Politica Comparada
Muuuy recomendable. Ver también la página web Política comparada, con mucha información útil para los interesados en estos temas:
http://www.politicacomparada.com.ar/index.html
En la sección links, páginas personales, los colegas han tenido la generosidad de incluir este blog junto al de otros insignes colegas. Se agradece la mención.
Ya que estoy en Argentina, reproduzco un artículo de Valeria Brusco (Universidad Católica de Córdoba) sobre los conflictos recientes en ese país.
No todos somos el campo. Retenciones vs. pretensiones
Valeria Brusco
Cuando mataron a José Luis Cabezas, además de cometer un cobarde asesinato, afectaron nuestros derechos como sociedad, el derecho a la información, el derecho de tener profesionales abocados a la investigación y la difusión de entongados, mafias e ilegalidades de toda laya. Todos somos Cabezas.
En la Córdoba de hoy, donde es no es sencillo sostener una posición de este tipo, no somos todos el campo como vi que decía en un pin de una señora en la fila de la librería. Pero no solamente porque no tengamos hectáreas o porque ideológicamente no acordemos con sus demandas, sino, y mas simplemente, porque las regulaciones que afectan al campo no son de carácter constitutivo de nuestra ciudadanía, de nuestras garantías constitucionales. En todo caso, Todos somos desnutridos, todos somos analfabetos, todos somos desempleados.
Me alegra profundamente que tengamos el ‘conflicto del campo’. ¿Cuánto hacía que no se presentaban en Argentina conflictos distributivos de tal envergadura? Quizás desde los años del primer gobierno de Perón. El del campo, se resuelva para donde se resolviere nos deja, como ciudadanos, mucho mejor parados que antes.
Hemos aprendido que la discusión del reparto importa, que no se puede decir democracia sin decir conflictos y que los conflictos, la política, afectan a unos y benefician a otros. Trascurrió una década completa sin que se oyeran voces sobre a quien beneficiaban las decisiones distributivas de Menem ( al mundo financiero, el endeudamiento internacional, la importación, etc.) ni sus discrecionalidades sobre los tejes y manejes con las distribuciones a las provincias.
Hemos aprendido que los posicionamientos políticos no solo pronunciamientos que hacen personas bien vestidas y con un discurso creíble en cámara: implican decisiones sobre si se busca mejorar la industria y así generar empleo y valor agregado, o si se prefiere producir materia prima y beneficiar la tierra como factor de producción. O si se buscará privilegiar a los trabajadores o al sector financiero.
La evolución histórica indica que los países empezaron siendo productores de materia prima y luego, cuando despegaron y fueron mas justos socialmente, fueron industriales, y desarrollaron después su sector de servicios. Pero decir que todos somos el campo y decir que si al campo le va mal a todos nos va mal, es, por lo menos, ingenuo.
Es cierto que en esta coyuntura mundial, producir alimentos es una buena idea. Por supuesto, si solo produjéramos alambre, no tendríamos mucha chance de sobrevivir. Ahora, dos cosas: una; la soja no la consumimos y necesitamos otros cultivos. Necesitamos producir carne para nuestro mercado interno. ¿Por qué produciría yo leche o carne si la soja es mas rentable? Como sostiene nuestro gobernador, la soja es nuestro ‘cultivo regional’. ¿Sabrá el gobernador de Córdoba que la calidad de economía regional no tiene que ver solamente con ocupar una región, sembrar soja en los lugares donde había los últimos montes y comprar departamentos para mandar los hijos a estudiar a la ciudad de Córdoba sino con algunas otras variables?
Hay miles de consideraciones por hacer. Que el año pasado hubo errores, que no se dialogó, que no se segmentó, pero uno de los integrantes de la Mesa de Enlace admitió ayer que ‘el año pasado es cierto que hubo rentabilidad extraordinaria, pero este año, trabajamos para no desaparecer’ Muy bien muchachos, pero el ‘equívoco’ del año pasado debe servir de lección. No se puede cortar el país porque todos somos el campo y al año siguiente admitir que tenían rentabilidad excepcional.
De cualquier manera, yo celebro que nuestra democracia madure. Pero no por que apelemos a palabras a menudo vaciadas de contenido como ‘consenso’ ‘diálogo’.
Prefiero pensar que la democracia madura cuando entendemos que elegir partidos políticos implica elegir preferencias ( o pretensiones): preferencias sobre las retenciones, sobre las políticas para la industria, para los propietarios de casas, para los docentes, para los militares, los jubilados, las mujeres golpeadas, los impuestos a las ganancias, etc. Para colectivos de personas que se benefician según quien sea el que gane. Cuando hay recursos escasos, hay que repartir con algún criterio y la democracia establece que el criterio sea que se reparte según las preferencias de quien ganó. Será necesario atender mejor a las campañas políticas y exigir respuestas y promesas concretas sobre el sector de cada uno.
Mis pretensiones sobre las retenciones se traducen en una elección de partido que me represente. Mis pretensiones, señora en la cola de la librería, no coinciden con la consigna todos somos el campo.
Ver también el blog del Centro de Estudios Políticos y Sociales:
http://cepys.blogspot.com/
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