Artículo publicado en La República, domingo 14 de octubre de 2012
¿Qué pasará en Venezuela en el futuro? Dado que es imposible prever el futuro, los politólogos esbozamos escenarios posibles basados en la información disponible y así evitamos la pura especulación.
¿Qué desafíos enfrenta Chávez? El principal, a mi juicio, es la falta de una propuesta orientada al futuro: después de todas las reelecciones anteriores Chávez gobernó sobre la base de una agenda de reformas que implicaban “profundizar” la revolución: primero nueva Constitución y un amplio conjunto de reformas institucionales; luego reforma agraria, expropiaciones de tierras y política de hidrocarburos; luego política de nacionalizaciones (telefonía, electricidad) entre otros. A pesar de todas estas reformas, y a pesar de los altos precios del petróleo, el sector público enfrenta un alto déficit, un alto nivel de endeudamiento, la economía muestra un tipo de cambio notoriamente sobrevaluado y una alta inflación. Así, más que “profundizar la revolución” lo que parece estar en agenda es la necesidad de hacer ajustes y poner la casa en orden. De hecho, gran parte de la campaña de Chávez buscó plantear una suerte de plebiscito entre la continuidad y el supuesto riesgo de un reestablecimiento del “viejo orden”, pero sin muchas ideas nuevas para el futuro.
Esto en el escenario de que la salud de Chávez sea buena, y pueda gobernar hasta completar su periodo en 2019. Si tuviera impedimentos físicos hasta el cuarto año de mandato, en 2017, el recién designado vicepresidente, Nicolás Maduro, estaría obligado a convocar a elecciones. Ellas podrían ser ganadas por Capriles, si fuera nuevamente el candidato de la oposición, considerando que dentro del oficialismo no hay nadie capaz de acercarse al liderazgo de Chávez. Para evitar ese escenario, y asegurar que el vicepresidente complete el periodo de gobierno, habría que cambiar la Constitución, para lo cual podría proponerse una enmienda o reforma
constitucional que luego debería ser sometida a referéndum. Esto implica una aprobación de la Asamblea Nacional (Congreso), que inició sus funciones en enero de 2011 y llegará hasta diciembre de 2016; en la actualidad, el chavismo tiene mayoría en la asamblea, aunque no mayoría calificada.
Otra pregunta que se abre es qué pasará en Venezuela después de Chávez. El gran desafío de los regímenes políticos construidos sobre la base de liderazgos personalistas es sobrevivir la sucesión: Cuba parece estarlo logrando con Raúl Castro, pero el nivel de institucionalización política en ese país es muchísimo mayor que en Venezuela. Por lo general, desaparecido el líder, el movimiento tiende a declinar y disgregarse; ¿es posible evitarlo? De otro lado, ¿qué pasaría con el actual campo opositor? Lo mejor sería que la Mesa de la Unidad Democrática se consolide; el gran problema sería que la desarticulación del campo chavista lleve también a la desarticulación del actual campo opositor, lo que le auguraría a Venezuela un futuro de fragmentación e inestabilidad.
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