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"La democracia es gris; no se puede vivir en democracia con un relato épico"
Beatriz Sarlo analiza en esta entrevista el modo en el que los Kirchner ejercen el poder y la relación que mantienen con los intelectuales. Según la escritora, el conflicto que se produjo entre el Gobierno y los productores rurales abrió un espacio para otro tipo de reivindicaciones sociales y transformó la discusión política en una "batalla" en la que muchos pensadores cercanos al núcleo presidencial cambiaron la actitud crítica por una posicón "militante"
Sábado 9 de agosto de 2008
Por Jorge Urien Berri
De la Redacción de LA NACION
De pie en medio de su estudio de la calle Talcahuano, como si fuera una invitada, Beatriz Sarlo no está cómoda y no lo oculta. Accedió a la entrevista pero, explicará al final, "no quiero pelearme por una palabra mal empleada. En todo caso, me pelearé por ideas". Hay una razón para esa eventual pelea y para el cuidado que pondrá, no en el contenido de sus respuestas, sino en la forma. En pleno conflicto entre el Gobierno y el campo, cuando en varios hogares las cacerolas aún permanecían tibias, la ensayista e investigadora, cuyo silencio algunos escritores temen más que su palabra, publicó en LA NACION "La prisión del pasado", una nota en la que cuestionó que la presidenta Cristina Kirchner evocara en sus arengas fantasmas del pasado como el golpismo y buscara legitimarse con el discurso de los derechos humanos. Aquella nota del 22 de junio contrastó con la seguidilla de artículos y cartas abiertas de muchos intelectuales que apoyaban al Gobierno, y algunos salieron a cuestionarla con virulencia. Que un conflicto sobre el aumento de las retenciones a las exportaciones de granos alimentara un debate en un tiempo en el que los intelectuales debaten poco, o sus debates no trascienden, habla de un fenómeno que merece analizarse. Rodeada de libros de literatura argentina y de teoría literaria en tres idiomas, la fundadora y directora de la ya desaparecida revista Punto de Vista propone algunas explicaciones.
-¿Cómo vivió el desarrollo del conflicto entre el Gobierno y el campo?
-Cuando fui a la Plaza de Mayo a ver qué pasaba, aquella noche del primer cacerolazo antes de que fuera D Elía, tuve la sensación de que la cuestión rural que estaba en juego era traducida en términos políticos por las capas medias. Si el tema del campo adquirió esa pregnancia no es porque la gente "aprendiera campo rápido", como dice la Presidenta que hizo ella, que rápidamente aprendió lo que son las vacas y el trigo, sino porque el campo, sin buscarlo, fue un mediador para crear otro espacio de debate. Aquella noche tuve esa percepción. No había confusión posible sobre la pertenencia social de los que estaban allí. Cuando parecía que la política se había delegado en un Ejecutivo todopoderoso, de repente aparecieron reivindicaciones. Después escribí una nota en LA NACION y otra en Perfil que fueron muy cuestionadas. Otro dato importante es que hay un momento en que instituciones muy desacreditadas -y nada más desacreditado que el Parlamento- pueden hacer una diferencia política. No simplemente por el famoso desempate vicepresidencial, sino por la muy pequeña minoría con la cual la ley salió aprobada de Diputados...
Entrevista completa en:
http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1036742&origen=premium
AMPLIACIÓN:
Ver el documento "De las plazas al Congreso. Reflexiones acerca de la crisis argentina", de los colegas del "Club Político Argentino".
http://www.politica.com.ar/blog/wp-content/uploads/2008/08/club-politico-argentino-de-las-plazas-al-congreso.pdf
Tomado de "El agente de CIPOL", blog que ya he recomendado antes:
http://www.politica.com.ar/blog/
Ariel Florencia Richards: “Los finales y los inicios nunca son tan
definitivos”
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La escritora chilena reflexiona partir de su nueva novela Inacabada
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