martes, 22 de mayo de 2007

Escándalos y reformas políticas

Artículo publicado en Perú21, martes 22 de mayo

En los últimos días se ha discutido mucho sobre varios escándalos que involucran a congresistas, y también sobre diversas propuestas de reforma política, como la vuelta a la bicameralidad. Si me preguntaran en abstracto qué sería mejor para el Perú, el uni o el bicameralismo, respondería que lo segundo. Sin embargo, en el momento actual, tal como está planteado el debate, pienso que podemos estar igual de mal con una o dos cámaras; y algunas de las propuestas que han circulado en los últimos días resultan francamente absurdas y contraproducentes. Esto demuestra que es necesario debatir mucho más, y de manera integral, sobre estas cuestiones. En el corto plazo, creo que las reformas más urgentes son más sencillas y prácticas que la de la bicameralidad.

Los escándalos recientes con los asesores de los congresistas deberían llevar a reformas referidas a cómo elegimos a estos y, luego, a cómo funciona el Congreso. La idea general es fortalecer a los partidos y combatir el personalismo y la arbitrariedad que se deriva de este. Por ello deberíamos eliminar el voto preferencial y fortalecer la democracia interna en los partidos. Además, el Congreso debería funcionar más claramente sobre la base de comisiones y bancadas y, por lo tanto, los asesores deberían estar adscritos a estas, no a los congresistas individualmente. Y deberíamos sancionar expeditivamente faltas graves con la pérdida de la curul.

Quienes abogan por el bicameralismo han señalado que la vuelta al Senado permitiría combinar una representación regional con una nacional; y que, en esta última, los partidos podrían hacer elegir sus mejores cuadros dirigenciales. En realidad, lo que facilitaría esto último es la eliminación del voto preferencial, antes que cualquier otra cosa. De otro lado, tener una representación nacional no necesariamente exige otra cámara: podríamos tener una misma cámara electa con un criterio mixto, como sucede con los diputados en Alemania, modelo que Bolivia ha implementado en la región, por ejemplo. Y si es que los supuestamente mejores son electos nacionalmente, no es claro por qué deberíamos mandarlos a otra cámara, cuando podrían mejorar el promedio de calidad de la actual.

De otro lado, se dice que la existencia de dos cámaras permitiría que las leyes se puedan discutir más y mejor. Sin embargo, la calidad de las leyes depende ante todo de la calidad de la gente que llegue al Parlamento (para lo cual, eliminar el voto preferencial y la representación mixta ayudaría), y de la calidad del trabajo en las bancadas y comisiones, así como de su apertura a dialogar y consultar con expertos y organizaciones de la sociedad civil. Estos procesos deberían ser institucionalizados; para esto, lo que hay que cambiar es el Reglamento del Congreso.

[Imagen tomada de: http://weblogs.elearning.ubc.ca/peru/archives/029340.php]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Martin:

Coincido contigo en señalar la importancia del Reglamento del Congreso para comprender el comportamiento y performance de los parlamentarios. Hay algunas reformas que ya se han hecho, como la referida el tema de la conformación de bancadas. Quedan sin embargo bastantes puntos por tocar y, si bien se ha hablado mucho sobre el sistema de partidos, se ha observado muy poco el congreso y su reglamento, que es finalmente el marco donde los partidos llevan a cabo sus tareas.

Saludos,

Rodrigo B.