Artículo publicado en La República, martes 6 de julio de 2009
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Después de los sucesos de Bagua se discute sobre la erosión del “principio de autoridad”. Dependiendo de cómo nos ubiquemos en el espectro político, tomaremos este tema más o menos en serio: a la derecha se privilegian valores como la estabilidad, el orden y el respeto a la autoridad; a la izquierda, la búsqueda del cambio, de la justicia y la igualdad. Considero que abordar estos temas desde un ángulo ideológico lleva rápidamente a callejones sin salida. Finalmente, las ideologías dependen de las preferencias, convicciones y temperamentos de cada uno. Más útil es reflexionar sobre los humores ciudadanos y qué tipo de valores resultan atractivos. En la década de los noventa, después del terrorismo y de la hiperinflación, valores de la derecha fueron muy apreciados. En la actualidad, después de años de crecimiento económico que muchos perciben que no los beneficia, valores tradicionalmente de izquierda se hacen sentir cada vez más.
Esto tiene implicancias sobre cómo enfrentar las protestas sociales. Desde la derecha se suele pensar que no se debe ceder ante la presión; desde la izquierda, que cualquier protesta es legítima y debe ser atendida. Nuevamente, me parece más provechoso evitar una mirada ideológica, y responder según lo que dicte la realidad concreta; y ella está determinada por las percepciones ciudadanas de la legitimidad de las protestas. Algunas se ven como reclamos justos de un grupo postergado, otras como la acción política de dirigencias intransigentes. En el primer caso, mostrar firmeza, enfrentar a los líderes de los movimientos de protesta, responder asegurando el mantenimiento del orden público, debilita y deslegitima a la autoridad; en el segundo, podría por el contrario ganarle simpatías. Por así decirlo, una cosa son los nativos de Bagua y otra los choferes de combi con cientos de papeletas de tránsito. Una cosa es hostigar líderes e instituciones que hacen un valioso trabajo de base, otra perseguir y sancionar a quienes asesinaron policías desarmados.
Dentro de los movimientos de protesta hay también debates respecto al tipo de liderazgos y estrategias a seguir: ¿negociación o confrontación? Es el debate que enfrentó a Santiago Manuin con Alberto Pizango, el que divide a diversos dirigentes cocaleros, o a los campesinos en Sicuani. Si la autoridad no muestra genuino interés en resolver problemas, el camino de la confrontación parece el único posible. No debería olvidarse que, según el Latinobarómetro 2008, tenemos la más baja aprobación y la más baja confianza en el gobierno; la peor evaluación del funcionamiento de las instituciones públicas; los más altos niveles de creencia de que se gobierna a favor de grupos poderosos y no del pueblo, y de que no se cumple el principio de igualdad ante la ley, de toda América Latina. Por lo mismo, desconfiamos de salidas institucionales y creemos en la participación en movimientos de protesta. Es por ello urgente recuperar la agenda post elecciones de 2006: el combate a la exclusión social como prioridad nacional.
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5 comentarios:
Hola estimados Martín, después de tiempo que vuelvo a dejarte un comentario.
Pues, creo que para usar la variable ideología dentro de este escenario de conflictos sociales, hacen que sea dificil medir si es que las movilizaciones sean ciertas o no.
El dr Tuesta nos decía que era muy dificil poder afirmar su una acción de lucha era "legítima", puesto que la variable es cualitativa, por lo tanto, muy dificil de medir porque está vinculado a la valoración.
Y al final, solo se queda con una receta conocida; pensé que proponía una herramienta cualitativa, solo nos dice que no la usemos pues genera confuciones.
En fin, ¿no le gustaría volver a dar una conferencia en san Marcos , justamente sobre este tema (conflictos sociales, aunque usted toca el tema de legitimidad)?
Está invitado, al menos queremos contar con usted.
Seis preguntas:
1) ¿En qué casos se justifica la represión como salida institucional?
2) En el Perú contemporáneo, ¿En donde se podrían incluir las reivindicaciones de los movimientos de protesta? Es decir, ¿De qué manera se verían plasmadas dichas reivindicaciones? ¿Incluir que, dónde y cómo?
3) ¿Cómo cree usted que se constituyen las relaciones políticas entre grupos subalternos y grupos poderosos, por ejemplo?
4) ¿Hasta qué punto las caracterizaciones del país representando un divorcio entre sociedad nacional y Estado tienen realmente alcances heurísticos? ¿No son acaso expresiones meramente efectistas?
5) ¿Cree usted que el estado-centrismo es un marco teórico valido en formaciones sociales con las características que usted enumera más arriba o que se condensan en explicaciones históricas que podrían tomar la forma de “República sin ciudadanos”, por ejemplo?
6) ¿Por qué no se puede hacer ciencia política “desde abajo”?
Eduardo M.
Yuki,
en efecto, determinar cuán "legítimo" es algo es muy difícil. Qué lo digan aquellos que han sido ministros del interior. Por eso hacer política es tan difícil, y las posibilidades de salir chamuscado tan altas.
Respecto a la invitación, me encantaría, pero mi problema no es falta de ganas sino falta de tiempo.
Eduardo M.:
1. La represión es necesaria para enfrentar la criminalidad, los delitos, dentro de los marcos de la ley, por supuesto. El problema es que hay delitos cernanos a las trasgresiones políticas, con lo que el ejercicio de la autoridad puede confundirse con opresión política,
lo que nos lleva nuevamente a lo difícil que es evaluar estos asuntos.
2. No entiendo la pregunta.
3. Idem.
4. Es una frase general, a la que se le debe dar contenido específico, de acuerdo.
5. No entiendo bien. En todo caso, "estado-centrismo" y "República sin ciudadanos" son conceptos muy distintos y poco comparables entre sí, me parece.
6. No sé a qué se refiere con "ciencia política desde abajo". Si se refiere a estudiar temas asociados a sectores populares, excluídos, subalternos, es perfectamente posible: están los trabajos sobre cultura política popular, protesta y acción, colectiva, clientelismo, etc., etc.
Podria indicar sus fuentes o dar algunos links de donde deduce esto
"negociación o confrontación? Es el debate que enfrentó a Santiago Manuin con Alberto Pizango, el que divide a diversos dirigentes cocaleros, o a los campesinos en Sicuani"
No estaba Manuin liderando la protesta en Bagua?
Anónimo: me baso en conversaciones con personas que trabajan o han estado en esos lugares, o que participan en mesas de diálogo con esos actores.
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