tag:blogger.com,1999:blog-34686940.post2898906089715719710..comments2024-03-13T19:16:31.358-05:00Comments on Virtù e Fortuna: Sobre los sucesos en Abancay del 5 de diciembreMartín Tanakahttp://www.blogger.com/profile/06050485380124561809noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-34686940.post-81847346580650802552006-12-12T07:08:00.000-05:002006-12-12T07:08:00.000-05:00Wilfredo,
gracias por el mensaje. Creo que escri...Wilfredo, <br /><br />gracias por el mensaje. Creo que escribí algo que está en sintonía con lo que dices refiriéndome a la dinámica de la violencia después de las elecciones. Está en<br />http://martintanaka.blogspot.com/2006/11/sobre-la-violencia-poselectoral.html <br />También en mi columna de Perú 21 de hoy, en http://martintanaka.blogspot.com/2006/12/conflictos-inter-e-intra-comunales-y.htmlMartín Tanakahttps://www.blogger.com/profile/06050485380124561809noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-34686940.post-36464090333622779222006-12-11T18:25:00.000-05:002006-12-11T18:25:00.000-05:00Mi punto de vista es algo distinto sobre lo sucedi...Mi punto de vista es algo distinto sobre lo sucedido.<br />Saludos cordiales,<br />Wilfredo <br /><br />CONFLICTOS DE GOBERNABILIDAD: UN ESCENARIO DE ALTO RIESGO<br /><br />Wilfredo Ardito Vega<br /><br />El féretro con el cuerpo del taxista Cirilo Tuero ha sido trasladado por las calles de Abancay, en medio del dolor de familiares y vecinos. Se trata de la segunda persona en lo que va del actual gobierno muerta por la policía mientras reprime una protesta popular. El primero fue el adolescente Jonathan Condori, fallecido el 30 de agosto, durante las protestas contra los bares-prostíbulos clandestinos que existen en Sicuani.<br /><br />Durante el régimen de Toledo, la represión de manifestaciones generó la muerte de 15 personas. Los últimos de ellos, asesinados este año, fueron Mario Vargas, un estudiante de Datem del Marañón que protestaba contra la postergación de su provincia; Zoilo Huertas, un pescador que participaba en una manifestación contra una empresa langostinera que causaría daños irreversibles a Puerto Pizarro (Tumbes) y Guillermo Tolentino, un campesino de Huaraz que exigía mejores condiciones laborales al “service” mediante el cual la empresa Barrick ofrece trabajo a los comuneros. <br /> <br />Sin embargo, la movilización de Abancay tiene varias diferencias preocupantes porque no se debía a un problema de recursos naturales o exclusión: se trataba de un conflicto de gobernabilidad. A fines de noviembre, la Presidenta Regional de Apurímac, Rosa Suárez Aliaga, había anunciado que, ante la imposibilidad de realizar ciertas obras en Abancay, ejecutaría la partida presupuestal en Andahuaylas, pero algunos integrantes del gobierno regional la convencieron para que dejara sin efecto esa medida.<br /><br />Sin embargo, varios días después, alentados por algunos dirigentes políticos y por varias emisoras radiales, centenares de habitantes de Abancay salieron a las calles a protestar. Atacaron violentamente el local del gobierno regional, exigiendo la renuncia de Rosa Suárez, a la cual le quedaban apenas veinte días de mandato. <br /><br />En conflictos ambientales o laborales es posible un espacio de negociación y llegar a un acuerdo, especialmente si las partes logran respetarse mutuamente como interlocutores. En el conflicto de Puerto Pizarro, por ejemplo, se acordó que no se construiría la langostinera y el conflicto de Huaraz se diluyó cuando Barrick aceptó incrementar el salario a los trabajadores y atender a los heridos. En cambio, en un conflicto de gobernabilidad, no es posible la negociación, porque no es posible compartir el poder y los beneficios económicos. <br /><br />Habitualmente, quien pretende ocupar el cargo sostiene que lucha contra la corrupción o la arbitrariedad y quien no desea dejarlo argumenta estar amparado por la legalidad. La tensión se incrementa cuando el formalismo, la ineficiencia o lentitud son la respuesta de las autoridades encargadas de procesar denuncias por corrupción o fraude electoral. <br /><br />En este contexto, se pasa abruptamente a mecanismos violentos, debido, además, a que los involucrados intentan adrede generar sentimientos colectivos de indignación, normalmente usando emisoras locales, que suelen inventar impunemente todo tipo de acusaciones. En algunos casos, pandilleros y delincuentes comunes se incorporan a los bandos en conflicto, sin que éstos muestren mayor rechazo a estos “refuerzos”.<br /><br />De esta forma, los conflictos de gobernabilidad terminan generando graves daños a la propiedad privada, a edificios públicos y, lo más grave, a las vidas humanas. El caso más conocido es el del alcalde de Ilave, Fernando Robles, pero también las muertes del soldado Elmer Rojas en Chavín de Huántar durante las elecciones de noviembre y de la señora Casilda Infantas en la municipalidad de Chao (La Libertad), reflejan el grado de intolerancia que caracteriza a estos conflictos. <br /><br />Cuando la protesta termina convirtiéndose en una sucesión de delitos, las fuerzas de seguridad deben intervenir, pero lamentablemente, las autoridades policiales parecen desconocer que existen formas no letales de dispersar a una población y el desenlace puede ser trágico. <br /> <br />Para enfrentar estas crisis, existen algunas propuestas: por ejemplo, durante la anterior legislatura, el congresista Yohny Lescano presentó un proyecto para modificar los artículos 191 y 194 de la Constitución y permitir que los alcaldes y regidores puedan renunciar, lo cual implicaría una válvula de escape en muchos conflictos de gobernabilidad. <br /><br />A manera preventiva, Lescano planteaba también que ningún gobierno local o regional pudieran ser asumido por un candidato con menos del 20% de los votos. De ser el caso, los dos candidatos más votados deberán pasar a una segunda vuelta electoral. El proceso podría ser costoso, pero aseguraría una mayor legitimidad. <br /><br />A más recursos lleguen a gobiernos locales y regionales, más probables serán los conflictos de gobernabilidad y es más urgente prevenirlos. Pueden ocurrir en todo el país, pero cuando surgen en las zonas más excluidas, se aprecia que muchos habitantes participan, porque se sienten (o los hacen sentirse) directamente afectados. <br /><br />Esperemos que el régimen de Alan García comprenda que existen otras maneras de enfrentar y prevenir estos conflictos, más allá de la simple represión. De lo contrario, será cada vez más frecuente que lugares antaño apacibles como Abancay se transformen en espacios de ingobernabilidad.Anonymousnoreply@blogger.com