domingo, 25 de diciembre de 2011

Carlos Franco, el realismo desencantado

Artículo publicado en La República, domingo 25 de diciembre de 2011

En alguna conferencia hace algunos años Carlos Franco decía que su vida había sido regida por dos grandes máximas: “un fracaso más qué importa”; y “persistir en el error”. En alguno de sus últimos escritos, se refería a su “larga militancia en la internacional de los perdedores”, de la que deducía su posición política, que caracterizaba como un “realismo desencantado”. Esta mirada irónica consigo mismo se entiende a la luz de las apuestas políticas de Franco: apoyó las reformas “participativas” del gobierno de Velasco, luego el populismo tardío del primer gobierno de Alan García, luego pensó que el populismo peruano alumbraría a una modernidad popular verdaderamente nacional; finalmente, se mostraría crítico frente a la democracia como régimen, precisamente porque la configuración “criollo-occidental” del Estado le impediría superar el desafío de representar a ese mundo popular cholo-plebeyo. Sin embargo, con el tiempo aprendimos que ninguna dictadura puede justificarse, por más progresista que se presente, que el puro voluntarismo político termina en el desastre económico, que la apuesta por la modernidad popular desembocó en la anomia y terminó siendo cooptada por el fujimorismo, cuyo carácter autoritario llevó precisamente a una revalorización de la democracia como régimen político.

Vistas así las cosas, podría pensarse que lo notable de Franco fue su integridad y honestidad política e intelectual; nunca renegó de sus apuestas, se mantuvo fiel a las mismas y asumió sus consecuencias, actitud poco común en un medio más bien habituado a las constantes mudanzas sin mayores justificaciones. Sin embargo, este criterio deja de lado sus importantes aportes intelectuales. Y es que la apuesta por Velasco es consecuencia de una mirada desencarnada de los límites de los intentos de transformación política que parten de lo social o de los actores políticos y de las instituciones convencionales en un país como el nuestro. La apuesta por el APRA y por el primer Alan García se fundamentó en una original lectura del marxismo y de su implantación en América Latina, y del papel de Haya y Mariátegui en la construcción de un proyecto nacional y popular; así como en una mirada crítica de la izquierda peruana, sin proyecto propio y siempre a la sombra de la acción de los caudillos (¿no suena familiar y de gran actualidad?). Finalmente, su apuesta por la modernidad popular y su desconfianza frente a la democracia como régimen no hicieron sino llamar tempranamente la atención sobre lo que hoy llamaríamos elusivamente “problemas de inclusión social”, y “déficits de legitimidad” de nuestra precaria democracia.

De este modo, si bien las apuestas políticas de Franco terminaron en fracasos, los diagnósticos que las fundamentaron tienen absoluta vigencia, y dan cuenta de una personalidad de una originalidad y agudeza excepcionales, una voz crítica muy necesaria en estos tiempos. La extrañaremos.

VER TAMBIÉN:

Carlos Franco (1939-2011)
Mirko Lauer
http://www.larepublica.pe/columnistas/observador/carlos-franco-1939-2011-11-12-2011

Los debates propuestos por Carlos Franco
Romeo Grompone
http://www.iep.org.pe/noticia/0588/romeo-grompone-los-debates-propuestos-por-carlos-franco/

Eduardo Dargent
Carlos Franco (1939-2011)
http://diario16.pe/columnista/18/eduardo-dargent/1391/carlos-franco-1939-2011

Carlos Franco, el soñador
María del Pilar Tello
http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/carlos-franco-el-sonador_101865.html

domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Por qué cayó Salomón Lerner Ghitis?

Artículo publicado en La República, domingo 18 de diciembre de 2011

Se trató de la caída más rápida del primer Consejo de Ministros que se recuerda del actual periodo democrático; recordemos los casos de Hurtado Miller (julio 1990-febrero 1991), Roberto Dañino (julio 2001–julio 2002) o Jorge del Castillo (julio 2006–octubre 2008). Caída desconcertante porque no se da en el marco de ninguna crisis mayúscula y con un gobierno que cuenta con una importante aprobación ciudadana de todos los sectores. Es más, si consideramos que la realización del proyecto Conga es la que desencadena la caída, lo que tenemos hoy es que este se encuentra suspendido, el paro indefinido en Cajamarca y el estado de emergencia levantados, las mesas de diálogo instaladas y funcionando, y la viabilidad de aquel proyecto supeditada a un nuevo Estudio de Impacto Ambiental, es decir, exactamente la posición que defendía Lerner.

En otras palabras, este no cae por las políticas que promovía; esto se verifica al ver la composición del nuevo gabinete, en el que no se han producido cambios dramáticos de orientación. Pero si bien Lerner no cae por la decisión de “derechizar” el gabinete, sí es cierto que con su salida se cae el proyecto de construir una opción política de izquierda articulada que combine las nociones nacionalistas del presidente con la “asesoría política y técnica” de los Ciudadanos por el Cambio, gestada en enero del 2010.

Creo que el gabinete Lerner cae porque este no logró armar un equipo capaz de actuar con eficiencia de manera articulada y porque tampoco logró demostrar que su estrategia para enfrentar los conflictos sociales, basada en el diálogo y en la noción de que se trata de demandas legítimas, fuera mejor que aquella que proponía firmeza ante demandas lideradas por grupos politizados con intereses propios. Así, el problema no era la propuesta de Lerner respecto al tema Conga sino lo reiterado del recurso de dirimir disputas a través de presiones en los medios por parte de su gente; y, por otro lado, el hecho de que no haya sido la estrategia negociadora de Lerner la que logró la suspensión del paro sino la declaratoria del estado de emergencia. En otras palabras, se desnudó la ausencia de operadores políticos, que supuestamente la izquierda tenía, y lo difícil que es negociar con dirigencias sociales poco representativas, con hábitos confrontacionales y lógicas cortoplacistas.

La conclusión, para el presidente Humala, fue que el proyecto de Ciudadanos por el Cambio no solo no le aportaba nada que no pudiera conseguir sin ellos sino que prescindiendo de ellos ganaba en coherencia y en estabilidad. De esto se desprende que el gabinete Valdés sea solo una respuesta de corto plazo a la crisis inmediata, y Humala seguirá buscando cómo llevar a la práctica su promesa de “crecimiento con inclusión social”. Claro, ahora con más dureza que diálogo y sobre la base de personas, no de colectivos, siguiendo la inercia de los últimos años.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La promesa de la democracia

Artículo publicado en La República, domingo 11 de diciembre de 2011

Desde hace unas semanas está circulando el libro La promesa de la democracia. Marchas y contramarchas del sistema político en el Perú (Lima, Planeta, 2011), de Jaime de Althaus. Uno de los varios méritos del libro es que plantea un diálogo entre el mundo liberal y el del debate público, en el que se ubica el autor, con un mundo más influenciado por el pensamiento de izquierda y por el de las ciencias sociales, algo muy poco frecuente. De otro lado, La promesa… es un complemento de La revolución capitalista en el Perú (FCE, 2007), analizando cómo la dinámica de crecimiento económico se ve amenazada por los límites de la institucionidad estatal y por la debilidad de los partidos políticos. En esto también Althaus va mucho más allá del liberalismo superficial que manejan muchos, liberales en lo económico pero autoritarios en lo político; así, el autor se distancia del fujimorismo y plantea que el autoritarismo político no era en absoluto “necesario” para implementar las reformas orientadas al mercado y que, aún peor, explican gran parte de sus límites actuales.

El libro sostiene que nuestra actual democracia se derrumbó en medio de múltiples crisis, circunstancia aprovechada por un líder autoritario como Alberto Fujimori. Este implementó un conjunto de reformas de mercado que explican el crecimiento económico actual, pero cuyo autoritarismo, clientelismo y corrupción impidió abordar la reforma de un Estado patrimonial y romper con una cultura política paternalista. Con la caída del fujimorismo tuvimos la posibilidad de fortalecer las instituciones democráticas, pero ello no ocurrió, manifestándose la debilidad de los partidos, y por el contrario se lanzaron iniciativas como la descentralización y el estímulo a la participación, finalmente contraproducentes, dada la ausencia de una ciudadanía plena basada en derechos civiles. La coexistencia entre estas reformas, una dinámica de crecimiento que ha empoderado a sectores tradicionalmente postergados, y actores políticos débiles, ha llevado a un aumento de la conflictividad, en las que gana terreno un discurso radical y autoritario.

La receta para Althaus sería extender la lógica de la reforma económica a la arena política, eliminando el patrimonialismo, el clientelismo, la cultura paternalista y radical. Para esto resultan claves una reforma del Estado, una reforma política, el fortalecimiento de una noción de ciudadanía basada en los derechos de propiedad y la tributación, entre otras cosas. Temas de debate: ¿en realidad se acabó el patrimonialismo económico y subsiste el político, o más bien el segundo llevó a un cambio, pero no desaparición, del primero? De otro lado, los límites de la ciudadanía en el país, ¿se resuelven con más derechos de propiedad, o es necesario más bien reforzar el ejercicio de derechos sociales? De las respuestas a estas preguntas dependerá la viabilidad de un programa liberal para el país.

Foto: presentación del libro en la Feria del Libro de Miraflores, en octubre pasado, junto al autor y Lourdes Flores.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Hacer de la necesidad virtud

Artículo publicado en La República, domingo 4 de diciembre de 2011

El balance del proyecto Conga deja como saldo una población local que desconfía del gobierno (ya sea por percibirlo unos como “prominero” y otros como débil y presionable por minorías activas), que ha dejado entrever serias contradicciones internas que han debilitado al sector “socialdemócrata” (en el que renunciar, “patear el tablero” o “ponerse de costado” ayuda muy poco); ha revelado que Yanacocha no manejó bien las reacciones sociales y políticas que despertaría el proyecto, pese a todos sus antecedentes; ha fortalecido grupos que privilegian estrategias confrontacionales; y ha polarizado el ambiente político.

La suspensión del proyecto Conga puede verse de diversas maneras: Yanacocha quiere presentarlo como muestra de la buena voluntad de una empresa socialmente responsable; el gobierno como el triunfo de una negociación que le arrancó una concesión importante a la empresa minera; y la oposición en Cajamarca como el triunfo de una posición ambientalista y regionalista que doblegó a una supuesta alianza gubernamental-empresarial. El conflicto continúa porque cada quien quiere que su imagen prevalezca.

En realidad, todo depende de qué pase en las semanas y meses siguientes. En este marco, ¿qué debería hacer el gobierno? Primero, tener claro el diagnóstico: es esencial entender que el proyecto Conga, y cualquier otro gran proyecto minero, tiene que pensar no solamente en remediar y compensar los efectos de su actuación, sino en buscar la manera de hacer a las comunidades y regiones en las que opera socias y copartícipes directas de los beneficios que genera; que la opinión pública cajamarquina tiene una clara postura contraria a la manera en que se conduce hasta el momento la actividad minera, por una mezcla de agravios pasados acumulados y de demandas regionalistas; y que los intereses políticos locales siguen a esa marea de opinión, antes que crearla (esto no quita que haya otras posiciones, pero no llegan a expresarse en el espacio público local). Finalmente, la desconfianza en la actuación del Estado es totalmente justificada: por mencionar algo muy simple, en este momento en el Perú nadie hace fiscalización efectiva del cumplimiento de compromisos ambientales. Y esto no lo dice un ultra antiminero, sino Alfredo Dammert, presidente de Osinergmin.

La salida para el gobierno es partir de un estudio serio y creíble que evalúe de manera más amplia y exigente el impacto ambiental del proyecto; que plantee una propuesta de desarrollo atractiva para los distritos y provincias afectados por el mismo, y para la región en general, en donde las autoridades políticas tengan un papel importante que desempeñar. Y que haga del caso Conga un ejemplo emblemático del nuevo tipo de relación que plantea entre minería, Estado y comunidades, incluyendo modificaciones legales y normativas. De lo que se trata es de poner una propuesta concreta sobre la mesa, no de “facilitar el diálogo”.


VER TAMBIÉN:

¿Conga va?
http://martintanaka.blogspot.com/2011/11/conga-va.html
Memo sobre las protestas
http://martintanaka.blogspot.com/2011/11/memo-sobre-las-protestas.html
Trade-offs
http://martintanaka.blogspot.com/2011/11/trade-offs.html
Los conflictos y el nuevo gobierno
http://martintanaka.blogspot.com/2011/06/los-conflictos-y-el-nuevo-gobierno.html
¿Y los conflictos sociales?
http://martintanaka.blogspot.com/2011/01/y-los-conflictos-sociales.html

jueves, 1 de diciembre de 2011

Argumentos, año 5, n° 5, noviembre 2011

Coyuntura

El nacionalismo en el poder: dilemas más allá del discurso
Ramón Pajuelo

¡Somos el 99%! Zucotti Park, New York, 2011
José Luis Rénique

Chile 2011: protestas, partidos políticos y perspectivas de cambio
Juan Pablo Luna

Los desafíos de la inclusión social

A los 100 días del nacionalismo: retos y perspectivas de la política social
Carlos E. Aramburú

Seguridad, defensa y la inclusión social: modelo para armar
Eduardo Toche

Inclusión cultural: desafíos de la inclusión social con orientación intercultural
José A. Lloréns

El Convenio 169 de la OIT, la Constitución Peruana y la Ley de Consulta Previa
Juergen Golte

¿Cómo entender y reducir la desigualdad en la salud en el Perú?
Peter Busse

Los retos políticos de la inclusión social
Daniel Encinas, Paolo Sosa y Mauricio Zavaleta

Historia y sociedad

De adobe, chacras y sacrificio: vida privada y mujeres rurales del Perú
Débora Jana Aguirre

Crítica y Reseña

Aportes y trayectoria del doctor Julio Cotler
Marcos Cueto

Movimiento social e indigenismo político aymara. Descentralización y proyecto de Estado multinacional
Pável H. Valer Bellota

La revista completa en línea, disponible en:
http://revistargumentos.org.pe/