domingo, 4 de marzo de 2007

Sobre la "mejor foto de 2006", según World Press


Hace días quería hacer un comentario sobre esta foto, pero no tuve tiempo: la anécdota detrás de ella es tremendamente ilustrativa de cómo operan los prejuicios, los estereotipos, los esquemas de lo "políticamente correcto", la proclividad hacia el discurso de denuncia política, para limitar la comprensión de la realidad.

Ya conocerán la anécdota. World Press eligió esta foto como la mejor del 2006: mostraría elocuentemente cómo la privilegiada burguesía cristiana y suní en el Líbano es totalmente insensible ante la tragedia de los chiítas, al punto que hacen "turismo de catástrofe", de manera impúdicamente exhibicionista. El fotógrafo Spencer Platt tomó la foto, sin conversar con los chicos del auto, la envió a su agencia, ésta la presentó al concurso, ganó, y la foto dio la vuelta al mundo. Es recién cuando Bissan Maroun, una de las chicas de la foto, se enteró del asunto.

El asunto es que nada de lo que parece en realidad es. Bissan vive en los suburbios de Beirut, Dahiye, en una zona también bombardeada. Durante los ataques israelíes, ella, con sus hermanos, se refugió en Hamra. Allí conocieron dos chicas más. El 15 de agosto, durante un cese del fuego, regresaron a sus casas para saber si seguían en pie. El hermano consiguió el auto prestado de su novia, que trabaja en una ONG libanesa que ayuda a gente desplazada; hacía mucho calor, así que quitaron el techo del convertible. En camino hacia su departamento, les tomaron la foto. Al llegar, encontraron su casa con los vidrios y los muebles rotos, como consecuencia de los bombardeos. Lo siguiente que supieron meses después es que aparecían en la foto ganadora de World Press, como ilustración de la insensibilidad de los privilegiados ante el dolor de los afectados.

En realidad, la foto es una muestra elocuente de cómo funcionan los estereotipos políticos; de cómo la primera versión equivocada de las cosas se difunde más, y mucho menos la aclaración y la verdad, que viene después de las primeras impresiones; de cómo la guerra en el Líbano (la vida en general) no tiene bandos de buenos y malos claramente delimitados; cómo las víctimas se encuentran por doquier.

Otro tema para mí crucial es cuán diferente puede ser la lectura de la evidencia, dependiendo del marco interpretativo en el cual se inserta. Desde la visión prejuiciosa, se trata de niños ricos con ropas costosas en un costoso convertible, totalmente insensibles. En realidad, se trata de chicos de clase media, en un carro prestado, angustiados por saber si su casa fue afectada o no por los bombardeos. Y se trata de la misma foto.

"It was about 1:00 p.m. and the young people were just on their way to their apartment when the photographer Spencer Platt spotted the orange convertible from the corner of his eye. He told CNN that he spontaneously raised his camera and pressed the shutter four or five times. Most of the pictures didn't turn out, he said, because some one walked into them. He admitted that the award-winning picture was the only one he could use. He never spoke to the five young people. Now he's sorry his photo has caused them so much trouble, saying he never meant to use it to make a political statement".

[Ver nota en: http://www.spiegel.de/international/0,1518,469070,00.html ;
ver también http://www.elpais.com/articulo/reportajes/verdadera/historia/foto/ano/
elpepusocdmg/20070225elpdmgrep_5/Tes]

1 comentario:

A-polítik dijo...

La coincidencia es extraña... Hace mucho que también quería comentar esta foto, pero aparentemente me quitaste las palabras.

Y es cierto, la primera impresión se lleva todo el crédito: esa primera impresión prejuiciosa que deja la verdad bajo un velo oscuro... Gracias por la aclaración de aquellas circunstancias en las que la foto fue tomada. Al menos el velo es ahora menos oscuro, para algunos.