Artículo publicado en La República, domingo 11 de octubre de 2015
Hoy termina la Junta Anual de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), con delegaciones de 188 países, celebrada en Lima. Esta reunión solo se ha realizado tres veces en América Latina, en 1952 en ciudad de México, en 1967 en Río de Janeiro, y ahora en Lima. La selección de Perú como sede no es casual, es un reconocimiento al buen desempeño económico peruano de los últimos años.
Si bien es exagerado hablar de un “milagro” peruano, no se puede negar que nuestro desempeño reciente en cuanto a crecimiento ha sido notable, comparado con nuestro propio pasado inmediato y a la luz del contexto regional y mundial. Crecimos mucho más que antes, y más que los demás. Esas tasas de crecimiento además explican una importante caída en los niveles de pobreza, y una ligera disminución en nuestros niveles de desigualdad global (aunque en algunas dimensiones pueda haberse exacerbado). Aún ahora, con la desaceleración del crecimiento en todo el mundo, y mayores niveles de incertidumbre por el futuro de la economía China y el cambio en la política monetaria de los Estados Unidos, seguimos creciendo a tasas mayores que los demás. El problema es que con esos menores niveles, no será posible continuar con la reducción de la pobreza. Como dijo la Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, citando a Vallejo, “hay, hermanos, muchísimo que hacer”.
¿Qué hacer? ¿Cuál es la agenda para los próximos años? En la Junta de Gobernadores se habló de impulsar el crecimiento pero atendiendo también la desigualdad social (incluso, que mejoras en la equidad resultan beneficiosas para el crecimiento); de la necesidad de diversificar la actividad económica, para reducir la vulnerabilidad frente a los mercados internacionales; de hacer que las actividades extractivas respeten la cultura y dignidad de las comunidades afectadas por ellas; de fortalecer la institucionalidad estatal, entre otros temas. Llama poderosamente la atención lo lejanas que resultan las percepciones y las agendas domésticas respecto a cómo se mira al Perú y los temas que se discuten en el mundo.
En cuanto a la mayoría de medios de comunicación, pareciera que estas discusiones se vieran como “distracciones” respecto a los “verdaderos” (¿?) temas de interés, de nuestra pequeñita agenda local. Desde sectores de izquierda, se critica la reunión de la Junta de Gobernadores, sin reparar que allí se están planteando cosas que podrían fundamentar sus críticas al modelo de desarrollo vigente; desde sectores de derecha, se persiste en la idea de insistir en la gran inversión minera como única salida y en mirar a las protestas sociales como fruto de complot. Y en cuanto a nuestros políticos y aspirantes a candidatos a la presidencia, parecen no haberse enterado de la reunión. ¿Cuáles son sus propuestas para lograr mayores tasas de crecimiento económico y seguir reduciendo la pobreza en el nuevo contexto global? ¿Qué hay en cuanto a propuestas de construcción de capacidades institucionales?
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