No perder de vista a las regiones... aquí un excelente informe de Paulo Vilca, tomado de la página de Servicios Educativos Rurales (SER).
Caciquismo político y discurso étnico en el Altiplano
Lunes 19 de marzo de 2007
Paulo C. Vilca Arpasi
Coordinador Oficina SER- Puno
La victoria de Hernán Fuentes Guzmán en las elecciones regionales de noviembre del año pasado, puede percibirse como el inicio de una nueva etapa política en el altiplano, y pone en evidencia los cambios políticos, sociales y económicos que han ocurrido en los últimos años. Entender esta nueva realidad es una tarea pendiente, y para ello es necesario tener en cuenta algunos elementos que forman parte del contexto político puneño actual.
El estilo “Fuentes” de gobierno
Pasados dos meses y medio del inicio de una nueva gestión regional, no ha existido semana en la que los medios de comunicación no informen sobre entredichos, acusaciones y denuncias referidas a diversos hechos del quehacer político en la región.
Como diría el mismo presidente regional, nos encontramos ante un “nuevo” estilo de gobierno, que presenta entre otras, las siguientes características:
-Presencia de un discurso “antaurista” y nacionalista.
-El uso de una emisora particular (Radio Perú), para comunicar las decisiones políticas y “mantener el contacto con el pueblo”, al mejor estilo del presidente venezolano Hugo Chávez.
- Formación del Frente Amplio Nacionalista – FAN, movimiento político que busca articular a agrupaciones con posiciones que también comparten un discurso extremista.
-Surgimiento del grupo Frente Andino Revolucionario – FAR, que reivindica la toma de acciones concretas para “poner orden y disciplina popular en el gobierno regional”; frente a un supuesto “plan de la derecha neoliberal de generar y provocar mayor caos y desorden”. Es liderado por Isauro Fuentes Guzmán, hermano del presidente.
-Una política de “relaciones exteriores” en dos niveles. El primero intenta presentar la existencia de coordinaciones con otros gobiernos como el venezolano, boliviano, ecuatoriano y cubano. El segundo nivel busca la articulación con movimientos político-sociales continentales como la Coordinadora Continental Bolivariana, con la cual se desarrolló la Misión Milagro – Delegación Perú que comprendió jornadas de atención médica oftalmológica denominadas Campañas de Solidaridad Bolivariana, y además está la presencia de personajes como el político boliviano Felipe Quispe, más conocido como el Mallku, que estuvo en la región hace algunas semanas.
-Visitas constantes a poblaciones rurales de la región, como si aún se encontrara en campaña electoral, a fin de buscar apoyo a la gestión frente a eventuales conflictos de gobernabilidad.
-Relación conflictiva con el vicepresidente Mauro Justo Vilca, evidenciando la búsqueda de protagonismo político de ambos.
-Enfrentamiento con el Consejo Regional. Aunque los últimos días se habría llegado a un acuerdo con la mayoría de consejeros, las manifestaciones del presidente regional han tenido como objetivo buscar el desprestigio de dicha instancia y deslegitimar su capacidad de actuación política.
Sin embargo, más allá del discurso radical, no parece existir una propuesta programática clara ni un plan de gobierno que recoja lo que el presidente regional comunica al pueblo todos los días a través de su emisora.
En realidad, más que novedad, el estilo “Fuentes” de gobierno muestra características similares a la actuación política de la larga lista de caciques que han aparecido en nuestra historia, y que buscaban capitalizar el descontento popular.
El proyecto Aymara
El panorama político regional no tiene como único protagonista al presidente Fuentes, aunque seguramente éste quisiera creer que es así. Desde hace algún tiempo, al sur de la región, se viene consolidando un discurso donde lo Aymara se presenta como posibilidad nacional. Aunque no existe una posición unitaria entre sus ideólogos ni operadores, la conformación de la Unión de Municipalidades Aymaras – UMA, así como la realización del foro de la Nación Aymara en la ciudad de Ilave el día jueves, con la participación de representantes de diferentes tendencias aymaristas, son muestras concretas de una apuesta política con base étnica.
A pesar de que el futuro y viabilidad de la propuesta aymara no se encuentran definidos, lo que sí parece irreversible es el surgimiento de un discurso que va ganando más adeptos cada día, y con ello, la aparición de actores cuya importancia política se verá pronto.
En tal sentido, y más allá de la posición particular que podamos tener con respecto a dicha propuesta, el reto, tanto para quienes pretenden dirigirla como para aquellos que la acompañan e inclusive para quienes no la comparten, está en que lo indígena y las reivindicaciones étnicas se incorporen al sistema por cauces democráticos.
Descontento en Puno
A este escenario, se suma la inacción del Estado en sus diferentes niveles frente a un problema apremiante como es el de la explotación minera informal de Ananea y La Rinconada que viene contaminando desde hace varios años la cuenca del río Ramis, afectando a las comunidades campesinas aledañas e inclusive a sectores cada vez más grandes del Lago Titicaca. Pese a la conformación de sucesivas comisiones y promesas de solución, hasta el momento ninguna entidad estatal ha tomado medidas concretas, lo cual, por supuesto, genera un espacio posible para el surgimiento de conflictos sociales.
Junto a este tema, se encuentran otros como: la problemática cocalera de los valles de San Gabán y Alto Inambari; la presencia de una economía articulada al contrabando; la desarticulación social producida por el fin del ciclo histórico que tuvo como protagonista a la Iglesia del Sur Andino; la reaparición de conflictos a nivel municipal (en protesta por el aumento de dietas y remuneraciones de las autoridades ediles y disputas sin resolver como resultado del proceso electoral del año pasado); y sobretodo la inmensa pobreza que existe desde los límites de Desaguadero en la frontera con Bolivia, hasta los valles selváticos del Bahuaja Sonene.
Como podemos ver, son varios los hechos que podrían generar crisis de gobernabilidad en Puno, y en este contexto, la presencia de caciques políticos con discursos radicales no es extraña. Éstos creen que pueden manipular el descontento popular, pero olvidan que apenas forman parte de una larga lista de supuestos líderes que siempre se presentan como los único capaces de promover el verdadero cambio, aunque todos acaban siendo dejados de lado por la “masa” a la que dicen representar y que les presta su adhesión en tanto dure el entusiasmo por sus reivindicaciones.
Más que supuestos líderes que conduzcan al pueblo según su criterio particular, lo que Puno necesita es una elite preparada, comprometida, con identidad regional y la voluntad política clara de impulsar nuestro desarrollo. En tanto ésta no exista, seguiremos yendo a la deriva y desperdiciando nuestras oportunidades.
Tomado de: http://www.ser.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=339&Itemid=130
Ver también el último número de la revista Cabildo abierto, también del SER: http://www.ser.org.pe/components/com_remository/docs/CAT_REV_Cabil_415.pdf
Caciquismo político y discurso étnico en el Altiplano
Lunes 19 de marzo de 2007
Paulo C. Vilca Arpasi
Coordinador Oficina SER- Puno
La victoria de Hernán Fuentes Guzmán en las elecciones regionales de noviembre del año pasado, puede percibirse como el inicio de una nueva etapa política en el altiplano, y pone en evidencia los cambios políticos, sociales y económicos que han ocurrido en los últimos años. Entender esta nueva realidad es una tarea pendiente, y para ello es necesario tener en cuenta algunos elementos que forman parte del contexto político puneño actual.
El estilo “Fuentes” de gobierno
Pasados dos meses y medio del inicio de una nueva gestión regional, no ha existido semana en la que los medios de comunicación no informen sobre entredichos, acusaciones y denuncias referidas a diversos hechos del quehacer político en la región.
Como diría el mismo presidente regional, nos encontramos ante un “nuevo” estilo de gobierno, que presenta entre otras, las siguientes características:
-Presencia de un discurso “antaurista” y nacionalista.
-El uso de una emisora particular (Radio Perú), para comunicar las decisiones políticas y “mantener el contacto con el pueblo”, al mejor estilo del presidente venezolano Hugo Chávez.
- Formación del Frente Amplio Nacionalista – FAN, movimiento político que busca articular a agrupaciones con posiciones que también comparten un discurso extremista.
-Surgimiento del grupo Frente Andino Revolucionario – FAR, que reivindica la toma de acciones concretas para “poner orden y disciplina popular en el gobierno regional”; frente a un supuesto “plan de la derecha neoliberal de generar y provocar mayor caos y desorden”. Es liderado por Isauro Fuentes Guzmán, hermano del presidente.
-Una política de “relaciones exteriores” en dos niveles. El primero intenta presentar la existencia de coordinaciones con otros gobiernos como el venezolano, boliviano, ecuatoriano y cubano. El segundo nivel busca la articulación con movimientos político-sociales continentales como la Coordinadora Continental Bolivariana, con la cual se desarrolló la Misión Milagro – Delegación Perú que comprendió jornadas de atención médica oftalmológica denominadas Campañas de Solidaridad Bolivariana, y además está la presencia de personajes como el político boliviano Felipe Quispe, más conocido como el Mallku, que estuvo en la región hace algunas semanas.
-Visitas constantes a poblaciones rurales de la región, como si aún se encontrara en campaña electoral, a fin de buscar apoyo a la gestión frente a eventuales conflictos de gobernabilidad.
-Relación conflictiva con el vicepresidente Mauro Justo Vilca, evidenciando la búsqueda de protagonismo político de ambos.
-Enfrentamiento con el Consejo Regional. Aunque los últimos días se habría llegado a un acuerdo con la mayoría de consejeros, las manifestaciones del presidente regional han tenido como objetivo buscar el desprestigio de dicha instancia y deslegitimar su capacidad de actuación política.
Sin embargo, más allá del discurso radical, no parece existir una propuesta programática clara ni un plan de gobierno que recoja lo que el presidente regional comunica al pueblo todos los días a través de su emisora.
En realidad, más que novedad, el estilo “Fuentes” de gobierno muestra características similares a la actuación política de la larga lista de caciques que han aparecido en nuestra historia, y que buscaban capitalizar el descontento popular.
El proyecto Aymara
El panorama político regional no tiene como único protagonista al presidente Fuentes, aunque seguramente éste quisiera creer que es así. Desde hace algún tiempo, al sur de la región, se viene consolidando un discurso donde lo Aymara se presenta como posibilidad nacional. Aunque no existe una posición unitaria entre sus ideólogos ni operadores, la conformación de la Unión de Municipalidades Aymaras – UMA, así como la realización del foro de la Nación Aymara en la ciudad de Ilave el día jueves, con la participación de representantes de diferentes tendencias aymaristas, son muestras concretas de una apuesta política con base étnica.
A pesar de que el futuro y viabilidad de la propuesta aymara no se encuentran definidos, lo que sí parece irreversible es el surgimiento de un discurso que va ganando más adeptos cada día, y con ello, la aparición de actores cuya importancia política se verá pronto.
En tal sentido, y más allá de la posición particular que podamos tener con respecto a dicha propuesta, el reto, tanto para quienes pretenden dirigirla como para aquellos que la acompañan e inclusive para quienes no la comparten, está en que lo indígena y las reivindicaciones étnicas se incorporen al sistema por cauces democráticos.
Descontento en Puno
A este escenario, se suma la inacción del Estado en sus diferentes niveles frente a un problema apremiante como es el de la explotación minera informal de Ananea y La Rinconada que viene contaminando desde hace varios años la cuenca del río Ramis, afectando a las comunidades campesinas aledañas e inclusive a sectores cada vez más grandes del Lago Titicaca. Pese a la conformación de sucesivas comisiones y promesas de solución, hasta el momento ninguna entidad estatal ha tomado medidas concretas, lo cual, por supuesto, genera un espacio posible para el surgimiento de conflictos sociales.
Junto a este tema, se encuentran otros como: la problemática cocalera de los valles de San Gabán y Alto Inambari; la presencia de una economía articulada al contrabando; la desarticulación social producida por el fin del ciclo histórico que tuvo como protagonista a la Iglesia del Sur Andino; la reaparición de conflictos a nivel municipal (en protesta por el aumento de dietas y remuneraciones de las autoridades ediles y disputas sin resolver como resultado del proceso electoral del año pasado); y sobretodo la inmensa pobreza que existe desde los límites de Desaguadero en la frontera con Bolivia, hasta los valles selváticos del Bahuaja Sonene.
Como podemos ver, son varios los hechos que podrían generar crisis de gobernabilidad en Puno, y en este contexto, la presencia de caciques políticos con discursos radicales no es extraña. Éstos creen que pueden manipular el descontento popular, pero olvidan que apenas forman parte de una larga lista de supuestos líderes que siempre se presentan como los único capaces de promover el verdadero cambio, aunque todos acaban siendo dejados de lado por la “masa” a la que dicen representar y que les presta su adhesión en tanto dure el entusiasmo por sus reivindicaciones.
Más que supuestos líderes que conduzcan al pueblo según su criterio particular, lo que Puno necesita es una elite preparada, comprometida, con identidad regional y la voluntad política clara de impulsar nuestro desarrollo. En tanto ésta no exista, seguiremos yendo a la deriva y desperdiciando nuestras oportunidades.
Tomado de: http://www.ser.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=339&Itemid=130
Ver también el último número de la revista Cabildo abierto, también del SER: http://www.ser.org.pe/components/com_remository/docs/CAT_REV_Cabil_415.pdf
2 comentarios:
¿Y como encajaria en este esquema la crisis de la Iglesia del Sur Andino?
Hace unos posts discutiamos sobre el racismo y la discriminacion y varios comentaristas señalaban que era el deber de las poblaciones discriminadas o marginadas se organizaran y reclamaran sus derechos, ahora de pronto todos se preocupan por que la gente se organize alrededor de su identidad aymara. Obviamente es preocupante que sean manipulados por caudillos, pero el hecho mismo de que se organizen no es negativo, la cuestion es que se canalize de forma democratica.
Otro punto controversial es que la iglesia progresista de Puno no esta llegando al fin de su "ciclo natural" como hace aparecer el comentarista, esta siendo acosada por la iglesia jerarquica y conservadora. La gente tiene derecho a defender la forma como quiere ejercer su religion y eso es lo que estan haciendo defendiendo el espacio que han creado dentro de la Iglesia.
Amazilia
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