periodo presidencial de Maduro, lo que implicaría elecciones a finales de 2018 y el traspaso del poder a inicios de 2019. La batalla por la fecha es crucial. Ecuador también parece haber tocado fondo en lo económico, y en lo político asistimos a los meses finales del correísmo. Las elecciones generales se realizarán en febrero del próximo año, y el exvicepresidente Lenín Moreno ya fue designado como candidato oficialista, y no es percibido como un mero títere de Correa. A diferencia de Venezuela, en la que la oposición ha logrado actuar de manera conjunta a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la oposición ecuatoriana se muestra dispersa, por lo que las encuestas sugieren que Moreno podría ganar la primera vuelta de la elección presidencial.
Un comentario especial sobre Colombia, con mejores perspectivas de crecimiento para los próximos años. A pesar del gran traspié que resultó el triunfo del “No” en el plebiscito respecto al acuerdo de paz con las FARC, las negociaciones siguen abiertas, y el reciente premio Nobel de la Paz otrogado al presidente Santos podría ayudar a llegar a un mejor acuerdo. En esta nueva negociación no solo habría que escuchar a voces como las de los expresidentes Uribe y Pastrana, también a organizaciones como Human Rights Watch, que también objetó el acuerdo inicial. Sobre el inesperado resultado a favor del “No”, parecen quedar claras algunas pistas: alta abstención entre votantes del “Sí”, y una movilización más comprometida entre los del “No”. Los primeros, acaso más concentrados entre los que han sufrido más la violencia en los últimos años, tienden a concentrarse en áreas rurales, menos significativas demográficamente y en donde la movilización para la votación es más dificil sin el funcionamiento de los aparatos partidarios tradicionales, relativamente desactivados y desarticulados en el plebiscito. Por el contrario, el voto por el “No”, más fuerte en áreas urbanas, menos golpeadas por la violencia en el último tiempo, con más peso demográfico y facilidad para movilizarse a votar, contó también con el apoyo de las estructuras vinculadas al uribismo y otros sectores.
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