Artículo publicado en La República, domingo 26 de diciembre de 2010
Se ha dicho prácticamente todo lo que podría haberse dicho sobre el anuncio de las candidaturas presidenciales de los distintos partidos y alianzas; poco se ha escrito sobre la presentación de los líderes de los equipos de plan de gobierno de los aspirantes a la presidencia. Kurt Burneo por Perú Posible; Elmer Cuba por Solidaridad Nacional; Jaime Yoshiyama por Fuerza 2011; Félix Jiménez por la alianza del Partido Nacionalista; Graciela Fernández por el APRA; el mismo Pedro Pablo Kuczynski por la Alianza para el Gran Cambio; y José Távara por Fuerza Social (no se presentaron todavía los equipos de plan de gobierno de Adelante, Fonavistas y Fuerza Nacional).
Algunos han invocado a que el debate electoral se centre en propuestas antes que en “puyas” o ataques personales. El gran problema es que la experiencia nos indica que los planes de gobierno nos dicen muy poco de cómo gobernará el próximo presidente. El gobierno actual tuvo como jefe de su comisión de plan de gobierno a Javier Tantaleán, pero poco de lo prometido en campaña llegó a concretarse, y Tantaleán no ha sido un técnico influyente en las decisiones tomadas. Hacia atrás, si comparamos el gobierno de Alejandro Toledo con el plan de gobierno liderado de Eduardo McBride, encontraremos nuevamente poco en común. En realidad, el “verdadero” plan de gobierno estuvo a cargo de Pedro Pablo Kuczynski, quien asumió ese encargo en la recta final de la campaña. Si continuamos mirando hacia atras, encontraremos lo mismo: cuando Fujimori ganó en 1990, el equipo de plan de gobierno estuvo liderado por Santiago Roca y Adolfo Figueroa, y antes por Víctor Paredes, pero la orientación gubernamental real se definió en un sentido totalmente opuesto después de que Fujimori fuera electo.
En otras palabras, una cosa es el plan de gobierno cuando no hay mayores posibilidades de ganar; otra cuando se percibe que el triunfo es posible; y otra son las decisiones que se toman cuando tenemos presidente electo, que finalmente recaen en los ministros específicos, con poca o ninguna relación con los técnicos de plan de gobierno de la campaña. Peor todavía, la experiencia muestra que incluso dentro de un mismo gobierno las orientaciones de política pueden cambiar dramáticamente según los cambios del particular ministro a cargo.
Siendo así las cosas, no es tan sorprendente que los electores se fijen más en la personalidad de los candidatos, en la confianza y credibilidad que son capaces de suscitar, y no en las promesas o propuestas. La desvinculación entre programas de campaña y gobierno efectivo ha tenido como efecto principal la continuidad básica y una suerte de inercia en la orientación neoliberal de las políticas económicas. Ya sea que querramos profundizar el camino actual o cambiar de modelo, se requiere una consistencia y una voluntad política que los candidatos todavía no son capaces de exhibir. Eso es lo que yo extraño más.
CORRECCIÓN: el jefe del equipo de plan de gobierno de Perú Posible es Luis Thais; Kurt Burneo es el asesor en materia económica.
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