Artículo publicado en La República, domingo 22 de mayo de 2011
En las últimas semanas han ganado preeminencia algunos “núcleos duros” que apoyan a los candidatos en competencia, a pesar de los intentos por parte de estos de moverse al centro político. Esos núcleos duros asumen que la posición propia es la única válida, y ella se presenta a sí misma como racional y éticamente superior, con lo cual la posición contraria resulta insostenible. Ella solo puede ser explicada, para los sectores populares, por la ignorancia, la manipulación, la primacía de emociones primarias. Pero cuando se trata de periodistas, por ejemplo, estos argumentos no funcionan. Entonces, si un periodista es percibido como contrario a Humala, esto solo puede explicarse para su núcleo duro porque se defienden intereses particularistas, o peor aun, por la pura corrupción. Por otro lado, si un periodista es percibido como contrario a K. Fujimori, la única explicación es la perniciosa persistencia de ideológicas trasnochadas y dañinas para el país. Esta manera de ver las cosas es la que ha llevado a varias censurables agresiones y amenazas a diversos periodistas, donde escandaliza aquella de la que fue víctima don César Lévano, director del diario La Primera.
Se impone un llamado a la moderación de ambos lados. La polarización de la campaña exacerba la incertidumbre, los temores y tiende a favorecer a quien parece ser la opción más segura y conservadora, lo que no favorece a Ollanta Humala. Otro aspecto perjudicial para él es que en las últimas semanas la campaña ha tendido a asumir connotaciones morales: el voto fujimorista sería una indignidad, de allí que se convoque a figuras de gran prestigio (intelectuales, profesionales y artistas) independientes y de otros grupos políticos, ante los cuales se asumen compromisos de honor. El problema está en que, sin querer, se proyecte una imagen elitista, mientras que en la otra orilla, K. Fujimori evita aparecer como la candidata del establishment, y se rodea de deportistas y figuras del espectáculo.
El movimiento hacia el centro de Humala ha sido necesario para disipar parte de los temores que suscita entre los poderes de facto y los sectores medios y altos. Hasta el momento el discurso de Humala se ha dirigido tanto a los sectores más excluidos, como a las élites del país. Sin embargo, hasta ahora no muestra iniciativas eficaces para los sectores que definirán la segunda vuelta, los sectores C y D en Lima y el norte del país, para los que los discursos de un Estado redistributivo, de los compromisos con la estabilidad institucional o el de la dimensión moral de la elección no resultan particularmente seductores. En estos sectores los intereses parecen ir más por las propuestas de desarrollo regional y local, de creación de empleos, de manejo de la seguridad ciudadana. Quien responda mejor a esas demandas ganará la elección.
PS. La próxima semana me despediré del gran maestro Carlos Iván Degregori.
VER TAMBIÉN:
Se desprende del análisis precedente: "Ligero avance de Keiko Fujimori", según IPSOS-APOYO. Ver:
http://www.ipsos-apoyo.com.pe/sites/default/files/opinion_data/Ligero-avance-de-Keiko-Fujimori.pdf
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