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Artículo publicado en La República, domingo 24 de julio de 2010
Hemos comentado antes cómo destacamos en la región porque somos los más descontentos con el funcionamiento de la democracia y sus instituciones; recientemente algunas encuestas nos ubican a los peruanos como los menos felices de América Latina. Esto a pesar de que no somos ni el país más pobre ni el más desigual, ni el más violento de la región. Por el contrario, somos uno de los países que más ha crecido económicamente y hemos logrado reducciones importantes en los niveles de pobreza en los últimos años. Ciertamente estos logros han sido muy parciales, desiguales, lo que ayuda a explicar esta paradoja. Pero hay otra sobre la que quiero llamar la atención: la que surge de comparar las características de nuestro debate público con el desempeño de nuestro país.
De un lado, tenemos un discurso progubernamental que presenta a un país seriamente amenazado por una conspiración internacional y de agentes extremistas locales, en la que estaríamos prácticamente al borde de la reaparición de actividades terroristas. En esta óptica, todo aquel que se moviliza, protesta, reclama o cuestiona las políticas gubernamentales es visto con sospecha, tiende a ser descalificado, ridiculizado, satanizado, por su carácter “antisistema”. Y si uno cruza a la orilla contraria, encuentra un discurso en el que se está enfrentando un gobierno represivo, autoritario, depredador, “organizado para saquear y robar”. En este esquema participan el gobierno, el Congreso, el Poder Judicial, el conjunto de instituciones del Estado, las burocracias, los organismos internacionales, los empresarios, los medios de comunicación, los periodistas... desde este ángulo, cualquiera que simpatice con políticas de mercado es descalificado como parte de esa gigantesca conspiración cleptocrática. La manera en que se debaten temas como los conflictos sociales, los límites a la propiedad de la tierra o la renegociación de los contratos de exportación de gas me parece que ilustran estos vicios de nuestro debate público.
Espero que resulte obvio que ambas visiones son graves distorsiones de la realidad, y que atentan contra la posibilidad de construir una comunidad política democrática. Convertir discrepancias legítimas en descalificaciones no solo demuestran gran intolerancia, sino que además resultan totalmente innecesarias: en realidad, ni estamos enfrentando un Estado depredador, ni existen actores relevantes que planteen una vuelta al estatismo velasquista. De un lado se cae en una lógica macartista y del otro, en algo similar a lo que Albert Hirschman llamaba “fracasomanía”: pensar que si no se ha resuelto todo, no se ha resuelto nada. Ojalá que en los debates electorales puedan abrirse espacios en los que se reconozca la legitimidad de las propuestas alternativas al modelo actual, y que al mismo tiempo se aprovechen las oportunidades que se han abierto en los últimos años para avanzar hacia logros más sustantivos.
Ver también:
Domingo 20 de diciembre de 2009
Encuestas recientes
http://martintanaka.blogspot.com/2009/12/encuestas-recientes.html
Happiness
Table: The World's Happiest Countries
Francesca Levy, 07.14.10
http://www.forbes.com/2010/07/14/world-happiest-countries-lifestyle-realestate-gallup-table.html?boxes=Homepagemostpopular
(en este ranking, dentro de América Latina, entre 21 países Perú está en el puesto 19, solo encima de Cuba y Haití)
Development, Freedom, and Rising Happiness. A Global Perspective (1981–2007)
Ronald Inglehart, Roberto Foa, Christopher Peterson, and Christian Welzel
http://www.worldvaluessurvey.org/wvs/articles/folder_published/article_base_122/files/RisingHappinessPPS.pdf (de allí saqué el gráfico: como puede verse, Perú es el país con menor felicidad en América Latina de los 13 países encuestados)
Martes 20 de julio de 2010
Recursos naturales, presupuesto público y calidad de gasto
http://martintanaka.blogspot.com/2010/07/recursos-naturales-presupuesto-publico.html
El Estado predatorio
Vie, 16/07/2010
Sinesio López
http://www.larepublica.pe/el-zorro-de-abajo/16/07/2010/el-estado-predatorio
Albert Hirschman in Latin America: Notes on Hirschman´s Trilogy on Economic Development
Ana Maria Bianchi
http://www.anpec.org.br/encontro2004/artigos/A04A004.pdf
César Aira - Traducción
-
A un traductor se le están planteando todo el tiempo los pequeños grandes
problemas de la microscopía de la escritura. Yo dejé de traducir hace diez
años, ...
Hace 3 horas.
3 comentarios:
Profesor Tanaka:
En el caso de Sinesio López creo que sí hay una propuesta de alguna forma legitimada tanto entre los intelectuales como entre los actores políticos. Y consiste en buscar las condiciones “ideológicas” necesarias para la polarización del país. Lo que en un escenario electoral favorecería a Humala. No creo que se le deba de calificar como “antisistema” puesto que este discurso no va a pretender deslegitimar el sistema. No creo que esa sea la intención de López, ni la de Humala, me inclino mas bien por la hipótesis de que estos están buscando perpetuar un discurso político que finalmente no va contra la gobernabilidad del país, ni contra la creencia de que este sistema democrático es mejor que cualquier otro. El intento de hacerlos ver como antisistema es una estrategia desesperada de quienes buscan mantener un modelo económico que si bien es cierto ha demostrado generar cifras crecientes, su bonanza no se ha visto manifestada en mejoras de las condiciones de vida de la población que realmente sufre la pobreza.
A propósito la pobreza no es un problema macroeconómico, es un problema que vive la gente día a día cuando su ingreso no le alcanza para mantenerse, es un problema que no se soluciona con cifras bonitas sino en la calle, esa debería ser la meta de los economistas y demás agentes de la economía capitalista, poner la plata al alcance de la gente común y corriente, no a través de numerosas construcciones inmobiliarias, jugosas ventas de coches o suculentos banquetes. Si en eso se esta reflejando nuestro crecimiento económico, no hay duda de que seguimos atados a un modelo económico elitista y desigual.
En cuanto a este discurso político contra el modelo económico y sus efectos, creo que realmente no habría que buscarle más adjetivos que los que le corresponden: popular y progresista.
Saludos,
Jason
Señor Tanaka:
1. Esta vez coincidimos plenamente. Y ello me hace recordar el viejo debate sobre el desarrollo. ¿Es lo mismo crecimiento económico que desarrollo?
2. La experiencia nos revela que no siempre desarrollo se vincula a la riqueza de unos pocos (para el caso del Perú) o al tamaño del Estado (para el caso de China). En ambas situaciones las mayorías no participan de ese “aumento de capital”.
3. Las tesis más comunes coinciden en que el desarrollo se mide, no por arriba, sino por abajo, o sea, de qué manera los menos favorecidos dejan de serlo.
4. Y los factores más visibles para detectar un desarrollo real es cuando el Estado empieza a destinar dinero en cultura, en educación pública o en calidad de salud.
5. Sin embargo, a pesar de todos los grandilocuentes discursos (en este quinquenio que lo llamaría de “la apoteosis de la economía del mercado”) no se ve que se haya derivado la bonanza hacia ello. Un claro ejemplo son el INC o el Ministerio de Educación, quienes carecen de total interés para el gobierno y las grandes empresas.
6. Y si aún quedan dudas pues basta con ver que, aquí en Perú, no se inauguran fábricas (al contrario, se cierran) sino centros comerciales y agrupaciones de vivienda, amén de los acostumbrados negocios mineros y agrarios de toda la vida. Según el ABC del desarrollo, no hay desarrollo donde no hay industria y solo hay consumo.
7. Finalmente, nada de esto sería tan grave si no fuera por los grandes medios de comunicación, quienes se esmeran en disfrazar la realidad (como pasó con el estrado oficial del reciente desfile escolar, que tapaba las miserias de la Avenida de la Peruanidad), cosa que lleva, a la larga, a un triste despertar, cuando la propaganda del “vaso medio lleno” ya no produce el efecto deseado.
Muchas gracias.
La polarizacion que se observa en el debate sobre temas politicos, economicos o ideologicos, se da por el bajo nivel en que se desenvuelve, probablemente porque los que defienden el actual sistema se limitan a exhibir cifras, con la que pueden maquillar la realidad y por el lado de los que lo rechazan se limitan a precticar la "fracasomania", sin plantear, mas alla de un listado de buenas intenciones, alternativas reales al sistema imperante.
Si a esto le agregamos que en este debate no estan presentes los academicos y solo son protagonistas los politicos, tecnicos o periodistas, dificilmente se estableceran vasos comunicantes entre las diversas posiciones
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