Hace más de dos años, en este blog hablé del “efecto Salmón”, a propósito de varios posts de Silvio Rendón sobre lo que él llama el “síndrome Romerito”. Al respecto ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2006/12/el-efecto-salmn-otra-charla-de-caf.html
http://grancomboclub.com/2006/12/el-sndrome-romerito-i.html
http://grancomboclub.com/2006/12/el-sndrome-romerito-ii.html
http://grancomboclub.com/2006/12/el-sndrome-romerito-iii_15.html
http://grancomboclub.com/2006/12/el-sndrome-romerito-iv-y-ltima-por.html
En resumen, Silvio habla del “síndrome Romerito” para referirse a una suerte de “tentación del fracaso” para usar el elocuente título de Ribeyro, que acecha la identidad peruana. “Casi” ganamos el título mundial, pero perdimos. Yo pienso más bien que Romerito perdió, como ha dicho Kike Pérez en más de una ocasión, porque le faltó “esquina”: seguramente sobraba criollada, pero faltaba profesionalismo, acompañamiento, un buen equipo que estuviera con él. En otras palabras, para llegar lejos, no se puede estar solo, uno necesita el apoyo de otros: por eso usé el símil de los salmones. La sobrevivencia está asociada al número. Mientras haya más gente haciendo más cosas alrededor, las posibilidades de apoyarse en otros son mayores, y también las posibilidades de éxito. Hay que ser un buen boxeador, pero también necesitas un buen preparador físico, un buen entrenador, un buen representante, buenos dirigentes deportivos, etc.
Después del campeonato mundial de Kina Malpartida, vale la pena volver a este debate. Está hecho en un tono ligero, pero en realidad estamos hablando de algo muy importante, que es cómo entendemos la peruanidad. Ver también:
http://utero.pe/2009/02/24/%c2%bfque-es-ser-peruano/
A ver: creo que es momento de hablar no sólo del “efecto salmón”, sino también del caballo de Troya. Esta metáfora ya la usaron Jürgen Golte y Norma Adams para referirse a las estrategias de los migrantes andinos en Lima (Los caballos de Troya de los invasores: estrategias campesinas en la conquista de la gran Lima. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1987). Los autores relatan cómo los migrantes andinos en Lima siguen una estrategia según la cual primero un grupo pequeño de avanzados se asienta discretamente en algún lugar, y luego, “van trayendo” poco a poco a familiares y paisanos. No se puede, o es muy difícil, migrar así no más, sin tener el apoyo de otros que ya han llegado antes.
Lo que quiero decir es que para avanzar en la vida y conseguir algunas metas, a veces se requiere que mucha gente junta intente lo mismo, camine en la misma dirección, y que vaya ascendiendo de abajo hacia arriba, por así decirlo; pero en otras ocasiones, cuando las condiciones son muy complicadas, una mejor estrategia es que un pequeño grupo, una elite, se adelante, ingrese discretamente a los centros de poder, sin llamar mucho la atención, y gracias a las ventajas que tiene estar adentro vayan ayudando a los que están afuera: ya sea para hacerlos entrar también, como para transferir recursos de todo tipo del centro a la periferia. Podría decirse que primero suben unos, y esos jalan a los que están más abajo.
Digamos que Romerito perdió porque estaba muy solo: era un buen boxeador, pero no tenía buena esquina. Tal vez Kina Malpartida ganó porque, además, de ser buena, tenía buena esquina. Y esa buena esquina, el apoyo profesional que requería para avanzar, no lo tenía en el Perú. Por ello tuvo que conseguirlo en Australia y en los Estados Unidos. La anécdota de que con pasaporte peruano no consiguió visa para poder pelear en los Estados Unidos, y que por ello tuvo que sacar pasaporte australiano es muy elocuente. Peleó con una bandera de Australia: no importa. Lo importante es que su triunfo puede ser útil para los deportistas peruanos.
Creo que algo parecido se puede decir de Claudia Llosa: su éxito también puede ser leído como fruto de la iniciativa de un grupo de adelantados. Lo que no consiguieron aquí lo consiguieron fuera. No importa: su éxito puede abrir puertas y dar oportunidades a más peruanos. Cuando hablamos de los futbolistas peruanos usamos ideas parecidas: es muy bueno para el fútbol peruano que algunos salgan a jugar a clubes importantes. Su desarrollo está asociado a salir, por lo menos un tiempo. Mientras más jugadores salgan, todos ganarán: la selección, los clubes, los jugadores, el campeonato local, los hinchas... Hablando desde una experiencia personal, yo salí a hacer una maestría y un doctorado, es lo más lógico y natural: buscamos afuera lo que no tenemos dentro del país, y eso es bueno para el país a la larga.
No deberíamos sorprendernos de esto. Primero, todos los migrantes han seguido esa estrategia siempre, y podríamos decir que es muy común en un país como el nuestro. Del campo a la ciudad, de la provincia marginal a la capital de la provincia, de la provincia a la capital, de Lima a países del extranjero. Hoy hay más de dos millones y medio de peruanos en el extranjero. Los que están afuera jalan a parientes y amigos; o mandan plata y apoyan de muchas maneras a su gente. El éxito de ellos ayuda a todos los demás. Por eso como peruano celebro los logros de Claudia Llosa y Kina Malpartida, aun cuando sean más individuales que colectivos, y más fruto de un buen aprovechamiento de las posibilidades que tiene el estar afuera, no de buenas condiciones dentro del país. No estamos ante casos de personas que se integran al nuevo entorno y se olvidan de sus raíces. Estamos antes personas que reivindican sus orígenes. Si aprovechamos la oportunidad, ellas pueden ser adelantadas que abran puertas para otros.
Yo mismo estoy escribiendo ahora en los Estados Unidos, donde estoy por unos meses. Y espero que lo que aprenda y consiga aquí sirva también a mis colegas, a mis estudiantes, a mis lectores. Con suerte, con cada vez más "adelantados" en caballos de Troya, a la larga haya cada vez más salmones, y cada vez más éxitos y avances para todos en todas las áreas en el país.
Lo último: por supuesto, estamos hablando de estrategias defensivas a las que la gente recurre porque tenemos un Estado que hace muy poco o esfuerzos muy insuficientes por la educación, la cultura, las artes, el deporte, la ciencia, el desarrollo tecnológico, la investigación, etc. Por eso algo no suena bien cuando las autoridades públicas festejan como propios logros individuales en esas áreas sin proponerse hacer algo por apoyarlas, o cuando esos individuos hacen a las autoridades públicas partícipes de sus logros, sin aprovechar su visibilidad para llamar la atención sobre la necesidad de más apoyo. Al respecto ver el artículo "Juan Diego Flórez, casado", de Víctor Vich:
http://www.revistargumentos.org.pe/index.php?fp_verpub=true&idpub=65
Aldo Oliva - Caza mayor
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La verdad nunca tuve entera fe en los pájaros.Quedé niño de honda en
tensión testimoniandofestivales y duras conjeturas,asedios, pedradas e
iluminacionesen...
Hace 18 horas.