jueves, 29 de marzo de 2012

Argumentos, año 6, n° 1, marzo 2012

Salió el último número de Argumentos, con una colaboración de este servidor, dedicada a Carlos Franco. Creo que el número está interesante, saludos.

Coyuntura

Impacto de la crisis económica en los sistemas políticos europeos: reflexiones desde el caso español
Jorge Morel

La democracia en el Perú a 20 años del 5 de abril

“Todavía somos una sociedad post-Fujimori”
Entrevista a Julio Cotler por Jorge Aragón y Rodrigo Barrenechea

“Aquí las personas cambian, teniente, nunca las cosas”: una reflexión sobre la política peruana actual desde una perspectiva institucional
Yusuke Murakami

El Congreso está abierto
Jorge Valladares

El nacimiento del bicéfalo: reflexiones en torno al 5 de abril y su sentido para el fujimorismo
Adriana Urrutia

Violencia y memorias en conflicto

“Aunque no lo hemos vivido”: memoria, transmisión y educación
Ponciano del Pino y Sebastián Muñoz-Najar

El proyecto posmemorial de Coravip. Inversión imaginativa y negociación intergeneracional en una organización de afectados de Ayacucho
Sebastián Muñoz-Nájar Gálvez

Cultura y sociedad

“Conga no va”, “Conga no se va”: sentimiento y resentimiento carnavalesco en Cajamarca
Julio Vargas

Crítica y Reseña

Carlos Franco, el realismo desencantado (y su amor por el Perú)
Martín Tanaka
http://www.revistargumentos.org.pe/carlos_franco.html

El tiempo de los intentos: intervención a propósito de la presentación del libro "Apogeo y crisis de la Izquierda peruana"
Anahí Durand

El número completo se puede ver aquí:
http://www.revistargumentos.org.pe/

domingo, 25 de marzo de 2012

La “captura” del Estado (2)

Artículo publicado en La República, domingo 25 de marzo de 2012

La semana pasada comenté que tanto desde la derecha como desde la izquierda se denuncia la “captura del Estado” como explicación de los males del país. Ambos enfoques coinciden en mirar el Estado partiendo de los intereses de los grupos sociales: ellos tratarán siempre de sacar beneficios particularistas e intentarán controlar el Estado, la diferencia está en que para la primera la solución es más competencia y más mercado, mientras que para la segunda el fortalecimiento de la autoridad pública. Puesto el debate en estos términos, ideológicos y abstractos, no tiene solución. La pregunta es qué modelo es más pertinente para entender la realidad peruana actual y luego, qué es lo que necesita el país en estos momentos.

Responder estas preguntas requiere a mi juicio entender una cuestión fundamental: que precisamente porque el Estado sufre de déficits crónicos de legitimidad, tiende a desarrollar en lo interno retóricas, discursos, y a aprobar normas, regulaciones que buscan satisfacer las demandas de todos los grupos sociales; y en lo externo, a asumir como propios los consensos internacionales referidos a las “mejores prácticas” existentes. Esto tiene como consecuencia, en lo interno, que el Estado intente quedar bien con cualquier grupo que lo presione, hasta el punto en que no contravenga otros compromisos o no choque contra algún otro grupo de interés. Esto ayuda a entender por qué nuestro Estado no tiene ningún espíritu reformista, y por qué tiende a primar la inercia. Así, se aprueban los decretos de Bagua o se promueve Tía María, pero si la oposición es mucha, a ambos se les deja caer. En lo externo, esto explica que el Estado esté dispuesto a aceptar tanto la lógica liberal del libre comercio y de la promoción de la inversión, como el Convenio 169 y la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas, como la jurisdicción de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una consecuencia de todo esto es que formalidad legal resulta una herramienta muy útil de negociación política, no es para nada “letra muerta”.

En el Perú actual, diría que tenemos un Estado que si bien ha promovido una reforma de mercado, todavía tiene a darse una concentración monopólica y subsiste una cultura empresarial que busca desarrollarse mediante favores estatales. Segundo, ha quedado pendiente la reforma del Estado: esto hace que los funcionarios y la burocracia, en vez de seguir políticas de Estado, tomen decisiones en función de “no meterse en problemas”: esto, dependiendo de los casos, favorece a diversos grupos de interés, desde el gran poder económico, hasta pequeñas mafias que pululan por doquier. Afortunamente, tanto izquierdistas como liberales podrían estar de acuerdo en limitar las prácticas rentistas mediante el estímulo de la competencia y mayores capacidades de regulación. Y también en la necesidad de una reforma del Estado que construya un cuerpo de funcionarios autónomos y profesionales. En realidad, si no se avanza no es por culpa ni de la izquierda ni de la derecha, sino por la persistencia de lógicas populistas.

VER TAMBIÉN:

Ollanta: ¿metamorfosis o captura?
Sinesio López
http://www.larepublica.pe/columnistas/el-zorro-de-abajo/ollanta-metamorfosis-o-captura-25-03-2012

Continuidad I
Eduardo Dargent
http://diario16.pe/columnista/18/eduardo-dargent/1632/continuidad-i

domingo, 18 de marzo de 2012

La “captura” del Estado

Artículo publicado en La República, domingo 18 de marzo de 2012

En los últimos tiempos se comenta mucho sobre la “captura” del Estado. El término se refiere a una situación en la cual grupos con intereses específicos logran controlar el proceso de toma de decisiones de las autoridades públicas para obtener beneficios particulares, pasando por encima del interés general de la sociedad. Según la encuesta Latinobarómetro, el Perú es uno de los países de la región en los que más se cree que se gobierna a favor de grupos poderosos y no del pueblo. Lo contrario a un Estado capturado sería un Estado “autónomo”, con un cuerpo de funcionarios profesionales de carrera, que toman decisiones siguiendo políticas definidas tanto por criterios técnicos basados en evidencia como por los resultados de la deliberación y el debate público.

Tanto desde la izquierda como desde la derecha se denuncia la captura del Estado como explicación central de los males del país, pero cada quien le asigna contenidos diferentes. En los trabajos de Francisco Durand o Sinesio López, por ejemplo, se señala que el modelo neoliberal ha debilitado las funciones reguladoras del Estado y ha favorecido los intereses de los grandes grupos de poder económico nacionales y extranjeros (afincados principalmente en la banca y el sistema financiero, las mineras, medios de comunicación, provisión de servicios), precisamente por la influencia y el poder de los mismos, en desmedro de la población más necesitada. Desde esta perspectiva, habría que poner en la mira a sectores que caen recurrentemente en conflictos de interés, mediante el uso del mecanismo de “puertas giratorias”, que los hace pasar de la defensa de intereses privados a cargos de responsabilidad pública, para luego pasar a ser formadores de opinión en medios, y así sucesivamente.

Por el contrario Jaime de Althaus y otros argumentan que la preeminencia que se obtiene respetando las reglas de competencia en el mercado sería enteramente legítima. El problema estaría en obtener privilegios indebidos gracias al control del Estado (el “mercantilismo” de Hernando de Soto), donde la intervención estatal es precisamente la fuente de los problemas. Así, sería con el modelo vigente hasta las reformas de la década de los años noventa que el Estado estaba capturado por intereses particularistas, mientras que la adopción de mecanismos de mercado le habría permitido contar con más autonomía. Desde este ángulo, sectores del Estado estarían todavía capturados en tanto la lógica de la competencia no se ha introducido, por intereses particularistas que se oponen a las necesarias reformas pendientes. Así, a quienes habría que poner en la mira es a aquellos sectores que gozan de tratos especiales por parte del Estado, como exoneraciones tributarias, subsidios o regímenes especiales, o a quienes se resisten a la introducción de criterios meritocráticos dentro de la administración pública (cuestión especialmente crítica en áreas como la educación y la salud).

¿Cómo caracterizar correctamente la naturaleza del Estado en el Perú actual? Seguiremos la próxima semana.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Democracia sin partidos, en línea

Está disponible en línea un trabajo mío cuya edición lleva un buen tiempo agotada, Democracia sin partidos. Perú, 2000-2005. Los problemas de representación y las propuestas de reforma política (Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 2005, 144 p.).

El índice del texto:

RESUMEN 9

INTRODUCCIÓN 11

I. LOS LÍMITES DE UNA DEMOCRACIA SIN PARTIDOS: DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN POLÍTICA ACTUAL EN PERSPECTIVA COMPARADA 19

El fujimorismo, su caída y la transición al gobierno de Alejandro Toledo 20
El gobierno de Alejandro Toledo: la rápida erosión de la legitimidad presidencial y los límites de la oposición 28
La apertura como remedio a los males del régimen político 42
El reformismo institucional en los países andinos como respuesta a los problemas de legitimidad política 54

II. LAS PROPUESTAS DE REFORMA POLÍTICA: ¿REMEDIOS PEORES QUE LAS ENFERMEDADES? 81

La "necesidad" de una reforma política en el Perú 82
¿Cuál es el problema del sistema político en el Perú? 96
La debilidad de los partidos. ¿Qué se puede hacer para mejorar la representación política? 118

BIBLIOGRAFÍA 131

RESUMEN

"EN ESTE TRABAJO, estudio la dinámica política del país durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo, y evalúo la conveniencia de las principales propuestas de reforma del régimen político y del sistema electoral lanzadas con el ánimo de mejorar la representación política, desde una perspectiva comparada. Sostengo que el principal cambio político ocurrido en el Perú posterior al fujimorismo ha sido el establecimiento de una situación de competencia política plena entre los actores políticos, consecuencia de la caída del actor hegemónico previo, y que es solo en este sentido que cabe hablar de una "transición democrática", o de un "cambio de régimen"; es decir, la clave de la democratización ha estado en lograr una lógica de equilibrios y contrapesos entre los actores que no existió durante los años noventa.

Sin embargo, existe un sentido común bastante extendido, con el que discrepamos, según el cual la clave de la democratización estaría en el cambio de las reglas de juego formales del régimen político, en la necesidad de cambiar las reglas propias de una "dictadura" para así pasar a una democracia "verdadera". Por ello, correspondería realizar cambios sustanciales en el plano institucional, buscando ampliar y renovar una representación política supuestamente cerrada y, por ello, carente de legitimidad, incorporando además mecanismos de democracia participativa y directa. En realidad, el verdadero problema no está tanto en las reglas formales del régimen como en los protagonistas del juego político: los partidos, o más precisamente, la ausencia de partidos mínimamente consolidados y, por tanto, de un sistema de partidos.

Emprender un camino de reformas institucionales en un sentido "aperturista" ha sido un patrón en la región en los últimos años. Este reformismo ha sido la salida con la que se ha querido contrarrestar los problemas de legitimidad de los sistemas políticos de nuestros países. El balance que hacemos de estos procesos es que han logrado efectivamente ampliar el espacio político y activar sectores sociales antes desmovilizados; pero también han tenido efectos problemáticos como el debilitamiento de los partidos, la fragmentación de los sistemas de partidos, el aumento de la volatilidad electoral, la irrupción de outsiders y el desarrollo de tendencias antisistémicas, entre otros. En otras palabras, la ampliación de la representación y la participación, por un lado, y del mantenimiento de la gobernabilidad democrática, por el otro, se han revelado como principios difíciles de compatibilizar. En el caso peruano, soste-nemos que seguir ahora una lógica aperturista sería altamente contraproducente, dada la extrema debilidad de los actores políticos y del sistema de partidos; además, el sistema político se caracteriza ya por ser bastante abierto. En este trabajo, sostengo que las reformas institucionales pertinentes deben buscar construir partidos nacionales democráticos sólidos, que perduren en el tiempo, y así construir un sistema de partidos que canalice los diversos intereses sociales y políticos sobre la base de lógicas centrípetas de competencia. El criterio que debería orientar las propuestas de reforma es seguir la dirección marcada por la reciente Ley de Partidos: elevar las barreras de entrada y propiciar la formación de partidos políticos nacionales estables que puedan ser responsables ante la ciudadanía, limitando la fragmentación y el espacio para opciones improvisadas, antipolíticas y antisistémicas".

El texto se puede descargar aquí:
http://www.iep.org.pe/docs.php?id=0361

Y de aquí:
http://www.iep.org.pe/textos/DDT/democraciasinpartidos.pdf

lunes, 12 de marzo de 2012

Populismo y personalismo en la región

Artículo publicado en La República, domingo 11 de marzo de 2012

En las últimas dos semanas escribí sobre la izquierda y la derecha en la región. Mientras la primera tiene el desafío de ir más allá de la movilización y la protesta, para asumir las responsabilidades de ser gobierno y desempeñarse eficazmente, la segunda debe ser capaz de ir más allá de la defensa de intereses empresariales y construir una representación popular. Tanto una izquierda como una derecha “orgánicas” deben hacerse un espacio y evitar el riesgo de quedar subsumidas por liderazgos personalistas con estilos populistas. Cuando estos liderazgos se convierten en fuerzas mayoritarias o en referentes políticos importantes, la izquierda pierde base popular, y se divide entre un sector principista pero marginal, y otro influyente pero cooptado; al mismo tiempo, la estabilidad y fortaleza gubernamental que construyen estos liderazgos le quita espacio a una derecha autónoma, fortalece una relación directa y particularista entre el gobierno y los poderes de facto, aunque supeditada a la voluntad y al pragmatismo del líder.

Los liderazgos populistas tienen algunos rasgos esenciales: la personalización, la ambigüedad ideológica, la construcción de un discurso que crea una polaridad entre el pueblo y sus enemigos, el seguir una lógica de construcción de mayoría, desde la cual se menosprecia la búsqueda de acuerdos o consensos. Si entendemos así a estos liderazgos, encontramos que pueden ser tanto de izquierda como de derecha. Hacer política sobre la base de estos liderazgos ha sido en general muy exitoso en América Latina y en nuestro país.

Desde este punto de vista, hacia la izquierda tenemos a Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, los Kirchner en Argentina, donde se acosa a la oposición de derecha, se coopta a parte de la izquierda mientras que otra queda reducida a casi la marginalidad política. Hacia la derecha tuvimos a Fujimori en nuestro país, o a Alvaro Uribe en Colombia, que acosaron a la izquierda, cooptaron una buena parte de la derecha, y llevaron a la marginalidad a una derecha liberal democrática. Todos estos líderes, cabe mencionar, exhiben muy distintos grados de personalismo y respeto a la institucionalidad democrática. Allí donde el personalismo y el estilo populista es menor, más fértil el terreno para izquierdas y derechas más programáticas: estos serían los casos de países como Chile, Uruguay, Costa Rica, Brasil desde los años de Cardoso.

¿Y el Perú? En los últimos años, tanto Fujimori como Toledo, García y Humala han sido muy personalistas, y proclives a retóricas populistas, aunque en diverso grado. En todo caso, Fujimori y García acosaron y arrinconaron a la izquierda, y cooptaron a parte de la derecha, debilitando opciones liberales; mientras que Toledo y Humala cooptaron a una parte de la izquierda, debilitando opciones socialistas. ¿Se consolidarán en el futuro opciones de derecha e izquierda más orgánicas? Otra opción es que liderazgos personalistas se institucionalicen. Ya veremos.


VER TAMBIÉN:

La derecha peruana en la región
http://martintanaka.blogspot.com/2012/03/la-derecha-peruana-en-la-region.html
La izquierda peruana en la región
http://martintanaka.blogspot.com/2012/02/la-izquierda-peruana-en-la-region.html

domingo, 4 de marzo de 2012

La derecha peruana en la región

Artículo publicado en La República, domingo 4 de marzo de 2012

Históricamente, podría decirse se ha habido dos grandes tipos de derechas en nuestros países: unas han logrado tener arraigo popular y ser competitivas electoralmente. En estos casos, los sectores populares votan por la derecha siguiendo lógicas tradicionalistas, y están bajo el control o la hegemonía de poderes locales conservadores; de allí que la derecha suela ser más fuerte entre los pobres de las ciudades pequeñas y en las áreas rurales, y debilitarse en las ciudades más grandes. Encontraremos este patrón en Colombia, México, Brasil antes de Lula, Paraguay, o en muchos países de Centroamérica (Perú también hasta antes de Velasco, y cambió con la reforma agraria, que destruyó las elites tradicionales). En los países con derechas fuertes, los sectores conservadores pueden aceptar sin mayor angustia el juego democrático, confiados en que sus partidos defenderán sus intereses. No es casualidad que los países con más tradición democrática, como Costa Rica, Chile, Uruguay, Colombia, Venezuela, hayan contado con partidos socialcristianos o conservadores importantes, capaces de llegar al poder por la vía electoral, o de ganar importantes espacios de poder.

En otros países las derechas no han tenido arraigo popular: allí, las aperturas democráticas y los procesos electorales llevaron al triunfo a partidos populistas o de izquierda, y el temor de los grupos de poder terminó propiciando golpes de Estado. Este patrón puede verse en países como Perú, Argentina, Ecuador o Bolivia. Con la democratización de la década de los años ochenta, los golpes de Estado resultaron inviables; sin embargo, el fracaso de las políticas populistas y estatistas, y la posterior hegemonía neoliberal, permitó que se aplicaran políticas de derecha, con o sin partidos de derecha. Es más, viejos partidos populistas y de izquierda aplicaron políticas que preservaron los intereses fundamentales de la derecha, como el justicialismo argentino con Menem, el APRA con García, el PRI mexicano, el MNR boliviano con Sánchez de Lozada, la concertación chilena, el PT en Brasil o el Frente Amplio uruguayo. El problema para la derecha aparece cuando fuerzas populistas o de izquierda construyen hegemonía e intentan implementar sus propias políticas, como en Venezuela, Bolivia o Ecuador.

En general, podría decirse que las derechas más “civilizadas” son las que se han visto obligadas a ampliar sus plataformas y establecer coaliciones para conquistar el voto popular o enfrentar enemigos mayores, como en Chile durante la dictadura. En Perú, la derecha liberal democrática se forjó en su enfrentamiento a Fujimori; su desafío es ser competitiva electoralmente, dejar de ser partido limeño de clases medias y altas. Otros sectores añoran los años del autoritarismo, o se cuelgan del saco de liderazgos populistas, como los de García y ahora Humala; pero se trata siempre de apuestas riesgosas, de allí que se viva al borde del ataque de nervios, que refuerza sus reflejos más tradicionalistas.

viernes, 2 de marzo de 2012

La izquierda en el Perú: vagones sin locomotora

La izquierda en el Perú: vagones sin locomotora
En las últimas semanas se discute sobre la izquierda en el Perú, y quisiera hacer un modesto aporte al debate. Este texto, "La izquierda en el Perú: vagones sin locomotora", de abril de 2007 y actualizado a abril de 2009, iba a ser publicado en un libro de CLACSO, que lamentablemente no vió la luz. El texto salió publicado con ligeras modificaciones en inglés, bajo el título “The Left in Peru: Plenty of Wagons and No Locomotion”, en el libro editado por Jorge Castañeda y Marco Morales, Leftovers. Tales of the Latin American Left (New York, Rouledge, 2008, p. 193-212). Espero que les resulte interesante, saludos.

jueves, 1 de marzo de 2012

Think Tanks and Political Parties in Latin America

Acabo de saber que apareció la versión en inglés del libro Dime a quien escuchas... think tanks y partidos políticos en América Latina (Lima, IDEA Internacional - ODI, 2009), editado por Enrique Mendizabal y Kristen Sample. En ese libro hay un capítulo de este servidor escrito con Sofía Vera y Rodrigo Barrenechea, “Think tanks y partidos políticos en el Perú: precariedad institucional y redes informales” (p. 209-239).

Sobre el libro en español, ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2009/10/think-tanks-y-partidos-politicos-en.html

Este libro se complementa muy bien con Vínculos entre conocimiento y política. El rol de la investigación en el debate público en América Latina, de Norma Correa y Enrique Mendizábal, editores (Lima, CIES, 2011). Allí también tengo un capítulo en coautoría con Rodrigo Barrenechea y Jorge Morel, con el título "La relación entre investigación y políticas públicas en América Latina: un análisis exploratorio” (p. 35-81). Ver:
http://martintanaka.blogspot.com/2011/09/vinculos-entre-conocimiento-y-politica.html

El libro in inglés apareció con el título Thinking Politics. Think Tanks and Political Parties in Latin America; y el capítulo con el título "Think Tanks and Political Parties in Peru. Shaky Institutions and Informal Networks". La versión del libro en inglés puede descargarse aquí:
http://www.idea.int/publications/thinking_politics/upload/Think-Tanks_overview_English_inlay.pdf